Partida Rol por web

TURNO 1

VÁNIMA Y ELANOR

Las dos elfas comenzaron el descenso de la pequeña loma por la que viajaban dirección al carromato. A cada paso que daban podían divisar mejor a aquellos hombres: sus armaduras de cuero eran similar, por lo que deducieron que pertenecían a la misma compañía. Los tres hombres que iban detrás respiraban, pero parecían bastante heridos. Sus lamentos en forma de susurros se escuchaban bajos.

A Elanor se le encogió el corazón, pues podía sentir el dolor de aquellos hombres. En cambio Vánima, solo se apiadó de ellos y sentía lástima. El carro detuvo el ritmo cuando el hombre que llevaba las riendas avistó a las dos elfas, que se aproximaban amistosas hacia ellos.

La cara de sorpresa de los dos exploradores que conducían el carro se hizo evidente. Los elfos, acostumbraban poco a mezclarse en asuntos de hombres y mujeres, y ver a dos de ellas por tierras de Gondor les sorprendió. Pero los ocupantes del carro no fueron los únicos que se sorprendieron, pues las elfas también lo hicieron.

De entre los dos conductores, asomó una pequeña criatura. Su tamaño era como el de un cría de cinco años, pero sus ojos demostraban que detrás había mucho camino recorrido y mucha dulzura y ternura. Su pelo, rizado y alborotado, caía en mechones por su fino y suave rostro. Sus ojos, azules como el frío mar, se dibujaban redondos en su pequeña cara. Pero lo que más le llamó la atención a la maga y la guerrera, fueron como colgaban en el aire dos pies peludos y bastante grandes. No tenían duda, una hobbit viajaba con aquellos hombres.

PRÍMULA PELEGRÍN, PIPPI

Pippi sentía como su corazón se había quedado triste por la historia del explorador. Cabizbaja, se quedó en silencio pensando que ella podría haber sufrido algún ataque durante el camino y que había sido afortunada. Si bien siempre había sabido moverse y esconderse entre bosques y rocas, viajar sola tenía aquel peligro, y más por tierras desconocidas.

El silencio se había apoderado de la expedición, pues tras escuchar lo ocurrido y con el cansancio de los exploradores, nadie se veía muy animado para seguir hablando. Pero de repente, una voz sacó a los integrantes del carro de su letargo. Desde lo alto de una loma, dos figuras, altas y bellas, se acercaban con una mano en alto.

Pippi asomó la cabeza de entre los dos conductores que llevaban las riendas y sintió como una ilusión le recorrió cada pulgada de su pequeño cuerpo. A cada paso que daban, pudo ver mejor aquellos rasgos tan identificativos y propios de los elfos: unas orejas puntiagudas, un rostro hermoso y unos rasgos finos y elegantes; lo que hacían de ellos los seres más bellos y extraordinarios del planeta.

La que alzó la voz tenía un pelo liso moreno, recogido en una media colega. Y aunque portaba un arco, su aspecto no era el de una guerra, sino más bien el de una hechicera. Desprendía un aura de bondad y amistad, el cual Pippi pudo sentir rápidamente, llenando de esperanza su corazón. 

La otra elfa, más alta y un poco más musculosa, portaba una armadura de cuero y una vaina colgaba en un lateral de su cintura. Su rostro era más serio, aunque no por eso denotaba desconfianza. Pippi pudo sentir valentía y orgullo, y sobre todo un gran coraje para el combate, sin miedo a nada. Pero notó como cojeaba, pues una gran venda se dejaba ver en su muslo, lo que hizo que la mediana frunciera el ceño, extrañada.

- Qué ven mis ojos... - dijo Theod, mientras detenía el carro y se bajaba del mismo, dispuesto a recibir a las dos elfas -. ¡Mi nombre es Theod, explorador de Minantir, del reino de Gondor! - Se detuvo tras avanzar unos pasos - ¿Por qué tenemos el placer de tener a dos hijas de Ilúvatar en tierras de hombres? - Las elfas vieron su rostro cansado, con un pequeño hálito de tristeza, pero dibujando una media sonrisa.

TURNO 1 VÀNIMA

Vànima miró a aquellos hombres, con sorpresa por la aparición de aquella pequeña persona que no parecía si no una niña, pero que, como los ojos de los elfos, rebosaba más conocimiento en su mirada que lo que aparentaban sus años físicos. Era mortal, eso si, pero no era una humana. Quizás... ¿aquellas viejas canciones del Gran Bosque Verde que hablaban de medianos? Pero eran cuentos para los pequeños elfos... Se adelantó la guerrera, en cualquier caso, y saludó, con su mano en el pecho, cruzada a modo de saludo: 

- Salve Theod, hombre de Gondor. Como veis, venimos en paz, como todas las buenas criaturas de Arda, y soy Vànima, exiliada de la estirpe de los Noldor. Mi hermana es otra errante como yo, y nos encontramos aquí por la gracia de los Valar, quienes nos han llevado a encontrarnos por sorpresa y con algún motivo, pues eliminamos a dos sirvientes del Ojo, y fui herida, y ahora buscamos refugio y cura para mi herida. Vemos que vosotros habéis tenido igualmente un encuentro desafortunado, hijos de los Edain. ¿Podemos ayudar?

