Partida Rol por web

Una nana inunda tus oidos cuando te despiertas.Tambien es lo ultimo que escuchas cuando te duermes.Y entre medias del dia..que ocurre, pequeño Vicktor?
Te levantas con un beso de la que dices que es tu madre.De hecho todo el mundo cree que es tu madre, pero tu sabes que no es asi.Solo por tu propia felicidad, por que te traten son un niño normal.Que egoista!!!Petulante niño egoista!Crees que puedes engañar a Dios?!Que osadia!
Intentas engañarte a ti mismo engañando a los demas.Esas manos que te ponen el desayuno frente a ti sabes que no son las de tu padre.Esos labios que  besan tu frente mientras te peinan no son los de tu madre.Incluso esas manos junto a las tuyas mientras juegas a la pelota no son la de tus hermanos.No son los pensamientos que lees tuyos.Son de otros y los haces tuyos como la araña hace suya a la mosca en su teleraña.

Y lo peor es que lo sabes.Lo sabes pero no quieres cambiar.Insipido niño!Juegas a creerte el croupier de una mesa de la vida.Repartes las cartas de amor y odio a partes iguales y cuando te aburres cambias la baraja.Sabes que tus enfados te llevarian mas lejos de lo que llevo el incendio de Roma al Cesar.Mas lejos que lo que le llevo su ira al capitan Ajhab tras la ballena blanca...mas lejos de lo que cualquier ser humano pudiera.

El mundo esta lleno de miedo por las cosas de desconoce y los demonios .Pero tu eres el peor, verdad?O es solo lo que tu cabeza dice.Tu "otra personalidad".Tu otro yo...¿O no es tu otro yo?Crees realmente que esas voces que escuchas en tu cabeza no puedes ser tu..quien es? De quien esa maldita voz?Esa voz que te dice que hagas cosas, a veces en tu beneficio. En su mayoria en el suyo.Quien es? Dime, oh lloron de teta maldita.¿Quien es el que tras tus ojos siente que tu  falsa madre te besa?¿quien ese que juega con tu hermano a quemar Hormigas?¿quien es ese que te acompaña por las noches y te arropa  mientras tu mente juega con los recuerdos de los demas?¿quien ese que en tus sueños te muestra de lo que podrias ser capaz ..si quisieras.

Y lloras en tu habitacion.¿Solo?No, pequeño bastardo de las mentiras.Tu voz se rie mientras tu lloras y te sientes tan culpable como el perro que destroza los cojines de su amo.

Y aun te preguntas porque estas solo, maldito raton de cocina.No eres nadie sin tu otro yo.No eres nadie sin tu otra mitad.La que toma el control cuando tu no te haces cargo de la situacion.Y tus esperanzas se desvanecen en un mar de lagrimas.Deseas libertad y amor verdadero, pero por el camino que vas sabes que el rio de sangre ,temes, sera tu unica salvacion.

Y tu sueño llega mientras tu compañero se dispone a susurrarte a los oidos.Te tapas los oidos con la almohada pero no puedes evitar oirle...oirle?No le oyes.No esta vez.Esta vez no le oyes.En vez de eso...silencio.Como nunca habias escuchado antes.

Te encuentras frente a un estanque.La bruma baña la orilla y oyes un lamento.Viene del agua.Sin duda no es una sirena.Sabes que si quieres puedes irte....y quizas te encuentres al otro esperandote.Miras detras de ti y solo ves la puerta de tu cuarto.Y al frente el estanque....Y el lamento...vuelve a sentirse en tus pequeños oidos.

No, no es un sueño. Claro que no. La gente olvida los sueños. O no los tiene nada en cuenta. Para ellos son como las historietas de los folletines. Pueden pasar miedo mientras los leen pero luego, al cerrarlos, la cosa acaba. Al menos él sabía que la cosa no acababa. En ningún momento pensó que el estanque que aparecía frente a él fuera menos real que la puerta de su cuarto.

Estaba acostumbrado a ver y oír cosas. Se podría decir que en realidad no despertaba del todo. Incluso dudaba si de verdad dormía o ocurría que el silencio de la noche le dejaba percibir lo que durante el día silenciaba con su ruidoso trajín de niño.

Porque, eso sí. Se sabía niño. No era esa otra cosa que le turbaba fingiendo ser él. O, al menos, no tenía por qué serlo. Y de verdad se esforzaba en ser un niño. Era difícil. Por las cosas que veía que un niño no debería ver nunca, lo que sabía que un niño no debía saber y lo que hacía mal, que le empujaba a dejar de ser uno. Y, sobre todo, porque no sabía de donde venía y no conocía su verdadero nombre.

