xDDDD eres libre de abalanzarte sobre el pj o pnj q quieras xDDD *se sigue descojonando*
-No! No! no podemos parar, ahora no!- te grita éste. Al contrario de tí, Mikey incluso sin usar el patinente, es rápido corriendo. De hecho, tienes la extraña sensación de que podría pasarse media ciudad corriendo a ese ritmo tan frenético sin sudar ni una gota. El muchacho sigue tirando de tí, a pesar de tus resoplos, protestas y respiración tremendamente agitada por el sobreesfuerzo y no para hasta que llegais a la boca del metro. Eso te deja apenas unos segundos para recuperar el aliento antes de que vuelva a tirar de tí para bajar las kilométricas escaleras de la entrada a una de las redes subterráneas de transporte más famosas en el mundo civilizado, el Subway de New York.
Finalmente os internais en el pasillo que lleva hasta las taquillas. A un lado hay un mapa enorme con toda la red dibujada de líneas de metro a mano izquierda, colgando como un panel de la pared. A mano derecha hay una taquilla con una señora en sus redondeces, que dispensa tickets por un "módico" precio. Al lado de la taquilla están las máquinas expendedoras automáticas de billetes y abonos de transporte. Y atravesando todo el pasillo están las puertas de estructura metálica que forman la barrera múltiple y que sólo se abrirá para vosotros de un sólo modo, insertando el billete correcto. Pero teneis monedas? Y sobretodo, teneis tanto tiempo para desperdiciar pagando el billete y luego haciéndolo pasar por la máquina que permite la entrada al interior de la red?
Encima de majo y guapo es atlético, si estuviera en Japón, le haría un club de fans, pero ahora, mientras me lleva a toda velocidad por los las escaleras y túneles del metro de Nueva York (si tuvieran algo de luz lo llamaría pasillos, pero están llenas de mierda y suciedad y... puaj. Son túneles), mientra me lleva a toda velocidad solo pienso en que mi corazón va a estallar y voy a echar el lamentable almuerzo del vuelo por la boca.
- Mickey... si la mujer de rojo quiere atraparnos... nos atrapará igualmente. - digo. Es fatalista, lo sé, pero no podría correr una zancada más. Y yo no puedo colarme en el metro. No puedo. Si me atrapase un policía, si me mandaran de vuelta a casa... no puedo siquiera planteármelo. Tengo que llegar a mi destino.
Y así me giro y me acerco a la señora, sacando un billete de estos de dólar que tienen aquí todos del mismo tamaño y todos están manoseados. Pidiendo comprar dos billetes para Salmen Center, que Mickey se venga conmigo. Luego le pagaré el billete de vuelta a donde vaya. Así me enteraré de algo más sobre él.
El chico del monopatín parpadea unos segundos, algo sorprendido de tu respuesta, como si no quisieras vivir o no entendieras la situación. Pero cuando te ve tan decidido a comprar los billetes de tren en vez de saltar por encima de las puertas (cosa que él ve muy fácil dada su agilidad innata), se encoge de hombros y no dice nada al respecto. Aún así, está atento a las entradas de gente por la boca del metro por si aparece la mujer de rojo.
Todo parece en calma para ser el Subway, claro. La gente entra y sale a mareas y se hace difícil moverse. La mujer de la taquilla te miró con cara de disgusto y desconfianza ya que no te entendió apenas lo que le decías. No nos engañemos tú confiabas en hablar bien el inglés y está resultando que es tremendamente macarrónico, te das cuenta de lo largamente engañados que estáis los japoneses al respecto. Al final, con ayuda de Mikey, que acaba interviniendo para no perder más tiempo, consigues los dos billetes a Salem Center y la señora de la taquilla os manda con viento fresco que os larguéis, en cuanto os da los dos tickets. No le habéis gustado mucho, probablemente porque en su oficio no tiene demasiadas alegrías y sí muchos yonkies y gente rara a la que atender. Desconocéis en qué saco os ha metido.
Tú pareces respirar más tranquilo, bueno básicamente respiras sin morir en el intento, como hace unos minutos. Te ha costado recuperar el aliento pero ahora ya estás mucho mejor, ahora que caminas como una persona civilizada y no estás corriendo como un mero salvaje perseguido por algún dinosaurio o monstruo prehistórico. Pasáis el control de la puerta y entráis finalmente en la red de túneles del Subway. Mikey vuelve a guiar. Atravesáis por varios pasillos tubulares y algo claustrofóbicos, bajáis y subís varias escaleras y sobretodo chocáis diversas veces contra la marea de gente que va a contracorrientes respecto a vosotros (aunque la mayoría diría que sois vosotros los que vais a contracorriente), hasta que finalmente alcanzáis el andén correspondiente.
