¿Se podia cambiar la votación? Si es que si, quiero que mi voto vaya para Mia
¿Ustedes nunca han tenido un momento de debilidad? - dije tras reaparecer y escuchar los últimos comentarios de la doctora Takeno y Maika.
Si es así... igual no son asimiladas porque tienen poco de humanas, señoritas. Si, soy una persona fuerte... e íntegra, pero solo un loco podría mantener una actitud normal ante los sucesos tan anomarles a los que nos estamos enfrentando.
Rhonda me acompañó y sigue viva... pero no puedo asegurarles que la haya asimilado, pues ni siquiera puedo asegurar que yo siga siendo yo... y eso es lo que me está carcomiendo por dentro. Necesitamos avanzar, o moriremos todos.
Rhonda, querida, me opuse a lo que propuso de marcar a fuego porque no creo que sea efectivo, sigo sin creerlo. La cosa esa solo reacciona cuando está en peligro su vida, su no vida, o como quiera llamarse. Una quemadura, por muy dolorosa que sea no es letal, al menos a corto plazo, solo si ésta avanzara y pusiera en peligro la vida el alien reaccionaría. Y si no lo hace a tiempo, morirá. No es muy diferente de lo que está pasando, de todos modos.
No obstante, el objetivo de las votaciones es aislar a una de nosotras, pero no matarla. De todos modos, si estamos todas de acuerdo... podemos seguir adelante con el plan de Rhonda, independientemente de elegir a una de nosotras para aislamiento. Su propuesta, doctora Taneko, me parece bien, separar un camastro y atar a la elegida, de ese modo, el resto de las presentes podremos vigilar e interrogar a la... a la aislada.
Continué con mi intervención, pues poco a poco había ido recuperando el aplomo y la seguridad, volviendo a ser Mia Stuart, una chica de aspecto frágil pero dura como una roca.
En cuanto al sentido de mi voto...
Doctora, por el motivo que usted dice para votar a Lyra, le incluye a usted, precisamente, pues no querer implicarse de manera directa o, como usted dice, no ser partícipe activa, es precisamente mantener un perfil bajo.
Bien... ¿me pasa la pala, Maika? Gracias - y me dispuse a continuar la tarea de mover la nieve que bloqueaba nuestro paso a las otras salas del complejo.
Voto a la doctora Kaida Takeno
- ¿Y qué esperas que haga? No tengo madera de líder y no estudié para algo así, sino para ser mecánica, la vida no me había preparado para algo así, la verdad es que tu razonamiento me parece ilógico y por eso mismo mi voto va para ti, Kaida Takeno, quizás escondas algo, si simplemente me hubieses votado lo entendería, pero... ¿qué soy un perfil bajo? Venga ya... eso suena a excusa.
En fin, tenía que votar a alguien y no sabía a quien, pensaba votar en blanco como la anterior vez, pero esa mujer me había cabreado, ¿qué tengo un perfil bajo? Que graciosa.
Vuelvo a coger la pala, necesito mantenerme ocupada.
Voto a Kaida Takeno.
- No, si realmente no esque quiera que nos quememos como vulgares adeptas de NXIVM, lo que quería era insistir en que tiene que haber algún método científico, algo, análisis de sangre, beber aspirina con coca-cola... No sé, pero algo aparte de encerrar o atar gente a somieres.- Volví a callar, encaminándome un segundo más, medio jorobada, a la sala templada. Consiguiésemos salir de allí o no, mañana iba a ser una mojama rígida, incapaz de moverme.
Voto en blanco. Ya llevo una víctima inocente a cuestas...
Eso está claro, Rhonda, pero lo que deberían haberlo propuesto, vamos... los que saben sobre eso, los que COBRAN de la Empresa para sus experimentos se callaron como perras, ¿sabes? Yo entiendo de números, tú de filetes, Ungâk de perros, Lyra como bien dice, de tuercas y tornillos... los científicos al parecer solo saben pedir un aumento de la partida de su laboratorio en los presupuestos...
