La paz que sintió al ver a Edith viva fue ensombrecida por las duras palabras del editor. No era la primera vez que tenía diferencias fuertes de opinión con un caballero, pero no estaba dispuesto a soportar ser tratado de ese modo frente a tanta gente, menos aún con tantas damas presentes. Aún así respetaba a Alice y ella era la anfitriona, no era un acto digno de él enfrentar a ese hombre en la casa de una dama.
- Señor, ni siquiera ha tenido la amabilidad de presentarse, de hecho ni me conoce, y ha emitido juicios desacertados hacia mi. Ni necesito el dinero de las hermanas Badcok ni soy un farsante en nada de lo que he dicho, por el contrario el prestigio de la Universidad de Londres avala mi labor, no tiene mas que preguntar mis referencias para darse cuenta que esta en un error. Lo que ayer le he dicho a Alice es para ella, no para usted- le contesta secamente al arrogante caballero que arrojó el diario al piso.
Cuando Alice estira la mano se siente llamado a tomarla, un instinto sutil mueve sus brazos casi inconscientemente y sin darse cuenta esta en el centro de la habitación junto a la mujer - Alice, si ellos supieran como bien lo sabemos, que han de morir en este mismo día, mas de uno sentiría miedo, mas aún, sentirían terror si conocieran el modo en que abandonarán esta existencia a causa de esas bestias. Creo que pides mas de lo que pueden dar- se para con firmeza para que la dama pueda apoyarse en él, dispuesto a servirle de sostén cuanto haga falta.
Un poquito de miedo... XD
a pesar de la distancia que había mantenido de todos, la joven intentó mantener todos los detalles bajo control, mientras sus manos se aferraban a la manta de hilo negro ya gastado que cubría sus hombros y escote. Los cuadros y las caras, el color del papel tapiz y el ambiente que se producía entre todos, sus rostros de agobio y luego estupefacción, no se daría cuenta de la fuente del mutismo en que muchos cayeron sino hasta cuando sus ojos claros se posaron en el rostro de aquella que ahora gozaba de muy buena salud. Edith.
- lo sabía... había sido un sueño - murmura con alivio, y a diferencia de otros, parece realmente aliviada, aunque eso no resolvía otros misterios, como el hecho que la reconociera de su sueño, así como como en su sueño había otra persona presente en esa reunión. Noah.
Se acercó un poco más, ahora veía el periódico que otra persona arrojaba al suelo, habían sido engañados, y llevados a ese lugar, ¿por qué? Ahora miraba al joven de ropas elegantes que se acercaba con gran mimo hacia la joven anfitriona. Lo mira con mayor detención, reconociendo en sus rasgos, a alguien atractivo, pero lo que dijo, la hizo mover la cabeza de lado a lado ¿había oído bien? ¿Morir ese día? No es que le asustara la muerte, en las arrabales de Londres, es una constante compañera.
- disculpe... ¿Co-como... que morir el día de hoy?... - había escuchado de dementes científicos, de trabajos denigrantes, incluso de Jack el destripador, y un escalofrío la recorrió por completo, ¿querían hacerles mal estas personas?. Su cabeza trabajó con mucha rapidez, al mismo tiempo que su rostro palidecía completamente. -"Oh, hermana... ayúdame...."- pensó en su hermana, mientras apretaba con ambas manos las punta de la mantilla que llevaba.
Puedo ver si percibo las auras de todos?
Si, tira percepción+ empatía dificultad 8
Motivo: Auspex ver auras
Dificultad: 8
Tirada (7 dados): 9, 2, 6, 5, 1, 5, 7
Éxitos: 0 Fallo
La
Noah escuchó las palabras de Alice como en un sueño. Por un momento se sentía en paz y en calma. Pero cuando habló el hombre el sueño se desvaneció.
¿Iban a morir? Seguro que tarde o temprano el Barón Samedí vendría a buscarlo y le llevaría al infierno, pero no en este momento. Aún tenía una misión que cumplir en el mundo de los vivos y, aunque no temía la muerte, no dejaría que está se interpusiera en su camino.
Sin duda te equivocas, puesto que mi muerte sólo llegará cuando termine mi trabajo. Seamos claros. ¿Dónde puedo encontrar a la familia Cunningham?
Esperaba que le respondiera poniendo un precio por darle esa información, quizá una misión que no podría rechazar. Pero antes de hacerlo comprobaría que lo que dijera fuera cierto y completaría su viaje. Después de ello, ya podía pedirle que fuera al infierno, que saltaría sin dilación para pagar su deuda.