A Melvin le llamó la atención aquella luz al lado del lago que se iba acercando. El orondo hombre estaba a punto de asustarse cuando se dio cuenta, en cuestión de segundos, que se trataba de su hija desparecida. Diana por fin regresaba con el grupo, en un estado lamentable. Colmado de emoción y con el corazón en la garganta, el hombre corre hacia ella la hunde en un abrazo paternal. Las lágrimas le caían a través de sus amplias mejillas, y su voz se entrecortaba entre los sollozos.

- *OH MY GOD! Oh my God, Diana... Diana, my little angel* ¡Estás bien! Estás... Oh Dios...

 Al abrazarla, a Melvin se le detuvo el corazón. Tuvo que detenerse a si mismo para no abrazarla muy fuerte, por que daba la sensación de que Diana estaba muy frágil. Al mirarla con detenimiento, pudo verlo mejor: su hija estaba extremadamente flaca y pálida, con la mirada cansada y las orejas prominentes. No la había pasado bien, y necesitaba revitalizarse. Melvin, con una sensación de angustia que le atravesaba el pecho al ver a su hija así, toma su antorcha y la guía hacia el interior de la cueva.

- Entra a la cueva, mi niña... entra, así puedes comer algo.

Sentía como le temblaban las manos mientras recogía un poco de leña. Si conseguía fuego podría orientarse hasta la cueva, estaba segura de ello. Pero aunque consiguió encender su improvisada antorcha, las fuerzas le fallaron y cayó al suela exhausta. En su delirio veía a su padre corriendo hacia ella...

Unos fuertes brazos la abrazaban mientras apenas mantenía la consciencia. 

- ¿Papá...? ¡¡PAPÁ!!

Lo había conseguido. Mientras se abrazaba con sus últimas fuerzas a su padre se desmayó. 

Alisson estaba saliendo de la cueva junto a los demas, mirando como de un momento a otro la luz natural de una antorcha se comenzaba a ver en medio de la oscuridad que ya había en la isla debido a la hora, una sonrisa apareció en sus labios al ver que Melvin corría a abrazar a su hija, al menos estaba con vida y en efecto la habían logrado encontrar tan pronto salieron de la cueva. Rápidamente se unió al padre con su hija, mirando que esta no solo estaba en un estado deplorable sino que también para esos momentos ya se encontraba desmayada, Alisson soltó un suspiro, mirando alrededor por unos segundos, su vista se fue recorriendo desde el lago, pasando por la cueva de la que habían salido.

—No creo que sea posible para ella ir a la cueva por si misma, su cuerpo debe estar agotado y sin fuerzas... Por como se ve Diana no creo que haya encontrado comida— Justo como les estaba pasando a ellos mismos antes de encontrar a Eduardo y todo ese paraíso con comida y agua que les había literalmente salvado la vida.

Alisson aun se encontraba pensativa respecto a ir de inmediato a buscar aquel teléfono, no solo estaban ahora frente a una Diana agotada y desmayada, sino que también pese a tener linternas y cuchillos aun asi parecían insignificantes ante una isla llena de salvajes y dinosaurios que claramente tenían ventaja de terreno —Creo que deberíamos volver...— Comentó mirando a Mitch, esperando que este estuviera en el mismo canal o al menos lo pensara dos veces (Aunque era obvio que Eduardo se opondría a la idea) —Tenemos luz y armas pero estamos en una clara desventaja,  ademas si nos gana el cansancio puede ser fatal... Creo que hemos aguantado lo suficiente, esperar a la mañana no sería malo ¿No? Por fin tenemos esperanzas de salir vivos de este lugar, arriesgarnos asi...— Se quedo mirando al grupo que estaba con ella en esos momentos, al menos tenían que regresar seguro por Diana, sin embargo era buen momento para pensar mucho mejor el plan de acción.

Habían encontrado a Diana, a la que se le veía bastante desmejorada, al punto de caer desmayada en el suelo con las pocas fuerzas que le quedaban. En ese estado, la muchacha no podría acompañarles hasta el avión y tampoco era buena idea que la llevaran con ellos.

-Creo que deberías quedarte con ella, Alisson -razonó Mitch, pensativo. Sabía que Eduardo se opondría a que el grupo se detuviera, por lo que alguien tendría que acompañarlo hasta el avión en plena noche-. De los tres, diría que eres la que tienes menos aguante pero aún podrías cargar con ella hasta la cueva. Podrías quedarte cuidando de Diana hasta que regresemos, aunque si yo fuera el padre de Diana no me separaría de ella si acabo de encontrarla -El hippie dirigió una mirada a Melvin, comprendiéndolo si tomaba la decisión de permanecer también en la cueva. Al fin y al cabo, se trataba de su hija y no querría separarse de ella. Él haría lo mismo si se viera en esa situación-. Tú decides, Melvin. Es tu hija. Si quieres quedarte y descansar hasta mañana, nadie te culpará.

Domingo, 11 de agosto del 2019.
NOCHE, temperatura 17ºC
Hora Local: 23.00; 
^{_{Acordarse para las tiradas de la existencia del "token"}}

Llevad a Diana a la cueva. Aseguró el hombre que iba junto a ellos. Dadla agua y comida y quedaos allí a descansar. No me importa. Han pasado muchos años, pero espero aún recordar como era esta isla. 

