Partida Rol por web

Cabecea con entusiasmo a lo que va explicando Nicholas, como anticipándose a las maravillas que va a presenciar, obviando de la conversación todo lo que dice sobre mendigos y putas.

Suelta una sincera carcajada al comentar su maestre lo del asno y esa sonrisa se le queda helada al preguntarle el maestre la historia de Desembarco. Asiente contento a la pregunta, al ser una pregunta fácil, y además al ser el lugar al que se dirigían, había estado mirando (y preguntando) cosas sobre la capital en sus ratos libres, para ir debidamente informado.

Claro, magister... Desembarco debe su nombre al rey Aegon el Conquistador, pues fue allí donde desembarcó, hace 300 años. Es un lugar lleno de símbolos... El Gran Septo como símbolo de la renuncia de los valyrios a su fe y como unió a gran parte de los Siete reinos bajo la protección de Los Siete.

El Pozo Dragón como símbolo de los dragones. El poder Targayen... Y su esplendor pasado. Y la Fortaleza Roja. Como símbolo de la fuerza del Rey, y quizás es la esencia de lo que es el propio Desembarco...

Whalen calla, como esperando la aprobación de su maestro. La verdad es que ha preguntado más por los jardines y otros lugares monumentales más que por la historia en si, por lo que no sabe si va a recibir una reprimenda o no de Nicholas.

El cazador quería asustar a la dama y que le dejara tranquilo pero Lady Scarlett no se mostró impresionada por las palabras de Covern y eso hizo que se sorprendiera y mirara a la dama con renovado interés.

-Así fue. - Admitió el cazador sintiendo como la cicatriz le empezaba a doler de nuevo, aunque hacía más de veinte años que estaba ya curada. -Un lagarto-león atrapó mi cabeza entre sus fauces y a punto estuvo de arrancármela. - Se señaló la parte de atrás de su oreja derecha. -Aquí llevo la otra. -Bajo el pelo largo de su cabello apenas era perceptible, además la carne de la cara era más blanda y por tanto la cicatriz más evidente.

El cazador le mostró una sonrisa a la dama. Esta vez era una sonrisa diferente, no era tétrica ni cargada de hostilidad como normalmente acostumbraba. Era una sonrisa más simpática, más humana incluso, como si debajo de aquel pellejo de piel curtido por el sol de los pantanos se escondiera un autentico corazón.

Scarlett reacciono con un tono de voz mas pausado y contenido.

-Por la doncella! Debio de ser horrible -dijo observando la cicatriz del cuello. Y aun asi, continuais rodeandoos de estas criaturas. Admirable -sentencio.

Durante unos segundo se lo quedo mirando fijamente. Despues sonrio y se alejo de el bamboleandose sobre la silla de su caballo.

-Muy bien. Me agrada que recordéis las clases de historia, al menos en cuanto a arquitectura se refiere.-Dijo complacido ante la respuesta de su antiguo pupilo. -Os gustará ver esas magnificas construcciones. Aunque mucho me temo que no podremos disfrutar de la grandeza que tenía el Pozo Dragón antaño. -Se lamentó. -Sin embargo el Gran septo de Baelor os impresionará. Ya lo creo.

El maestre le dedicó un gesto cómplice hacía Whalen y asintió con la cabeza.

-Pero no cabe olvidar, mi joven señor, lo rápido que ha crecido esa ciudad en tan poco tiempo. Pues las tierras en las que ahora se alza Desembarco del Rey, hace trescientos años eran tan solo unas colinas boscosas, una región tranquila habitada por sencillos pescadores que se ganaban su sustento faenando el Aguasnegras. Cuando Aegon Targaryen llegó todo cambió en Poniente, empezando por ese lugar. Eligieron ese sitio como el punto de partida de su invasión y con algunos árboles construyeron un basto reducto de madera. Aprovecharon las colinas para construir las murallas y reforzar el rudimentario refugio para sus legiones. -Explicó el maestre recordando lo que narraban los viejos libros de historia.

