Martes, 6 de agosto del 2019.
Mediodía, temperatura 29ºC
Hora Local: 17.00; 
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Tras cruzar la extensa llanura, finalmente alcanzaron el extremo de la isla llegando hasta uno de los puntos más al oeste. Allí se encontraba de nuevo una extensa y hermosa playa, y después el mar, lo cuál dejaba claro que aquel lugar debía ser una isla o una península. 

Lo más sorprendente fue encontrar que en aquel lugar también habían caído restos del avión. La parte trasera del vehículo en el que habían viajado se encontraba allí.

Quizá en aquel lugar lograse encontrar algo que llevarse a la boca, porque el estómago le gritaba de hambre y sentía una gran flojera en todo su cuerpo por la falta de alimentación.

dinosaurio que llega y que le de tiempo a esconderse

Diana sin pensarlo entro a los restos del avion, la cola precisamente. El hambre casi no la dejaba pensar, la fatigas eran muchas. Con suerte econtraria comida , agua, y un lugar donde reposar.

Martes, 6 de agosto del 2019.
Tarde, temperatura 29ºC
Hora Local: 19.00; 
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Diana pudo escuchar lo que parecía ser un temblor en el exterior del avión. Algo se estaba moviendo por ahí fuera. Tenía que ser una criatura enorme si hacía aquel ruido. Se acercó a una de las ventanas que había en aquel lugar que le estaba sirviendo de refugio y pudo ver algo que jamás creía que vería:

Martes, 6 de agosto del 2019.
Ocaso, temperatura 27ºC
Hora Local: 20.00; 
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Sábado, 10 de agosto del 2019.
Alba, temperatura 23ºC
Hora Local: 8.00; 
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Tras cruzar la extensa llanura, finalmente alcanzaron el extremo de la isla llegando hasta uno de los puntos más al oeste. Allí se encontraba de nuevo una extensa y hermosa playa, y después el mar, lo cuál dejaba claro que aquel lugar debía ser una isla.

Lo más sorprendente fue encontrar que en aquel lugar también habían caído restos del avión. La parte trasera del vehículo en el que habían viajado se encontraba allí.

Quizá en aquel lugar lograse encontrar algo que llevarse a la boca, porque el estómago le gritaba de hambre y sentía una gran flojera en todo su cuerpo por la falta de alimentación. Y cuando apenas había avanzado unos metros se encontró con un cadáver en el suelo que parecía haber sido devorado por alguna peligrosa criatura. 

Diana observó el cadáver que estaba devorado por algún animal pero pudo soportar su visión bastante bien, desgraciadamente se iba acostumbrando a ver cada vez más muertos.

Ante ella estaba la otra parte del avión, la cola. Diana no recordaba si en la cola se almacenaba algo comestible, algunos aviones tenían el catering en la cola y otros cerca de la cabina.

Observó los alrededores con cada vez más hambre. Por lo visto el hambre podía con el horror de la visión del cadáver y el riesgo de que al animal que había matado a aquella chica estuviera al acecho.

En el exterior no parecía haber nada. De hecho daba la sensación de que alguien ya había buscado allí, pues los pocos restos de maletas o de cosas interesantes estaban abiertos y saqueados. No había absolutamente nada que fuera útil.

Diana pudo escuchar lo que parecía ser un temblor. Algo se estaba moviendo por ahí fuera. Tenía que ser una criatura enorme si hacía aquel ruido. Fuera lo que fuese, sonaba peligroso.

Algo grande se movía, lo mejor era ocultarse y ver qué podría ser.

Se metió en el interior del avión

Sábado, 10 de agosto del 2019.
Mañana, temperatura 24ºC
Hora Local: 11.00; 
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Diana pudo escuchar lo que parecía ser un temblor en el exterior del avión. Algo se estaba moviendo por ahí fuera. Tenía que ser una criatura enorme si hacía aquel ruido. Se acercó a una de las ventanas que había en aquel lugar que le estaba sirviendo de refugio y pudo ver algo que jamás creía que vería:

Diana pudo quitarse del camino de la terrible bestia por los pelos y no pudo reprimir temblar al esconderse dentro de lo que quedaba de la cola del avión.

Una vez en el interior respiró hondo e intentó buscar cualquier cosa que le pudiera servir, ya sea como comida o como cualquier cosa que pudiera sacarle del aprieto que tenía.

Sábado, 10 de agosto del 2019.
Mañana, temperatura 24ºC
Hora Local: 12.00; 
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Por fin Diana había entendido de dónde venían aquellos temblores y aquellos sonidos. ¡En aquella isla había un puto tiranosaurio Rex! ¿Estábamos locos o qué? Por suerte, tuvo tiempo de refugiarse en el interior del avión donde se encontró con una imagen muy desagradable. Aquel vehículo estaba calcinado y lleno de cuerpos calcinados y amputados. Era muy desagradable rebuscar por ahí, pero tuvo algo de suerte al encontrar una pequeña barrita energética que aunque le daría más sed, le saciaría un poco el hambre. Porque además, estaba al borde del desmayo o comía algo urgentemente, o muy probable caería inconsciente por la falta de comida y bebida.

Tanto la bestia que le esperaba en el exterior como los cadáveres que la rodeaban al final pudieron con el ánimo de la muchacha, ¿y si su madre era uno de aquellos cadáveres?

No podía quedarse allí, tenía que salir, pero si el T-Rex la veía, estaba muerta.

Bebió la otra botella que le quedaba.

Sábado, 10 de agosto del 2019.
Mediodía, temperatura 24ºC
Hora Local: 13.00; 
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La situación era tan horrible fuera del avión como lo era dentro. Por suerte el T-Rex no se había percatado de su presencia, pero seguía dando vueltas por ahí buscando alguna presa que llevarse a la boca.

Podía intentar huir, pero tendría que esconderse bien si no quería ser descubierta por aquella criatura.

No había otra... intentar huir o morirse de hambre allí dentro. Con cuidado salió del avión en dirección norte.

Domingo, 11 de agosto del 2019.
MAÑANA, temperatura 22ºC
Hora Local: 15.00; 
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Tras cruzar la extensa llanura, finalmente alcanzaron el extremo de la isla llegando hasta uno de los puntos más al oeste. Allí se encontraba de nuevo una extensa y hermosa playa, y después el mar, lo cuál dejaba claro que aquel lugar debía ser una isla o una península. 

Lo más sorprendente fue encontrar que en aquel lugar también habían caído restos del avión. La parte trasera del vehículo en el que habían viajado se encontraba allí.

Quizá en aquel lugar lograse encontrar algo que llevarse a la boca, porque el estómago le gritaba de hambre y sentía una gran flojera en todo su cuerpo por la falta de alimentación.

No se veía al T-Rex por la zona, con la mayor rapidez pero atenta a la presencia de la bestia continuó su regreso a la zona de al cueva donde suponía que habían volado el desprendimiento.