Partida Rol por web

El agua se escurría por el rostro de Joe. ¿Acaso había estado llorando? Tal vez. Pero la mayoría del liquido provenía del exterior. Y no se trataba de lluvia. Ahora lo recordaba. De a poco volvía a tener idea de lo que estaba ocurriendo y de como había llegado hasta allí. Preocupado por los Pokemon de agua de la zona, se había acercado mas de la cuenta. Debió darse cuenta que los Psyducks en conjunto pueden realizar extraordinarias hazañas psíquicas cuando la jaqueca que normalmente sufren los supera.

Impresionante. Fue lo único que pudo pensar tras quedarse observando un momento al vacío de los ojos de aquellas criaturas amarillentas. Entonces volvió a repasar lo visto, sentido y oído en su momento durante aquel trance. 

Comenzó a salir del agua, pero lentamente, absorto en sus pensamientos. ¿Habría llegado tarde? O mas bien... ¿Se había ahorrado caer en medio de una masacre? ¿Y como podría esta situación beneficiar al Equipo Aqua? Por un instante le resulto repulsiva la idea, pero en seguida se justifico con algún error de liderazgo por parte del Equipo Rocket. Seguro se lo buscaron ellos mismo, por no tener un objetivo claro y una organización unida. 

Finalmente emergió del agua. Los Pokemon eran extraordinarios, pero ya no le parecía adecuado el querer capturarlos. En lugar de ello se preocupo por los suyos. Oup, Nor y Zirah. ¿Habrían sentido lo mismo que el? Regreso a la Rhyhorn y se sentó un momento mientras buscaba una toalla para secarse antes de volver a vestirse. Cuando lo hice, vio el libro que había "solicitado" en la biblioteca de Ciudad Iris. Lo observo un momento, pero entendió que daba igual conocer a la entidad que había escuchado. Lo cierto es que el ser humano había cometido algún error, pasado o presente, y pese a todo el dolor ocasionado, aun se le daba una oportunidad. 

Joe sacudió bruscamente la cabeza, pero no solo para secar su cabello, sino para enfatizar su negativa al respecto. Se puso de pie y con la toalla en mano, la levanto, como si fuera una bandera o estandarte. 

-Te equivocas Dios del Bosque. El ser humano siempre se ha equivocado y lo seguirá haciendo. Esta en su naturaleza. No busca la destrucción y el dolor, de forma consciente, pero aun así es lo que mas provoca. La Torre de Hojalata es una prueba de ello. Y recordando lo que había escuchado, parafraseo: "Quien tenga que morir, morirá. Es el ciclo de la vida". 

Joe guardo sus cosas, y también a Oup. Solo dejo afuera a Nor, diciéndole que vuele alto, vaya adelante suyo, pero escondido entre los arboles y las nubes. Y el joven prosiguió a Ciudad Trigal, pero esta vez saliendo del camino principal. Lo que le esperaba parecía de suma gravedad, y no quería llegar como quien no quiere la cosa, a la boca de un Migthyena. 

Zirah caracolea nerviosa y Oup chasquea sus pinzas. Nor también parece agitado. No hay duda de que ellos también lo han oído.

No obstante, el pájaro acuático se eleva con ligereza en cuanto su entrenador se lo ordena; sus alas blancas dibujan una línea blanca en las alturas azules hasta que su blancura queda tapada por la de una nube.

Dejando atrás a los pokémon salvajes, Joe se acerca sigilosamente al puesto fronterizo que da entrada a Ciudad Trigal.

Finalmente estaba llegando a su destino. De aquí en mas Joe debía hacer pasar por un miembro del Equipo Rocket. Lo cierto, y esto llevaba tiempo meditandolo, no querria alistarse como un novato, tener que ganar la confianza y un lugar. Necesitaba resultados mas expeditivos, y regresas al mar cuanto antes. Analizo la situación, y si aquellas visiones eran reales, comprendió que no le seria difícil encontrar algún miembro del grupo terrorista mas famoso del mundo inconsciente, para poder usar su ropaje. ¿Sería suficiente? Tal vez no, pero si la organizacion estaba tan deteriorada desde adentro, no deberia suponer un gran reto. ¿Pero que ocurriria si poder hacerse pasar como miembro del Equipo Rocket, se llevaba las de perder, siendo atacado o encarcelado? Bueno, pues simplemente tendría que desmentir el plan, después de todo EL no era miembro de aquel Equipo.

Con todo esto en mente, el solado Baun avanzo vigilando de tanto en tanto los cielos. Su fiel compañero se mimetizaba perfectamente con el cielo nublado. Prefiero rodear* la garita de pasaje entre la Ruta y la Ciudad y así echar un vistazo a la situación.