Y es que, después de dos días, seguía sin explicarme como era posible que no hubiera un método científico que fuese útil y hubiese que recurrir a la psicología... Vale que Maika era física y Zhou florista, pero Kaida es médico joder, como sobreviviera a todo esto el informe que iba a presentar iba a ser de órdago.
En cuanto escuchó las palabras de Lyra, la doctora la miró sin una pizca de enojo. Tal vez era su educación japonesa, en la cual se trataba de no ir respetar al otro. Ante sus palabras, sólo dijo - La violencia en la voz es el estertor agónico de la razón en la garganta, señorita Lyra. Yo no soy soldado, y sin embargo he buscado enrutar la búsqueda a más que solo el azar. Y creo que me ha malentendido. Yo no he dicho que sea un perfil bajo, sino que ha querido mantener un perfil bajo. Si no comprende la diferencia, la primera es una marcación social clasista. La segunda, que es la que yo he expresado, se trata de tratar de pasar desapercibido. Y es por eso mi voto. El hecho de que me vote por enojo dice más sobre usted que sobre mí - y luego se giró hacia Mía.
- La verdad es que cualquier razonamiento nos apunta a todas de algún modo. De hecho, sí hemos tenido otros momentos de debilidad, pero los hemos pasado en frente de todos. Y comprendo lo suficiente sus insinuaciones sobre los dominios que deberían hacer algo, por lo cual me veo en la necesidad de decir algo. No sé si recuerda que yo pedí muestras de sangre, muestras que nunca fueron entregadas, por lo tanto no pudieron ser analizadas. Más allá de eso, mi dominio es la medicina. Soy médica, no doctora en microbiología, y creo que estamos de acuerdo en que es poco posible que el pénsum universitario incluya medicina o microbiología alienígena. Es fácil juzgar por cosas como esa, pero mi trabajo es cuidar la salud de los humanos. Que es lo que he hecho como única integrante del cuerpo médico. ¿O dirá que no sané las heridas del grupo que fue atacado o que no hice un examen a todos los que habían ingerido la comida contaminada? En ese caso, creo que estoy haciendo mi trabajo. Y yo decía lo de atar a la persona como reemplazo del aislamiento. Solo dije que no participaría si la decisión era quemar a la persona. Yo no lo haría con mi propia mano. ¿Lo haría usted, señorita Mía? -.
Mia Stuart
Motivo: Votacion
Tirada: 1d6
Resultado: 3 [3]
Voto a Zhou Thurston, no hay una razón real, ni de peso, pero como Lider creo que debo votar por alguien. Aunque nunca quise serlo, creo que un Lider no puede quedarse al margen y votar, aunque esto acarree errores.
Sos: Lyra Becks,Kaida Takeno,Zhou Thurston,Mia Stuart,Maika,Rhonda Daniels
Durante todo el día las mujeres habían sido plenamente conscientes de la prioridad que era despejar de nieve el pasillo lo suficiente para poder abrir la puerta y adentrarse en él. Igualmente, habían sido conscientes de la necesidad de dosificar esfuerzos y organizarse en turnos rotativos a riesgo de ir más lentas en su avance. Y, sin embargo, a pesar de su respuesta organizada y estructurada ante la adversidad, habían tenido tiempo de discutir y mirarse con recelo y desconfianza.
Fuera de la sala común de la Casa del Paraíso, el frío helaba hasta los huesos y las discusiones se vieron reducidas por la necesidad de guardar el aliento. El pasillo tenía un enorme agujero en su techo. Uno que lo haría normalmente impracticable por las inclemencias del tiempo en el exterior, pero su situación no les dejaba elección posible. Debían atravesarlo.
Retirar la nieve de detrás de la puerta fue solo el comienzo y casi un juego de niños comparado con preparar un recorrido practicable por aquel pasillo eliminando la nieve y el hielo con el silbante viento penetrando su gruesa ropa. Y tampoco tenían raquetas para la nieve pues todas se encontraban en las estancias comunes de la Casa de la Administración, próximas a la entrada del complejo.
