Partida Rol por web

8 de julio, 10:03, Ciudad Celeste

¡Por fin se habían acabado los exámenes, las entregas de trabajos, las revisiones de notas y todo lo demás! Kaoru había pasado el día anterior celebrándolo con sus amigos y tenía la maleta lista para irse de la Residencia. Sin embargo, no tenía prisa alguna por marcharse, porque aún no había decidido qué iba a hacer a continuación. Las vacaciones se extendían deliciosamente ante él, como un bayleef al sol del verano. El sol del verano que en Ciudad Celeste, lugar donde se encontraba el campus principal de la Universidad de Kanto y la residencia universitaria donde se alojaba Kaoru, resultaba del todo insoportable, pese a la constante presencia del agua que fluía por todas partes y que era emblemática de la ciudad.

¿Qué haría? ¿Quizá dedicarse a su gran hobby, los Concursos Pokémon? Igual podría preparar a su cherrim para alguno... O igual podría irse a explorar las regiones más interesantes de Kanto, o bien simplemente tomarse unas vacaciones en...

Mientras pensaba en esto, miraba su correo electrónico en el portátil, distraídamente. Tenía un mensaje del profesor Oak. Le extrañó, pues no había tenido clase con él en este cuatrimestre, a diferencia del anterior, que estuvo asistiendo a unas clases semipresenciales suyas.

De: Samuel Oak (soak@ukan.ac.ka)
Para: Kaoru Hanami, Ayra Black
CC: John Greene (jgreene@ukan.ac.ka)
Asunto: Un nuevo horizonte para la investigación

Estimados Kaoru y Ayra:

Hoy es un día de celebración para la investigación pokémon. Se han descubierto una serie de sótanos ocultos en las Ruinas Alfa de Johto y, lo que es quizá incluso más interesante para vosotros, ha aparecido una nueva especie pokémon con la forma de los símbolos que se habían encontrado en las paredes. Estos pokémon se llaman «unown», y parecen ser de tipo psíquico.

Tras varios años de trabajo de campo en las Ruinas, se sabía que el tamaño total del complejo debía de ser mucho mayor que los edificios que podían verse en el sitio arqueológico, pero no se encontraba el acceso a las salas ocultas. Ayer se encontró por fin este acceso, durante el trabajo del equipo de arqueólogos del que forma parte otro alumno mío, John Greene. Quizá él pueda contaros con más detalle las circunstancias de este hallazgo.

Por supuesto, el recinto no está abierto al público, sino solo al equipo de arqueólogos encargados de la investigación (estad atentos, porque es posible que con la nueva carga de trabajo se abran más plazas y salgan becas), pero si os ponéis en contacto con el señor Greene y decís que vais de mi parte, es posible que podáis entrar a echar un vistazo de primera mano.

Esta información aún no se ha retransmitido por los medios, pero tenía que contároslo cuanto antes. Reamente se trata de la apertura de un nuevo campo de investigación para la ciencia y por ello lo que se necesita son justamente mentes despiertas y brillantes como las vuestras, que aporten una mirada nueva con la energía de la juventud.

Probablemente emitan un reportaje detallado en el telediario del mediodía o en el de la noche, cuando se haya cuantificado la magnitud de los espacios descubiertos.

Un cordial saludo

Samuel Oak

Parecía que las vacaciones de este año ya tenían un destino programado para Kaoru, el sorpresivo correo electrónico enviado por el profesor Oak había puesto en jaque la curiosidad del muchacho que tras apagar su ordenador no paró de darle a la cabeza.

Según lo dicho, una nueva especie de pokémon había aparecido en unos salones secretos ocultos bajo las ruinas Alfa de Johto, poco se sabía de ellos a excepción de su tipología, psíquicos. Esta podría ser una gran oportunidad para sumergirse en un proyecto de tales proporciones e importancia que diera prestigio a su carrera y sacara a relucir su calidad como investigador.

Inmediatamente después de leer el correo encendió la televisión y comenzó a hacer zapping en vano, nervioso, en busca de la noticia mientras descolgaba el teléfono a la espera de escuchar la voz de quien quiera que estuviera  pendiente del teléfono en la agencia de viajes.

Entre toda la emoción una duda muy concreta le rondaba la cabeza, ¿Ayra Black?

-...al calor del verano, estos jacintos muestran sus pétalos al... ZAP ¡...Hora del Prof. Oak a las 8 de la tarde en Canal Pokémon! ¡No se lo pie...! ZAP ¡...con "Olimpo", el jabón de los dioses! ...

