Hola Jorge ¿Que tal?
Miro los alrededores de la sala y decido seguir explorando, al parecer Jorge ya había ganado ahora mismo, así que mejor que descansará.
Nos vamos por la puerta roja ¿Te vienes?
Suspiró ante la amabilidad de la chica. - ¡Es justo la puerta por la que quería ir! ¡Gracias por no rematar a mi Machamp! Luego tendremos un duelo digno, cuando mi pequeño grandullón se recupere. - con una sonrisa bien grande y su corazón mucho más tranquilo, se dirigió a la puerta roja. Necesitaba curarse cuanto antes y en esa sala no iba a poder.