Orennor terminó el plato de comida que cenaban para después recoger la de sus hijos. El hombre esperó unos segundos a recibir las preguntas que sus hijos solían hacer, pero no llegaron.
— ¿No tenéis nada qué decir? — preguntó finalmente.
— ¿Se va a acabar el relato, papá? — preguntó inocentemente Eli.
Su padre sonrió.
— Todo relato tiene su final, querida hija. Desde el más bello al más aterrador, desde el más corto al más largo... Todos terminan.
— ¿Y cómo termina? — preguntó Dreon.
Orennor no contestó y comenzó a recoger todos los utensilios que habían utilizado, ante la mirada de sus hijos, expectante por saber el final. Cuando terminó, se sentó de nuevo en la hoguera y se echó una manta sobre los hombros, al igual Dreon, Eli y Dania.
— La última parte del cometido al que estaban llamados. Los aventureros se preparaban para su último viaje...
Minas Tirith (Gondor).
Ninui (Invierno), 13º día, año 2898 (Tercera Edad)
TURNO 1
Derewen, Gleomund y los rohirrim estaban listos cuando los aventureros salieron de la posada, recién aseados y desayunados. Preparados con sus cascos y armaduras, de nuevo tenían el aspecto que habían mostrado la primera vez que se habían encontrado con ellos. Cabellos bajo yelmos, monturas elegantes e impolutas.
Faendor fue el siguiente en llegar, junto a otros dos jinetes más. Una armadura negra con la silueta del árbol blanco cubría su torso. Encima del caballo, el terrateniente tenía un aspecto más imponente y violento. Una vez que todos estaban listos, subieron a las monturas y comenzaron el descenso hacia la puerta principal de Minas Tirith. Los ciudadanos miraban a su paso, algunos dando viandas con verduras y demás alimentos a los guerreros, que rechazaban cortésmente.
Las puertas se abrieron entre gritos de ánimo y despedidas de centinelas y guardianes. Los Campos de Pelennor se abrieron antes ellos y el último viaje se presentaba con el sol apareciendo en el horizonte.
TURNO 1- ELANOR
Largo había sido el camino que nos trajo hasta aquí, incluso cuando las emociones estaban a flor de piel por todo lo que implicaba. Era momento de terminar con esta oleada de oscuridad que estaba acechando cada rincón de estas tierras y por ello es que iba junto a ellos.
Al lado de Elessal, le dediqué una sentida mirada mientras las puertas de las Minas Tirith nos daban su bienvenida con su sola presencia. Alcé la vista al cielo, luego hacia todos los que estábamos allí y deseé con todas mis fuerzas que la magia no me falle esta vez, que Iluvatar con su luz para que todos podamos ganar esta batalla.
De todos modos me contuve a la hora de expresar y esperé indicación, dispuesta a enfrentar todo aquello.
TURNO 1- Brecca
El montaraz había aprovechado su tiempo para recuperar su espada, comprar algunas vituallas, y ver que hierbas podía ofrecer el herbolario local. Después de todo no tendría mucho tiempo de reponer su morral una vez hubieran emprendido la marcha y siempre era preferible tener a mano con que ayudar a sus compañeros y a si mismo. Luego de haber hecho sus compras, se retiró a la posada, donde tras una opipara cena se retiró a dormir, estómago lleno corazón contento, una última cena en condiciones antes de lo desconocido.
A la mañana siguiente desayunó con sus compañeros, y les dedicó unas palabras de aliento antes de partir, y al salir de la posada no pudo menos que sentirse seguro al ver a los Rohirrim en todo su esplendor, y no fue menos la sensació que le dió Faendor con sus hombres.
Tras dejar atrás las puertas y entrar en los campos de Pelennor Brecca deseó que la esperanza puesta en ellos por los habitantes de Minas Tirith estuviera justificada. Se dirigían a un destino incierto, a un lugar que sufría bajo las garras del enemigo, un bastión del hombre, pero también la avanzadilla de los Orcos.
Compro aquellas hierbas curativas que haya disponibles y para las que mi presupuesto alcance.
Por cierto, no veo nuevos conjuros en mi lista.
TURNO 1- Vànima
La guerrera había ido a visitar los cuarteles, pero se había conformado con observar, y no había hablado con nadie. Simplemente había repetido en su mente una y otra vez los movimientos, y admirado esa fuerza física que los segundos nacidos tenían frente a los eldar de aquella Tercera Edad. La verdad, la diferencia era notable, y parecía cierto que aquellos tenían la energía que a los elfos ya se le escapaba.
Con aquellos pensamientos, la guerrera volvió a descansar, y dejó que su cuerpo recuperara fuerzas mientras su mente vivía la vigilia de los sueños élficos.
