Partida Rol por web

Literalmente corres como un galgo, de hecho, le habrías hecho morder el polvo al pobre bicho. Corres por tu vida, corres como no lo has hecho jamás, eres la viva imágen de tu padre cuando era jugador en el instituto, en sus mejores momentos. Tu corazón bombea con fuerza y tus pulmones se amplian con cada bocanada de aire, pero tu pulso es más que estable. Eres la viva imagen de la salud, como el mejor de los deportistas profesionales, apenas te alteras. El spring a por tus cosas y al coche lo haces en escasos segundos. El coche arranca a la primera, tu padre podía ser muchas cosas, pero su coche, al igual que su perro, siempre iba impecable y perfecto. No en vano él te enseñó todo respecto a las chapuzas que sabías hacer con un motor de coche o con el de un tractor. Es de las pocas cosas buenas que te dió. Aunque claro, eso fue antes de que pasara lo que pasó y todo cambiara drásticamente en tu vida y pasaras a ser la abominación de Cristo nuestro Señor.

El motor de la ranchera ronronea y por el retrovisor consigues ver como el gigante de metal intenta disparar hacia donde estás pero los rayos pasan de largo, estás teniendo demasiada buena suerte y lo sabes. Kaylee ha oído tu grito y viene hacia tí pero ella sí tiene que esquivar y rodear los disparos del robot gigante asesino y no corre tanto como tú. De hecho, su rostro refleja puro terror y eso hace que vaya más lenta aún, pero ella lo intenta, trata de alcanzarte pero no puede, hasta que tú la atrapas y tiras de ella hacia el interior de la ranchera. Y salís disparados de allí, dejando atrás la granja y el gigante de metal.

El primer tramo son todo baches y tierra polvorosa, pero sabes que eso acabará en cuanto alcanceis la carretera asfaltada, si es que podeis. Kaylee está en el asiento de al lado tuyo, temblando de puro miedo, con las piernas recogidas sobre el asiento, hecha un ovillo. No quiere ni mirar por la ventana. Consigues alcanzar la carretera y apretas el acelerador al máximo, lo que menos importa ahora son los radares del sheriff. Crees por un rato que todo ha quedado atrás y que no sólo estais a salvo si no que finalmente eres libre y que quizás deberias darle las gracias a esa cosa enorme de hojalata por darte la excusa perfecta, el empujoncito ideal, para marcharte de una vez de aquel culo de mundo.

Eso crees hasta que aterriza un enorme roboto gigante, idéntico al dejado atrás, en plena carretera, delante de tu ranchera, a pocos metros. No sabes si es el mismo que has dejado atrás o bien es otro, porque lo cierto es que te parece el mismo.

-Alto Mutantes! Estais detenidos!- vuelve a sonar la voz metálica y parece estar a punto de disparar de nuevo, hacia donde estais...

¡¡TOMAAAAAAAAA!! Chupadmela cabrones!! A TOMAR POR CULO!! La Granja, Jonah, el puto robot y la madre que los parió a todos.

- ¡YIIIIHAA! -Exclamo, eufórico, pletórico y lleno de vida. He corrido como nunca, ¡¡aah!!, y qué bien me ha sentado joder. Boto en mi asiento, echando el aire como si acabase de hacer la jodida carrera de mi puta vida. ¡Espera! ¡Que la he hecho! ¡YIIIIIIIIIIIIIIIHAAAAA!

- Oh. Mierda.

Mismo robot o no, da igual, es la misma jodida cosa. Noto una repentina punzada de dolor en las sienes y la luna delantera de la ranchera tiembla.

- Ah...! -Protesto, llevándome dos dedos a la sien derecha. Con voz ahogada por el dolor, sigo apretando el acelerador e indico a Kaylee sin mirarla: - Mira a ver si en la guantera el viejo guardaba una pistola o algo. Luego desaparece bien lejos. No sé qué es lo que puedes hacer, pero desaparece. Vete. Ya me buscarás después.

Y si no lo haces, que te jodan. Me concentro en el robot de delante y subo a cuarta. No voy a pararme. No voy a dejar que me pares. Si huyo de casa, ¡huyo! Jodidas pelis de ficción en las que la ranchera tiene 5ª marcha... pero esto es la realidad y, ehm, no. No soporta ir a más de 60. Oh, mierda. Oh, mierda.

- Coño, ¡vete ya! -Le grito al ver la cosa jodida. Los cristales del vehículo tiemblan y me duele la cabeza.

Kaylee está aterrorizada y la velocidad con la que estás conduciendo no ayuda nada a que se calme. Tu trayectoria kamikaze con el vehiculo te lleva directo hacia las piernas gigante robóticas que teneis delante,tú lo has intentado, pero los nervios te han traicionado. Vais a chocar frontalmente contra aquella máquina enorme y no puedes hacer nada para impedirlo. El impacto va a ser en 3. 2. 1...

Tu cabeza choca contra algo duro y frío y enganchoso? Confuso lo último que recuerdas es un tirón en tu brazo derecho y el chirrido de pneumáticos quemándose contra el asfalto y tras eso, nada. Una luz blanca y luego oscuridad.