Mientras ambos "discutís" y correis como pollos descabezaos por el pasillo distribuidor de la planta de los laboratorios, se oye un fuerte golpe en la penumbra, seguido de otro aún mayor. Se oye un siseo que a los dos os suena, es el mismo que emiten esos bichos con que os habeis topado los dos. Uno ha escapado y está ahí con vosotros, haciéndoos compañía.
-Callaos!- os murmura una voz femenina, Marshall reconoce a Kitty como tal. Se oye un nuevo siseo más fuerte, como una serpiente de 90 kilos lanzándose al ataque. Pero impacta contra algo duro, no hay gritos de dolor de momento, sólo siseos de cabreo procedentes de la criatura alienigena.
Entonces se enciende la luz de golpe y lo veis en todo su esplendor antes de que se lance al ataque, hacia vosotros y se queda paralizado en pleno asalto, colgando en el aire, sin trucos ni cartón ni hilos falsos, simplemente flotando paralizado ahí en medio.
-Estais bien?- la mujer pelirroja, Jean, asoma por la puerta, mirando fijamente hacia donde el bicho cuelga del aire. Parece estar muy concentrada y no os mira para nada, sólo pregunta escuetamente. Veis que ha salido de una habitación que hay detrás suyo, a través de la puerta podeis ver que hay una persona sentada dentro. Al principio no lo veis muy nítidamente por el deslumbre de la luz, pero en cuanto vuestra vista se adapta veis que es Jamal. Y no tiene buena cara.
decidid en qué dirección quereis salir corriendo plis y como xD
Anda, y ahora esta por qué me manda callar, si yo lo único que quería era sacarnos de aquí sanos y salvos (o sacarme simplemente, de verdad que paso mucho de hacer el héroe de nuevo). Pero bueno, no le digo nada porque estoy seguro de que va a sacarnos de aquí… y por el sonido que escucho nada más cerrar la boca. Es peligroso y da miedo. Siento cómo el vello se me eriza y, durante un momento, espero que comience a sonar la música llena de intriga que indica que el peligro acecha.
Tengo miedo. Mucho miedo. Respira, Marshall, porque como pierdas la compostura acabarás siendo pasto de alien. Me dan ganas de zarandear a Kitty y decirle que es una incompetente asquerosa. Si surge la ocasión seguramente la utilizaré como escudo humano. O a Valary, que ha pasado de mí. ¿Dónde está el chico rubio y listo? Ni siquiera me acuerdo de su nombre por culpa del pánico. Seguro que él sabría lo que hacer. Yo, definitivamente, no. No conozco el lugar, no sé los puntos débiles de esos malditos bichos y ni siquiera tendría ocasión de esconderme en algún sitio porque mis conocimientos sobre posibles salidas son nulos.
Trago saliva. Y entonces, el alien. Estoy seguro de que voy a morir en ese instante cuando, de la nada, surge la pelirroja que hemos conocido antes (aunque en el momento ni siquiera sabría decir por qué la conozco; estoy demasiado nervioso) y lo congela en el aire a saber cómo. No sé si llorar, correr o lanzarme a sus pies y besárselos hasta dejarle los zapatos relucientes. No es hasta que nos habla cuando reacciono y, por el rabillo del ojo, veo a Jamal.
Me había olvidado de él. Seguro que han experimentado con su cuerpo y por eso está tan demacrado. Si es que lo sabía; esta gente no es de fiar. Estábamos mejor en la calle; por lo menos se podía dialogar con los matones con los que nos encontrábamos. Y bueno, las patatillas no estaban tan malas. Ese panorama se me antoja muchísimo más apetecible que esta mierda de escuela. Si siempre pasan cosas de estas yo ni de coña me quedo a estudiar aquí. A la mierda desarrollar mis poderes como toca. Si yo sólo quiero robar cosas chulas. Además, los trajes son super feos.
No, definitivamente me voy.
- ¿Que si estamos bien? –susurro, con voz más aguda de lo normal.
No, claro que no estamos bien. Nos encontramos muy, muy lejos de estar bien. No sólo nos han atacado un gordo y su perro rabioso, hemos tenido que escondernos de dos amantes sacados de los ochenta con una katana ensangrentada y una secta que tiene una escuela como tapadera nos ha secuestrado. No. Ahora encima nos atacan unos aliens sedientos de sangre adolescente en un sótano con laboratorios extraños que analizan virus que eliminan poderes. No, joder, no estamos bien. No estamos nada bien. Esto es una mierda, una puta mierda enorme y nauseabunda.