A pesar de lo difícil de aquel trabajo, consiguieron llegar a la puerta del extremo contrario del pasillo cuando aun no había llegado la noche. Para ello hicieron turnos de trabajo, rotando unas y otras entre las tareas de excavar y recuperar el calor en el interior de los barracones.
Eliminaron la nieve acumulada contra la puerta de salida e intentaron abrirla solo para descubrir que esta no se movía. Y en esta ocasión, no era por un problema mecánico.
Está bloqueada. Alguien ha sellado este acceso.
Regresaron a la sala común, al abrigo de aquel frío a debatir qué hacer.
Aquella circunstancia les iba a frenar más de lo deseado. Tanto que, finalmente, iban a tener que aislar a la elegida allí atada a una cama, tal y como habían propuesto, mientras se organizaban para regresar al complejo.
Hicieron el recuento de la votación y pudieron comprobar que había bastante desacuerdo respecto a quien suscitaba desconfianzas. Un empate en votos señalaba a tres de las siete mujeres y aun señalaba a una cuarta, Ungâk, la líder, que debía asumir la responsabilidad de su cargo y resolver aquella situación. La preocupación de todas las involucradas comenzó a extenderse densa por la sala. Pero su incipiente preocupación se vio truncada de raiz cuando un suceso reclamó toda su atención: Se fue la luz.
El pánico casi les vence cuando la luz que alimentaba La Casa del Paraíso parpadeó varias veces y pudieron escuchar el sonido de los generadores que alimentaban el complejo frenarse. Se quedaron a oscuras una fracción de segundo y, entonces, la luz verde mortecina del sistema de emergencia les alumbró tenuemente acompañada del sonido más agudo de los generadores de emergencia.
¿Qué está ocurriendo? Aun no es la hora del atardecer.
Aquello solo podía significar una cosa. Alguien había apagado los generadores o, quizás, los había saboteado.
Todas fueron conscientes de lo que aquello significaba. El mayor problema no sería la falta de luz, sino que sin generadores principales, el sistema de calefacción se apagaría cuando los generadores de emergencia agotasen su combustible, y eso ocurriría en algunas horas si no conseguían acceder y darle el mantenimiento adecuado.
Con la puerta bloqueada, el grupo decidió que sólo les quedaba una opción, y esta era salir al exterior por la brecha del pasillo y enfrentarse a la ventisca antes de que anocheciese y el tiempo se volviese más inclemente. Antes de que llegase la Muerte Blanca. En el exterior deberían avanzar hasta ganar la puerta del hangar de vehículos y volver a entrar al campamento.
Una vez allí, podrían desbloquear la puerta desde el otro lado, acceder de nuevo a la Casa del Elíseo y rescatar a aquellas de entre las más votadas a las que Ungâk selalase antes de que la tormenta nocturna les aislase definitivamente.
Ahora la decisión sería de ella. ¿Libraría a todas de aquella sentencia? Al contrario, ¿Cargaría a todas con el castigo del aislamiento? ¿O quizás elegiría solo a una de ellas? y, de ser así, ¿a cuál?
Ungâk, tienes la escena abierta para decidir cómo resolver el empate.
Puedes decidir matar a todas, a ninguna o a una de las tres.
Por favor, pon tu decisión en Notas abierta para que todas puedan leerla.
Si el Viernes 30 a las 23.59 no has emitido tu decisión al respecto, se resolverá al AZAR.
Habiendo tomado la decisión la autocráticamente elegida líder de seguir todas actuando como un grupo cohesionado dada la falta de claridad en las sospechas, se equiparon todas para salir al exterior e intentar alcanzar el complejo por otra entrada.
No disponían de raquetas de nieve, pero sí de ropa de abrigo y gafas para la ventisca. Aun así, salir allí fuera era prácticamente una locura desesperada. De hecho lo era, pero estaban desesperadas.