Al día siguiente, se preparó a conciencia para salir, y cuando salieron por las puertas se sintió alegre por la despedida, y preocupada por la próxima y cercana Osgiliath y lo oscuro que allí les esperaba. Se puso a cabalgar al frente de la tropa, sin ponerse por delante de los que comandaban. Miraba al frente, con su mirada penetrante, intentando ver peligros en lontananza.
Turno 1 - Ódvarr
Ódvarr estiraba sus músculos mientras preparaba todo su equipo. Había luchado muy amenudo durante estos días, por lo que el baño le había permitido descansar un poco, y por eso extendía su cuerpo para prepararse para los combates por venir. Podrían ser emboscados en cualquier momento del camino, por lo que prefería estar preparado. Fui despidiendo a todos aquellos que se cruzaron en nuestro camion, mientras observaba el horizonte y la ciudad por última vez antes de un futuro inseguro. Deseaba estar preparado, y elevé una plegaria a Illuvatar por nuestra buena suerte y buen viaje.
TURNO 2
La expedición cabalgaba con los ánimos renovados y un áurea de esperanza a pesar de las nuevas que llegaban desde Osgiliath. Denethor había sido "bondadoso" con las peticiones de los aventureros, si bien fueron apoyadas por gente tan importante para él como Faendor, que convenció al Senescal de la importancia de la presencia de los mismos hacia el bastión frente a Mordor.
A pesar de ello, un aire de escepticismo se quedó impregnada entre aquellas cuatro paredes. Pero la verdadera realidad estaban dentro de los corazones de los aventureros y sus encuentros con las fuerza de la sombra.
¡Tirada de notar!
Turno 2 - Odvarr
El guerrero viajaba con el casco puesto, mientras.iba observando todos los alrededores del camino. Miraba el paisaje, recordando todo lo que allí venía, atesorando esos recuerdos, y la belleza que solo la naturaleza podía tener. Estaba atento al ruido, en caso de que escuchará ruidos de cascos o algún cuerno de guerra a la distancia, aunque iba preocupado sobre todo en caso de que algún arquero los atacará a la distancia.
Motivo: Notar
Tirada: 3d100
Resultado: 77(+10)=87, 55(+10)=65, 9(+10)=19 (Suma: 171)
TURNO 2- ELANOR
En total silencio seguí camino por aquellos lugares, mi mente estaba en todo lo que podría pasar. El encuentro con aquellas mujeres podía ser muy intenso, peligroso y debía estar preparada para ello. No quería fallarle a nadie, ni sentirme débil ante su influencia.
De todos modos, más pendiente del entorno que otra cosa, revisé el lugar de lado a lado por si algo captaba mi atención. Había que estar en alerta.
Motivo: Notar
Tirada: 3d100
Resultado: 189(+50)=239 [60, 80, 49]
Turno 2 - Brecca
El montaraz viajaba atento al entorno, sabiendo que las emboscadas eran difíciles en la llanura, pero no imposibles, aunque no eran enemigos lo único que sus ojos buscaban, sino guardar en la memoria las señales que más adelante le servirían para orientarse en el terreno.
Motivo: Notar
Tirada: 3d100
Resultado: 51(+43)=94, 77(+43)=120, 78(+43)=121 (Suma: 335)
Turno 2 - Vànima
El viaje hacia el destino tan temible que estaban haciendo hacía que la guerrera estuviera atenta, presta a todo lo que pasara. Aquel primer tramo no daba pie a posibles emboscadas, pero no olvidaba el encontronazo con los orcos que habían tenido llegando a Minas Tirith.
Motivo: Notar
Tirada: 3d100
Resultado: 63(+55)=118, 14(+55)=69, 2(+55)=57 (Suma: 244)
TURNO 3
El camino hacia Osgiliath continuaba sin ningún altercado, aunque los aventureros comenzaban a sentir la presencia del Mal a lo lejos, avistando las tierras de Mordor bajo nubes negras amenazantes de lluvia. La aparente tranquilidad del camino era una mezcla de sensación paz y preocupación. ¿Estarían los caminos bien controlados por los hombres de Gondor? ¿O el presagio de que las fuerzas de Mordor habían acabado con toda la vida a leguas a la redonda o por dónde habían pasado?
Los jinetes trotaban por el campo abierto seguidas de la carreta de provisiones que había facilitado Denethor. Ya habían pasado varios días desde la salida y Osgilitah se divisaba a lo lejos.
El sol caía débil sobre la ciudad bastión al mediodía por las nubes que cubrían la ciudad. Los habitantes, los cuales habían partido hacia Gondor debido a los últimos ataques, solo contaban con los hombres y muchachos que podían empuñar espadas y escudos. La moral de los mismos, a pesar de las victorias que habían retenido los ataques, estaba mellada por las constantes pérdidas y el miedo a lo que se avecinaba.
