Tras haber detectado a los mineros enanos zombis, y haber matado a alguno de ellos, urgía volver a Holmet para hablar con el alcalde Cléquetto. Sin embargo, el alcalde ya les esperaba...
Estaba reunido en su despacho de la alcaldía con el párroco Vórtimer (algo más sobrio que en el último encuentro con los aventureros), el mediano Willemberg (Jefe del Gremio de Comerciantes del pueblo) y el humano Onzanio, un mercader de objetos mágicos que se alojaba en la posada del Vélvet Azul.
De izquierda a derecha: los enanos Cléquetto y Vórtimer, y los mercaderes Willemberg y Onzanio.
El alcalde os expuso los hechos... Hacía un par de meses, los mineros habían encontrado una veta de oro. Con esa nueva fuente de riqueza, el alcalde tomó la decisión populista de no recaudar impuestos entre sus súbditos. Pero como gran contrariedad, aquella mañana el oro extraído de la mina se había convertido en carbón, incluyendo el oro con el que tenía pensado recompensaros. Casualmente, al mismo tiempo que lo de la explosión en la mina.
La cosa no terminaba ahí. Como cada año, por estas mismas fechas, los recaudadores de impuestos del Rey habían llegado para llevarse su tajada de lo recaudado. Y lo recaudado en aquellos momentos era un cofre cerrado de carbón. Políticamente hablando, el reino humano estaba combatiendo contra la independencia de la isla de Hannigan, y el pueblo enano no pagaba los impuestos con los que el Rey tenía que costear esa guerra. Quedaba un poco sospechoso, casi subversivo. Cléquetto temía ser acusado de traición y llevado a la horca, Vórtimer y Willemberg temían que el Rey compensase la falta de recaudación con pillaje en Holmet (y de paso, darles un escarmiento por ser un pueblo de viles enanos traidores) y Onzanio... bueno, Onzanio estaba en la reunión para ver si podía sacar tajada.
El alcalde tenía un plan. Aprovechando la fama de los bandidos elfos del camino, el grupo de mercenarios se haría pasar por ellos y atracaría al carruaje que transportara el cofre de carbón. Robarían el cofre y aquí paz y después gloria.
Después de dar los detalles del plan, se dió paso a tratar la forma de pago. En primer lugar, ya que el tesoro de la alcaldía no tenía efectivo para pagar, el alcalde ofrecerá un objeto mágico como recompensa por cada misión. Así, por la labor en las minas, os entrega una bolsa de contención que perteneció a su padre. En segundo lugar, y ahí es donde saca la tajada Onzanio, si en algún momento los mercenarios no están contentos con su recompensa, pueden hacer un trueque con el comerciante extranjero a cambio de varios objetos mágicos de menor poder.
Seguidamente se trató el tema de Mindo y su tetraplejía. El párroco, antiguo clérigo que fue a la guerra, contó una pequeña batallita sobre Zirug y sus abominables prácticas de "zirugía". El matasanos Zirug, cuando sus conjuros de curación no cerraban bien las heridas de los soldados, practicaba incisiones que luego él mismo se encargaba de curar. Repitiendo la operación en sucesivos intentos, la herida cerraba, pero de una manera un tanto irregular. Como ejemplo, Vórtimer enseñó el ojo que había bajo el parche, y que Zirug salvó haciéndole conservar parcialmente la visión de ese ojo.
Zirug murió hace años, pero Vórtimer aprendió la técnica. Se ofrece a practicar incisiones en la cerviz y luego curarlas. Tal vez así se reparen los daños en la columna de Mindo. La reunión termina, y Vórtimer os acompaña al exterior de la alcaldía. Allí esperaban Roger y Mindo, y Vórtimer habla con su nuevo paciente. El elfo tetrapléjico se niega, ya que por lo que explica Vórtimer se trata de un tratamiento muy doloroso.
Cumpliendo su promesa, Valandil decide llevarse a Mindo para ver si Aldira y sus poderes druídicos son capaces de que el batidor vuelva a andar. Utiliza su última magia curativa para recuperar al lobo, y se carga a Mindo a la espalda. Se despide de sus compañeros con ganas de unirse a ellos al amanecer del día siguiente, y asaltar con ellos al recaudador de impuestos y a los soldados que le custodian. Los aldeanos se apartan cuando ven a un lobo pasear por las calles, pero se porta bien y sigue a su liberador fielmente hacia las afueras. Poco a poco, el peso de Mindo a tus espaldas te empieza a cansar, pero los tres estáis ya en el bosque.