Enseguida descuelgan al otro lado de la línea y Kaoru deja de prestarle atención a la televisión:

-Cerulean Tours, ¿en que puedo ayudarle?

La mirada del joven yacía perdida en algún lugar detrás de la pantalla del televisor, su atención se había dejado arrastrar por la cadencia del tono de llamada y el ruido que generaban de fondo los anuncios publicitarios. Al descolgar el teléfono del otro lado, Kaoru volvió en sí:

-Buenos días, llamaba para solicitar información sobre las ofertas que pudieran tener para viajar a la región de Johto, ¿Sería esto posible o por el contrario debería dirigirme directamente a vuestras oficinas a solicitarlo personalmente?-

La voz del muchacho era suave, melodiosa, poseía un timbre curioso que le otorgaba esa cualidad de no cansarte nunca de escucharla, llena de matices cálidos y una pronunciación perfecta.

La voz al otro lado de la línea habla de forma rápida y eficiente, aunque muy clara. Se trata de una mujer y parece muy acostumbrada a su trabajo.

-Veamos... veo que me llama usted desde aquí mismo, Ciudad Celeste. Desde ahí lo más rápido es que tome el Magnetotrén desde Ciudad Azafrán, que le llevará a Ciudad Trigal. Nosotros podemos reservarle un billete en Primera Clase o Clase Turista, y si contrata el hotel con nosotros, tendrá un 20 % de descuento. Si lo que desea es un viaje de placer, puede tomar el ferry SS. Aqua en Ciudad Carmín, que tarda un día en llegar a Ciudad Olivo, por lo que llegaría allí esta noche. Ahora mismo quedan... -La operadora hace una pequeña pausa mientras consulta en el ordenador- diez camarotes libres, dos de ellos en Primera Clase. Si me da sus datos, puede realizar la compra mediante esta llamada e imprimir los billetes usted mismo, o si lo prefiere, puede pasarse por nuestra oficina en la calle Cerezo nº 20. ¿A qué lugar de Johto se dirige exactamente?

El muchacho estaba escuchando muy atentamente a las palabras de la señorita, boquiabierto ante su desconocimiento del mundo que le rodeaba.

¿El magnetotrén?

Pensó.

- Entiendo, tomaré la opción más rápida y en cuanto a lo del hotel...espere un segundo porfavor.- Apoyó el teléfono contra su pecho mientras intentaba localizar a su madre por el pokegear.

Sin colgar en el otro teléfono, Kaoru contacta con su madre a través de la pokégear. Lo coge al tercer timbrazo.

-¿Síii cieloo? <3 -Se escucha su voz, aguda y melosa, al otro lado de la línea, y su rostro pulcramente maquillado aparece en la pequeña pantalla.

Tras unos segundos de espera, la voz de su madre le arrancó una sonrisa como siempre había hecho. Sostuvo el pokegear con la mano izquierda de una forma un poco torpe, mostrando su imágen de perfil un tanto descuadrada, lo que era completamente irrelevante pues siempre salía estupendo.

-¡Hola mamá~! ¡Pero qué bien te veo! ¿Qué te has hecho?-

Pausa necesaria para dejar el encanto de hijo pelotero fluir.

¡Tengo una noticia que darte! ¡Me voy a ir de viaje a la región de Johto! El profesor Oak me ha enviado una especie de...posible oferta de un trabajo de colaboración ¿¡No es genial?!

Hizo una pequeña pausa.

- Bueno, ahora estaba...-

Señala el teléfono que sostenía contra su pecho tapando la entrada de sonido.

-...con la agencia de viajes. Pensaba ir en el magnetotrén, así llegaría esta noche, cuanto antes hable con Greene mejor. ¿Primera clase o turista? Me hacen oferta del 20% si reservo hotel con ellos, ¿alguna buena referencia?-

La madre de Kaoru parece encantada, ha picado totalmente.

-¡Oh, ¿te gusta?! <3 Le dije a Cynthia -Cynthia es su peluquera. Ya es casi como un miembro más de la familia -que me diese unos reflejos en los rizos, así, ¡sabía que te darías cuenta! ¡Ay, Kaoru, eres tan observador! <3

¡El profesor Oak! ¡Qué me dices! ¡Es toda una eminencia! ¡Ay, cariño, estoy tan orgullosa de ti! Por supuesto, yo ya sabía que enseguida ibas a destacar; un chico tan listo y tan guapo como tú, con tanto talento y de buena familia y, no es porque sea tu madre, pero te hemos educado muy bien... Por supuesto, sabía que enseguida te iban a llover la ofertas de trabajo. Si yo ya se lo decía a tu padre, que -bla bla bla bla. -...y un chico de alcurnia, en los tiempos que corren, debe contar por lo menos con alguna publicación, pero solo en unos determinados campos que -bla bla bla bla.