Pero nadie, conocía a las Tres Damas.
Los aventureros se asentaron tras las indicaciones de Faendor y los recibimientos de los Gondorianos, que sintieron alegría al ver como los aventureros, de quienes habían tenido buenas nuevas, llegaban a la ciudad albergando una nueva esperanza.
La tirada de Notar es para más adelante ;)
Los caballos descansaron y fueron retirados por los mozos de cuadra mientras que los aventureros se dirigieron a lo que un cuartel improvisado. Allí, varios soldados custodiaban una sala con una mesa amplia donde el terrateniente de Denethor se colocó con varios planos de la ciudad y sus zonas más vulnerables, como era el puente que lo unía al otro lado del Río Anduin.
— El puente está reconstruido, pues fue destruido hace unos meses tras uno de los últimos ataques — comentaba Faendor mientras observaba el mapa —. La mayoría de criaturas se movían a pie: orcos, y unas subespecies más poderosas, más fuertes y más feroces. Por suerte, contaban con ser menor en número. Pero también tenían embarcaciones con enemigos que procedían de los afluentes del este del Anduin.
Obviad los puntos, vienen con el mapa.
Es momento de dar ideas para la defensa de Osgiliath.
Turno 3 - Odvarr
El guerrero observaba el mapa pensando, y tras mirarlo unos segundos dijo;
-Si el puente se ha destruido ante ataques orcos antes, no sería extraño que ellos estén esperando que si vuelven a verse en la necesidad se destruya de nuevo. Me gustaría proponer que nos infiltremos en la ciudad y ataquemos los puntos más importantes aprovechamos de explorar la zona, y luego volvemos y atacamos. Por lo que me imagino, ellos no deben estar acostumbrados a que los ataquemos directamente, así que será toda una sorpresa. -
Post desde el celular
TURNO 3 - ELANOR
Luego de estos días de viaje, mucho tuve que pensar porque en parte es lo que provocaba todo esto. Una vez llegamos a destino, tocó plantear una estrategia y estaba claro que yo no soy ese tipo de persona. De todos modos sugerí algo.
—Deberíamos dividirnos, al menos un grupo ir por el puente donde posiblemente estén esperando y el otro por una vía alterna. No se esperaría eso.
Motivo: Notar
Tirada: 3d100
Resultado: 151(+50)=201 [42, 72, 37]
TURNO 3 - Brecca
El Montaraz observó el mapa con atención, buscando los puntos de acceso a la parte de la ciudad controlada por los orcos, especialmente el puente. - ¿Habéis logrado colar alguna unidad de reconocimiento? ¿Tenéis información acerca de lo que hay al otro lado? - preguntó sin levantar la vista de los mapas.
TURNO 4
El terrateniente frunció el ceño ante las aportaciones de Ódvarr.
— Creo que lo que propones es algo arriesgado. Una infiltración masiva sería difícil de mantener, el otro lado de la ciudad está más que vigilado. Con eso, respondo a maese Brecca. Enviamos un explorador hace una noche que todavía no ha vuelto con noticias... — Faendor hizo una pausa de preocupación — Solo espero que pronto nos pueda dar algo a lo que agarrarnos.
Después se giró hacia Elanor.
— Los dos puentes estarán controlados, pues son las dos únicas vías de acceso. Rodear la ciudad... sería tentar a la suerte estando tan cerca de los territorios de Mordor. Casi preferiría ir directamente por los puentes que bordar la ciudad y acercarnos tanto al otro lado... estamos hablando del mismísimo territorio oscuro.
El mago rompió su silencio desde la esquina de la estancia.
— Los orcos y demás criaturas que la mano de Sauron nos envíe serán defendibles, pero no sabemos qué poder tendrán las Tres Damas... — el aspecto del mago era más pálido de lo habitual. Tragó saliva — Siento... que están muy cerca...
En aquel momento, tres soldados entraron a la sala. Uno visiblemente herido, era sujetado por los otros dos. Sus caras, desencajadas, mostraban preocupación. El soldado herido, a quien Faendor reconoció como el explorador que habían, comenzó a hablar.
— Señor... hemos sido atacados de vuelta. Nos emboscaron... unas figuras... unas figuras se aparecieron y el miedo se hizo con nosotros. Eran tres... Y los orcos acabaron con los demás exploradores, solo... solo yo llegué con vida.
El rostro de Faendor se quedó petrificado, pero no por el miedo, sino porque sabía que había llegado el momento de hacer frente a las sombras de Mordor, al Enemigo Oscuro. El terrateniente se ajustó la armadura y asintió con energía.
- Proporcionadle curación a este hombre tan valiente que ha arriesgado su vida en nombre de los Pueblos Libres. Es hora de combatir y acabar con el enemigo de una vez por todas.