Partida Rol por web

Marshall ha conseguido hacerse invisible al despelotarse del todo (un pequeño precio por conseguir la salvación) y con suma sutileza, cubierto por la entrada espectacular de la mujer de blanco y el encapuchado, consigue acercarse a Valary, acercar sus dedos ágiles y habilidosos y posarlos en el paquete que sujeta Val contra su cuerpo. Si no fuera por lo histérica que está la chica y lo concentrada que está en intentar conseguir algo para salvar su culo, Marshall jamás habría podido conseguir quitarle semejante carga. Simplemente se desliza por los brazos de ella y acaba en las manos del chico. Bingo!

De repente, Valary y Marshall ven como aparece a su lado, enfrente de Dientes de Sable y de espaldas a la Mole, un chico de su edad, blanquito y rubio. Tiene cara de pipiolo total, el típico niño pijales. Ha aparecido de la nada, sin más. Parece confuso y a los pocos segundos, simplemente deja de estar ahí. Como si jamás hubiera pasado.

Tras obtener su premio, Marshall se apiada de la bonita latina y la coge de la mano e intenta su mejor truco: hacerlos desaparecer a ambos. Pero fracasa estrepitosamente. Él lo intenta, que conste, se concentra, intenta imaginar la sensación de hormigueo y humedad en la piel transfiriéndose hacia Valary, pero nada, que no hay manera, que no se mueve. En fin, otro día será! Pero entonces, cuando justo iba a decirle algo útil como corre o perdona por dejarte tirada pero es tu problema, Valary ya no está ahí! Ha desaparecido y Marshall presiente que no ha sido él.

Valary, concentrada en pensar modos de escapar, ya casi ha decidido que lo mejor será salir corriendo como una bala y esperar lo mejor. Y está a punto de hacerlo cuando nota el tacto de la mano de alguien que no vé. Y luego nota otra mano. En su cadera derecha. Y no es el dentudo de dos metros de alto, de eso está casi segura.

-Puaj! Niño cabrón!- grita la Mole cuando se encuentra unos calzoncillos de Batman yendo hacia su cara. Los atrapa con una enorme y regordeta mano y los hace trapos, partiéndolos por la mitad -Cuando te pille te vas a enterar!

Dientes de Sable ríe ante la broma de Marshall aunque suena como una serrucho, es como un carraspeo raro, como el del Perro Pulgoso de los dibujos animados.
-Sólo es un calzoncillo, no te matará- dice sarcásticamente. Y vuelve a reirse de mdo carrasposo.

La chica de cabello rubio mira al encapuchado. Éste asiente, parece que han llegado a algún tipo de acuerdo no verbal. De repente, de la mano de la chica surge una luz tremendamente brillante y como una lanzadora de cuchillos profesional, salta como una bailarina y mueve el brazo como si fuera a lanzar algo hacia Dientes de Sable y la Mole. De sus dedos surgen volando unas hojas afiladas blancas, de pura luz, que cortan el aire a gran velocidad, directas hacia los dos hombres...

Dientes de Sable da un gran salto en diagonal hacia la pared para iniciar una serie de diagonales hacia arriba, en un intento de esquivar las dagas luminosas. La Mole, por el contrario, ni se inmuta y permite que se acerquen las cuchillas afiladas hacia sí. No parece preocupado...

Me quedo como de hielo al sentir una mano tocándome, porque da la impresión...de que no me ven. O al menos se centran entre sí, ¡es perfecto! ¡Otro golpe de suerte, de esos que me llegan poco!
Asumo enseguida que he sido tocada por el chico de la gabardina, que también ha desaparecido porque sí antes. Y aunque el bailecito que se estan empezando a marcar los otros raritos pinta interesante y digno de ver (además de MUY friki), yo no DEBERÍA quedarme aquí. Ya he saltado mucho sobre la frontera entre la vida y la muerte por hoy. Tampoco sé dónde está Invisible Boy ahora mismo como para saber si sigue ahí o por lo contrario ha corrido también por su seguridad.