-A medida que los Targaryen cosechaban una victoria tras otra y llenaban sus cofres con los despojos y los tributos de los señores derrotados, la fortaleza crecía tomando la forma de una verdadera ciudad. Cuando la victoria de Aegon sobre los reyes de Poniente fue completa, se estableció en Desembarco del Rey e instauró en ella la sede de su poder. Hizo que fundieran las espadas de sus enemigos derrotados y que las uniesen para formar el Trono de Hierro, el símbolo de la dinastía Targaryen y el peligroso asiento que ocuparían sus sucesores. - La historia del famoso Trono era por todos conocida pero al maestre Nicholas le gustaba recordarla por la parte en que se hacía referencia al peligro que suponía el poder. -Un asiento nada confortable para que ningún gobernante se acomode y afilado, muy afilado.

Whalen no puede ocultar una mueca algo sardónica ante las últimas palabras del maestre.

Eso, Nicholas, los Crogall lo sabemos bien.

Comenta sin añadir nada, pensando en los pantanos, su padre duro y terco, su madrastra enigmática, su mujer insufrible y esos cazadores de los pantanos con ínfulas.

Bah... No seas crío, Whalen. Eso no son problemas de gobernante...

No hay decisiones justas para todos...

Añade después de unos momentos de reflexión.

Ahora me estoy acordando del caso del manzano... Pasó hace dos días, pero parece que han pasado meses, eh? En aquel caso no había forma de dejar contentos a ambos solicitantes... Y quizás no se trata de eso, no? No se trata de dejar a todos contentos, sino de ser justo. Y ser justo no siempre es agradable... Lo que me pregunto es como se puede ser justo. Sólo soy un hombre.

Reflexiona, mirando a su maestro, en busca de consejo.

-El hombre justo no es el que no comete ninguna injusticia, sino el que, pudiendo ser injusto, no quiere serlo.- Le respondió el maestre. -Casi nunca podréis dejar complacidos a ambas partes en un conflicto, mi señor.- Extendió las palmas de las manos hacía arriba y encogió ligeramente los hombros. -Pero tendréis que pensar con sabiduría y aplicar la solución que creáis más correcta y justa. Si hacéis eso vuestros súbditos os querrán y os respetarán, aunque muchas de las decisiones que toméis no les agraden. Pero sabrán que sois justos.

Los viajeros con los que se cruzaron aquella mañana les miraron con cierta suspicacia, aunque muchos de ellos ni siquiera les miraron. Algunos hombres armados colocaban las manos sobre sus armas al pasar junto a ellos y se encontraron con numerosos gestos de desconfianza con la gente que reconocía su escudo.

Las mentiras que habían lanzado sobre ellos se extendían tan rápido como un veneno al parecer, y todos sabían ya que los Crogall habían cometido aquella masacre indiscriminada de la que habían oído hablar. Afortunadamente, nadie les ocasionó ningún problema. La gente sólo desconfiaba de ellos y se protegía de lo que pudiera pasar.

Al principio se mostró reticente a cogerlo.

- Ah, gracias Ser. Pero no le hará falta ¿no? - y lo cogió solo tras confirmar que no lo necesitaba.

Después escuchó las palabras del caballero, apagando su entusiasmo al percatarse de que la historia no relataba las proezas que su septon imaginario hubiera querido escuchar. Él conocía las desgracias que podía suponer una guerra y no le costó mostrar un gesto afectado. 

-  Parece que nunca superaremos estos conflictos... - lamentó para si mismo. 

-No os preocupéis, tengo otro frasco. -Dijo el caballero insistiendo en que se quedara con aquel regalo.

El caballero caminó durante unos instantes en silencio, meditando las palabras que él mismo había dicho y las que había aportado Roshar como reflexión final. Finalmente suspiró cansado, del mismo modo que lo haría alguien quien ha tratado de razonar lo inexplicable durante toda su vida.

