El tubo del centro pokémon ascendió en el mismo momento en que se cerró la puerta de cristal. Una sensación de temor y nervios inundó su estómago. ¡Era la emoción del principio! Segundos después se encontraba en un extraño lugar:

Había llegado a la zona eléctrica, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había una extraña sensación, los pelos del entrenador y su pokémon se pusieron de punta debido a la electricidad estática que había en la zona.

Por fortuna no había nadie allí y podría aprovechar para buscar algo antes de que su pokémon empezase a sufrir el daño que la sala pudiera causarle por culpa de pasar demasiado rato allí.

Kumi liberó a su Pokemon, tal y como las reglas habían dejado claras; por desgracia, esa zona era demasiado inhospita como para quedarse en el lugar a preparar una tarta de limón; pese a ello, aún tenía la posibilidad de hacer algo en el lugar antes de marcharse del mismo. ¡Buscar ingredientes!.

-¡Vamos Pikachu! -Dijo sonriendo a su Pokemon- ¡Es hora de buscar algo interesante por aquí!.

Mimikyu y Kumi investigaron cada rincón de la zona eléctrica hasta que quedaron muy cansadas. Ninguna de las dos había sido capaz de encontrar nada de utilidad en aquella sala. Quizá fuera porque no había nada de interés, o quizá era porque no se habían esmerado demasiado en ello.

Kumi estaba molesta con la falta de ingredientes, por lo que hinchando sus mofletes, agarró a su pequeño Pikachu en brazos, y se lo llevó por uno de los conductos, a ver si había más suerte por allá y encontraba algo, que quizás fuera importante para la elaboración de pasteles con forma de Pikachu.

Había llegado a la zona eléctrica, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había una extraña sensación, los pelos del entrenador y su pokémon se pusieron de punta debido a la electricidad estática que había en la zona.

Por fortuna no había nadie allí y podría aprovechar para buscar algo antes de que su pokémon empezase a sufrir el daño que la sala pudiera causarle por culpa de pasar demasiado rato allí.

Para sorpresa de Lara sus predicciones se estaban cumpliendo. Los colores guardaban relación directa con los tipos de pokemon existentes lo que ayudaría a encontrar la arena que beneficiara a su propio pokemon.

Anotó mentalmente y comenzó a trazar su estrategia.

"-Geoda, es hora de mostrar las garras. Preparando maniobra Tres, busqueda y destrucción".

La Rhyperior se plantó sobre la arena con postura de combate y elevó un rugido al cielo, demostrando que estaba lista para enfrentarse a cualquier reto.

"-¡Sigueme, Geoda!, ¡A por nuestro primer duelo!".

Lara se abalanzó hacia el Portal Amarillo seguido por su leal Geoda.

Había llegado a la zona eléctrica, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había una extraña sensación, los pelos del entrenador y su pokémon se pusieron de punta debido a la electricidad estática que había en la zona.

Por fortuna no había nadie allí y podría aprovechar para buscar algo antes de que su pokémon empezase a sufrir el daño que la sala pudiera causarle por culpa de pasar demasiado rato allí.

De pronto tres sonoros golpetazos retumbaron en la sala y tres imágenes se proyectaron en las paredes de la misma. Las dos primeras:

Que habían sido descalificados de la competición.
Y por último:

Que había perdido su primera vida.

Cuánta gente había ya hecho cosas, y ella aún no sa había encontrado con nadie. Bueno, pensó... Así también sigo todavía en la competición. 

Se encogió de hombros, y se acercó a las puertas para una nueva decisión.

-Fras, ¿y ahora por dónde? 

Pensó que quizás la puerta azul la llevase a algún sitio con agua, donde su pokemon pudiese al menos mojarse un poco, aunque ya aprendió que los colores poco tienen que ver con lo que hay al otro lado. De todos modos, quiso hacerlo así.

Había llegado a la zona eléctrica, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había una extraña sensación, los pelos del entrenador y su pokémon se pusieron de punta debido a la electricidad estática que había en la zona.

Por fortuna no había nadie allí y podría aprovechar para buscar algo antes de que su pokémon empezase a sufrir el daño que la sala pudiera causarle por culpa de pasar demasiado rato allí.

