Luego de que la "Capitana" hubiera escogido destino, pudimos observar como el barco volador de Tobu Buta era derribado y se estrellaba en un lugar del bosque y al parecer la gente de Nalaga (de los que eran los triupalantes) le tenían cariño a ese compatriota por lo que rápidamente se formó un grupo de rescate.
Quizás fue lo mejor que se pudo haber hecho, porque yo me quedé con el título de jefe -mi puesto natural- con el grupo que se quedó atrás; por lo que rapidamente les ordené hacer una hoguera, la más grande que pudieran hacer, para poder cocinar un gran banquete por mi puesto. ¡Tenías que haber visto la hoguera!. ¡Casi podría ver desde Nalaga!.
De algún modo que no entiendo muy bien, los barcos de la marina nos localizaron y empezaron a lanzarnos cañonazos que destrozaron el barco que compramos (la mitad es mío, porque es del tesoro de la anterior tripulación y me pertenece como el otro superviviente) y mataron al resto de la tripulación con un gas morado.
Por suerte yo me escondí en un cofre para poder salir de él y atacar a aquellos malditos marines una vez que desembarcaran en un clásico ataque por sorpresa pero... alguien, debió haberme encerrado o algo, porque yo jamás me quedaría encerrado en un cofre sin querer.
Por suerte, -para ellas- los que se habían ido habían vuelto, casi arrastrándose de rodillas ante mi. Y aunque estaba haciendo una votación para cambiar el título de Capitana que de algún modo ostenta esa "pescada" a un claro mejor candidato como soy yo, pero a pesar de tener una gran victoria (¡Incluso los muertos se levantaron para votarme!) tuvimos que salir por patas porque mis votantes se estaban comiendo a la chica que no puede aplaudir normal.
Luego de huir por aquel bosque, una de mis subordinadas que así se llama... nos avisó de que había enemigos cerca; por lo que de manera heróica me subí a un arbol mientras el resto de mis subordinadas huían, ¡Un motín!. A pesar de ello, mis sentidos me guiaron hacia un pueblo... aunque me averguenza admitir que di muchas vueltas innecesarias, y para matar el tiempo empecé a cantar, algo que, por otro lado alegró a mis "fans" o "seguidores" que se agolpaban a decenas detrás mía.
Llegando a la plaza de una iglesia, intenté entrar al inteiror, pero me impregné de una substancia asquerosa y pegajosa y, al parecer, en el camino también atraje a unas cuantas decenas "seguidores" que, escuchando el ruido del interior de la iglesia una vez que las campanas dejaron de sonar, se agolparon en la puerta, tiempo que me dió a guarecerme en un pajar, dejando un asqueroso rastro negro detrás mío.
De alguna forma que no entiendo, ocurrió una explosión en la Iglesia y las llamas me empezaron a seguir hasta el pajar, que rápidamente ardió, pero por suerte había una especie de vehículo que, si pisabas un pedal se movía hacia delante; por lo que, huí del lugar a toda prisa montado en aquel extraño "barco de tierra".
Pero el ruido de ese vehículo atrajo a los "seguidores" en llamas que prendieron fuego por donde pasaban, además de que el incendio del pajar terminó por quemar todo el pueblo y parte del bosque. ¡Menudo dolor de cabeza!. ¡Evidentemente la culpa es de quien hizo arder la Iglesia!.
Por suerte sabía de la existencia de la base de la marina porque al parecer cuando regresaron lo hicieron con un marine gordo que, por algún motivo se fue en dirección hacia la base, dirección que heroicamente sé porque no dejé de apuntar hacia ese lugar con mi cola. ¡Un movimiento solo apto para genios como yo!.
Me dirigí directamente hacia el lugar, pero las puertas estaban cerradas, por lo que pisé a fondo el pedal y las derribé, pudiendo pasar al interior sin problemas. Y, de algún modo que no entiendo, también lo hicieron aquellos "seguidores" que me siguieron desde el bosque al pueblo y del pueblo hasta aquí. ¡Son unos fans muy fieles!.
Pero yo no soy para que un fan me toque, yo solo me acostaría con las mejores "groupies" no con cualquiera. Por lo que decidí huir de ellos adentrándome en las fauces del enemigo, en la base de la marina con las esperanzas de abordar algún tren para empezar mi nueva vida como cantante de talla mundial. ¡Ay!. ¡Lo que me depararía el destino!.
En medio de todo ese quilombo me encontré con unos doctores con caras muy feas que se me hicieron familiares, pero yo ya era un famoso, no podía arriesgarme a que me vieran con cualquier chusma, por lo que fui directamente a uno de los trenes, el que parecía más lujoso el letra "E" al revés.
Y ya de paso, pude ver que un borracho estaba tirado en el suelo, por lo que le robé su abrigo; estaba manchado de una substancia negra, olía a humo... al menos algo con que cubrirme era necesario para poder ir al lugar. Por lo que, ya en el tren "E" al revés, me metí en el primer vagón y descubrí un buen camarote que usé para adecentarme levemente.
Por desgracia el marine gordo empezó a molestar, por lo que aprovechando que discutía con la maquinista hice lo que todo el mundo haría en mi lugar, esperar a que ambos esten distraídos y actuar. El marine estaba centrado en el exterior, por lo que fue fácil usar mi espada oculta en mi bastón para apuñalar en la garganta a la maquinista y posteriormente apuñalar al gordo en la espalda, dándole una patada fuera del vagón.
¡Me había visto la cara! ¡Sabía que era un Capitán pirata! ¡Iba a echar por tierra mis sueños!
Así que con el tren ya listo y avanzando por la maquinista muerta, simplemente me marché del lugar, dejando a todos atrás. Aunque probablemente haya decepcionado a mis "seguidores" eso ya no importa ahora. Lo importante es poder empezar de 0 con fama y fortuna.
En algún momento del viaje noté que la locomotora fue más rápido, no sabiendo porqué hasta que al girarme me di de cuenta de que ya no había ningún vagón. ¡Adiós a esa habitación lujosa!.
No hubo mucho más que decir, llegué hasta la isla Gripita y todos se escuadraron ante mi, al parecer estaban tensos por la presencia de unos tipos en trajes blancos y máscaras, que me hicieron muchas preguntas y me exigieron que les entregara "la criatura" algo que traté de darles largas, ponerles excusas hasta que finalmente tuve que mentir y decir que estarían al llegar.
Y acto seguido, el resto de los vagones, junto a la locomotora de otro tren llegó a toda velocidad contra la estación, y entre los restos encontraron una cabeza que se movía, una especie rara de caballito de mar morado con muchos ojos, y finalmente un marine y unos cuantos doctores que seguían vivos, aunque con todos sus huesos destrozados.
Y ahí me recompensaron por mi labor, mi discrección y por mi ayuda al GM, me revalidaron como el "Comodoro" que soy de esta isla, (al parecer el borracho era comodoro) y... ahora estoy esperando a que se despierten mis dos subordinadas piratas para contarles las buenas noticias. Y ya de paso, mandarlas a espatarrar fuera de MI isla.
Aunque el mundo se perderá mi gran voz, ganará el mejor Comodoro que pueda haber.