-Ops- Mire a todos los lados cuando Rhonda aclaró aquello de la cama con sus compañeras de patio.- Mejorr no... jejej
Al final Jesús dijo algo sensato ¡Pokimon!
- Bueno, es más crreible que Angel- Me encogí de hombros poniéndome al lado de Stuart.
Aquella mujer escuchaba en silencio, asintio ligeramente a las palabras sin sonido de Maika y continuo sin decir una sola palabra mientras el resto de los presentes aun discutieran cual era la mejor opción, pero para ella desde que despunto el día y el informático hablo por primera vez lo tenia claro.
-No Maika, mis palabras eran sinceras os veo capacitadas para la toma decisiones. -Dijo tajantemente, poco antes de coger una de las tazas calientes y calentar sus labios.
-Pero si ninguna desea el cargo, no se puede obligar a alguien a tomar el cargo que merece por obligación. -Comento tras escuchar los comentarios de la cocinera, muy lejos de hablar sobre lo que los otros discutían.
Dejo la taza con el ultimo sorbo de aquel preparado en el suelo para que Blue calentara su trufa descarnada.
-Por lo que dejare mi voto en blanco, hoy al menos. -Pues sabia que esas reuniones no serian mas que el principio, Ijiraq estaba en las sombras, esperando que la oscuridad fuera total para volver a raptar a uno de aquellos hijos de Sila.
Ninguna de mis dos opciones quieren ser lideres por lo que voto en blanco.
McReady se adelantó.
Bien, creo que ha sido tiempo más que suficiente para la votación. No me queda mucho más que felicitar a Susan como nueva líder del campamento. O quizás darle el pésame. Permitanme que muestre los resultados.
Con parsimonia, comenzó a encaminarse hacia la Casa del Elíseo parándose para dar una última explicación o aporte.
Según la nueva jefa indicó, tanto Blair como yo debemos ser aislados. Si me permiten, trasladaré mis pertenencias y el colchón de mi litera a la Casa del Cosmos. Supongo que así se cumple mi expresión cuando les dije que se quedaban solos en esto.
Busquen un sitio para el buen doctor, ya que no está en disposición de trasladarse por su propio pie.
Por lo demás, siempre que necesiten mi ayuda podrán acudir a pedirla. Hasta entonces deberían ocuparse de decidir un método a prueba de fallos para identificar a los posibles afectados. Encierrenlos como a Blair y a mi o tomen medidas más drásticas si quieren, pero, si aceptan una última sugerencia, no se desmadren: Ben tiene razón. Nuestra fuerza es el número. Si empezamos a acribillarnos sin control la criatura nos ganará fácilmente y usará la radio para pedir un equipo de rescate... no tengo que decirles qué ocurrirá después si la criatura consigue salir de aquí.
Mi recomendación es que se mantengan confiados en su número. Tomense su tiempo. Dediquen cada día a intentar encontrar un impostor entre nosotros, pero no más de uno al día o nos sentenciarán a todos. Puede ser fácil perder la cordura, pero es importante que se sobrepongan y mantengan los tiempos necesarios. Cuando estén seguros de haber acabado con la criatura, abandonen la cacería.
Entre tanto, deberán enviar mensajes de radio periódicos como si todo ocurriera con normalidad. Si dejasen de recibir señales nuestras por más de dos o tres días, seguro que enviarían un equipo de rescate... Quizás tarden un poco más... tal vez siete días o incluso dos semanas. Pero sería el fin de la humanidad si algún ser vivo llega aquí antes de tiempo.
Lo que me lleva a que tampoco pueden bajar el ritmo de su búsqueda. Ni más de una persona al día, ni menos. Piensen que la primavera ya está muy próxima y no creo que quede más de una semana hasta que el primer albatros skua se acerque a la zona.
Suspiró.
Desde luego es una situación compleja. La más mínima flaqueza o, por el contrario, apresurarse lo más mínimo, puede ser fatal para la humanidad completa... no les envidio.
Y dicho eso, se puso en movimiento.
Blair seguía reposando ayudado por la inyección de la doctora. Había tardado un poco en hacerle efecto, pero finalmente las voces se habían diluído sin dejarle participar.
Aquello le había impedido contestar a la cuestión planteada por Maika y respondida por la Doctora Takeno. La verdad era que Blair ya había indicado que era inútil a no ser que se comprobase las células del infectado con extrema rapidez. Si tardaba más, la copia sería perfecta e indistinguible al microscopio.
Lo mismo había sucedido con las células de perro, que en apenas unos pocos minutos, ya se habían mostrado los nucleos en distintas etapas avanzadas de imitación.
Sea como sea, se removió en su improvisada litera, como presa de una pesadilla o, quizás una funesta premonición.
La elegida líder por votación, Susan Weaver, había indicado que debería aislsrse al doctor y a McReady, así que procedieron a ello con Blair utilizando la Casa de la Estratigrafía ahora que estaba claro quién daba las órdenes y Blair seguía dormido.
Tras esto, todos se encaminaron a sus literas rezando a sus respectivos dioses por que toda aquella pesadilla hubiera acabado y al día siguiente todos siguiesen vivos y a salvo. Por supuesto, algunos se habían declarado ateos y, aunque este no era el lugar ni el momento para discusiones teológicas, quizás no tener a quien rezar fuese un alivio o, quizás, como Jonathan había insinuado, una pesada carga en momentos como aquel. Y es que cuando el hombre no tiene asideros humanos a los que amarrar su esperanza, los dioses, existan o no, aparecen como el único ancla. Para algunos estos dioses serían espirituales, para otros terrenales, así fueran conceptos elevados y escritos con mayúscula, como la Humanidad, la Libertad o la Ciencia, o mucho más materiales, como el siempre presente dinero.
Entre todos esos posibles asideros, solo unos pocos acudirían a sus propias capacidades para ganar las fuerzas necesarias para aquella batalla.