Partida Rol por web

Respiras.
A duras penas, pero respiras.
Das grandes bocanadas de aire intentando compensar el aire que te falta pero aun mantienes los ojos cerrados.Esa sensación mezcla de dolor y cansancio se empieza a desvanecer aunque sabes que esa sensación nunca se ira del todo.

Esperas que lo que ha pasado solo sea una broma de mal gusto.Lo que has visto, lo que has sentido ...esa rabia de impotencia y miedo aún están contigo.

-¿Y bien?- pregunta Alice

Oyes su voz muy lejana, como si fuera en un sueño.Apretas los ojos mas fuerte esperando que se desvanezca todo y poder volver a tu ser.
Desearías poder ver ahora mismo a tu amigo, a tu confidente...a tu amante. ¿A cual de ellos, querido Edward? ¿Hablamos de Albert, de Alloy o simplemente de tu muñeco de trapo Elijah? Desearías poder tener largas conversaciones con ellos sobre cualquier tema, sobre todo histórico... ¿O tal vez no? ¿Desearías mejor estar entre las ababas con alguno? ¿O quizás con los tres a la vez? Si... lo sientes. Esa sensación de se apodera de ti y de tu alma mientras intentas besar algo mas que su alma y no solo con palabras.

Sientes que te gustaría volver a Praga con alguno de ellos y vivir unas vacaciones sin nadie que te mirara mal o te dijera que es lo que tienes que hacer. Así que apretas fuertemente tus puños deseando que la pregunta de Alice no se vuelva a repetir.
¿Tu mano? ¿Que tienes en tus mano que tan fuertemente agarras?¡¡ Ese maldito reloj!! Un maldito artilugio que nunca otros ojos volverán a ver mientras sigas vivo.
 Abres lo ojos mientras abres tu mano solo para volver a ver ese reloj.Maldita sea!!

-¿Señor Edward?- Te pregunta Alice mientras observas el reloj.

Lentamente vuelves la vista hacia la dama ciega. Sus ojos son grises y hace poco que sabes de ella, pero sabes que algún tipo de accidente se llevo su visión.
 Acudiste a ella, pues en tu tienda, su hermana, la señorita Edith , se acerco al mostrador preguntando por alguna sortija que tuvieras.AL ponerle el anillo en el dedo rozaste sus manos levemente y tu vistes una visión. En ella vistes su muerte a manos de ..Ella.

Un monstruo con forma de mujer... vestida de negro. Su altura es considerable.Como considerable es su delgadez extrema..

Su vestido esta repleto de fabulosas rosas rojas oscuras como la sangre , que salen del vestido formando una espiral, marchita... pues las flores apenas guardan un hilo de vida y poco a poco ... alguna va cayéndose al suelo de manera. Pero por cada una que se cae... brota del vestido una nueva que al tiempo  se vuelve a marchitar y caer, o quedarse enganchado al vestido.

Su pelo es una maraña de hilos, pero su cabellera esta muy poblada. Tienes la sensación de que fuera un muerto salido de la tumba, pues sus manos, terminadas en unos dedos largos y puntiagudo así lo describen. Y sus pasos, al moverse, dejan huellas de sangre negra.

También viste a un hombre enorme, vestido con traje de esmoquin y un sombrero de copa. Sus ropas aunque elegante, están muy desgastadas y raídas. Un turbante olor de agua putrefacta y flores silvestres emanaban de el. Su voz, era como si alguien masticara piedras y dejases brotar del interior los restos de las palabras.

No pudiste definir su función, aunque iba con la dama oscura. Pero oíste su voz , la de él, cuando , pareciendo que te hablaba a ti mismo, decía de buscar a Alice Badcock.

Poco mas definiste en esa visión,  sin embargo tuviste clara la idea de buscar a Alice.

Una vez llegaste allí, ella ya te estaba esperando. No sabes como pero lo hacia. Le contaste como un perro con el rabo entre las piernas lo que vistes y ella reconoció tu secreto al momento. ¿ Como es posible? ¿Quién es esta Alice?No importa.

Te pidió  que volvieras a usar tu reloj, que fueras lo mas lejos posible para ver el futuro.Y al regresar, su maldita visión se te hace ahora insoportable.

- ...Muertos...Todos muertos!- Solo pudiste balbucear mientras una lagrima recorre tu rostro.

 La frente de Edward sudaba mientras el dolor de cabeza se le hacía insoportable, sabía que estos síntomas eran solo el comienzo, esta vez había ido demasiado lejos y el horror que había sentido sabía que lo volvería a sentir... lo sabía porque también él había de morir. Maldijo por dentro la hora en que Edith entró a su tienda de antigüedades, maldijo el destino de esa mujer y el suyo propio. En vano lo hizo, sabía que nada podía hacer al respecto, nada cambiaría. 

- Alice, nunca han fallado mis visiones, nunca... pero tampoco había ido tan lejos, tal vez si prevemos estas cosas...- dijo inseguro, quería creer que tenía una chance de sobrevivir, él y los otros extraños que aún no conocía. Sus visiones eran precisas pero algunas veces había podido cambiar detalles de lo que sucedía, solo detalles porque el hilo del destino no se movía por mas que el maquillaje pudiera retocarse. Será nuestro destino? se pregunto sin saberlo. 

La angustia de saberse muerto lo invadió, colmó su interior. Al menos dejaré este maldito reloj en esta tonta vida, un consuelo que esperaba se haga realidad, porque si ese instrumento lo acompañaba tras la muerte sería el peor de los infiernos. La mujer ciega lo citó para volver a verla al día siguiente, con aquellos que habían de morir junto con ellos, tal vez compartía la misma esperanza que él de cambiar el destino, o tal vez solo quería confirmar lo inevitable.

Esa noche llegó cansado a su casa, la niebla ocultaba los rostros de las siluetas, las miraba con envidia porque ellas volverían estar allí al día siguiente. Le pidió a Elijah que lo acompañase a su cuerto, y se quedó en sus brazos viendo el río hasta el amanecer. No cerró los ojos, no se atrevió, era su última noche y ya tendría una eternidad para dormir.