De pronto una poderosa luz iluminó las cuatro paredes de la zona de batalla con una imagen

Haru Tsuki había perdido su primera vida.

Ui por fin - Abiko se frotó las manos - Vamos a pasarnos bastante tiempo en esta sala ¿Verdad Murray?

Murray se relajó como si la electricidad del lugar relajara su pelaje, satisfecho y tranquilo en aquel lugar se arrastró hasta derretirse en una alfombra de pelo chispeante sobre el suelo

Abiko echó a andar, no parecía haber nada allí. Parecía vacía, no obstante instó a Murray  - Venga Murray, arriba, no olvides que estamos en el BR, busquemos algo antes de que venga alguien.

Motto y su compañero pokémon se dedicaron a buscar por toda la zona eléctrica. Raichu olió algo que le llamó la atención y pocos segundos después había encontrado una baya Rimoya.

De pronto una poderosa luz iluminó las cuatro paredes de la zona de batalla con una imagen

Arion Yagami y Yoel Bennet habían perdido su primera vida.

Abiko observó las paredes. Otros dos jugadores que perdían sus vidas.... la gente estaba cayendo rápido en aquel BR, aún así el campo le seguía pareciendo demasiado grande, tal vez no se volvieran a cruzar con nadie hasta la contienda final. Quién sabe. Lo que sí reconocía era que aquel lugar estaba maravilloso, y Murray parecía estar en su salsa retozando

Busquemos un poco más, como ya he dicho, no tenemos prisa por movernos - Observó los portales, esperando que alguien los cruzara. Quien sabía cuando aparecería uno o más entrenadores, y si por fin encontraría algun compañero de BR

Murray asintió  ~Chuuuuu ~ tenía los voltios cargados al máximo y todo su pelaje se encontraba totalmente erizado. Empezó a mover su nariz, correteando de un lado a otro en busca de algún otro objeto que les fuera de ayuda mientras Abiko inspeccionaba la baya que había encontrado

Raichu y Motoo continuaron buscando por aquella zona. Esta vez fue el entrenador quien encontró una botellita que le serviría a su pokémon para recuperar los PP de todos sus movimientos.

Abiko se recompuso y paseó por delante de los cuatro portales, sí incluído el portal por el que habían venido. - Parece muy difícil encontrar a alguien que quiera formar equipo en este Battle Royale. Por suerte Murray aún está fresco y podría seguir combatiendo - Vamos Murray, por el portal amarillo

Y esperando a que Raichu diera una última descarga al aire de aquel lugar con un estruendoso coletazo que retumbó por toda la sala, ambos, juntos, más unidos que nunca, cruzaron el portal

Había llegado a la zona eléctrica, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había una extraña sensación, los pelos del entrenador y su pokémon se pusieron de punta debido a la electricidad estática que había en la zona.

Por fortuna no había nadie allí y podría aprovechar para buscar algo antes de que su pokémon empezase a sufrir el daño que la sala pudiera causarle por culpa de pasar demasiado rato allí.

Kumi liberó a su Pokemon, tal y como las reglas habían dejado claras; por desgracia, esa zona era demasiado inhospita como para quedarse en el lugar a preparar una tarta de limón; pese a ello, aún tenía la posibilidad de hacer algo en el lugar antes de marcharse del mismo. ¡Buscar ingredientes!... Espera... ¿Esto es un deja-vu?.

-¡Vamos Pikachu! -Dijo a su Pokemon mientras la sensación de que esto ya había ocurrido antes la asolaba- ¡Es hora de buscar algo interesante por aquí!

Pikachu aprovechó para relajarse un poco y ya de paso echó un vistazo al lugar. Desgraciadamente no tuvo ningún éxito y no encontró nada. No sabía si porque alguien se le había adelantado o porque no había buscado bien.

Kumi estaba molesta con la falta de ingredientes, por lo que hinchando sus mofletes, agarró a su pequeño Pikachu en brazos, y se lo llevó por uno de los conductos, a ver si había más suerte por allá y encontraba algo, que quizás fuera importante para la elaboración de pasteles con forma de Pikachu.