Cartago Vs Roma:
La batalla de Cartago fue el enfrentamiento final y decisivo de la tercera guerra púnica. El asedio de Cartago duró dos años, y terminó en la primavera del año 146 a. C. con el saqueo y la destrucción total de la ciudad.
Los primeros dos años de guerra, a los romanos les resultó imposible tomar Cartago, pues contaba con enormes recursos, sólidas fortificaciones y un gran ejército que impedía su aislamiento total, continuando esta su actividad comercial por vía marítima. Como el sitio se prolongaba, los comandantes romanos decidieron permitir la entrada en su campamento de "elementos de distracción": prostitutas, comerciantes, etc, lo que provocó un relajamiento de la disciplina militar.
Finalmente entre los dirigentes romanos, molestos por la duración del asedio decidieron nombrar al nieto adoptivo de Publio Cornelio Escipión Africano, Publio Cornelio Escipión Emiliano Africano Menor Numantino cónsul y comandante supremo del ejército romano en África, en el año 147 a. C.
Cuando Escipión Emiliano tomó el mando expulsó a los civiles del campamento romano, como las prostitutas y comerciantes, imponiendo de nuevo una dura disciplina. Gracias a esto derrotó a Asdrúbal en una gran batalla que permitió el aislamiento completo de los sitiados por tierra. La flota romana incursionó masivamente en el golfo de Túnez, impidiendo la salida de las naves cartaginesas. Por primera vez en el curso de la guerra, Cartago, durante el invierno del año 147 a. C., estaba completamente aislada del mundo exterior, lo que provocó la rápida disminución de sus reservas alimenticias, contribuyendo esto al brote y propagación de enfermedades que hicieron estragos entre la población de la ciudad.
Al llegar la primavera del año 146 a. C. la población cartaginesa estaba tan debilitada por el hambre y las enfermedades, que los romanos decidieron que era el momento de asaltar la ciudad. Los romanos penetraron por el puerto atravesando parte de las murallas mediante una grieta hecha en estas por uno de sus arietes. Además, con escalas y construyendo una torre de asalto en la muralla, consiguieron entrar pese a la fuerte resistencia de los ciudadanos. Después de tomar las murallas los legionarios ocuparon el Ágora de la ciudad donde pasaron la primera noche, los cartagineses estaban demasiado debilitados como para contraatacar.
Tras entrar en la ciudad, los romanos fueron recibidos por una verdadera lluvia de lanzas, piedras, flechas, espadas e incluso tejas que lanzaban desde los tejados de sus casas. Los romanos tuvieron que detener su marcha y con tablones, pasaron de vivienda en vivienda acabando con los habitantes de la ciudad, la mayoría de los cuales lucharon hasta la muerte. Durante seis días con sus noches los romanos y los cartagineses entablaron una guerra urbana cuyo resultado iba favoreciendo a los primeros.
Los romanos avanzaban demoliendo muros, abriéndose camino a través de montañas de ruinas o pasando por los techos de las casas y los edificios. Las tropas de Escipión arrancaron las placas de oro de los templos sumando todo esto a una gran destrucción.
Los últimos supervivientes de la batalla, unos 50 000, se refugiaron en el templo de Asclepio (Esculapio para los romanos), situado en Birsa, junto a su necrópolis sagrada. Allí, la mayor parte de los púnicos rogaron a Escipión que tuviera clemencia con ellos, incluso Asdrúbal, quien había logrado escapar tras la destrucción de su ejército y dirigía la defensa de la ciudad. Escipión prometió respetarles la vida. Solo quedaron en el templo los desertores romanos (cerca de un millar), que sabiendo que serían ejecutados, se suicidaron, y también la mujer de Asdrúbal, que vestida con una túnica de gala, insultó a su marido y a los romanos diciendo «vosotros, que nos habéis destruido a fuego, a fuego también seréis destruidos» y se lanzó a las llamas del fuego.
Caída de Roma:
Por convención, se considera que el Imperio romano de Occidente terminó el 4 de septiembre de 476, cuando Odoacro depuso a Rómulo Augustulo y se proclamó gobernante de Italia, pero dicha convención está sujeta a muchos matices. En teoría constitucional romana, el Imperio seguía simplemente unido bajo un emperador, lo que no implica un abandono de las reivindicaciones territoriales. En las zonas de convulsiones del Imperio moribundo se había hecho legítima la autodefensa organizada. Estados en ruinas continuaron bajo alguna forma de dominación romana después de 476.
Julio Nepote todavía pretendía ser emperador de Occidente y controlar Dalmacia hasta su asesinato en 480. Los habitantes indígenas de Mauritania desarrollaron reinos propios, independientes de los vándalos, con fuertes rasgos romanos. Nuevamente pidieron el reconocimiento imperial con las reconquistas de Justiniano I.
Si bien las ciudades de Britania se hundieron en un nivel de desarrollo material inferior incluso a su Edad de Hierro prerromana, mantuvieron rasgos identificables a los romanos durante algún tiempo, y continuaron cuidando su propia defensa, tal y como Honorio había autorizado. Odoacro comenzó a negociar con el emperador romano de Oriente (Bizancio) Zenón, que estaba ocupado con los disturbios en Oriente. Zenón finalmente le concedió a Odoacro el rango de patricio y lo aceptó como su virrey de Italia. Zenón, sin embargo, insistió en que Odoacro tuviera que rendir homenaje a Julio Nepote como el emperador del Imperio de Occidente. Odoacro nunca regresó cualquier territorio o poder real, pero hizo emitir monedas en el nombre de Julio Nepote en toda Italia. El asesinato de Julio Nepote en 480 impulsó a Odoacro a invadir Dalmacia, anexándola a su Reino de Italia.
En 488, el emperador oriental autorizó a un caudillo godo problemático, Teodorico a invadir Italia con su ejército. Después de varias campañas, en 493 Teodorico y Odoacro acordaron gobernar conjuntamente. Celebraron su acuerdo con un banquete de reconciliación, en el que los hombres de Teodorico asesinaron a los de Odoacro y Teodorico personalmente cortó a Odoacro en dos.
A finales del siglo v, la Galia se encuentra dividida entre varios pueblos bárbaros, constantemente en guerra los unos contra los otros, buscando extender sus influencias y sus posesiones:
Una multitud de poderes locales o regionales de origen militar habían ocupado el vacío dejado por la deposición del Emperador Romano de Occidente en 476. En 481 Clodoveo, hijo del rey Childerico I y de la princesa Basina de Turingia, accedió al trono del reino franco salio situado en la región de Tournai. El título de rey no era nuevo, pues este era dado a los jefes militares de las naciones bárbaras al servicio de Roma. Así los francos, antiguos servidores de Roma y a los ojos de esta, no eran nada menos que germanos: bárbaros paganos, alejados del modo de vida de los galos romanizados durante más o menos cinco siglos de dominación e influencia romana. Clodoveo I es el primer rey franco en convertirse al cristianismo.