Atándose una cuerda larga a la cintura de unas y otras en una práctica parecida a la de los montañeros, salieron al exterior del complejo trepando al techo del pasillo utilizando para ello los montones de nieve retirados.
Formando una cadena humana, avanzaron por el blanco grisaceo sin apenas ver más allá de aquella que tenían delante. A la cabeza iba Ungâk, palpando la pared del complejo en un recorrido que rodeaba los edificios buscando alcanzar el hangar de los vehículos. La elección no había sido casual, pues la inuit era la persona más adecuada para mantener abrir camino en regiones polares.
El avance fue lento y en más de una ocasión pareció imposible, aun así, combatiendo con las inclemencias, consiguieron alcanzar el hangar.
Una pesada cortina de metal bloqueaba el ancho umbral, pero habiendo mantenido en el grupo a Lyra, que conocía bien la estancia, esta pudo adelantarse y guiarlas.
EN EL LATERAL IZQUIERDO ESTÁ LA SALA DE LOS GENERADORES. ALLÍ HAY UNA PORTEZUELA PARA SALIR A RECARGAR EL DEPÓSITO ENTERRADO DE COMBUSTIBLE - Gritó para hacerse oir por encima de la ventisca.
Ungâk redirigió entonces al grupo hasta el lugar indicado por Lyra. Al encontrar la portezuela, su corazón latía a mil revoluciones por minuto. Si aquella puerta estaba igualmente bloqueada, iban a tener un serio problema. O, al menos, un largo rodeo para intentarlo de nuevo por la puerta principal. Pero la portezuela giró sobre sus bisagras sin ofrecer resistencia.
Al atravesarla, les devolvió al anhelado calor artificial del campamento. Y también una preocupante evidencia.
Los generadores que alimentaban la energía del complejo estaban seriamente dañados. Habían sido detenidos y golpeados con fuerza con una pesada llave inglesa que estaba tirada en el suelo con la cabeza magullada y el mango doblado debido a los golpes. Las máquinas mostraban signos de abolladuras, golpes y roturas por doquier. No era un sabotaje medido que afectase a las piezas más sensibles del mecanismo, eran los cadáveres de unas máquinas que habían sido brutalmente golpeadas hasta tener el total convencimiento de que había sido inutilizada permanentemente.
¿Estos son los mismos generadores que mantienen la temperatura del complejo? - Preguntó Maika
Lyra asintió.
Así debía ser y era hasta que llegamos nosotros. Cuando me quedé a cargo del mantenimiento me preocupó apostar toda la estabilidad del complejo a estas viejas máquinas porque era cuestión de tiempo que fallasen, así que hablé con Ben para que me ayudase a programar una secuencia de encendido y apagado. Ahora por las noches estos se apagan y la iluminación nocturna y la calefacción se mantienen con el sistema de emergencia. Eso tenía que prolongar la vida de estas máquinas.
Esta vez fue Mia, quien conocía la parte administrativa del aprovisionamiento del complejo la que habló.
Pero el depósito enterrado de los generadores de emergencia es pequeño y no está preparado para trabajar tan de continuo y no tenemos suministros de combustible desde hace meses.
Es así, por eso cada día estaba revisando sus niveles y, llegado el caso, rellenando el depósito de emergencia con combustible extraído del principal.
¿Eso quiere decir que ahora solo tendremos calefacción de noche? - Preguntó Rhonda
En principio sí. Pero podría ser que... - Lyra pensó en el problema que estaban enfrentando y como generar una solución alternativa a su situación - ...Si encontramos a los chicos entre Jeffrey, Jonathan y yo podemos conectar el depósito enterrado a los generadores de emergencia. Luego Ben podría reprogramar el sistema y tendríamos calefacción todo el día. No tienen mucha potencia, pero la suficiente para mantener una temperatura no mortal estable siempre que no tengamos grandes demandas de electricidad durante el día.
Eso suena como un plan. - Confirmó Ungâk - Vamos. Tenemos que encontrar a los chicos.
Se pusieron en marcha en dirección a la Casa de la Administración.