-IIIIIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!! ¿Un muerto? -La serena y tranquila Aya alzo la voz tanto que de haber pájaros cerca hubieran explotado como maíz antes de convertirse en palomitas.
-¡Co-como que las elites! Me dijeron que este sitio era seguro, que estaría a salvo, que podría vivir si entrenaba y accedía, ¡Pero nunca esto! -Alzaba la voz y movía los brazos con rapidez presa del pánico, hasta que se agarro el pecho con fuerza intentando recuperar la respiración, por miedo a desmallarse y ser la siguiente. -Tranquila Aya... eres DeUbrique, no pueden hacerte eso así como así, ten-tengo que respirar. -Busco una pared de apoyo, la visión empezaba a ser borrosa.
Me coloco junto a la pequeña Aya.
-Tranquila, durante el día vigilaré las puertas y nadie se podrá colar para causarnos daño.
Lorenzo se puso colorado cuando Juliette Dubois pronunció su mayonesa con ese tono afrancesado, el idioma de l'amour. Tenía su tostada recién acabada y el bolo cayó por su garganta haciendo un ruido generoso. Gracias al gran Jesulín pudo moverse de su sitio, en su dirección, de lado y muy despacito, como si escondiera una mercancía.
Pss. ¡Pss! Te daré un cuarto del bote si no le dices nada a los instructores del aumento calórico...
Lorenzo dejó que el hombr... muje... ¿hombre? hombre, tomara la mayonesa y se sirviera. Mientras tanto observó a todos los demás. Alguno debía ser el culpable, él lo tenía decidido.
No podemos negarnos al trabajo, de modo que... Yo votaré a ese de allí, el que tiene cara de goblin. No, tú no. El otro goblin. Aquél*. No sé si realmente es el élite de Ilya, pero no ha dicho nada todavía y nunca le conocí del todo. Él podrá servirnos este día mientras esperamos a lo que sucede de noche.
*señala a 15
Le pase un pañuelo de seda a Lorenzo para que se limpiará los restos de tostada que tenía en la cara y aproveché para soltarle una pregunta - ¿Quieres que vote por él? - Me estaban obligando a votar por alguien y no me sentía cómoda decidiendo por mi misma así que si me lo pedía me sentiría más cómoda con la decisión.
Saorise empezó a dar saltitos en el sitio.
-¿Y si cada uno vota por sí mismo? Podría ser divertido eliminarnos todos al mismo tiempo.
Después de dar unos pocos, se quedó completamente quieta, puso gesto serio y la voz muy grave, y habló para todos.
-Yo voto por Saorise. Seguro que es de la Élite. Su aspecto la delata.
Y a continuación, cambió la voz, haciéndose más infantil.
-Pues yo no voto por ella sino por el que se encuentre en el lugar decimocuarto empezando a contar por mi izquierda, pero siempre que el sol esté en lo alto que si no, da miedito. No me gusta nada la oscuridad.
Pero de nuevo puso la voz grave.
-Saorise. Es malvada.
Miró entonces a todos.
-¡Votémonos todos, venga, venga!
- Messieurs, mesdames... -comentó colocándose un mechón blanco detrás de su oreja- Yo también vote pour ''15''...tener a alguien sin rostro y sin nombre... me da escalofríos...brr.
-Lo de votar todos a ese 15 descarado es una buena idea. ¡Fuera! ¡Fuera!
Con un resoplido, Adena llega hasta el grupo.
—¡Hola! —exclamó mientras respirada pesadamente. —Makoto me ha pedido que os comunique algo. Creo que se le ha olvidado mencionarlo antes.
Estirando el cuello para lograr ver a todos los integrantes, busca con su mirada a dos personas concretas para luego anunciar:
—Parece que ni Sveiki ni Lira podrán participar en estas votaciones.
Y, tal y como llegó, se fue.
