Partida Rol por web

Sichen y Drassil recogen sus linternas y se meten con el resto en el almacén, en la puerta opuesta a la habitación del párroco. La puerta secreta tras la estantería tiene el panel abierto, llevando a una caverna, y poco después a su propio pasillo con buena mampostería. Avanzando a la luz de las lámparas, en el pasillo hay otro agujero negro de igual tamaño que el de la habitación. Seguramente están conectados.

Llaman, pero Cléquetto no responde. Siguen un poco más, hasta las escaleras que empiezan a subir. La trampilla está cerrada. Con una fuerza similar a la necesaria para romper la puerta, pero ya sin el efecto de la poción, a Taluta le cuesta más reventarla. El pestillo finalmente cede. Salir de allí es aparatoso. La gran alfombra cae pesadamente como una lona, y la semiorca bucea por debajo hasta encontrar el borde y poder retirarla para los demás.

Es el despacho de Cléquetto, el del gran ventanal y las librerías ocupando el ancho de las paredes. El alcalde tampoco está. Al salir al recibidor, unas grandes escaleras suben al segundo piso. En el primero todavía queda otra puerta por abrir. Nada interesante: un comedor, con otra puerta hasta una cocina. Alguno roba algo de comida para picar. Bueno... más bien la toman como adelanto a la deuda que está por ser pagada.

El piso superior tiene un largo rellano, con una balaustrada de madera fina por la que se tiene visión completa de las escaleras. Aquí arriba hay otras dos puertas. Una de ellas da a un dormitorio señorial, con un gran armario, una cama con dosel y un espejo de cuerpo entero. Una pequeña mesa auxiliar junto al espejo dispone de un peine de barbas y una palangana con agua limpia. Salen de nuevo al rellano. La otra puerta está cerrada con llave. Llaman. Mencionan que Martíl está muerto. No responden.

A saber lo que le ha ocurrido, y la verdad me tiene sin cuidado - Drassil lanza un d.magia para buscar el escudo o cualquier rastro de Clequetto, al no encontrar nada decide marchar a la taberna, a dormir, según Clequetto era todo lo que le amenazaba, muerta la amenaza ya no deberían preocuparse por él.... se reuniría con Jilokasina y probablemente intentara avisar al rey al día siguiente... no podía llamar a la evacuación de Holmet, pues las carreteras debían estar todas cortadas por los hombres moorlock aquellos.

- Pues a Taluta no le tiene sin cuidado. Si Cléquetto no aparece, no podrá pagar

Observa a Drassil mientras se marcha y dibuja una mueca de desprecio. Sólo se ha quejado desde que lo conoce, y en lugar de darles las gracias por matar al lagarto parece ofendido. Taluta no es capaz de comprender por qué. Pone la oreja en la puerta cerrada y comprueba de nuevo que no se oye nada al otro lado. Se gira para mirar a los demás y se encoge de hombros

- Taluta derriba también?

antes de tirar abajo una puerta de la alcaldía, miremos si queda algún guardia en la puerta al que avisar, podremos preguntarle si ha visto al alcalde, pero la verdad, estamos bastante encerrados, salir del pueblo es peligroso, porque como dice Drassil es posible que haya emboscadas, y quedarse es prepararse para un asedio y el pueblo no tiene nada donde parapetarse.... Lo veo bastante crudo....

- ¿que es eso de un asedio? yo ya he tenido suficiente batalla para una semana por lo menos.

durante un momento se queda pensativo y callado (algo bastante inusual), hasta que por fin recuerda algo que le hace dar un bote.

- ¡oh! cerca del pueblo hay un lago, podríamos irnos en una barca. Es más, el enano podría haberse largado en esa dirección.

-Empiezo a imaginar que el alcalde halla empleado magia para transportarse fuera de aquella habitación. Lo que me extraña es esta puerta cerrada. Taluta, si eres tan amable, yo sí quiero ver lo que hay tras esta puerta cerrada. Ya no me fío de nuestro patrón -han pasado muchas cosas desde la llegada de Ulthor y Taluta al pueblo y todo indica que sólo han visto la punta del iceberg, lo que resulta bastante incómodo. El elfo empieza a impacientarse y cada vez tiene más ganas de acabar con el trabajo encomendado, recibir la paga e irse de allí. No son sus problemas y no sabe nada de lo que los ha causado. Por otro lado todavía está en deuda con Taluta, así que tenía que esperar a que ella se decidiera a emprender su búsqueda por uno u otro lado.

Asiente a Ulthor y le ayuda con la puerta. Ir a descansar es tentador, pero no sin antes revisar toda la alcaldía.

Tras varios intentos, con Drassil ya fuera de la Alcaldía, La puerta termina cediendo. Las contraventanas están echadas, aunque eso no incomoda a los ojos de Taluta. De todas formas, Sichen también acerca el farolillo para iluminar la estancia.

Dos camas, dos baúles, una mesa de escritorio... Esta debió ser la habitación de los dos hermanos de jóvenes. Hay mucho polvo, es casi seguro que nadie entrase aquí en décadas. Bajo las camas solo hay telarañas, en los baúles solo hay ropa y calzado viejo y pasado de moda. En la mesa de escritorio también hay una llave oxidada por el paso del tiempo, que encaja con la cerradura de la puerta recién derribada. Ese punto no cuadra. Significa que alguien cerró desde dentro, y luego abandonó la habitación de otra manera, olvidando la llave atrás. Cléquetto ya demostró en la iglesia que posee magia para escurrirse de semejante modo.