-Y si los superamos, surgen otros igual o peores. - Añadió.

Whalen frunce el ceño ante la lección del maestre.

Pero... ¿En ese caso no puede ser que me muestre arbitrario? O que así lo perciban mis súbditos? Cómo voy a recordar qué dije en cada caso, para no contradecir mi propio criterio? Acaso lo tendré que escribir todo?

El hecho de tener que escribirlo todo se le antojaba un trabajo colosal, y dejar esa tarea en un tercero le parecía, paradojicamente, injusto.

Entonces un pensamiento le cruzó la mente, como una nube negra, y no pudo reprimirse a la hora de preguntar.

¿Y si para ser justo se ha de ser injusto? Preguntó, pero al darse cuenta que parecia un acertijo, se apresuró a aclarar, ¿Y si para conseguir la verdad se ha de hacer algo incorrecto, como torturar a un muchacho? O si hay un asesino en una familia pero sus padres y hermanos lo encubren... Está bien matarlos a todos? Es eso justo?

Lentamente fue calmando su risa miro hacia un punto distante del camino e hizo un suspiro. Palmeo a su corcel y miró hacia su esposa. En ella encontró su mirada de bienvenida  y le devolvió un gesto de asentimiento acompañado de un pequeña sonrisa.

- El dicho cuenta que el canto del tordo en más bello cuando la tormenta esta próxima. - Frunció un instante el ceño e hizo una larga pausa - Espero que este año tengamos un buen año de espiga, si no tendremos que volver a comprar el grano para pasar el duro invierno. - Le dedicó una pequeña mirada de complicidad -.

A medida que proseguían su camino el animo de Lord Evan iba menguando, la caras que se iban encontrando unido al cansancio del viaje no le estaban sentado demasiado bien. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para no darle demasiada importancia. Daba por seguro que no era muy provechoso enfadarse con cada lugareño que había creído lo primero que le habían contado.

El maestre notó que sus palabras, lejos de aliviar y consolar al joven heredero, le habían puesto más nervioso por lo que trató de tranquilizarlo.

-No os preocupéis mi joven señor. Cuando llegue el momento estoy seguro de que sabréis actuar. Sois un hombre inteligente y sois justo por naturaleza, no tendréis problemas en aplicar justicia.

El joven Crogall todavía no se había quedad satisfecho con las explicaciones y seguía dando vueltas a su cabeza, mientras en ella bullían cientos de posibles y paradójicas situaciones en las que debería verse envuelto cuando le llegara el momento de gobernar las tierras de su padre.

-Los castigos deben ser proporcionados al delito. Esa clase de situaciones muy raras veces se dan, pero si os veis en una encrucijada como esa, recordad que un gobernante siempre ha de buscar el bien mayor. Lo que sea mejor para su pueblo. No gobernaréis para una sola persona, si no para todo un pueblo. Y las tierras del Tearswamp se extienden por bastantes millas.

Después de la respuesta de su marido lady Varya miró alrededor, mas por cerciorarse de que todos estaban en su sitio que por temer algún peligro; vió a Whalen conversando seriamente con el maestre y asintió, siempre se ha preocupado mucho de tener una mente despierta, pensó rememorando cuando hubo cuchicheos por su apatía en el entrenamiento con las armas, si ha salido a su padre seguro que sabrá llevar la casa... aunque sea a su manera. Cuando su mirada avanzó vio a Scarlett con Covern en lo que parecía una charla banal, volvió la vista al frente y su gesto se torció un poco, seguro que sabe lo que nos jugamos y en Desembarco vuelve a ser la de siempre, aunque deberían arrreglar sus diferencias antes de llegar, ya tenemos bastante con lo que nos cae de fuera.

