Partida Rol por web

La chica de cabellos dorados sonríe dulcemente.

-Creo que aún queda uno- deja la caja rosa encima de la cama, a tus pies -Aunque tendrás que cogerlo tú mismo, a veces me cuesta coger las cosas- vuelve a sonreir. Al abrir la caja encuentras tres donuts y medio. El cuarto está mordido, probablemente es cosa de la chica Morlock. Pero consigues coger el único que queda con cobertura de chocolate. Los otros tres son con coberturas de colores azul, verde y rosa. Obviamente ese último es el que está mordisqueado.

Desliza, la chica Morlock, se "sienta" (o mejor dicho, flota) a los pies de tu cama, esperando a que te comas con calma el donut, el único momento de felicidad que has tenido en mucho tiempo (o eso te está pareciendo a la luz de los acontecimientos recientes). Así que lo disfrutas y mucho. Cada maldito bocado te sabe a gloria y a casa y a felicidad en formato azúcar. Cuando terminas y te arreglas un mínimo, Desliza te acompaña por los pasillos hacia una sala donde hay algunas personas esperándote. De hecho, hay 4 personas esperándote: tres chicas y un chico. Todos de aproximadamente tu edad.

Ella te indica que entres, que como ya te ha contado antes en el trayecto hacia esta reunión, te iban a contar todo lo que necesitas saber y aclarar todas las dudas que hay rondando por tu cabeza. A la primera chica que reconoces es a Claire, que va vestida de negro de arriba a abajo, haciendo destacar aún más el color de su pelo rubio. Te mira discretamente, parece más calmada y menos malhumorada que hacía unas horas, días? en realidad no sabes cuanto tiempo ha pasado...

La segunda chica es china. Estás casi seguro de ello. Bueno, vale, al menos sabes que es asiática. Tiene cara de pocos amigos, no es que sea fea, al contrario, pero su cara refleja enfado, como un Rottweiler a punto de morder. Aún así, se acerca a tí con suma cautela y pasa de esa cara de perro mordedor a sonreirte intensamente, de esa manera que sólo los chinos saben hacer, que es sonreir no sólo con la boca si no también con los ojos. Inclina levemente su cabeza a modo de saludo inicial.

-Me llamo Mousse, todos me llaman así- su voz aguda y dulce te recuerdan exactamente a ese animal. Desde luego, no podría haberse buscado un mejor nombre. Su cabello y ojos negros parecen perforarte por dentro por unos segundos. Se te eriza algo el pelo de la nuca. Tiene un aspecto de pura inocencia, pero su mirada no dice lo mismo.

La tercera chica es rubia, alta y delgada, la típica chica guapa y popular de instituto, de hecho, en tu escuela hay algunas muy similares a la chica rubia. La muchacha te sonríe torcida y pícaramente. Entonces se acerca a tí, andando con firmeza y en vez de hacer lo que haría cualquier otra persona, te besa en la boca, sensualmente y cuando termina, vuelve a sonreir de ese modo sensual y lascivo. El beso sólo dura unos segundos, pero los suficientes como para que tus hormonas se despierten repentinamente.

-Yo me llamo Kaylee. Estoy segura de que no olvidarás mi nombre...- ronronea a tu oído, antes de volver a su sitio. Oyes un chasquido de lengua de desaprobación procedente de Mousse y cazas al vuelo la mirada desviada del chico, que es el último en presentarse.

El chico parece ser un año mayor que todos los presentes, es alto, muy delgaducho y nervudo. Se acerca caminando algo tieso y tras carraspear extiende la mano hacia tí para presentarse.

-Yo soy Alan- su acento es claramente inglés, de esos de las Islas Británicas -Bienvenido a casa, hermano- vale, de nuevo están ahí con el dichoso parentesco que tu no ves por ningún lado -Si te sientas, te explicaremos todo, seguro que tendrás muchas preguntas, como todos cuando llegamos aquí- su tono de voz es calmoso, relajado, como si entendiera perfectamente tu situación pero quitándole importancia a la parte de "secuestro" (o al menos es como tú lo ves).

