Partida Rol por web

Tras adelantarse Danny a ti y meterse por el agujero de la pared y desaparecer detrás de aquel extraño "velo" (de momento no pareces encontrar una palabra mejor para describir aquello), algo o alguien parece moverse cerca de tí y notas el roce conocido del metal contra tu mano. Ese pequeño detalle le delata ante tí, el chico de mirada turbia está delante tuyo, apuntándote a la cabeza, pero parece borroso, como si fuera mitad suelo, mitad pared, mitad negrata. Es... raro.

-Avanza- dice muy frío, señalándote con la cabeza el mismo punto por donde acaba de desaparecer Danny -Rápido, mueve tu puto culo de princesita!

No puedo oír los disparos, y realmente tampoco puedo llevarme las manos a los oídos para no escucharlos, con esa sensación tan puta de saber que he dejado tirados a mis hermanos por no saber tomar la decisión correcta. Hecho esto, aunque no me gustaba, sabía que sólo me quedaba tirar adelante con Danny y el paquete para mi tío.

No tengo otra; el puto negrata (al que le voy a meter la cacharra por el jodido culo y apretaré el gatillo hasta hacer "click") me amenaza para que avance y siga a Danny. Serán los nervios y la confusión, pero le veo muy borroso; ¿qué le pasa a mis ojos?
Trago saliva y me obligo a avanzar y no escuchar nada. No podría sentirme más mal ahora mismo.

Avanzas por el agujero que no ves pero que intuyes que está a pesar de que todos tus sentidos te dicen lo contrario. Tus pasos son lentos y no oyes nada, todo silencio, los disparos y las sirenas de los coches de polícia cada vez se oyen más lejos. El chico negro te sigue detrás tuyo a distancia prudencial, sin abrir la boca, sus únicas indicaciones de que tires para adelante las hace dándote toquecitos suaves con el cañón de su arma en tu nuca. A lo que te parecen pocos metros, te parece notar que bajais un nivel, quizás estais andando sobre una rampa pero no estás segura, no hay apenas luz que te indique nada. Ni siquiera entiendes como no has oído ya a Danny pegar algún grito por haberse dado alguna ostia contra el suelo, pero lo cierto es que eso no pasa.

Caminas así un buen rato, en aquella oscuridad algo polvorosa, oyes tu respiración más de lo que deberías, quizás por la angustia de lo pasado, tal vez porque simplemente el aire está cargado, pero tu "guardián" trasero no te deja tiempo para pararte a descansar o a pensar, sólo quiere que avances, implacable en su mandato.

Finalmente, tras lo que te parece una eternidad, te chocas con la espalda de alguien. Es Danny, o eso crees. El grupo ha parado y alguien parece estar tirando de alguna especie de tablón, tal vez abriendo una salida?

Lo primero que notas al ponerte en marcha de nuevo y cruzar ese "umbral" es el aire fresco en tu cara. Estás fuera, de donde sea que estuvieras, pero estás fuera y no oyes sirenas ni disparos ni remotamente cerca. Sigue estando todo muy oscuro y el olor a basura y alcohol barato te indica que probablemente estás en un callejón sin luz, detrás de algún edificio. No sabes cómo demonios habeis salido pero sí que es gracias al puto negrata que efectivamente conocía una salida que nadie más sabía. Pero cómo?!

-Ahora arrodillate. Y tú también nenaza pinta-monas- os indica ese midmos maldito negrata que os está apuntando con un arma, a Danny y a tí -Aquí se acaba vuestro billete- parece sentenciar, con una frialdad, que de nuevo te suena extraña, mucho más dura que la que gastan los niños de las bandas de la ciudad.

Tengo que decir que todo esto me sabe más mal por El Puro, por el paquete de Fingers, por Danny y por los demás que por mí misma; por eso voy más centrada en los pasos de Danny que en el cañón frío que tengo contra la nuca.
Nada tiene sentido, y en nada estamos de vuelta en la calle. Lejos, porque no oigo nada de tiros, ni los coches de los jakes, pero no hemos salido del barrio.

Joder, si sólo pudiera...Yo qué sé, teletransportar mi pipa a mi mano, al menos para estar en igualdad de condiciones, que muera el más lento o algo de eso...
Pero las cosas no funcionan así. Y el negrata empieza a darme algo de miedo.
-Eh, ¿pero así? Que sitio menos digno para morir...-replico sin arrodillarme.-Qué maleducados estáis, los salvatrucha...Te he ahostiado de guay; merezco algo más.

Jamal sonríe de forma autosuficiente pero no cede ante tu "súplica" y acerca un poco más el cañón de su arma.

-Que te arrodilles, te he dicho!- te dice autoritariamente. Su actitud cada vez es más fría y sádica, como si estuviera disfrutando con esto. Danny está totalmente acojonado y se arrodilla, te coge de la mano e intenta tirar de tí hacia abajo, para que te arrodilles tú también.

Oyes el click del arma de Jamal, va a ser todo muy rápido...

Que Danny tire de mí es suficiente; no creo que hubiera alcanzado a arrodillarme por mí misma. Algo de miedo y algo de chulería propia, orgullo de banda, pero el caso es que acabo clavando las rodillas en el suelo; la una primero y la otra después, y cierro los ojos.

-Puta mierda...-gruño por lo bajo.

Jamal sonríe complacido cuando cedes y te arrodillas, tal como te ha ordenado, ni que sea porque la nenaza de Danny te lo ha suplicado. Ese detalle no parece importarle al negrata de la pistola. Se toma su tiempo antes de decidirse a apretar el gatillo, parece estar disfrutando del momento, como si lo hubiera hecho miles de veces. Finalmente oyes el click y una bala sale disparada del cañón del arma. Tú has "rezado", te has concentrado y surte efecto. Ves, sientes, como la bala te atraviesa, notas como un cuerpo de densidad distinta entra por tu nuca y sale por tu boca y tu no sientes ningún dolor. No hay sangre, no hay dolor, no hay muerte. La bala impacta en la pared que tienes delante, con fuerza, haciendo saltar polvo y piedrecillas de los ladrillos donde se ha ido a incrustar.

Danny ha cerrado los ojos, acojonado y cuando los abre, te vé viva. Había oído algo de tí, que tenías más vidas que un gato y que te esfumabas como el humo, pero siempre pensó que eran eso, una forma de hablar, de decir que eras escurridiza, no esperaba esto.

Jamal al ver que ha fallado, golpea con la culata de su arma a Danny, que cae al suelo, sangrando e inconsciente.

-Más vidas que un gato ah?- te mira fríamente. No parece cabreado, al menos no mucho, teniendo en cuenta que su disparo no ha surtido el efecto esperado...

La sensación no era nada agradable. Si me hubiera muerto, lo hubiera hecho con la incomodidad de tener algo parecido al hueso de un aceituna atascado en la garganta. Pero el caso es que no me he muerto; lo he vuelto a hacer. Tengo la bala delante, clavada en la pared, y con una rápida palpación compruebo que no me han hecho un bujero de esos de respirar por el cuello.

Al negrata le cabrea tanto que noquea a Danny, haciéndole una brecha. Por unos segundos, demasiados quizá, me he preocupado por él antes de pensar en que debería aprovechar el momento para sacar mi pipa y apuntar al capullo salvatrucha con ella.