No quería fingir pesadillas y correr a refugiarse en la cama de los padres, como había hecho la noche anterior.

Se había portado mal y se había propuesto ser valiente y esforzarse más. Esa misma mañana había sido todo un cobardica y casi le da un disgusto a su querida Jazmín. Pasó en la cama grande del matrimonio. Ya entraba luz cuando escuchó la puerta que se abría despacio, y notó unos golpecitos, como un peso que caía y se elevaba tirando un poco de las sábanas. Primero se asustó pero pronto se dio cuenta que era la hermanita que saltaba sobre la cama gritando a cada bote algo que tardó en reconocer. Era tan pequeñita y tan angelical que él temía que en uno de esos saltos echara a volar y lo abandonara.

-Viva Víctor. Viva Víctor. Viva víctor.

Con la hermanita vitoreando al nombre de Víctor, él fingía dormir. En la familia pensaban que era un niño de despertar lento, pero no reaccionaba porque tardaba en reconocer Víctor como su nombre. Y eso le enfadaba y le entristecía por igual. Apretando los ojos pensó en otros nombres, como hacía a menudo, para ver si acertaba y reconocía alguno como el suyo: Sansón…, Aníbal…, Jasón…, Satán. Y con este último gritó muy fuerte tratando de incorporarse aparatosamente. ¿Habría querido tirar a la niña al suelo y que se rompiera la crisma, y que se callara de una vez? No, eso le enfadaba todavía más. -¡Nó!

Pero Jazmín -su nombre real era Jeane, pero todos en la familia le llamaban Jazmín- era inmune a sus maldades, y como un gorrión sorteó el pequeño terremoto para salir corriendo en busca de su mamá. Pronto vinieron las dos a socorrerle y despertarle con mimos y cariño. Lloró mucho, casi hasta la hora del almuerzo. Tanto que había preocupado a la madre.

Y ahora sería valiente.

Y por otro lado estaba su infinita curiosidad. Ese silencio le intrigaba tanto… como si esos lamentos vinieran de alguien que asustara al mismísimo Niño Perdido.  Y lo tenía que conocer. Y si estaba en peligro, le tenía que socorrer. Era una oportunidad que no dejaría escapar.

Trató de agarrar un junco para explorar el agua. Podía ser un estanque infinitamente profundo, o estar poblado de pirañas o muertos que te llevaran hacia abajo.

-Señorita, señorita.

Tu voz resuena hueca, como si estuvieras en un gran auditorio.Sientes la humedad y el frio.Tu respiracion hace pequeñas nubecillas de vaho.

En un momento los juncos se mueven a tu izquierda, y ves una sombra.Esta quieta.Tu sabes quien es.Podria ser el Niño Perdido?Apenas vislumbras su silueta y una sobra al contra luz.Te mira, auque no le veas, sabes que te esta mirando.PEro esta en silencio.Y gira la cabeza, o eso parece, al estanque.El tambien parece tan desconcertado como tu.Esta asustado. Como tu.

Con el palo oteas la orilla.Esta llena de fango y limo.Y crees, que si tuvieras que meterte , el agua te llegaria casi hasta el cuello, puede que mas si llegas al centro de la laguna.De la superficie del agua ves brotar unas pequeñas burbujas.

Oyes de nuevo el lamento de la mujer.

-Ayuda!-Consigues entender

El Niño Pedido.Se encoge de miedo.

Era la primera vez en su vida que veía al Niño Perdido asustado. Hasta ese momento ni siquiera lo veía posible. ¡No era invulnerable!

La alegría de verlo apocado le dio esperanzas, y las esperanzas le dieron fuerzas. No seré un cobardica –pensó- Yo ayudo a quien lo necesita. Para asegurarse de poder volver, habría hecho una cuerda de sus sábanas, como hizo el conde de Monte Cristo para escapar de su prisión. Pero temía que si apartaba su mirada, el lugar se desvaneciera, y con él un misterio que necesitaba escrutar. Una oportunidad que no dejaría escapar. Se puso a temblar y sin más precaución, antes de que el miedo le hiciera recular, se metió en el agua. Eso sí, con delicadeza, como no queriendo ofender a las criaturas que moran en el limo.

-Señorita, voy en su ayuda, no tema.

Poco a poco vas entrando en la laguna.Te aferras a cualquier junco o planta que te pueda servir de asidero.

Avanzas torpemente hasta le lugar de donde vistes el pequeño remolino y burbujas en la superficie del agua.El barro se mete entre los dedos de tus pies y notas como algun tipo de fauna acuatica te besa las pantorrillas.

El niño perdido mira tras los juncos intrigado.Inclina su negro cuerpo acia adelante, como intentando ver mas alla de lo que su infinita vision puede atisbar.