Por encima del parloteo de su madre, Kaoru puede oír la voz amortiguada de la operadora al otro lado de la línea del teléfono fijo que tiene apoyado contra el pecho:

-Disculpe, ¿señor? ¿Sigue ahí?

Kaoru se apresura a comentarle a su madre lo del viaje*.

-Primera clase, por supuesto. Los asientos de la clase turista son terriblemente incómodos y además en la primera clase sirven ese café Carmín que está tan rico... La diferencia de precio no hace que merezca la pena la diferencia de calidad; primera clase, sin duda. Además, estoy tan contenta por ti, cielo... El viaje en Magnetotrén dura solo una hora, ya verás, te va a encantar. Respecto al hotel, bueno, ¿qué estás, con la agencia de viajes de Ciudad Celeste? Nosotros solemos viajar con Viajes Corazón, por supuesto, pero tanto da. Contrata el hotel con ellos y págalo con la tarjeta. ¿A qué parte de Johto tienes que ir? Mira, en Ciudad Trigal hay varios hoteles buenos: no te vayas al Golden Hay, el servicio no merece en absoluto las cinco estrellas que tiene. Sin embargo el hotel Candeal, aunque tenga solo cuatro, es mucho mejor. Aunque... si no tienes necesidad de quedarte allí, yo te diría que no te alojases en Ciudad Trigal. No te va a gustar: es una ciudad muy ruidosa, y bastante insípida para mi gusto, con esos adoquines... No, ¿por qué no te vas a Ciudad Iris? Esa sí que es una ciudad acogedora, en mitad del bosque, estoy segura de que te encantará. El ambiente es muy tranquilo y acogedor. Cuando llegues, verás, en el norte de la ciudad hay un Parador. Es una casita de piedra y madera, un lugar muy modesto, pero ya verás, las habitaciones están muy limpias, y desde la ventana del piso de arriba hay una vista preciosa de todo el bosque, que en otoño se pone todo rojo, y pueden verse las dos torres de la ciudad... Ay, qué recuerdos. Es que tu padre y yo fuimos hace muchos años, cuando teníamos tu edad... ji ji ji <3 Qué tiempos aquellos. Tu padre estaba tan guapo, con ese sombrero... ¡Y qué porte! Lo pasamos muy bien, ji ji ji. Ay <3. Pregúntales a los de la agencia, seguro que pueden hacerte una reserva. Bueno, cariño, te dejo que sigas hablando -Lleva más de cinco minutos parloteando casi sin parar para respirar.- No olvides llamarme en cuanto llegues, ¿vale? ¡Tienes que contarme detalladamente tu experiencia con el profesor Oak! ¡Ay, qué ilusionada estoy! Por supuesto, la familia Hanami ha dado grandes nombres al campo de la ciencia y yo sabía que tú serías uno de ellos... En fin. ¡Te quiero, hijo! ¡Muchos besitos! ¡Mua mua mua! <3

Milagrosamente, la operadora de Cerulean Tours no ha colgado, aunque le ha dado tiempo a hacerse la manicura entera y a que se le seque.

Kaoru sonreía mientras su madre tomaba el control de la conversación, como solía hacer, era algo que no controlaba. Le dio muchos detalles de interés que aprovecharía lo mejor que pudiera, sus amistades siempre hicieron de ella una mujer con recursos ante cualquier situación que pudiera planteársele, suerte tenía de tenerla como contacto de confianza.

Tras múltiples asentimientos y gestos de impresión, el chico se despidió finalmente de su interlocutora no sin antes hacerle unas señas para que cortara, poniendo cara rara señalando al teléfono haciendo referencia a la pobre operadora que estaba al otro lado del cordón.

Rápidamente volvió a tomar el aparato para reanudar la conversación.

-¡Oh! Disculpe la espera señorita, muchas gracias por su paciencia. Un billete en primera para el Magnetotrén y reserva para una noche en el Hotel Candeal, habitación individual. ¿Todo correcto?-

Dijo apresurándo las palabras por ahorrarle más suplicio a la chica.

-Sí, estupendo. Ambos para hoy, ¿verdad? Pues, si fuera tan amable de facilitarme sus datos personales y los datos de la tarjeta de crédito con la que desea realizar el pago... -contesta amablemente la operadora. -También necesito una dirección de correo electrónico a la que enviarle el billete y el resguardo de la reserva, a no ser que prefiera pasarse por nuestra oficina a recogerlo. -Tras tomar estos datos, a Kaoru solo le queda imprimir los billetes, preparar lo que vaya a llevarse y salir para Ciudad Azafrán.