Cuando me encuentro con los otros aún estoy limpiándome el chocolate de la boca. ¡La verdad es que estaba hambriento! Termino de masticar lo que me queda en la boca y miro a Desliza. "¿Quién es esta gente?", me pregunto, pero no tarda mucho en resolverme el misterio. Los miro de uno en uno, intrigado por sus apodos, pero la intervención de la tal Kaylee me deja sin sentido. Creo que puede considerarse mi primer beso, pero... No deja de ser extraño. Desde luego no me esperaba que fuera algo así, tan... sorpresivo. De hecho ahora que lo pienso nunca había pensado en chicas a excepción de cuando la profesora Lambert... Espera, a saber si era profesora. Es igual, estoy rojo como un tomate y no puedo mirar a nadie ahora mismo.

Las piernas no me responden muy bien, así que me siento sin rechistar y trago saliva mientras miro de reojo a Kaylee. Todavía me cosquillean los labios, y puedo notar como me arden las orejas. ¿Cómo puedo ser tan pardillo?

Todos los presentes se sientan, más relajados, al ver que tú hacías lo mismo, sin rechistar. Tras esa presentación inicial y bajarte los calores por el bonito recibimiento que te han dispensado, te puedes fijar en la sala. Hay una mesa grande y rectangular en el centro y sillas cómodas a su alrededor. En una de las paredes cuelga una pantalla enorme de televisión plana, apagada. En la mesa parece haber una especie de cristales incrustados en cada uno de los sitios, señalados por las sillas, como si fueran puestos de trabajo, aunque tú desconoces que son o para qué sirven esos cristales oscuros que no translucen nada de debajo de la mesa. Cuando lo miras mejor el que tienes delante tuyo crees que es una especie de pantalla o lector, como los de los reproductores de DVD.

Presidiendo la mesa se sitúa Mousse. A su izquierda se sienta Alan y a su derecha Claire, con el ceño algo fruncido. Kaylee se sienta enfrente de tí, sonriéndote todo el rato, de forma algo lasciva, como un gato delante de una sardina fresca y deliciosa. Por un momento crees que Desliza se iba a quedar pero se marcha, despidiéndose de tí, con una leve sonrisa y prometiéndote que te traería más donuts luego, si querías. Alan posa sus manos a apenas unos centímetros del cristal de la mesa y surge un teclado de luz (o eso te parece a ti), de color verde (parece una peli de ciencia-ficción de los años 80) y la pantalla enorme se enciende.

-Ahora que ya sabes nuestros nombres, Travis, te explicaré quienes somos y quien es Padre. Nos dijo que estás un poco escéptico con lo que te contó- empieza Scarecrow, con suma calma y la elegancia de los ingleses de buena educación -Pero Padre no miente, él nos dio nuestras vidas y nuestros maravillosos talentos, que nos diferencian y nos hacen mejores que los humanos normales. Aunque tu madre te...- se queda un momento pensativo intentando encontrar la palabra más adecuada y menos burda posible.

-Pariera, la palabra es pariera- dice calmadamente Kaylee y te guiña un ojo.

-Si, cierto- rectifica Scarecrow -Pues aunque tu madre sea tu madre biológica, Padre se aseguró de que fueras Especial, como el resto de nosotros y los demás que faltan por encontrar.

Mientras le oyes hablar te parece notar un pescozón en la nuca y que se va extendiendo por el resto de tu cabeza, como si una hormiga se estuviera paseando por debajo de tu piel. Te sientes raro, te da un leve dolor de cabeza pero se te pasa en seguida.

-Padre está triste porque no tiene a todos sus hijos con él, somos sus favoritos y sólo le devolverá la felicidad el que estemos todos aquí de nuevo, así que nosotros estamos buscando al resto de nuestros hermanos perdidos, como tú, y los traemos aquí, para que podamos volver a ser una gran familia feliz- Mousse ha retomado el discurso de Alan, con su voz aguda y acento chino muy marcado.

-Entendemos que no te lo creas, no somos una panda de chiflados- esta vez es Kaylee quien habla -Oye Al enséñale los archivos o no se creerá nada- se encoge de hombros. Alan la mira de reojo, como sopesando si hacerle caso o no. Al final parece acceder y teclea en pocos segundos algo que no entiendes pero que abre un archivo en la pantalla gigante de ordenador.

