Esta situación te está consumiendo literalmente. Apenas pruebas bocado por la tensión de no saber en quién confiar. Miras a tu alrededor y ves a un grupo de los que hasta hace poco considerabas tus compañeros, pero ahora todo es distinto.
Los ojos. Esos ojos con los que te miran. Ojos suspicaces, paranoicos, enloquecidos. Una mirada de miedo, incomprensión y asco. Y así te miran ellos. Todos ellos. ¿Pero acaso tú no les miras igual? ¿Confías en ellos más de lo que ellos confían en tí?
Desde que Blair dio los detalles sobre la capacidad de imitación de esa maldita cosa alienígena, no te fías de nadie. Esa cosa suplanta a las personas no solo físicamente sino tomando todos sus pensamientos, recuerdos y emociones también. Y luchará por sobrevivir como haría cualquier ser humano. Quizás incluso yendo más allá. Se comportará como un humano, señalará a otros infectados como un humano haría, argumentará como un humano haría, se moverá como un humano haría...
Una angustiosa idea atraviesa tu mente como un relámpago. ¿Sabrán los infectados que están infectados? ¿Es posible que la cosa esté agazapada en el interior de alguien sin que este lo sepa, como un inquilino indeseado, examinando todo lo que piensas y haces desde dentro y esperando su oportunidad? ¿Es posible que un humano solo descubra que no es humano cuando esa maldita cosa desee?... ¿Podría ser que tú mismo fueras parte de ella?
Reprimes un escalofrío y notas en ese momento como las pupilas de tus ojos empequeñecen hasta adquirir un tamaño normal ¿cuándo habían crecido? Fue durante tu río de pensamientos. Sí. Eso fue. Ni siquiera te habías dado cuenta.
No. No puede ser. Tú eres humano. De eso estás seguro. Si no lo fueras lo sabrías, ¿no?. Recordarías como te habría atacado La Cosa y como habías pasado a formar parte de ella. Porque esa cosa conoce tus recuerdos, pero no puede cambiarlos a voluntad.
No. ¿Verdad?. No. No puede. No. Seguro. Eres humano. Sí. Humano. Sí. Sí.
Eres un humano. Tan normal y corriente como puede serlo un ser humano. No tienes habilidades que puedan ser de ayuda específica en esta situación más allá de tu intuición y tu capacidad de análisis.
Buena suerte...
Esta situación te está consumiendo literalmente. Apenas pruebas bocado por la tensión de no saber en quién confiar. Miras a tu alrededor y ves a un grupo de los que hasta hace poco considerabas tus compañeros, pero ahora todo es distinto.
Los ojos. Esos ojos con los que te miran. Ojos suspicaces, paranoicos, enloquecidos. Una mirada de miedo, incomprensión y asco. Y así te miran ellos. Todos ellos. ¿Pero acaso tú no les miras igual? ¿Confías en ellos más de lo que ellos confían en tí?
Desde que Blair dio los detalles sobre la capacidad de imitación de esa maldita cosa alienígena, no te fías de nadie. Esa cosa suplanta a las personas no solo físicamente sino tomando todos sus pensamientos, recuerdos y emociones también. Y luchará por sobrevivir como haría cualquier ser humano. Quizás incluso yendo más allá. Se comportará como un humano, señalará a otros infectados como un humano haría, argumentará como un humano haría, se moverá como un humano haría...
Una angustiosa idea atraviesa tu mente como un relámpago. ¿Sabrán los infectados que están infectados? ¿Es posible que la cosa esté agazapada en el interior de alguien sin que este lo sepa, como un inquilino indeseado, examinando todo lo que piensas y haces desde dentro y esperando su oportunidad? ¿Es posible que un humano solo descubra que no es humano cuando esa maldita cosa desee?... ¿Podría ser que tú mismo fueras parte de ella?
Reprimes un escalofrío y notas en ese momento como las pupilas de tus ojos empequeñecen hasta adquirir un tamaño normal ¿cuándo habían crecido? Fue durante tu río de pensamientos. Sí. Eso fue. Ni siquiera te habías dado cuenta.
No. No puede ser. Tú eres humano. De eso estás seguro. Si no lo fueras lo sabrías, ¿no?. Recordarías como te habría atacado La Cosa y como habías pasado a formar parte de ella. Porque esa cosa conoce tus recuerdos, pero no puede cambiarlos a voluntad.
No. ¿Verdad?. No. No puede. No. Seguro. Eres humano. Sí. Humano. Sí. Sí.
Eres un humano. Tan normal y corriente como puede serlo un ser humano. No tienes habilidades que puedan ser de ayuda específica en esta situación más allá de tu intuición y tu capacidad de análisis.
Buena suerte...