Además, si me adentro yo solo haré menos ruido y será menos probable que me descubran. No hace falta que vayamos todos en grupo y además yo estoy mejor que vosotros que sinceramente tenéis una horrible pinta. Trató de ser delicado con sus palabras, pero lo cierto es que empezaba a estresarse porque parecía que cuando daban un paso hacia delante, ellos daban dos hacia atrás. Yo me encargo de buscar el cargador y el móvil. Más o menos tengo clara la dirección que habéis dicho.

Regresad, nos vemos mañana por la mañana.

 Al separarse de su abrazo, Melvin pudo notar que la muchacha había perdido todas las fuerzas y quedó desmayada producto de la inanición y el cansancio. Debían llevarla adentro de la cueva y darle de comer cuanto antes. Este panorama hizo que el orondo hombre se replanteara si ir o no a la misión. Realmente no quería quedarse atrás y había prometido ser el que sacase aquel teléfono del avión, pero no podía separarse de su hija en una situación así.

 Ya había pasado demasiado tiempo alejado de ella.

- Yo... yo necesito quedarme con ella. No pueda dejarla en este estado... quiero verla recuperarse.

 Eduardo entendía esa situación, pero no por ello detendría su marcha. Convencido de su plan, se empezaba a ir a través de la espesura de la selva, lo cual preocupó a Melvin. Girándose hacia Mitch, y por primera vez recordando su nombre y no llamándole "hippie", el hombre le pidió que siguiese al científico ermitaño.

- Sigue a ese hombre, Mitch. Sé que dijo que es mejor ir en menor cantidad, pero seguramente necesite tu ayuda en el camino, y si lo perdemos todo el plan de comunicarse con el mundo *is not going to work*. Si no vuelven para mañana, nos dirigiremos al avión a ayudarles una vez que Diana este estable...

 Dicho esto, Melvin levantó en brazos a su hija con cierta facilidad, producto de la abrumante delgadez que presentaba la joven, y se dirigió al interior de la cueva.

Como Mitch esperaba, Eduardo decidió no esperar más tiempo, desapareciendo entre la espesura de la isla en medio de la noche. Ni siquiera les había esperado, pero el hippie sabía que no era prudente dejarlo solo, no solo porque podía resultar asesinado por sus ex-compañeros o devorado por un dinosaurio, sino porque también podía despeñarse en medio de la oscuridad, perderse o directamente enloquecer cuando viera los cadáveres dentro del avión.

-Lo seguiré. Cuida de Diana, Melvin -le indicó al robusto hombretón, sabiendo que no querría apartarse de su hija al menos hasta que supiera que esta se encontraba bien-. Alisson, quédate a vigilar bien el fuerte -le dijo a la joven, con una sonrisa, intentando infundir esperanzas en sus compañeros.

Sin más, Mitch echó a correr en la misma dirección en que se había marchado Eduardo.

Diana estaba semi-consciente mientras notaba que su padre la alzaba y la llevaba en volandas. Se aferraba débilmente sintiéndose protegida como hacía mucho tiempo que no se sentía, era una sensación cálida.

- Intenté conseguir comida... - susurró - ...quería traer algo de comer... hay un tiranosaurio... y una valla que no se qué rodea... - hablaba de forma inconexa mientras el mundo daba vueltas a su alrededor, quería explicarse pero se sentía mareada por la falta de comida y el meneo al que estaba sometida.

- Lo siento. - terminó con una disculpa y no dijo nada más. Tampoco es que hubiera podido.

Lunes, 12 de agosto del 2019.
NOCHE, temperatura 15ºC
Hora Local: 0.00; 
^{_{Acordarse para las tiradas de la existencia del "token"}}

Alisson estaba demasiado cansada para llegar hasta la cueva y era bastante probable que Melvin no fuera capaz de acompañar a las dos. Por suerte habían cargado las mochilas de agua y alimentos y no tendrían que llegar hasta "el fuerte". Podrían esperar junto a lago a que sus compañeros regresasen y alimentar a Diana para que recuperase energías y dejarla descansar.

Estaban tan agotadas que Melvin comprendió que lo mejor sería quedarse allí hasta que recuperasen un poco las energías.

Apenas un rato después, Mitch regresó sin Eduardo. Había decidido hacerle caso y habían tomado la decisión de descansar allí.

La verdad que aquel hombre tenía razón y todos estaban tan cansados que no tardaron en quedarse dormidos.

Lunes, 12 de agosto del 2019.
ALBA, temperatura 12ºC
Hora Local: 6.00; 
^{_{Acordarse para las tiradas de la existencia del "token"}}

Afortunadamente, la que sería su última noche pasó sin ningún contratiempo. Aunque la noche había sido mucho más fresca que cualquier otra, se habían sentido cómodos y cálidos. La explicación la encontraron al despertase.