Esto se está saliendo de madre. Una cosa es el negro con la coraza y los matones atontados y otra muy diferente que la rubia angelical se ponga a tirar navajas que parecen hechas de luz. Lo último es imposible, así que lo más probable es que sea un truco. A lo mejor las ha impregnado con una especie de líquido fosforescente que reacciona con la luz solar, o algo por el estilo; me niego a creer que tenga unas habilidades de esa índole. Sonará raro viniendo de alguien como yo, pero supongo que a) me gusta sentir que soy especial y b) eso que hace mola más que lo que hago yo. 

No consigo que la chica se vuelva invisible, pero tenemos que salir de allí cuanto antes. Podría dejarla ahí perfectamente, pero espero un premio extra por los servicios prestados. Je. Jejeje. ¡No, Marshall, céntrate! No me puede entrar la risa floja ahora. Sin pensarlo mucho, cojo la mano de la pandillera latina y tiro de ella, esperando que se dé cuenta de que tenemos que huir y, definitivamente, tenemos que hacerlo ya. Además, aprecio demasiado mi pescuezo como para acabar muerto por tales personajes como el gordo histérico y deprimido, el heavy o la pareja interracial. 

Efectivamente, el baile a cuatro se va haciendo cada vez más rápido y peligroso para los que se queden en medio, quietos. Lo bueno de un mundo lleno de superhéroes es que si le das una patada a una piedra, te salen 20 de debajo, dispuestos a salvarte el pellejo bajo cualquier motivo, por muy absurdo que sea. Aunque también se podría decir lo mismo de los supervillanos, mercenarios y asesinos "recauchutados" y tuneados, claro. Pero no importa, porque hoy es un día de suerte para ambos. Hoy han aparecido de los dos tipos y probablemente podréis salir de esta sin que se den cuenta de que ya no estáis ahí, para cuando el combate épico termine.

Marshall y Valary parecen pensar en exactamente lo mismo y no se paran a pensar en qué demonios está pasando ni porqué Valary es "transparente" ni quien lo está provocando, así que cuando Marshall corre, Val también lo hace. Y ambos corren. Y mucho, hasta que sus pulmones parecen a punto de estallar por el esfuerzo. No miran atrás pero tampoco mucho hacia adelante y encima Marshall es el que va delante...

-No os paréis idiotas!- os gruñe alguien detrás de Valary, al ver que Marshall duda por un momento por que calle tirar, ajeno a toda posible orientación. Pero al final se hace evidente que tendréis que parar porque ya no podéis más y entonces es cuando Valary se da cuenta de que ya no tiene el paquete. Y de que es visible y de que la persona que tiene detrás es el chico afro-americano de antes. Era su mano la que había notado antes, ese segundo tacto del que procedía una extraña energía que ahora que lo pensaba, le había hecho hormiguear algo la piel.

-Eh no me miréis así! Os he salvado el culo niñatos!- protesta, adelantándose a vuestras posibles reacciones adversas -Aquí el mierdas- señala con el pulgar a Marshall -No era capaz de hacerlo y le eché un cable...- os mira malhumorado, como si le doliera realmente en el alma haber tenido que comportarse como un "héroe" y ayudaros.

Entonces volvéis a oír el ruido del combate, una explosión, como de un muro al estallar. Aún estáis demasiado cerca de la ola expansiva de esa gente. O eso parece...

-Lo siento, pero tenéis algo que debéis darnos...- se oye la voz grave, carrasposa y siniestra del negro encapuchado de antes. Ha vuelto a salir de la nada, como una mancha de suciedad muy negra en el aire. Os ha localizado con una asombrosa facilidad, dejando sola a la chica rubia y angelical con aquellas dos bestias.

Y vosotros volvéis a correr de nuevo, como si no hubiera mañana, dejándole con las palabras en la boca. Los tres corréis desbocada y alocadamente, en un intento de dejar a todos atrás...