Heh - rio en modo cool con total seriedad ante la oferta de Lorenzo - No es necesario, yo no pienso decir nada - Pero una baba muy evidente podía verse saliéndome de la comisura del labio. La aparición de Adena March casi nos atrapa con las manos en la mayo-masa así que tapé con mi cuerpo a Lorenzo antes de que destapara el mayo-pastel. Y cuando se marchó, me mantuve firme y le di la razón a todos - ese goblin n 15 lleva todo el entrenamiento con un cartel de NOVATO en sus manos. Con las varias semanas que llevamos ya aquí, no tiene sentido que sea tan novato. Sí, creo que le votaré. Las masas habían hablado.
Lira sintió una mezcla de sorpresa e irritación al escuchar el anuncio de Adena. ¿Excluida de las votaciones? Su primera reacción fue de desconcierto.
No poder votar la hacía sentir... como si estuviera apartada, o peor, sospechada sin razón.
Alzó la voz, manteniendo un tono firme y directo.
-¿Perdona? ¿Por qué yo y Sveiki no podemos participar? ¿Es que ya nos han juzgado antes de siquiera escuchar nuestras voces?
Preguntó, mirando alrededor, dejando que la indignación fluyera en sus palabras
-No entiendo por qué se nos excluye de algo tan importante.
Por un segundo la cara de Aya se ilumino al escuchar que alguien estaría vigilando, un momento de alivio que se termino en el momento que se do cuenta de quien estaba hablando.
-Gracias... supongo, pero no se si fiarme de alguien que oculta su cara detrás de un casco. -Recordando al instante lo que el resto decía sobre uno de ellos que ni nombre tenia. -Sospechoso...-Musito entre dientes, mordiéndose el pulgar presa del nerviosismo.
No creo que 15 sea el enemigo pero si no tenemos informacion de nadie creo que es mejor eliminarlo ahora porque no parece que vaya a ser util despues. Yo tambien votare por 15.
El murmullo del grupo resonaba en la atmósfera cargada de tensión, donde la desconfianza se cernía como una sombra. Lianha, con el corazón latiendo fuertemente en su pecho, dio un paso adelante, su mirada baja reflejando una mezcla de timidez y determinación. La brisa suave acariciaba su rostro, mientras los recuerdos de momentos compartidos con los demás inundaban su mente, reforzando su deseo de protegerlos.
—Lo siento... —comenzó, su voz temblando apenas audible, pero sincera—. No he sabido cómo expresar lo que siento. La verdad es que soy más tímida de lo que parece.
Hizo una pausa, tomando un respiro profundo, mientras su mirada se levantaba para encontrar la de sus compañeros. Las estrellas brillaban en el cielo nocturno, como si estuvieran atentas a cada palabra que iba a pronunciar.
—Entiendo que algunos piensan en votar por mí, pero... —sus ojos se llenaron de una nostalgia que sólo aquellos que conocían la fragilidad del miedo podrían entender—. No creo que yo sea la mejor opción.
El silencio se extendió como un hilo delgado, a punto de romperse. Lianha sintió cómo el peso de la incertidumbre caía sobre sus hombros, pero continuó, su voz ahora más firme, aunque cargada de emoción.
—Lo único que quiero es ayudar a desenmascarar a los malvados y proteger a los inocentes. —Dijo con convicción—. Estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario, a colaborar con cada uno de ustedes para asegurar que todos estemos a salvo.
Una ligera brisa recorrió el lugar, llevándose consigo el eco de sus palabras. Lianha se sintió vulnerable, pero también llena de una renovada esperanza al mirar a sus compañeros.
—Así que, por favor, reconsideren su voto. —añadió, su tono ahora lleno de dulzura—mi vida vale algo, aunque sea novata, lamente mi silencio pero considerenme como una aliada dispuesta a luchar junto a ustedes. Juntos, podemos enfrentarnos a esta oscuridad.
Con una última mirada a sus amigos, Lianha retrocedió, dejando que el silencio volviera a caer, esperanzada de que su mensaje resonara en los corazones de aquellos que la rodeaban.