Correspondió a la mirada de Evan con otra enigmática y se quedó en silencio, las caras de las gentes con las que se fueron cruzando decían a gritos que habían oido hablar de ellos, y no bien precisamente; el semblante de Varya permaneció con una media sonrisa mientras los miraba durante un momento, antes de volver a dirigir su vista al frente y seguir guiando a su corcel. En un momento en el que el tramo era visible y no había nadie a la vista, decidió intercambiar unas palabras con ser Adrik.

- Y vos decidme, os ha dicho vuestra madre lo que espera de este viaje.

Su pregunta era en tono casual, con la misma media sonrisa en la cara pero con un brillo divertido en los ojos, quería saber si el joven había sido informado de lo que se debía cocer con respecto a él y cuál era su opinión al respecto.

Galdrín no puedo evitar darse cuenta de que algo pasaba con las gentes con las que se cruzaban, sin duda habían oído algo sobre los Crogall, que no debía de gustarles mucho.

Sin embargo, para Galdrín ser temido por aldeanos mas allá de las tierras de la familia, era algo que poco le importaba.

La gente con la que se iban a cruzar en desembarco, abanderados y familias de nobles pomposos y sibilinos, esos si eran verdaderos enemigos. Pero los aldeanos nada harían frente un grupo de nobles armados, y sus opiniones no cambiarían el curso de la historia.

En semanas puede que olvidaran quienes eran los Crogall, y tan solo unos cuantos con buena memoria y poco que hacer recordaran porque debían de ser temidos.

Sin embargo, el maestro, no estaba exento de ojos en la cara, notaba como aquello minaba la moral del buen señor de los Crogall. Parecía que aquella desconfianza pueblerina ganada injustamente le afectaba negativamente.

Su caballo, en uno de sus múltiples viajes de atrás a adelante y vuelta, se dejo caer cerca del señor de la casa, mientras la señora metía un dedo en una llaga profunda en el corazón de Adrik.

Señor, nuestro viaje puede ser mas cómodo si las gentes se apartan de nuestro camino sin tener que forzarlo. Sin duda la fortuna nos sonríe en ese sentido.

Sabía que aquellas palabras eran un pobre consuelo para el señor de la casa, pero esperaba que supiera leer bien lo que su maestro de armas le quería expresar. 

Ser Roshar permaneció en silencio durante varios minutos, permitiendo que la sensación de desánimo se intensificara al encerrarse cada uno en sus pensamientos. Dictaminó que era hora de partir. Aquel hombre no parecía jugar ningún papel peligroso en su tablero y manteniendo un ritmo a pie no conseguiría sobrepasar a los Dannet.

- Gracias por amenizarme este... descanso, Ser. - comentó, mirando al caballo con cierta incomodidad. - Pero me temo que debo tomar de nuevo las riendas de este animal aunque acabe por destrozarme las posaderas. - Un intento por bromear asomó en su tono, aunque quiso sonar preocupado. Se colocó dispuesto a montar el caballo, pero dudó. - He de llegar a Desembarco cuanto antes. - se alzó a trompicones, quedando tumbado sobre Modesto antes de colocarse a horcajadas sobre él. Dio tiempo suficiente por si el caballero quería saciar su curiosidad atreviendose con alguna pregunta. En caso contrario no demoraría su marcha al trote tras desearle que los siete fueran con él y lo protegieran. 

La pregunta de Lady Varya había pillado totalmente desprevenido a Ser Adrik que la miró en un primer momento sin comprender muy bien a qué se refería. Tras sopesar de nuevo la pregunta, el caballero frunció el ceño algo extrañado. Aunque no comprendía la naturaleza de pregunta semejante en mitad de un viaje, por muy casual que hubiera sonado en labios de la dama, Ser Adrik parecía sobre todo incómodo ante la idea de hablar de su madre.

-¿Mi madre?. - Dijo mientras las facciones de su rostro exteriorizaban la sorpresa que sentía. -Supongo que ella espera que el viaje sea satisfactorio para la casa, al igual que todos. - Respondió con la sorpresa todavía presente en él.

El bien mayor...