Kaoru tenía ya los planes bien puestos en su cabeza, esperaba que todo le saliera según lo previsto y no ocurriera ningún percance por el camino.

Tras proporcionarle a la operadora los datos que necesitaba, el muchacho esperó unos minutos mientras preparaba la maleta a la espera de que los archivos llegasen al buzón de su correo electrónico.

Una gran maleta, una mochila y un bolso de deporte como equipaje de mano era todo lo que necesitaba para recoger las pertenencias que tenía consigo en la residencia y, tras cerrar la última cremallera, revisó su correo y sustrajo los datos en cuestión en un dispositivo de almacenamiento portátil que llevaría a imprimir a la reprografía más cercana, probablemente la del propio campus.

En primer lugar se dirigiría a los aparcamientos para cargar su equipaje en la maleta de su modesto automóvil ecológico de última generación, en el que se dirigiría hasta ciudad Azafrán y que lamentablemente tendría que dejar a cargo de otra persona pues no le sería posible trasladarlo a región de Johto. En segundo lugar, se desplazaría con su bici plegable, el mejor medio de transporte hablando de comodidad y eficiencia en lo que respecta a desplazamientos cortos, hasta la agencia de viajes para ultimar los detalles, verificar todo y agradecer a la empleada por sus servicios y paciencia personalmente para finalmente volver al campus para iniciar el prólogo de su aventura a bordo de su pequeña joya.

El plan después de que todo eso se llevara a cabo sin problemas consistiría en hacer un tour por ciudad Trigal y descansar ahí la primera noche, tras la cual se dirigiría a ciudad Iris para hospedarse en el hermoso parador que su madre le había recomendado y en el que pasaría probablemente el resto de días hasta nuevo aviso. Tras la reserva, se dirigiría con premura hasta las ruinas Alfa para ponerse en contacto con John Greene.

Una duda aún rondaba su cabeza ¿quién sería aquella segunda remitente desconocida?

Kaoru hace todo esto. Carga las maletas, se pasa por la agencia y conduce hasta Ciudad Azafrán. Para cuando llega a la estación, ya es bastante más de media mañana. El próximo tren sale a las 12:30.

Mientras espera el tren, recibe un nuevo correo electrónico en la pokégear*, aunque solo es una copia, pues no va dirigido directamente a él.

De: John Greene (jgreene@ukan.ac.ka)

Para: Samuel Oak (soak@ukan.ac.ka)

CC: Kaoru Hanami, Ayra Black

Asunto: Han cancelado la investigación

No puede ser. No lo entiendo. Este es el descubrimiento más importante de la década, y quizá el más importante del siglo, pero no lo sabremos, porque el Gobierno nos ha retirado los fondos y cerrado la investigación. He llegado a las Ruinas y había unos guardias que no me han dejado pasar, pese a haberme identificado correctamente. Me han echado casi por la fuerza. Luego he visto que tenía un e-mail muy escueto del Ministerio de Cultura diciendo que la investigación ha sido cancelada, básicamente. Ni una explicación. ¡Nada!

Profesor Oak, no sé qué hacer. No entiendo la falta de miras del Gobierno. Es ridículo. ¿Usted podría hacer algo? Quizá si comprendiesen la magnitud del error que están cometiendo, cambiarían de opinión.

He estado tanto tiempo trabajando muy duro para conseguir entrar en esta investigación y ahora que lo había conseguido por fin... Siempre he pensado que era gafe, pero... Esto no puede estar pasando. A mis compañeros no parece importarles: se ve que solo estaban aquí por el sueldo, y eso que es mísero, ya que nuestra única fuente de financiación es la subvención del Estado. Pero eso a mí me da igual. Si tan siquiera me dejaran entrar, trabajaría gratis, pero no entiendo por qué han cerrado el sitio. Me han dicho peligroso, que puede haber derrumbamientos, pero ¿no deberíamos ser nosotros, los arqueólogos, los que dictamináramos eso?

Me da igual estar oficialmente fuera, no pienso quedarme de brazos cruzados.

Espero su respuesta. Seguro que podemos hacer algo.

Un saludo,

John Greene

El mail conmocionó a Kaoru, estaba un poco frustrado por no poder hacer nada al respecto y sentía que estaban jugando con él sin que pudiera tomar cartas en el asunto. Ya había planeado ir hasta allí y eso no cambiaría nada, si no funcionaba el motivo principal pues unas vacaciones no se las iba a quitar nadie por lo que trató de no preocuparse y tomó el siguiente magnetotrén con una gran sonrisa en el rostro. Las cosas se solucionan siempre mejor en persona, se aferraría a eso.

