-Usted…usted…tu…lo que seas…tú eras quien estaba anoche en el circo cuando comenzó esta pesadilla. Incendiaste el circo…mataste a las únicas criaturas inocentes de este podrido mundo. Por que? Por que tuvo que hacerlo?- comienzo a notar como se anegan mis ojos. Noto como las saladas lágrimas comienzan a brotar en forma de pequeño hilillo. – Sabe lo que ellos significaban para mi? Acaso podía entender sus gritos desesperados de auxilio? No hay muerte mas horrible que morir devorado por las llamas. Y usted lo provoco, maldito trozo de mierda¡¡ - aprieto los puños con una fuerza inusitada. Me dejo ir y soy sacudido por varios espasmos acompañados de un mar de lagrimas mientras me quedo de pie mirando al desagradable ser llamado Adam Black. - Lo odio, bastardo...lo odio tanto...lo odio...lo odioooohhhh. -
El hombre lagarto ríe divertido con esa voz cavernosa que recordáis de él.
-Si, claro que lo recuerdo, Genevieve. Mejor de lo que piensas. A diferencia del resto lo vuestro no fue un sueño.- Gruñe Black.- La magia de Alice os juntó en la caravana del señor Kusztor.
Lego se gira hacia el enano cuando este le increpa y le hecha en cara los sucesos de la noche anterior. Balck en un ataque de ira coge al minúsculo señor por el cuello y lo alza por encima de la altura normal hasta ponerlo a la altura de sus ojos, mientras que le acerca su rostro como un depredador se acerca a su presa. Laszlo puede oler perfectamente el hedor de sus fauces y el otro olor, el de las rosas muertas y marchitas que desprende el abrigo del lagarto, roto en jirones por varias partes.
-No me provoqué , pequeño señor!!! Le respeto porque en mi interior, mi parte animal me dice que es un amigo... pero no me diga cosas de las que no sabe!!! - Black tira a Laszlo al suelo mientras le da la espalda.- Yo no provoqué el fuego! Todo lo contrario. Me dirigía a la carpa de los animales para soltarlos. A los pocos que podía salvar. No soy mas monstruo que el que ve por fuera. Los animales también son mis amigos. Y esa bruja... ha puesto a prueba mi paciencia durante mucho tiempo.
Se gira hacia Genevieve para espera la pregunta que sabe que ella hará.
Ante la reacción de Laszlo, Genevieve trató de detenerle pero era muy tarde, ya le había provocado. Apretó los puños lista para actuar, pero no parecía más que una amenaza. Se acercó despacio al hombre lagarto y le dijo - Monsieur, le pido encarecidamente que baje a mi pequeño Señor. Sé que él tratará de controlarse mejor en una próxima ocasión - esto era imperativo hacia él. Laszlo podía sentir la tensión de los músculos del rostro de Genevieve y la reprimenda que esto conllevaba.
Entonces, Genevieve recuperó la calma y respiró pronfundamente, aunque en su mirada se notaba la fiereza de su carácter.
- Monsieur, me alegra que recuerde nuestro primer encuentro, pero también recuerdo que usted lo hizo. ¿Quisiera aclararnos esa confusión, por favor? Espero que no sea mucha molestia -.
La chica reflexionó y comenzó a analizar la situación que habían vivido y, la cual les había cruzado. Había dicho que no habían soñado. ¿Entonces la aparición de la bruja era real? Y lo de su padre... ¿Todo era real?
- Monsieur Black, hay algo que también me gustaría que me ampliara. ¿Está usted diciendo que el encuentro en la caravana fue real? ¿No fue solo una ilusión? Entonces, ¿Por qué la hermana de Alice seguía viva y la carpa quemada? Creo que necesito más ilustración, ya que lo que usted relata y la versión de Alice parecen distar un poco - se sentía algo enojada.
Reflexionando un poco más, se dispuso a bajar con delicadeza la mano del lagarto que sostenía a Laszlo, esperando que el hombre cediera a su deseo. Lo tocó suave y discretamente, dejando que su dulce tacto guiara el camino del enano hacia el suelo nuevamente. No podía dejar que lo lastimara, ya que, dentro de ella, podía sentir la furia que él sentía.
- Una última pregunta. ¿A qué se refiere con que ella ha puesto a prueba su paciencia? ¿Está usted en desacuerdo con ella o ella le ha prometido algo que no ha cumplido? Disculpe si esto le parece un tanto atrevido, Monsieur, pero no sabe cuánto anhelaba poder hablar con usted -.
El engendro me coge por el cuello y me levanta hasta la altura de sus ojos. Noto como al aire le cuesta llegar a mis pulmones. Me grita amenazadoramente mientras me lanza por el aire y caigo a plomo en el suelo. Me incorporo dolorido mientras escucho como justifica sus acciones ya que estaba haciendo justamente lo contrario a lo que yo había imaginado. Resulta que el también intentaba salvarlos. Me avergüenza mi impulsividad en ocasiones.
-Señor Black, le pido mis más sinceras disculpas. En ocasiones soy algo…como decirlo? Torpe, ya me entiende. No tengo demasiadas habilidades sociales si me permite expresarlo de esta manera.-
Me giro hacia Genevieve y la miro tímidamente. – Y usted, querida Genevieve, discúlpeme una vez más por mi mala cabeza. Le prometo que me mantendré en un segundo plano para no enturbiar mas las cosas.-