Primero pasa rápidamente por una carpeta donde hay toda una serie de subcarpetas y nombres distintos hasta que entra rápidamente en la que lleva tu nombre. Sale una ficha con tu foto de cuando tenías 4 años, se te reconoce bastante. La foto está inserta en una ficha con los datos de tu bio y tu historial médico. La mayoría de los vocablos científicos no los entiendes, te suenan tan complejos como las fórmulas de física o mates en las clases del instituto.

-Faltan algunos de nuestros hermanos y son los que debemos ir a recuperar, antes de que les pase algo malo. Los normales son peligrosos y nos odian por ser más perfectos y mejores que ellos- añade Mousse -Nos ayudarás. Verdad?- debería sonar como una petición pero suena casi más como una orden ó incluso amenaza velada. La chica china parece el tipo de persona que no acepta ser cuestionada ni desobedecida.

-¿Me estás diciendo que mi padre no es mi padre y que mi madre se... hum... con... ese Mister Siniestro?

Miro a Scarecrow como quien mira a una mula volar. Si ya me costaba imaginarme como mi madre podría acostarse con mi padre (o viceversa) más me cuesta imaginarme a mi madre con ese señor, que parecía haber perdido el atractivo tiempo atrás. Debido a mi imaginativa mente adolescente empiezan a acudir a mi imágenes de encuentros íntimos entre ellos, a cada cual más perturbante... "Oh por dios no, ya está. Fin, se acabó. No más imágenes", pienso a la vez que me froto la nuca. La cabeza me empieza a doler y a cosquillear, pero no esto seguro de si es por lo horrible de las imágenes. Nadie se merece pillar a sus padres en el acto y menos tener pensamientos así.

Por suerte mis plegarias son escuchadas cuando veo mi ficha en la pantalla. Mister Siniestro y mi madre vestida de colegiala desaparecen de mi mente para dar paso al terror absoluto. No me puedo creer que hayan estado vigilándose desde tan pequeño y yo sin enterarme de nada.

-P-pero... ¿Cómo os voy a ayudar? Solo se jugar al béisbol.

Los gestos insinuantes de Kaylee no ayudan a tranquilizarme. No se que intenta, pero me pone muy nervioso y enrojezco más si cabe.

Alan parece respirar algo más aceleradamente y parece tener mucho calor porque gotas de sudor bajan por su cuello. Carraspea un poco antes de intentar retomar la explicación. De reojo ves como Claire pone los ojos en blanco, como el día anterior. Sabes que es su gesto para la exasperación. Y es ella la que corta a Scarecrow y responde a tu pregunta, no dejándole hablar.

-No exactamente, tus padres te engendraron pero Padre, Mr. Siniestro, te mejoró. Tus padres te dieron el color de tus ojos, el de tu pelo y el de tu piel, pero Padre te dió tus maravillosas habilidades. Nunca te has preguntado porque puedes hacer lo que puedes hacer? Ser tan veloz? Teleportarte? Recuerdas? Estabamos en la escuela y tú nos trajiste hasta aquí. No fue casual- dice muy seria, pero intentando tomar paciencia. E iba a soltar algo más pero se calla de golpe ante la mirada de aviso de Mousse.

-Ehem...- Scarecrow mira con algo de enojo a Claire por adelantársele -Como bien ha dicho Eclipse- señala con la mano a Claire y mediante cierto tono remarcado al nombrarla -Eres mucho más que un simple deportista, tienes dos talentos muy especiales que nos serán muy útiles para encontrar al resto. Además Padre te enseñará a aprender a utilizarlos y a controlarlos. De hecho, hemos localizado a dos más, en New York. Nos acompañarás a conocerles? Así verás que no somos ningunos monstruos, como crees ahora- finaliza éste.

Las demás chicas os miran, calladas. Mousse está muy seria, con los brazos cruzados, apoyados en la mesa. Kaylee mira distraidamente a su alrededor y de vez en cuando te lanza miraditas y sonrisitas.

-Pero no puede ir así vestido, yo te encontraré algo mucho mejor...- su mirada es de "ñam ñam" mientras suelta todo eso.