Antes de partir, aprovecharía un momento para comprar algún tentempié que se comería en alguna zona verde, probablemente hubiera algún parquecito con un banco. Su intención durante aquellos minutos de relax antes de embarcarse en el viaje era la de informar a Sakura de lo que se avecinaba para ellos, sacó su pokéball, apretó gentilmente el botón central y la abrió para recoger en su regazo a la pequeña florecilla.

Las zonas verdes escasean en Ciudad Azafrán, sin embargo, Kaoru logra encontrar una plaza adoquinada con bancos casi al lado de la estación, donde puede comerse el sandwich que se ha comprado, que tiene un aspecto bastante apetitoso, con lechuga, tomate, salsa y demás.

Sakura sale sobre su regazo. Con un elegante movimiento, despliega sus pétalos y los estira plácida y alegremente a la luz del cálido sol. Luego centra toda su atención en Kaoru.

El magnetotrén saldrá en 20 min, el chico tiene tiempo de sobra de comerse el bocadillo y llegar a tiempo al tren.

Desde el banco en el que estaba sentado junto a su fiel compañera, Sakura, podía divisar la estación y sus alrededores. Aquella ciudad no era muy agradable, había contaminación de diferentes clases por todas partes; demasiado edificada.

El día era estupendo, el sol brillaba en lo alto haciendo que el Cherrim desplegara sus pétalos para disfrutar del calor y la energía que proporcionaba el astro. Tras desperezarse se había quedado obnubilada mirando a su compañero, mientras éste comía con apetito aquel bocadillo tan suculento del que caían algunas migas sobre la pequeña florecilla y ésta se sacudía para que cayeran a donde pudiera verlas para comérselas.

-Buenos días preciosa~ - Le susurró con una sonrisa.

-Veo que tienes hambre ¿eh?- Dijo con una mirada traviesa mientras metía la mano en el bolso y sacaba algo que hacía ruido plástico.

-¡Ah! ¿Qué tengo aquí? ¿Para quién es?- Escondió rápidamente la mano en la espalda con el objeto en ella, sujetando el bocadillo con la boca y ocultando la otra mano también abrió un pequeño bollo dulce que venía envuelto en celofán, desprendiendo un agradable aroma. Lo sostuvo dentro de uno de sus puños y tras esconderlo bien entre los dedos sacó ambos brazos de nuevo para ponerlos delante del Cherrim, cruzados con los puños cerrados.

- ¡Adfivina dfvondfve edftá!- Hablar con la boca llena impide por norma general que se entienda lo que alguien dice, eso decía su madre siempre.

Sakura mira ambos puños en principio con una ligera expresión de frustración, pero luego olisquea cada uno y, finalmente, se lanza sobre el puño correcto, tratando de abrirlo con sus manecitas, visiblemente contenta.

La gente va y viene por la plaza. Algunos sonríen al ver al alegre pokémon con sus lozanos pétalos extendidos al sol.

Tras el dulce momento que compartieron, Kaoru colocó sus manos en la espalda del pokémon, sosteniéndola gentilmente y la miró a los ojos con ternura mientras un suspiro de preocupación se le escapaba.-...Ahhhh...Sakura, nos vamos de viaje a otra región, estamos oficialmente de vacaciones. Se acabó el laboratorio, las batas blancas, los productos químicos y los aburridos días de encierro, ¿no es genial?- Sonriente, hizo una pequeña pausa para mirar el reloj de su pokegear.- De hecho, nos vamos corriendo o no llegamos al tren. Una vez facturemos el equipaje te dejaré salir para que disfrutemos del viaje juntos ¿te parece?.

Tendió la pokéball a la florecilla para que ella misma entrara, una vez la aseguró en su cinturón recogió los residuos del envoltorio de los alimentos para depositarlos religiosamente en los contenedores de reciclaje pertinentes. La estación estaba cerca así que correteó un poco para que le diese tiempo de sobra de hacer unas averiguaciones y una última llamada.

Una vez dentro de la estación se dirigió al personal de atención al cliente y preguntó al que estuviera libre en aquel momento con una siempre deslumbrante sonrisa.- ¡Hola, buenos días! ¿qué tal? Disculpe, no viajo mucho en estas condiciones y me preguntaba si había alguna posibilidad de confiaros un objeto personal hasta que alguien pudiera venir a recogerlo, mi tren sale en unos minutos- Puso cara de circunstancia, apurado por la prisa y la evidente falta de planificación.