Partida Rol por web

Cuando llegas a la zona donde está la familia Mason, parecen estar ilesos físicamente pero devastados emocionalmente. Primero Tío Jesse hospitalizado de urgencias, luego la muerte de Roger y finalmente el desastre del circo entero. La Bruja Escarlata se separa de tí, tal como te dijo que haría, para hacer la llamada que tenía que hacer y te deja a solas para que hables con quien gustes. Haruka te ve y se acerca con paso calmado e intentando sonreir levemente, a pesar de que su cara está llena de la suciedad tipica que dejan los lagrimones cuando caen descontroladamente. El cuerpo de Roger lo están recogiendo los de rescate civil, que acaban de llegar y están intentando hacer lo imposible por sacar a todos los atrapados y recuperar los cadáveres de los que han muerto. El cuerpo está cubierto con una manta y están sacando una bolsa de cadáveres para meterlo dentro...

Aprieto los labios al ver la expresión de Haruka y me acerco a ella al tiempo que ella se acerca también a mi. No me gustaría decirle, dadas las circunstancias, que me largo, porque le debo una a ella y a su familia. Además, me encantaría que viniera conmigo.

Roger era un buen tio, y se había portado genial con nosotros, como casi todos los del Circo, la verdad. Hasta ahora no me he parado a pensar en que realmente está muerto... No hasta que he visto la cara de Haruka.

Le devuelvo la pequeña sonrisa y luego la abrazo.

- Lo siento, Haru - susurro.

Haruka, totalmente desolada, te mira con los ojos vidriosos. Afirma con la cabeza, no es capaz de decir nada, pero responde a tu abrazo, haciendo lo mismo. La Flor de Kyoto, Sayuri Mason se acerca a ambas. Normalmente suele ser una persona de semblante serio y recto, poco amiga de los excesos, al contrario de su marido, Fred Mason, que es como un enorme oso de peluche, cariñoso, hablador y protector.

-Estás bien, Ni-chan?- te pregunta. Ella te llama así, no sabes muy bien porqué, presupones que es algo idiomático y cariñoso. Parece preocupada por tí, de forma autentica. Va a abrazaros a ambas cuando Kaylee pega un grito.

-No la toque Señora Mason!- la advierte. La mujer se gira, extrañada y con una mirada interrogadora -No la toque si no quiere morir, por favor- le pide ésta, con cara de haber sufrido mucho, por las lágrimas en su cara. Ninguno parece saber cuando ha vuelto de su búsqueda de Jason.

Diría que ahora mismo me hubiera venido bastante bien que la madre de Haru también me abrazara, como ella. He vivido demasiado tiempo sola como para acostumbrarme a la ausencia casi total de cariño pero en el tiempo que he estado aquí en el Circo, Sayuri ha hecho bastantes esfuerzos por volver a acostumbrarme a eso.

Y entonces, el grito de Kaylee, y yo solo puedo mirarla confusa. Miro mis manos, a Haruka, a su madre, y luego de nuevo a Kaylee.

- ¿Qué...? - pregunto - ¿Qué dices, Kaylee? - pregunto, alzando mi mano que aún sujetaba la de Haruka tras nuestro abrazo, indicándole así que ¿cómo iba a matarla con solo tocarla? - Yo...eso ha sido un accidente - señalo hacia el lugar de la catástrofe, tragando saliva algo nerviosa.

-De qué estas hablando chiquilla?- la mira suspicazmente. Se ha quedado muy paralizada ante el aviso de Kaylee. No le gusta como suena el tema, no entiende nada, sólo quiere llevarse a sus niñas a un sitio tranquilo y calmado donde retomar la vida de siempre. Fred también se queda anonadado, sin saber qué decir.

La muchacha de cabellos rubios te mira con detenimiento, mordiéndose la lengua, como si dudase.

-Jason. Cuando tocó a Roger, él se desplomó, murió casi al momento- es lo primero que dice, tras negar con la cabeza ante tu respuesta inicial acerca del incidente de hace un rato -Tú eres como él, pasará lo mismo, lo dijo ese hombre...- balbucea eso último. No parece saber como explicar donde está el problema pero está claro que sabe algo que tú no sabes, pero no se atreve a abrir la boca.

Frunzo el cejo, ladeando la cabeza para mirarla a ella y echar un vistazo de reojo a Haru. Le suelto la mano para acercarme a Kaylee, porque estoy segura de que sabe algo mas que no quiere decir...o que le da miedo decir.

- ¿Qué hombre? - pregunto ahora, mirando a la novia rubia de Jason y acercándome mas, como si realmente tuviera intención de tocarla, claro que no voy a hacerlo... No tengo muy claro que lo que dice sea verdad pero no quiero arriesgarme a hacerle daño a nadie. Solo quiero presionarla un poco con mi cercanía - ¿Cómo va Jason a matar a nadie con solo tocarlo? Es una...locura - susurro esto último porque, desde luego, todo a nuestro alrededor es una maldita locura - No puedes soltar esa bomba y no intentar explicarlo mejor - razono.

La muchacha te mira fijamente a la cara pero se mantiene en su sitio, no reacciona como tu creías y no se aparta ni se acojona ante tu amago de acercarte a tocarla.

-Pero pasó así. Tú no viste como le salía ese líquido negro por las orejas ni como...- le falla la voz y no se ve capaz de continuar con la descripción de la muerte agónica de Roger. Está realmente muy afectada y trastornada por haber sido testigo de todo ello. No parece estar pensando de forma muy coherente ni en situación de responder a gran cosa más.

-Creo que yo puedo ayudaros a explicar eso...- dice una voz masculina, salida de la nada -O al menos en parte.

La voz procede de un hombre afro-americano, alto, fornido y vestido de forma discreta, con una gabardina. Le reconoces de inmediato, es el hombre al que perseguían los dos enormes mutantes a los que te has enfrentado hace un rato y que ha tenido un final tan catastrófico.

Y de nuevo su rostro te suena terriblemente y esa voz tan peculiar… Y entonces, como si una bombilla se encendiera en tu cabeza, te acuerdas. Sonrisa extraña, ese tono de voz y que te hayas cruzado recientemente… Te ha costado reconocerle porque la anterior vez, cuando le conociste, iba vestido de un modo estrafalario (por así decirlo), pero sí, ahora que le ves de cerca tienes claro que es él, es el hombre de la noche de los combates ilegales en el gimnasio de los primos Williamson!

-Nos volvemos a ver, niña.