Lunes, 5 de agosto del 2019.
Soleado, temperatura 28ºC
Hora Local: 9.00; 

Manjit no recordaba nada de lo que había pasado. Tan solo la sensación de la caída libre y después como las mascarillas de oxígeno salían de su compartimento. Nada más.

Ahora lo único que podía sentir era el agua cálida a su alrededor y ese escozor del que se lleva un planchazo en el pecho cuando cae mal al agua. Cuando abrió los ojos se encontró en la inmensidad del mar. Había agua por todas partes. ¡El mar le encantaba! De eso no había ninguna duda, pero los chapuzones que solía darse no eran así, no eran con ese fuerte dolor en el pecho y aún menos vestida con aquellas ropas.

Sus prendas se humedecieron a gran velocidad y éstas pesaban exageradamente. Sentía como le arrastraban hacia lo profundo, pero por suerte, Manjit era una experta nadadora y cuando echó un vistazo con más profundidad a lo que había a su alrededor pudo ver dos cosas.

Pudo ver que al sur había una playa, donde parecían encontrarse tres o cuatro personas más. Y al suroeste pudo ver una enorme columna de humo negro.

 ¿Qué habría sucedido?

Y entonces las piezas del puzzle encajaron. El avión en el que habían viajado se había estrellado, aunque no lo veía por ningún lado. Y ahora solo podía hacer dosa cosas, dejarse morir en el agua, o nadar hacia la costa. 

Rápidamente su cuerpo tomó la decisión antes siquiera que su mente, y se dispuso a nadar hacia la orilla. Sabía que en el agua los nervios pueden jugarte una muy mala pasada, así que intentó serenarse y dar brazadas seguras y que le permitieran seguir el ritmo durante un tiempo, ya que calculaba que la ansiada costa estaba a unos kilómetros a nado y no quería morir en el intento.

Lunes, 5 de agosto del 2019.
Soleado, temperatura 28ºC
Hora Local: 10.00; 
^{_{Acordarse para las tiradas de la existencia del "token"}}

Manjit continuó nadando, quizá podría hacerlo más rápido pero prefería ir a buen ritmo para no arriesgarse a quedar agotada demasiado pronto. Poco a poco lograría llegar a la playa para poder ver cuál era exactamente la situación en la que se hayaba.

Llevaba un buen rato dando brazadas, parecía que la orilla se iba acercando poco a poco, y con ello la seguridad de pisar por fin tierra firme. No quería pensar en qué podía haber sucedido, en si estaría sola o si encontraría ayuda. Ya se preocuparía de eso más adelante. 

De pronto, notó un doloroso pinchazo en un costado. ¿Se habría roto algo en la caída? Intentó seguir nadando, un brazo tras otro, pero el dolor se hacía cada vez más agudo e insoportable. Rezó a todos los dioses que recordaba, solo la oportunidad de llegar a la playa. Finalmente, un dolor desgarrador se apoderó de su cuerpo. Abrió la boca para gritar, y sin poder evitarlo tragó agua. 

Lunes, 5 de agosto del 2019.
Soleado, temperatura 28ºC
Hora Local: 11.00; 
_{^{Acordarse para las tiradas de la existencia del "token"}}

Cuando Manjit se estaba acercando a la orilla empezó a sentir como la resaca del mar la echaba de nuevo para dentro. El nado se estaba complicando porque por mucho que se esforzaba apenas avanzaba unos pocos metros y aunque pensaba que iba a ser pan comido llegar a la orilla no estaba resultando tan sencillo.

Agotada y dolorida, Manjit finalmente llegó a la orilla. Nunca sus pies y manos habían tocado algo tan glorioso como aquella arena de la playa. Podría haberla besado si no fuera por sus labios resecos debidos a la sal. Se tumbó en la arena, deseando poder permanecer allí recostada para siempre. Una parte de ella no quería levantarse nunca, pero su parte más consciente sabía que debía moverse, y rápido. Tenía que guarecerse del sol del mediodía antes de que le abrasara y le diera una insolación. Sobre todo, debía buscar agua potable. Miró a su alrededor, todavía sentada, y vio que tras la playa había una vegetación espesísima. Sin duda, debía existir algún tipo de agua dulce cerca. Tampoco cabía la menor duda de que en ese vergel vivían animales salvajes a los que temer. A duras penas, se levantó y dirigió sus pasos lentos hacia la selva.

Lunes, 5 de agosto del 2019.
Soleado, temperatura 28ºC
Hora Local: 12.00; 
_{^{Acordarse para las tiradas de la existencia del "token"}}

Vanesa no recordaba nada de lo que había pasado. Tan solo la sensación de la caída libre y después como las mascarillas de oxígeno salían de su compartimento. Nada más.

Ahora lo único que podía sentir era el agua cálida a su alrededor y ese escozor del que se lleva un planchazo en el pecho cuando cae mal al agua. Cuando abrió los ojos se encontró en la inmensidad del mar. Había agua por todas partes. ¡El mar le encantaba! De eso no había ninguna duda, pero los chapuzones que solía darse no eran así, no eran con ese fuerte dolor en el pecho y aún menos vestida con aquellas ropas.

Sus prendas se humedecieron a gran velocidad y éstas pesaban exageradamente. Sentía como le arrastraban hacia lo profundo, pero por suerte, a Vanesa no se le daba mal nadar y cuando echó un vistazo con más profundidad a lo que había a su alrededor pudo ver dos cosas.

Pudo ver que al sur había una playa, donde parecían encontrarse cuatro o cinco personas más. Y al suroeste pudo ver una enorme columna de humo negro.

 ¿Qué habría sucedido?

Y entonces las piezas del puzzle encajaron. El avión en el que habían viajado se había estrellado, aunque no lo veía por ningún lado. Y ahora solo podía hacer dosa cosas, dejarse morir en el agua, o nadar hacia la costa.

Primero fue el vacío, la pérdida total de todo lo que la convertía en Nes. Tanto lo bueno como la malo, la ausencia total y absoluta de todo. Luego llegó el frío, el agua y con él sus ojos se abrieron aterrados. La nada de miedo, mucho, mucho miedo.

La sensación cálida del agua, el brillo del azulado cielo y algunos pedazos residuales en su memoria se abrieron paso. La mascarilla, el cosquilleo en el ombligo cuando el cuerpo cae. No se puso nerviosa de repente, el agua le gustaba eso lo recordaba bien, también la playa pero no vía la ar… ¡Ahí está! Confundida se giró y vió el humo negro, no pensó más, empezó a nadar hacia la arena.

 Mientras nadaba algunos recuerdos del avión quisieron entrar en su mente pero ella no les dejó pasar, los atrapó antes de hacerse más claros y los encerró en algún lugar. Ahora no, ahora solo nadar. Sabía que tardaría mucho en pisar aquel suelo y no quería verse abrumada por nada más que no fuera nadar. Primero sobrevivir, luego recordar.

Lunes, 5 de agosto del 2019.
Soleado, temperatura 30ºC
Hora Local: 13.00; 
_{^{Acordarse para las tiradas de la existencia del "token"}}

Cuando Vanesa se estaba acercando a la orilla empezó a sentir como la resaca del mar la echaba de nuevo para dentro. El nado se estaba complicando porque por mucho que se esforzaba apenas avanzaba unos pocos metros y aunque pensaba que iba a ser pan comido llegar a la orilla no estaba resultando tan sencillo.

Segía nadando aunque la arena no se acercara a ella. Aún más cansada, aún más derrotada, seguía nadando.