"Eso tiene mas sentido que el ser un demonio, supongo...", pienso en un suspiro. La idea de que mi vida sea una especie de conspiracion o plan secreto me da esperanzas, aunque me hace sentir sucio al mismo tiempo. Quien no se ha imaginado alguna vez que sus padres no eran sus autenticos padres y que habia unos desconocidos ricos o geniales buscando a su hijo perdido? Eso me hace mal hijo? Mister Siniestro no es mi modelo de padre ideal, pero puede que este sea mi sitio, que pertenezca aquí. Despues de todo esta claro que no hay lugar para mi junto a mis padres y seguro que se alivian al enterarse de mi desaparición... O no? Que estará pasando en casa?

Agito la cabeza apartando esos pensamientos de mi mente y miro al resto.

-Si, supongo que os acompañare... -digo encogiendome de hombros. No contesto a Kaylee, aunque estoy altamente preocupado por lo que pueda estar pasando por su mente.

Las siguientes horas las pasas primero en compañía de Kaylee que parece estar dispuesta a que hagas un completo pase de modelos de trajes de superhéroes modernos con los correspondientes relamidos de lengua cada vez que te cambias para probarte la siguiente prenda. Esta chica no parece tener mucho pudor. Al final dais con un modelito que no te incordia y que es más o menos discreto (o eso crees tú). Tras eso te llevan a una sala a calibrar tu estado físico, poderes y demás cosas que no acabas de entender pero que involucran un montón de electrodos y máquinas que hacen bip, entre otras cosas. Después cenas con ellos y pasáis a reuniros por segunda vez para iniciar la estrategia de "recolectar" al siguiente: un chico localizado en la Gran Manzana, New York. Discutís al respecto, pero al final salís todos hacia la gran ciudad, acompañados de un Morlock de aspecto ehm... perturbador llamado Caliban y de Desliza, que parece asumir el rol de cuidadora del albino calvo con ojos amarillos. Todos se han vestido para la ocasión y llevan trajes ajustados de distintos colores y estilos, dependiendo del gusto de cada uno. El cuero (porque parece cuero, pero lo es? No lo tienes muy claro, su tacto lo notas distinto pero no sabrías decir que es. Será la materia de la que están hechos los superhéroes?) se ve resistente y bueno, parece que se han gastado un montón de dólares y parecen moldear y hacer lucir mejor a cada uno, como si fuera una segunda piel.

-Kay, ábrenos una puerta a ya sabes donde- le pide Alan, acompañándolo de un gesto de cabeza.

-Estás loco ingresito? Y sola no puedo, sin mi gemela es imposible. Pero con ayuda del nuevo creo que sí podré- y sin pedirte permiso ni nada, te toma del brazo y te explica qué tienes que hacer para unir tu poder al suyo y abrir la brecha que necesitáis.

Lo primero que te pide es que juntéis las manos y por unos minutos deja de observarte para concentrarse en lo que debéis hacer, abrir la puerta demandada por Alan. Entrelazáis sus dedos y un brillo surge de vuestras palmas contrapuestas, una luz blanca muy brillante te ciega por un momento. Kaylee te hace alzar los brazos sincronizadamente en vertical, aguantando la presión en forma de pequeño terremoto que sacude al principio con suavidad vuestros cuerpos. Cuando parece que ambos van a salir despedidos en direcciones opuestas te hace bajar los brazos formando un arco que extiende la luz formando una ventana circular perfecta.

Ambos os apartáis de la luz con síntomas evidentes de agotamiento por el esfuerzo, dejando a la vista plenamente lo que acabáis de lograr, abrir una puerta. Al mirar hacia esta puedes ver la calle, la luz del sol, pero de otro sitio, obviamente no debería verse eso, como si hubiera un sitio dentro de otro sitio. Bueno, vale, a tu cerebro le está costando computar lo que está viendo, la cosa es que has visto suficiente tele para saber que eso debe ser un portal como en las pelis de ciencia-ficción. Y que eso que estás viendo ahí, como si fuera la ventana de un edificio por la cual te asomases, lleva a otro sitio, probablemente a kilómetros de donde estás ahora.

-Buen trabajo- os sonríe Alan e inicia el proceso de cruzar al otro lado, siendo seguido por todos los demás. Desliza te palmea el hombro y te sonríe orgullosa de lo que lo has logrado.