Le cojo la mano a Valary por inercia. Necesito aferrarme a alguien antes de que me de un ataque al corazón o peor, que otro Capitán Ironía me toque las narices con preguntitas absurdas.
- Tenemos que salir de aquí. De verdad. Dónde está la salida. DÓNDE –digo atropelladamente, con los nervios a flor de piel. Me estoy agobiando. Necesito la luz del sol y mi habitación y mi casa en general. Una voz me grita que salga de aquí echando leches y no vuelva nunca más. Quizás es mi instinto de supervivencia o, más simple, mi sentido común-. Tiene que haber un pasadizo secreto –miro a Kitty-. En Hogwarts hay un montón. ALGO –mientras hablo, comienzo a caminar en dirección contraria al maldito alien mientras tiro de Valary-. Tú no te vas de aquí. Yo no puedo atravesar paredes, así que si me muero, tú lo haces conmigo –será mi seguro de vida, a ver si así se esfuerza un poco por sacarnos de esta pesadilla de ciencia ficción setentera.
¿Aliens? ¡¡ALIENS!! ¡LO SABÍA! Ay, virgencita... Me entra la prisa loca y empiezo a ir de pared en pared como intentando ver mi siguiente salida lejos de esos ruiditos de videojuego de terror psicológico. Porque sabes lo que es, y sabes que está cerca y cabreado...
Oh no. ¡NO, JODER! ¡TODAVÍA SOY VÍRGEN! Se enciende la luz y me acurruco bien cerca del suelo esperando morir, pero otro golpe de suerte en mi vida logra salvarme. Un milagro pelirrojo; la mujer que noss había recibido. ¿Ese no es el negrata homicida? Creo que mi cuerpo todavía se piensa que estamos muertos porque no me deja mover ni hacer nada de nada. Sólo escucho a Mash hablar con voz de histérica como si fuera una radio súper vieja, sin poder apartar la mirada de la mujer, el alien y Jamal en el fondo. ¿Por qué está así? ¿Se mueve? ¿Por qué no se mueve? Oh, Dios; Mash tenía razón, ¡estamos muertos! ¡Estamos muertos!
Y el caso es que no me muevo yo; Mash tira de mí y yo tropiezo casi cayéndome, lo que es un buen despertar para el resto de mi cuerpo.
-¿Ehqué? ¿Por qué? ¿Yo qué he hecho? Pero nos vamos a ir, ¿no?
Ambos estáis histéricos, no sabéis para donde tirar ni conocéis la salida, sois lo que vulgarmente se llama pollos descabezaos, así que cuando finalmente conseguís poneros de acuerdo, tiráis a ciegas hacia donde os parece, sin saber a donde da. Jean Grey está demasiado concentrada reteniendo al alien como para poder impediros nada ni responder. El coso tentacular está requiriendo un gran esfuerzo para ella.
-Eso intentamos- responde Kitty Pryde a la pregunta de Valary -Venid, hay una especie de habitación del pánico por aquí, allí estaremos seguros hasta que los demás eliminen la plaga invasora- os indica hacia donde tirar.
-Llevaos al otro chico con vosotros- os pide Jean antes de que salgáis por patas. Acabáis cruzando una sala de teatro hasta encontrar la susodicha sala, donde os encontráis con vuestros colegas de antes, el rubio listo y sus amigos escandalosos que os ayudaron hace un rato en el hueco del ascensor. Hank llega más tarde con Jean Grey para asegurarse de que estáis todos bien. Pasan muchas horas, se os hacen eternas ahí retenidos. Pero al menos habéis recuperado a Jamal aunque está muy callado, algo raro en él. No sabéis si afuera es de día o de noche, el tiempo pasa hasta que por fin os vienen a buscar y os liberan.
-Os vamos a llevar a otro sitio, fuera de aquí. No os preocupéis, todo irá bien- esta vez es Hank, el peluche azul quien os dice muy serio qué va a ser de vosotros en las próximas horas y os conduce, en compañía de la pelirroja de gran poder, a un hangar donde os sacan de la Escuela. Por fin sanos y a salvo. Eso sí, antes de dejaros salir os revisan por si lleváis bebes aliens en la tripita. Just in case.
continuamos en la siguiente escena ^^