Si los dioses te sonríen hoy, el camino de vuelta lo haré yo subido a tu espalda, Mindo.
Te voy a presentar a una dama encantadora, en cuyas tierras estamos entrando. Es sabia y puede que acceda a curarte, aunque también es posible que decida que seas un buen almuerzo para ese lobo que no se separa de nosotros.
ese ojo me provoca nauseas...
Tras caminar hasta el estanque, Valandil ve de nuevo cómo Aldira se está bañando. Igual que en su primer encuentro.
El halcón Grak está posado en la rama de un árbol y agita las alas al ver a su compañero.
¡Oh! Has traído de vuelta al hermano lobo... Veo que tu palabra se mantiene tal y como debe ser en un Hermano hacia su Hermana.
El lobo se detiene al borde del estanque y saca su lengua para beber del agua. Estaba sediento después de tantos días confinado en las montañas. Después se va sin más.
Tengo un regalo para ti. Hace tiempo era mi armadura, pero mi gran barriga ya no permite ceñirla a mi torso... ¿Qué llevas detrás? Veo esas dos piernas colgando...
Entonces vamos a postear rápido para que el gif se quede en una página anterior.
Recuerda que Aldira estaba embarazada. Por eso lo de "gran barriga".
También estuve a punto de matar a tu lupino hermano, pues un cruel espíritu había poseido su alma. Por suerte está libre de esa maligna influencia. Veo que el halcón se encuentra cómodo en tus dominios, confio en que te transmitiera el mensaje.
Te agradezco que me ofrezcas tu armadura, pues este cuero es demasiado pesado para poder llevarlo con comodidad. Y la cuidaré y llevaré con orgullo hasta que la vuelvas a necesitar. Y ahora, hermana Aldira, debo esperar a que acabes tu baño y pedirte que te vistas y te reunas conmigo tras esa colina. Pues estas dos piernas que ves pertenecen a un hombre al que la montaña segó su cuerpo pero no su mente y precisa de tu ayuda para vivir como un hombre o quizás para morir como un hombre.
El ancestral idioma druidico estaba algo olvidado tras años sin tener ocasión de practicarlo, pero ahora volvía a usarlo con fluidez y soltura gracias a esta fascinante mujer.
Después de terminar el baño, Aldira se presentó de nuevo tapada esta vez por unas escasas guirnaldas de flores que tapaban lo más comprometedor de su anatomía. Suele pasar que los druidas que pasan demasiado tiempo solos pierden sus inhibiciones en cuanto al vestir.
Mindo se presentó y rogó por su curación.
Oí de druidas más ancianos que yo, que eran capaces de conjurar poderes más grandes de los que yo podré invocar nunca... Y uno de los poderes de los que oí hablar era de la técnica de la reencarnación. Devolverle la vida a un difunto dándole un cuerpo nuevo a su espíritu. Yo no conozco esa magia, pero conozco un ritual que se le asemeja. Alguien vivo podría cambiar de cuerpo. Un cuerpo sano crecido de la tierra y asimilado a uno de los seres de la creación. Debo hacer una advertencia: tú no eliges el cuerpo, es el cuerpo el que te elige a ti. Podrías despertar siendo un maloliente hombre lagarto o un poco atractivo gnoll. Un cuerpo feo en el que volver a andar. Pero creo que tú no eres de los que se preocupa de la apariencia física, ¿verdad, Mindo?
...hay otra cosa de la que tratar... Exijo un pago por la curación de tu amigo, Hermano. Pronto seré madre y quiero un padre para mi hijo. Si Mindo vuelve a caminar debes prometer, Hermano Valandil, que te quedarás en este bosque conmigo para siempre.
O.O
Luego posteo, cuando me recupere del shock
Mi destino no puede atarse a tu bosque, hermana. Al menos aún no. Mi camino debe continuar cuando pasen algunas lunas, y cuando termine de destruir las brujerías maléficas que asolan esta comarca. Gustoso te ayudaría en el alumbramiento de tu hijo y gustoso te prometeré mi protección hasta que hubieras recuperado tus fuerzas, pero no puedo atarme a tu bosque para siempre. Es mi naturaleza nómada y errante la que me lo pide y no puedo actuar contra sus deseos Comentó Valandil con algo de tristeza mientras lentamente negaba con la cabeza. Me alegraría sobremanera volver a tu bosque en el futuro pero no cuando aún tengo mucho que aprender en lejanas tierras.