La mesa también tiene muescas, marcadas con una navaja, hasta formar runas enanas. Sichen las lee pero no hay nada de importancia. Por ejemplo, Martíl escribió su nombre en la madera, pero aparece tachado, cosa que haría Cléquetto mosqueado porque su hermano dejase la marca en su zona de estudio. Otra es "M>C", y también está tachado. Hay también dibujos rudimentarios: uno es una caricatura de un enano feo y deformado con poca barba, y hay algunos dibujos de genitales masculinos. Un pequeño testimonio atemporal de la enemistad entre los dos hermanos.

Drassil da por terminada su visita a la alcaldía. Camina solo por las calles vacías, entre las sombras alargadas y amenazantes que se forman bajo la luz de las estrellas. Por suerte no hay ningún percance, y llega sano y salvo a la posada del Vélvet Azul. Pero está cerrada por dentro. Sus nudillos llamando no logran hacer mucho ruido, así que al final opta por quitarse una bota y golpear con la suela.

Su fino oído llega a escuchar pasos tras la puerta, que de pronto se abre. Una tímida Sara se asoma sujetando la puerta para poder cerrarla rápidamente si algo malo quiere intentar entrar. Viste un largo camisón blanco, con una chaquetilla de punto sobre los hombros. Drassil la ha despertado en mitad de la noche, obligándola a bajar sin tiempo para vestirse.

¿Quién...? ¡¿Drassil?! Pasa, pasa... ¿Vienes a por la paladina, verdad? Esta tarde ocurrió algo. Una mano... uf... sé que parece una locura, pero te juro que una mano translúcida entró flotando en la posada. La mano dió dos toques en el hombro de Ji... No recuerdo ahora su nombre... Tu amiga elfa. La mano se quedó en suspensión, como esperando, hasta que la paladina se decidió a seguirla. No volvió desde entonces. Bajé a abrir porque pensé que era ella. Pagó una habitación por adelantado y creí que por lo menos vendría a dormir.

¿¿Qué?? ¿¿Cómo?? - ¿La madre de los mellizos que había mencionado Martíl? ¡Qué temprano se cobraba venganza!- Drassil rebuscó a su alrededor, esperaba que en el suelo hubieran huellas de Jilokasina, aunque no se creía capaz de seguirlas, ya estaba muy cansado y además no era su especialidad, aunque esto le acabara de desvelar del sueño que tenía. ¿Como puede ser? Es propio de la valiente Jilo, pero muy inesperado que ocurriera en la misma noche.

Drassil buscaría su rastro y lo seguiría en el caso de existir, si no encontrara ninguna huella, dormiría esta noche en la posada.

Lo de la mano sucedió en la tarde de ayer, antes de que Martíl muriese, así que es probable que sean sucesos inconexos. Por otra banda, encontrar pisadas es muy fácil: es la entrada de la posada, hay numerosos perfiles de suelas marcados en la tierra de la calle. Lo difícil sería distinguir las de Jilokasina.

Drassil ojea el suelo, pero niega con la cabeza. Me quedaré en esa habitación... espero hacer algo de provecho mañana en la mañana, y que mi paladina aparezca. El murciélago en la boina de Drassil pasaba totalmente inadvertido en la noche. Drassil siguió a Sara silenciosamente por la posada, tan silencioso, que Sara debía girarse en varias ocasiones para asegurarse de la presencia del mediano, quien en la noche de la muerte de Martíl hacía memorandum de todos los compañeros que había perdido últimamente y se preguntaba qué podía hacer él para salvar a este pueblo.

Por la mañana visitaría a tía Gertrudis para ver como estaba y intentaría tomar consejo de... ¿Como se llamaba aquél tipo del barracón? ¿Nazarett? ¿El de la gua~ardia? - Drassil bostezaba sin que su pequeño cerebro dejara de dar vueltas, esa noche, sería una noche muy intempestiva para sus retorcidos sueños

En la ultima misión para el pueblo, volvimos de las montañas, de la zona de las minas, donde, el enano que nos hacia de guía nos traiciono, emboscándonos con poderes de clérigo y la ayuda de trogloditas, cuando conseguimos escapar, al poco rato, volvimos sin ser vistos y escuchamos un par de individuos hablar sobre un ataque a la ciudad.

Al volver a la ciudad nos vimos metido en todo este lío con las muertes en la puerta de la alcaldía y todo esto, lo demás lo sabéis.  Por lo menos en lo que respecta al ataque a Holmet, después esta todo lo sucedido en la mina, con los recaudadores de impuestos, etc... no llevo mucho en el pueblo, ni siquiera soy parte del grupo que empezó todo esto, así que tengo los sucesos un poco liados... 

Podemos ir a pasar la noche a los barracones, una casa vacía que nos dejo el alcalde... allí podemos hablarlo con mas calma...

O podemos ir a la posada, el mediano es capaz de haber levantado a todo el servicio....