Partida Rol por web

Cojo y levanto a Blu Azurro. Para llevarla conmigo, ya que estaba fuera de sí. Chica, despierta, no es momento de estar perdida. Esto solo te llevara a estar rodeada de los restos de tus compañeros, _{lo sé muy bien}. Decía mientras cargaba a la chica lejos del lugar. Corred, idiotas o os mataran vuestros antiguos camaradas.

Mire a mis excompañeros que se habían levantado y también dirigí una mirada de asco en dirección al gato, lamentándome que no fuera uno de ellos, antes de soltarme de nuestra tiradora le susurre al oído para luego alejarme.

Seguí a la capitana -Bien, es momento de partir-

Le susurro a la tiradora -Señorita Indaco, por favor intente sobrevivir, no se arriesgue demasiado…- luego en un tono un poco mas sombrío le susurro -...No se que tan bien lo valla a tomar, pero el gato es un traidor en potencia, en sus manos dejo la decisión de dispararle en un pie y usarlo de carnada-

Pues yo me voy, al menos, pero, en serio, Capitana ¿por qué se tipo tiene que venir con nosotros?

Mi mirada de asco no la oculto precisamente. Odio a los marines, con toda mi alma, son una panda de ratas de alcantarilla, ya bastante que he aguantado a ese tipo. Seguro que nos llevan a una trampa o nos traicionan.

Es el momento de salir corriendo de aqui. Yo paso de volverme un zombie de esos por su culpa.  

Eché a correr con los demás incluyendo el marine desertor para tratar de ponernos a salvo.

no creo que sea un problema que venga, al fin y al cabo también le persiguen a él. Sería muy absurdo traicionarnos cuando le ganamos el número y siempre podemos utilizarlo para ganar tiempo , si las cosas se ponen muy mal.

Pese a que Alessio Narvaez deseaba agarrar a aquella muchacha y huir con ella; esta se negó en rotundo, siendo capaz de disuadir a aquel marine de hacerlo por medio de mantenerse firme en el suelo; pese a que esta parecía estar en un estado casi catatónico, algo dentro de ella le impedía moverse del lugar. Por lo que el marine tenía que huir solo si no quería ser devorado.

Aquellas cuatro piratas no dudaron ni un solo momento en salir corriendo, lo mismo le pasó a aquel otro pirata Mink y a aquel marine que, claramente, no deseaba morir en aquella isla, mucho menos siendo devorado vivo por los que parecen ser compañeros de aquellos piratas con los que estaba escapando.

La única que se había quedado atrás para hacer frente a esta pequeña horda de zombies no había sido otra que Malva Indaco, la cual alzaba su arma contra ellos, apuntándoles en la cabeza a todos y cada uno de ellos, dependiendo de cual de ellos se moviera más y estuviera más cerca.

-. . . -Pero no disparaba a pesar de las palabras de ánimos de todas.

El fin de Malva Indaco se encontraba cerca, siendo este a manos -y a dientes- de todos aquellos que hubo considerado amigos y vecinos durante tantísimos años, y que tan solo recientemente los había considerado como compañeros en un viaje bastante corto y claramente trágico. Estaban todos rodeándola por el frente mientras esta bajaba el rifle aceptando su derrota.

Antes de que Malva Indaco hubiera sido asaltada, un brazo robótico la agarró del pescuezo por detrás y la lanzó de espaldas al suelo, este movimiento, casi como un acto reflejo, había sido hecho por Blu Azurro, aquella muchacha que cobardemente había escapado nada más ver la amenaza zombie y ahora...

-Huye... -Fue lo último que dijo antes de que sus compañeros de tripulación zombificados saltaran sobre ella, clavándole las manos y los dientes por todo su cuerpo, dejando tan solo el sonido de gritos desgarradores mientras esta luchaba contra ellos a puñetazo limpio, hasta finalmente caer al suelo.

Ver a su última compañera ser brutalmente asesinada ante sus ojos fue la gota que colmó el vaso para romper aquel estado de letargo en el que esta se encontraba, aquel bloqueo que sentía a la hora de no poder disparar a sus compañeros y aunque ahora tampoco sacaba las fuerzas para hacerlo, sí lo hizo para huir.

-Gracias... -Dijo con un hilo de voz- Lo siento...

Mierda, dije de forma mal sonante. Antes de dejar a la chica atrás. Mientras salía con el resto del lugar, con la intención de sobrevivir a esa situación.