Partida Rol por web

Arya enarcó una ceja ante la visible estupefacción del chico. ¿Cómo habían entrado allí? ¿No estaba claro? A pesar de su escaso conocimiento del mundo si sabía varias cosas sobre los pokemons psíquicos: el teletransporte era una de las pocas cualidades de estos pokemons que la muchacha admiraba, ya que les permitía viajar de un lugar a otro casi al instante. Tener habilidades psíquicas resultaba una gran ventaja en muchos aspectos.

Pero se guardó bien de comentar nada y siguió a John a través de la entrada del edificio, atenta a cuanto ocurriera y viera dentro del lugar.

La estancia es una sala amplia de grandes y antiquísimos ladrillos, iluminada solo por la luz del sol que se cuela a raudales por la entrada. En las paredes aparecen grabados símbolos del mismo estilo que los tres pokémon de John, borrosos por el paso de los siglos. Destaca, sin embargo, una inscripción de enormes proporciones que ocupa toda la pared del fondo.

Junto a la inscripción, en el suelo, hay unas escaleras que se hunden en la oscuridad de un piso inferior.

Impresionada por encontrarse en medio de un lugar reservado a unos pocos, Ayra giró sobre sí misma para observarlo todo, para beberse con los ojos cuanto pudiera ver. Sin un alma arqueológica, la muchacha solo podía deleitarse con cosas nímias, sin disfrutar del todo con los detalles, mas aquel era un lugar capaz de exaltar el alma de cualquiera.

Las grandes palabras fueron lo que más llamaron la atención de la chica que, con varios saltos, se plantó delante en un intento de leer su contenido, ignorando, por el momento, las escaleras que descendían en las profundidades de las ruinas.

- ¡Vaya! ¿Son unown? ¿Es un mensaje?- se esforzó por descifrar el contenido- ¿Sabes leer lo que pone?

-Eeh... sí. Además, llevamos bastante tiempo estudiando en profundidad esta inscripción. Pone... "Estas palabras seguirán aquí con el tiempo" -lee con una voz solemne que no le pega nada. -Seguro que hay más inscripciones abajo. -Le brillan los ojos con una expresión de ilusión imposible de confundir. -Aunque... tenemos que tener cuidado. La otra vez unos litwick nos estuvieron dando problemas. Realmente, puede haber cualquier cosa...

Pues tienen razón, aún continuan aquí- observó Ayra sin dejar de mirar las palabras escritas en lenguaje unown. Un maravilloso tesoro arquológico, sin duda, que a la muchacha atraían a medias. Quería conocer todo lo relativo a esa antigua civilización y su relación con los unown y el resto de los pokemon. Que emplearan a estos como método de escritura resultaba fascinante, pero no acababa de decir nada.

Si hay más abajo no perdamos tiempo. No temo a los pokemon fantasmas. Te sigo.

El chico asiente y desciende por la escalera. Parece bastante emocionado. Los tres unown descienden flotando tras él.

El eco de sus pasos sobre el suelo de piedra es lo único que se escucha.

Al final de la escalera hay una sala grande en penumbra. La única luz es la que procede del piso superior. Aparentemente está vacía, aunque las paredes están cubiertas de inscripciones de forma similar a la sala del piso superior. Al fondo se vislumbra un rectángulo completamente negro en la oscuridad, presumiblemente una puerta o pasillo.