Partida Rol por web

El tubo del centro pokémon ascendió en el mismo momento en que se cerró la puerta de cristal. Una sensación de temor y nervios inundó su estómago. ¡Era la emoción del principio! Segundos después se encontraba en un extraño lugar:

Había llegado al jardín zen, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había un rico aroma debido a la cantidad de incienso que había en el lugar, además el suelo de arena blanca y piedras grises invitaba a la relajación y a la meditación. Era casi un lugar paradisíaco y parecía mentira que ese lugar perteneciese a una zona de combate.

Por fortuna no había nadie allí y podría aprovechar para buscar algo antes de que su pokémon empezase a sufrir el daño que la sala pudiera causarle por culpa de pasar demasiado rato allí.

Estuvo un rato esperando en la sala a qué alguien apareciera y al final decidió ir al portal amarillo.

Aquel portal amarillo no era como el resto. 

Una horrible sensación hizo que el corazón de Haru diera un vuelco similar al que se siente cuando se cree que ya no quedan escalones en la escalera por la que se está bajando. 

De pronto llegaron a una nueva sala, pero al mirar a su Espeon pudo ver cómo éste había sufrido un gran daño causado por el portal que habían atravesado.

Había llegado al jardín zen, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había un rico aroma debido a la cantidad de incienso que había en el lugar, además el suelo de arena blanca y piedras grises invitaba a la relajación y a la meditación. Era casi un lugar paradisíaco y parecía mentira que ese lugar perteneciese a una zona de combate.

Por fortuna no había nadie allí y podría aprovechar para buscar algo antes de que su pokémon empezase a sufrir el daño que la sala pudiera causarle por culpa de pasar demasiado rato allí.

Por su parte, Kumi había llegado a un lugar mucho más tranquilo y relajado, por lo que decidió hacer lo que tenía que hacer, acariciar a su querido "Pikachu" y mandarle a buscar algo que pudiera servir para curarle de las heridas que había sufrido de las salas anteriores.

-Vamos, Pikachu -dijo sonriendo a su Pokemon- ¡Seguro que por aquí hay algo!. A ver si sí... que ya toca...

"Pikachu" no encontró absolutamente nada. 

Kumi frunció el ceño ante no haber encontrado absolutamente nada de valor en el lugar, suspirando miró hacia su querido "Pikachu" y le acarició la cabeza antes de seguir pensando en qué hacer, en concreto, ir a través de otra de las puertas, quizás la roja fuera la correcta en esta ocasión.

-¡BlaBlaBla! -Dijo sin entusiasmo, a fin de cuentas era la misma cantinela de siempre- Seguro que aquí encontraremos algo... ¡Por este otro lado!.

Aquel portal rojo no era como el resto. 

Una horrible sensación hizo que el corazón de Kumi diera un vuelco similar al que se siente cuando se cree que ya no quedan escalones en la escalera por la que se está bajando. 

De pronto llegaron a una nueva sala, pero al mirar a su Mimikyu pudo ver cómo éste había sufrido un gran daño causado por el portal que habían atravesado.