Vuestro tren no tarda mucho en llegar y entráis en uno de sus vagones con rapidez. No conseguís asiento, está demasiado lleno. Intentáis buscar un sitio menos concurrido y apretado, cruzando de vagón a vagón hasta que encontráis uno menos lleno de gente. Aún así, Mikey te insiste en que no te acomodes mucho que pronto tendríais que bajar para coger la conexión hacia la línea que realmente os llevará hasta Salem Center.
Y efectivamente cuando menos te lo esperas os volvéis a bajar, volvéis a caminar un rato entre túneles hasta llegar al andén de la línea que os llevará directos a vuestro destino. No sabes cuanto rato llevas bajo tierra, es lo malo que tiene, pierdes por completo la noción del tiempo. Miras tu reloj y te das cuenta de que han pasado casi dos horas.
Os sentáis en uno de los bancos pegados a la pared. No son precisamente muy cómodos que digamos pero vuestro tren aún tardará un rato, acaban de anunciar por el megáfono que ha habido una avería y todos los convoys van con retraso. Es una estación sencilla, con dos vías separadas y la luz mortecina bañándolo todo. Llevas un buen rato con la sensación de que estás en una noche perpetua, indistintamente de si es de día o no en la superficie. Mikey está sentado a tu lado y mueve nerviosamente el pie, arriba y abajo, de forma frenética y continua mirando a todos lados, como si sospechase hasta de su sombra.
Parece que de momento no hay ni rastro de la mujer de rojo. Realmente la habréis perdido de vista? O en cambio os está esperando oculta entre las sombras a que os quedéis solos para rebanaros el cuello en el más absoluto silencio?
-Realmente no esperarías escapar, verdad?- se oye una voz masculina, carrasposa, a pocos metros de donde estáis sentados.
Mi parte racional vuelve cada poco a recordarme la diferencia entre el inglés que me enseñaron y el que hablan realmente estos malditos yankees. A su vez, mi parte emocional trata de imponerse y decir que ¡El sistema nacional de enseñanza japonés no se equivoca y que son éstos malditos gaijin los que finjen no entender mi correcta pronunciación!
Dejarse llevar por el autoengaño es un caramelo dulce... y con sabor amargo al final.
Sigo a Mickey, ya confiando totalmente en él. Me sale de dentro, afortunadamente nos alejamos más y más de la zona donde ocurrió el sangriento suceso. Será algo que cuente a mis nietos. Mickey está nervisoso... se preocupa por nosotros.
Sigo pensando en la mujer de rojo... ¡Malditas hormonas! Pero racionalmente no creo que esté esperando a que se vacíe todo para matarnos. Por lo que parece le da igual hacerlo delante de todo el Bronx.
Y entonces oigo la voz y un miedo helado se extiende por mi cuerpo, ¡Han venido a por mí! ¡Estoy perdido! Adiós a contarle nada a los nietos, mi nuca está rígida, mi estómago es un puño...
Pero yo no estoy indefenso. No va a hacerme daño, no va a hacer daño a Mickey, sea quien sea.
El muy hijoputa va a probar su propia medicina, me ha dado todas las armas para ello.
Y así, me levanto y miro en su dirección, buscando establecer contacto con su mente, buscando hacer se sienta el miedo que yo siento ahora mismo, elevarlo a la enésima potencia y llenarle de ello hasta que huya.
- El que vas a escapar eres tú. - Musito.
Pues eso, que voy a intentar que me tenga miedito con mi control emocional.
xDDD vale pero haz tirada de poder hombre xD
Motivo: poder
Tirada: 1d100
Resultado: 15
Bieeen, ni de coña la paso xdddd.
El nuevo personaje quiero que sea invulnerable :P
Sin molestarte en mirar quien o qué se está dirigiendo hacia ti, te concentras para usar tu poder, sin pensar en las consecuencias, pero no sale como tu esperabas. Es como si te hubieran desenchufado, no sale nada, no notas esa ola de emociones, de control perfecto, que acompaña siempre a tus deseos. No lo sientes, ¿habrás perdido tu toque especial?
Más, para cuando finalmente te rindes a la evidencia y te centras en lo que tienes delante, ves a una cosa blanquecina cubierta de ropajes negros corriendo casi a cuatro patas, sonriendo torcidamente, lanzándose al trote hacia tí. Y no parece tener frenos...
Fin de tu breve intro, continuamos en la escena 2.3 ^^