Cualdo vuelves tu vista al agua ves emerger de ella, del lugar donde estan las burbujas, una mano.Se alza pidiendo ayuda.La ves claramente y esta mano abierta al cielo se agita, como intentando asir el aire.SE empieza a humdir una vez mas  pero vuel ve a salir...la mano pide auxilio.

-Victor, salvame!!-Oyes.Pero no sabes si lo oyes, lo imaginas o es tu pensamiento psicotico  el que lo ha oido.

Ojalá y hubiera tenido una cuerda. Habría atado ese brazo y habría tirado haciendo polea con una pata de su cama. Hasta sacarla.

Pero no. Era cuestión de un segundo. Si no hubiera sido un niño tal vez no se habría fiado. Quién sabe qué trucos conocen las ondinas para atrapar a los niños. Un adulto en el cuerpo de un niño nunca habría agarrado esa mano. Pero Víctor era un niño que además quería ser un niño y no se paró a sospechar. Actuó irreflexivamente como si su fuerza, escasa incluso para sus ocho años pudiera arrancar un cuerpo de un adulto de un algo que lo arrastra a las profundidades.

-No se preocupe, señora, yo la ayudo.

Y se aferró a la mano para tirar de ella.

Del agua sale una mujer.

Es bella.Rubia.De generosos bustos y estrecha cintura.Va unicamente ataviada con una camison de encaje azul que esta medio rasgado por muchos sitios.Y gracias al agua, se te antoja demasiado exuberante , para lo que la mente de un niño puede concebir respecto a la sexualidad.

La agarras y tiras fuerte mente de ella.Y ella se agarra a tus pequeños brazos mientras esta medio ahogada.

Poco a pocos vais saliendo de la laguna en direccion a tu habitacion.Pero es complicado.Tu nueva acompañante pesa y esta medio confundida,presa del panico y el terror...lo dicen sus ojos, lo dicen sus labions y sus manos que se aferran a los tuyos como la nieve se agarra a las flores antes de llegar la primavera.

Ella te mira pidiendo ayuda.Y entonces sabes que hay algo mas.No solo eres tu o tu poca fuerza.No solo es la poca falta de colaboracion de una persona que esta aterrada y aturdida.Hay algo mas.

Por mucho que tiras no consigues sacarla de alli.

Estas casi a punto de ello.Estas justo en un punto en que tu esta pisando la embarrada ribera, pisando la poca vegetacion que hay y ella tiene medio cuerpo fuera del agua.Solo las piernas estan dentro del lago.

Miras a la sombra de tu "yo·.El aprieta los puños mientras mira la escena, esta vez detras de tu cama, como animandote a que lo hagas.Tira Victor!Tira!Parece decir!!!

Tiras y tiras.Y ella sigue sin moverse, mientras te mira y grita, con miedo en los ojos.

-No me dejes,Victor.No me sueltes!!!-Grita deseperadamente.

En un pequeño tiron que das ves algo agarrado a su pie.Al principio piensas que podria ser un alga enredada.Cuan iluso eres!.Piensas que esta situacion es normal?Y ya puestos...que es normal para ti, pequeño amigo? Dormir toda la noche  teniendo pesadillas mientras le Niño Perdido te "aconseja " que hacer con tu miserable vida?O elaborar pequeños nuevos planes para poseer la mente de tu querida familia.No. No es normal.Ni eso ni esta situacion.

Es una mano, huesuda y negra que la sujeta. La agarra.La hace daño,Victor!!Esa maldita garra se envuelve en su blanco y delicado tobillo como una tenaza..y no la deja salir.

Y ella, mi pequeño amigo, te mira  directamente a los ojos, suplicando piedad.Que la ayudes.Que no la dejes.Te hara culpable de ello si no consigues salvarla.

-¡Haga fuerza, haga fuerza! Gritó con su voz infantil.

Quería tirar de ella pero sus brazos no le respondían, como cuando en los sueños tratas de correr y tus piernas no te hacen caso. No quería soltarla, y seguía sosteniendo sus manos, pero notaba que la fuerza se le escapaba poco a poco, conforme el miedo crecía.

Tenía miedo de que esa cosa le agarrara también sus tobillos. No puede, pensó, tiene sólo dos manos y si la tiene a ella no me puede tener a mí. Pero eso no era suficiente para envalentonarle. Incluso esa mirada de la víctima, lejos de animarle, le asustó más. Temía que esa mirada acusadora se uniera al coro de las cosas que no le dejaban dormir.

Así que se quedó inmóvil. Notaba que un enfado estaba abriéndose paso en él. Una excusa, una rabieta, una huída. Por ahora la podía reprimir, pero sabía que no iba a poder aguantar mucho más.