Murmuró Whalen, y asintió reflexivo a la lección del maestre. De golpe sonrió, agradecido.

Muchas gracias por vuestro consejo, maestro... Pero decidme, habéis hablado de un cónclave de maestres... ¿Es eso habitual? Y de qué se habla en esos cónclaves?

Pregunta emocionado.

Lo cierto es que, comparado con el cónclave, el torneo se me antoja una frivolidad...

Miente el heredero, pues en verdad se muestra muy emocionado con la perspectiva de demostrarse que sus horas de entreno han servido para algo. Que ya no es ese mozo desgrabado y patoso al que se le caen las cosas delante de su padre.

La cara que puso el joven ante la pregunta formulada le dijo a la dama la respuesta antes de oirla, aunque su expresión también le informó de que la relación que tenía con su madre no era algo de lo que quería hablar; Varya sopesó la respuesta de él y los pros y los contras de contarle las aspiraciones de la mujer, al final decidió que ya hallaría un momento mas apropiado para informar al joven que no en mitad del camino.

- Sí, por supuesto que esperará eso. - hizo una breve pausa mientras buscaba las palabras adecuadas y continuó - Pero yo me refería a si os ha pedido que le llevéis algo en especial de Desembarco... o si queréis adquirir algo como sorpresa, ya sabéis algún recuerdo o algo en particular; en ese caso podría ayudaros, seguro que yo tengo mas oportunidades de salir que vos.

Teniendo en cuenta que ser Adrik tenía que participar en el torneo y cuidar de la familia, no le quedaría mucho tiempo libre para nada mas.

-Muy bien, espero que los Siete os guarden en vuestro viaje. - Dijo el caballero con una ligera inclinación de cabeza. -Yo todavía aguardaré un poco más antes de destrozar las mías. - Añadió con una sonrisa continuando la broma de Roshar.

-Si queréis un consejo podéis hacer noche en la posada de El gran Venado, es una posada muy confortable y muy bien atendida, o al menos así la recuerdo. Desde allí tan sólo tendréis una jornada más de viaje a Desembarco del Rey si lleváis un buen ritmo.

Al maestre pareció gustarle el comentario que hizo Whalen sobre la importancia del cónclave en comparación a la del torneo pues el anciano estaba totalmente de acuerdo con esa afirmación y, para él, el torneo tan solo era un espectáculo para contentar a las masas mientras que en el cónclave se reunirían las más brillantes mentes de los Siete Reinos para tratar temas de suma importancia en cuestiones tales como política, historia, ciencia, geografía y otras muchas materias y poner en conocimiento de todos los hallazgos y descubrimientos más importantes.

-No en vano se trata de una especie de torneo de intelectos. - Comentó con una sonrisa.

El maestre procedió a explicar a Whalen en que consistía en cónclave, del mismo modo que tan sólo un par de noches atrás se lo había explicado a Lord Evan al calor de una hoguera en la noche que habían pasado a la intemperie tras la primera jornada de viaje.

-No suele ser muy habitual. Sólo cuando se produce un evento de tal envergadura como este, en el que se reúnen casas de todos los lugares de Poniente, se suele celebrar también un cónclave de maestres. Claro que al igual que ocurre con los torneos, también hay cónclaves de menor importancia. Este, en cambio, es el más importante que se ha hecho en los últimos años porque acudirán a él las grandes casas y con ellas sus maestres, y también muchos de los maestres de Antigua. El Gran Maestre Pycelle será quien lo presida. -Le explicó mientras cabalgaban.

-Allí se debatirán gran cantidad de preguntas académicas, hallazgos actuales de nuestros estudios e investigaciones y se anunciaran nuevos descubrimientos. Se compararán notas y observaciones, y sobre todo se hablará mucho, largo y tendido sobre cada uno de los temas. Aunque no os penséis que es tan idílico, en realidad se trata de una feroz lucha intelectual entre los graduados de la Ciudadela donde cada cual querrá destacar.