Eduardo había venido con unas mantas y se las había puesto por encima. Parecía francamente cansado, tenía un aspecto bastante horrible pues estaba lleno de arena, tenía el pelo sucio y estaba muy sudado. Pero venía con una sonrisa de oreja a oreja. Traía al menos una docena de teléfonos móviles con una gran cantidad de cargadores.

¡Los conseguí! ¡Teníais razón, ha sido todo horrible! Dijo con la cara demacrada que traía. Pero lo hemos conseguido. Ya solo queda poner los teléfonos a cargar y rezar porque alguno de ellos no tenga contraseña y podamos acceder a él. La sonrisa de Eduardo era contagiosa y su estado anímico también. Parecía que por fin pondrían solución a aquel problema y podrían llamar a alguien para que los rescatasen.

¡Al fin lograrían escapar de allí!

Después de haberse agotado al punto en que decidieron mejor quedarse a un lado del lago a descansar, Alisson no se enteró de nada mas hasta el amanecer, despertando de una manera muy inusual pues la calidez de las mantas que les habían cubierto durante la noche era algo a lo que para esos momentos ya no estaba del todo acostumbrada, sin embargo agradeció dentro de ella el haber podido descansar de una mejor forma que el resto de los días anteriores.

Para cuando vio a Eduardo con todos aquellos teléfonos en sus manos una sonrisa se iluminó en su rostro, pues sabía que todo había salido conforme al plan, aquella sonrisa no hizo mas que acrecentarse al escuchar las palabras que salían del cansado superviviente mas antiguo de aquella isla —¡Gracias al cielo! Entonces solo debemos de cargarlos, cuanto mas rápido mucho mejor, que tu solo has visto una parte de toda la locura en la que esta hecha esta isla— Comentó soltando un pesado suspiro, su sonrisa disminuyo cuando pensó en su hermana, a pesar de que salieran de esa isla con vida, realmente terminaría completamente sola y de ello no había duda. —Gracias por las mantas por cierto, no había descansado asi desde que nos estrellamos en esta isla creo...— Terminó de decir, estirando su cuerpo un momento tan solo antes de poder ponerse de pie correctamente, mirando la cueva que estaba detrás de ellos, solo falta muy poco para poder encontrar una salida de aquel lugar.

La sensación de calidez era algo extraño. Se despertó bien, hacía tiempo que no dormía profundamente y tras haber comido algo* el cansancio pudo con ella y cayó profundamente dormida. Alguien le había tapado con una manta, supuso que su padre.

De alguna manera había un montón de móviles y cargadores... intentó localizar el suyo o el de su padre, con suerte estarían en el grupo y con más suerte incluso tendrían algo de carga.

Pero una duda le asaltaba...

- Papá... si contactamos... ¿dejarás a mamá aquí? No sabemos si... ha muerto...

Se había fugado para conseguir comida para el grupo, lo que había salido francamente mal, pero en el fondo quería encontrar a su madre... o su cadáver. La incertidumbre era lo que más le preocupaba, no podría dejar a su madre viva, quizás herida, sola en la isla.

Mitch no estaba muy seguro de que Eduardo pudiese conseguirlo, por lo que al despertar a la mañana siguiente se llevó una más que agradable sorpresa. El superviviente no solo lo había logrado, sino que además regresaba llevando toda una docena de móviles y numerosos cargadores. Se sintió animado y sobre todo esperanzado en que la situación iba a salir bien.

-Bien hecho, Eduardo -felicitó al hombre, incapaz de reprimir unas lágrimas de emoción, sintiendo que estaban cerca de poder escapar de la isla-. Volvamos entonces a la cueva para poner los móviles a cargar.

El hippie echó un vistazo a los teléfonos móviles, intentando discernir si uno de ellos era el suyo para poder utilizarlo. Si lo encontraba y aún le quedaba batería, trataría de llamar a su novia Sam, aunque no albergaba esperanzas de tener tanta suerte de encontrar el teléfono entre los que había obtenido Eduardo.

 Melvin quedó plácidamente dormido a la costanera del lago, feliz de haber podido encontrar a su hija y de haberse asegurado de que no pase más hambre*. Aunque le hubiese gustado tener más seguridad respecto a Eduardo y si el hombre iba a estar seguro en aquella jornada hacia el avión, ser tapada durante la noche y encontrarlo al despertar le dieron la seguridad de que estaba frente a un superviviente experimentado. Quizá no alguien que pasó por las situaciones traumatizantes que ellos habían experienciado, pero alguien que no se iba a dejar pisar por la adversidad.

- *Thank God Almighty!* Ahora nos podremos ir en cuanto entremos en comunicación con-

 Fue en ese momento de repentina alegría en el cual Diana le recordó a su padre el paradero desconocido de su esposa. El hombre se percató de la situación, incluso un tanto avergonzado por haber dejado ese asunto de lado durante tanto tiempo. La supervivencia ciertamente había puesto de cabeza sus prioridades.

- ¡Elena, es verdad! ¡Ella todavía debe estar rondando por *the island*, solitaria! Eduardo, en cuanto logremos contactarnos con el exterior, debemos pedir equipos de búsquedas para que rastreen toda la isla. Deben encontrarla... a ella y a toda *the people* que esta extraviada en la isla.