La mujer se agarra ati y empieza a sollozar.

-No..no me dejes!!!Yo no tengo la culpa de...de...Ahhhh.....me hace  dañooo!!- Grita desesperadamente la mujer.

Tu, en vano tiras y tiras, pero apenas consigues moverla....y esa mano que agarra su delicado tobillo ya no es una mano.Ahora es un brazo casi completo.Igual de negro que el resto de la mano.Algo sale del agua.Muy lentamente

Sabes que si no consigues sacarla a tiempo, puede que os lleve a los dos al fondo y entonces... quien bajara a buscarte al fondo del abismo.

Y si la sueltas?Tu conciencia estaria tranquila?Y si ella ya te ha agarrado tan fuerte que auqneu la sueltes...ella no quiere?

Sientes miedo, he Victor?Y ansias...e ira!!!Ira!!!!

Y al niño perdido , ojeando tras la cama, aunque tiene miedo..se crece con tu ira.

Y la ira fue abriéndose paso con el miedo.

-Señorita, mis fuerzas no bastan y si usted no hace de su parte me temo que tendré que soltarle.

Y cuando ella se cogía fuertemente, mostrándose dispuesta a arrastrarlo con él, tiró varias veces de sus brazos, que eran como cuerdas que le ataban las manos. Entonces habló nervioso, a un paso de la cólera.

-Por favor señora, no puedo con usted, tiene que soltarme. Perdóneme señora pero sólo no puedo. Él es más fuerte que yo y viene hacia aquí. Tiene que soltarme, señora… ¡Por favor!

Esa mirada de cordero degollado se le quedaba clavada. Y esas manos heladas se le aferraban mientras esa cosa salía del agua.

-¡Déjame! ¡Suéltame! ¡Llévatelo!

Gritaba con toda su fuerza, tirando violentamente de sus brazos, tratando de zafarse.

-¡Lo estás trayendo! ¡Marchaos! ¿Tira de ti o tú tiras de él? ¿Dices que no eres culpable? ¿Seguro? ¡Vete de mi casa! ¡No me das pena! ¡Llévatelo! ¡Me arrastras!

Trató de darle patadas, pero tenía los pies como pegados al limo y las piernas entumecidas.

Pero un calor que le venía de dentro le traía las fuerzas que necesitaba.

-¿Quién te ha dicho que me llamo Víctor? ¡He dicho que me dejes! ¡No me llamo Víctor! ¡Déjame! ¡Déjame!

Y le mordió fuerte una mano. Fuerte, fuerte, hasta hacerle sangre, hasta que le soltara. Y se marchara. Y se ahogara, o se la llevara al fondo.

La chica se extraña de tu actitud y te mira con los ojos fuera de las orbitas.

-Non..NO nO!!!Quiero vivir!!!-Grita ella suplicando una ayuda.

Pero pronto su rostro se entristece, incluso se traga la ultima suplica para ella.Vuelve la cabeza hacia la laguna y ve que del agua esta casi saliendo una figura , delgada y chorreante de barro negro..Apenas se le ven solo  un par de brazos y la coronilla de la cabeza.El resto esta oculto bajo las aguas.

Te comprende y hace una mueca de sufrimiento infinito.Apreta sus labios y como dejando escapar su corazon, te suelta...

La miras con pena y rabia a la vez.Y ella lo sabe.

Sus tristea ojos azules se llenan de lagrimas .Sabe que va a morir. Y tu no puedes ayudarla.Donde esta tu coraje,heroe?Asi no ganaras tu libertad.Ella tambien sabe, en el fondo de su corazon que nada podias hacer.Y poer eso acepta su destino.Lo aceptas tu.Su destino, me refiero....

Sus manos se garran el fango de la orilla .

-Te quiero..hijo...-Balbucea ella lentamente.

Pasan unos segundo antes que ocurra nada.Solo vuestras miradas se cruzan.Ella no se mueve ni tu tampoco.Y al cabo de un tiempo...Esa cosa la coje de las piernas y la arrastra hasta el fondo.De golpe.No hay un trayecto durante el cual ella resbale..o camino del que ella se resista. Solo la ves desaparecer muy rapido hasta el fondo de la laguna...

-Noooooo....

Se la ha llevado, sin más.

No ha podido hacer nada. Y no ha tenido el valor para cortarle las manos a esa cosa, o dejarse arrastrar al fondo para liberar a esa mujer allá donde se la llevara. O morir con ella, para que no dejarla sola. No era un mártir, ni un santo, ni siquiera era un héroe de aventuras. Era un niño cobardica. Y enfadado…

-¡No eres mi madre!

¡No eres mi madre!

Gritó cuando ya no estaba, y rompió a llorar.