Puede que el valeroso Mindo pueda ofrecerte algún pago o servicio si la transmigración de su alma a un cuerpo sano tiene éxito.
De hecho Valandil ni siquiera se había planteado el hecho de que Mindo pudiera no desear habitar el cuerpo de un goblin o de un gnoll a cambio de volver a estar entero, y ni siquera le preguntó su opinión al respecto pues asimilaba que estaría loco por volver aunque fuera en esas condiciones pues eso era lo natural.
Eres como cualquier otro varón, Hermano, me decepcionas profundamente... Llévate a tu amigo o el mismo lobo que ayudaste a liberar se comerá a Mindo.
Aldira da la espalda a los mercenarios, profundamente airada. Ella tuvo que hacer el mismo sacrificio hace años, y no lo dudó un instante. Eligió quedarse y proteger al bosque, renunciando a las miles de cosas bellas en el mundo que le quedaban por ver.
Espera, Señora del Bosque... Valandil, no puedo obligarte a pagar el precio de Aldira. A lo largo del día me han ofrecido tres curas distintas a mi inmovilidad. Y esta es la mejor de ellas. No tengo que renunciar a mi voluntad por pactar con el diablo, no tengo que dejarme acuchillar por un borracho... Podría ser más bello o podría ser feo de lo que soy ahora, pero ese es el precio más barato para la solución más rápida. No renunciaré a la oferta de esta mujer... Aldira, si me aceptas a pesar del aspecto que tenga cuando vuelva a nacer, yo podría ser el padre para tu hijo.
No estoy interesada en ese ofrecimiento. El pretendiente que busco debe ser un Hermano, alguien que tenga consideración a la Naturaleza. Un profano como tú no despierta las lealtades que se necesitan para ser el Señor del Bosque.
Yo tengo esa consideración. Soy un batidor, disfruto moviéndome lejos de la civilización de los hombres, y si en alguna ocasión he lastimado a una criatura del bosque, solo la he cazado para alimentarme, como haría cualquier otro animal. Y si me pides que sea tu Hermano... ¿te refieres a que ingrese en tu orden de druidas, verdad? Pues entonces iníciame en esa senda y conviérteme en tu Hermano. Te juro que no encontrarás a un esposo más fiel.
¿Tú? ¿Tú... mi Hermano?
Aldira duda. Guarda silencio. El bosque entero guarda silencio.
Sé que no me serías leal de corazón, sino solo por la gratitud de devolver la movilidad a tus piernas. Pero dadas las circunstancias y la falta de un candidato mejor... Acepto tu ofrecimiento, Mindo. En cuanto a ti, Valandil, el rito que voy a llevar a cabo requiere muchos preparativos. Preciso de tu colaboración. Aunque sea solo en esto... ¿Te quedarás a ayudar?
Comenzaron los preparativos del ritual.
Aldira seleccionó la tierra más adecuada y le indicó a Valandil que empezara a cavar una tumba para el viejo cuerpo. La druida se fue, pero regresó mucho más tarde con una caña hueca y una gran hoja que hacía de bandeja para una macedonia de pétalos, especias y frutos secos.
Siguiendo las órdenes de Aldira, Valandil colocó el cuerpo del aún vivo Mindo. Se le dió la caña, para respirar una vez que fuera enterrado, y mordió la caña con gran esfuerzo. Era muy alta, y se balanceaba hacia los lados. Taparon primero la parte de la cabeza, y así la tierra de alrededor ayudó a aguantar el respiradero.
Cuando la tumba estuvo llenada por completo, Aldira se agachó con mucho esfuerzo y hundió en la tierra removida bellotas y avellanas. Y después esparció las especias y los pétalos. Cantó y bailó. Durante horas. Se puso el sol y amaneció. En estos momentos, Borateo, Roger y Wilbur debían estar ya montando guardia apostados a un lado del camino. Esperando la carreta. Esperándole a él.
Empezaron a germinar dos pequeños brotes del suelo, justo encima de lo que serían el corazón y los atributos sexuales del enterrado...
¿Sigues ahí?
Lo siento, si, un pequeño imprevisto de última hora que me ha dejado una semana sin poder conectarme.
Mañana respondo, ¿vale?
Llevas bastante sin conectarte. Este post es para que el hilo te salga en novedades.
Hola amigo,
lo siento, una recaida.