Si el encuentro con Elanor había sido claramente bendecido por los Valar, que ahora se dirigieran todos al mismo pueblo tenía que tener algún sentido. Vànima miró a sus interlocutores, y se preguntó que extrañas historias tendrían que contar, y sabía que a su hermana, aquello le llamaba: averiguar qué había detrás de aquellos hombres y más con una mediana

TURNO 1 ELANOR

La curiosidad y quizás esa hospitalidad que nace desde lo más profundo de mi corazón, ha logrado que dé ese paso al frente con la intención de conocer la historia que se esconde detrás de aquellos hombres y sus heridas. Siempre he creído que los hombres no son un error de la creación, sino un gran desafío que nos impulsa a aprender tanto de ellos que no nos bastaría una vida entera para lograr un entendimiento. Mi predisposición está latente, mi corazón es abierto a las nuevas experiencias al conocimiento que muchos de mis hermanos han negado porque al fin de cuentas, somos hijos del mismo Padre. 

Por esa razón cuando mi hermana es quien toma la palabra, desvío la mirada hacia la pequeña Hobbit y alzo la mano para saludarla en silencio. No quería interrumpir la conversación que está dándose para hablar con la mujer y al acercarse un poco más, decido presentarme. 

- Mi nombre es Elanor de Beleriand. - digo. - ¿Qué les ha pasado? 

Luego de aquella pregunta, sumada a la de Vánima, aguardo paciente con esa sonrisa dibujada en mis labios. 

TURNO 1 PIPPI

- Maygobanen Eruhini (Bienhallados, hij@s de Eru). Soy Pippi. Viajo con estos hombres, que han sido tan amables en su desgracia de ofrecerme espacio en su carromato. Pippi habia tomado la palabra un poco por nervios, al ver elfas. No habia visto elfas en su vida, aunque como no saberse de memoria las historias del viejo Bolsón. Como no tenia nada más que decir, y algo intimidada por la presencia de las elfas, cuya solemne presencia le habia sentirse fuera de lugar, les ofreció el mas elemental gesto de cortesia hobbit. ¿Quereis nueces? Dijo ofreciendo nueves sin cascar de un saquito de arpillera.

TURNO 2

El encuentro desprendió tranquilidad en el corazón de los hombres heridos, tanto de cuerpo como de mente, que viajaban en aquel carro. Elanor se acercó amablemente a Pippi, que con unas palabras en élfico, se ganó una sonrisa por parte de la maga y la guerrera. Pippi, seguía asombrada por la belleza de la guerrera y la maga; se había imaginado cuentos y fábulas pero nunca había tenido el placer de ver tan de cerca a uno de ellos.

El gesto de Theod se torció, triste y sorprendido, cuando escuchó las palabras de Vánima.

- ¿A qué se refiere, señora elfa? ¿Orcos? - el explorador miró al suelo, como intentando descifrar un enigma -. Hace muchos años que no se avistan orcos por estas zonas, si bien más al este, en Ithilien las incursiones son más frecuentes por la cercanía con las tierras de Mordor. Pero al otro lado del río Anduin...

Theod sacudió la cabeza para salir de sus cavilaciones.

- Ya tendremos tiempo de hablar de esto, debemos llegar a Minantir. Como pueden ver, portamos heridos - y se giró hacia los hombres que yacían en la parte trasera del carro -. Con la llegada del invierno, saqueadores y maleantes aprovechan las últimas recogidas de alimentos en granjas y aldeas para hacerse con ellas en la noche, con violencia... De esta manera, se refugian en cuevas y ruinas abandonadas haciendo de ellas sus almacenes y guaridas .

El explorador se dio media vuelta y subió al carro para coger las riendas de la montura.

- Hace unos días, nos notificaron de un avistamiento en unas ruinas cercanas, un antiguo mausoleo. Las nuevas eran que allí había una de los refugios, pero los aldeanos de la zona no eran suficientes para hacerles frente... y como ves, nosotros tampoco. - el explorador contempló la herida de Vánima - Usted también necesita que echen un vistazo a esa herida.

TURNO 2 - ELANOR

Ante la pregunta del hombre y viendo que mi hermana se queda en silencio, ofrezco una respuesta. 

- Los hijos de la oscuridad, usted sabe de lo que hablamos. Nuestros hermanos corrompidos. - expreso en ese tono melodioso, pero con un toque de tristeza. - Me alegro de que existan espacios donde no tienen su alcance, me trae paz al corazón. 

Aquello es un gran alivio, considerando lo que duele saber que se lucha contra los mismos hermanos que han padecido tanto para convertirse en monstruos andantes que impregnan de oscuridad lo más bonito de Tierra Media. 

Ante las novedades de los saqueadores y maleantes, asiento confirmando que es así. La agudeza del humano es tremenda a veces, y siento que las almas se corrompen por la ambición misma. No estamos libres de ello, desgraciadamente. 

- ¿Y a dónde se dirigen ahora? ¿Buscarán juntar a más gente para lidiar con ese enemigo?- pregunto un tanto interesada. 

Y en medio de todo ello, la hobbit me habla para ofrecerme nueces. Con una sonrisa plagada de felicidad, acepto con gusto. 

- ¡Claro! Deben ser deliciosas. - digo y extiendo la mano. - Dime... ¿Cuál es tu destino? ¿Que te ha traído a estas tierras?

TURNO 2 - VÀNIMA

Vànima miró a su hermana de otra madre, pero sonriéndose de que todo lo que decía era sabio y cierto. Asintió al hombre que le hablaba, y le dijo: -​​​​​​-Si, nos referimos a orcos, servidores del Ojo, de aquel que ha molestado a los seres del bien. Estaban en una vieja torre de vigilancia, y diría que sabían lo que hacían. Por ello estoy herida, por enfrentarme a ellos, y salí airosa solo por la presencia de Elanor, aquí presente, y de su valor y pericia. Aunque no sean comunes por esta zona, quizás estén ayudando a esos bandidos de algún modo. ¿Que tipo de mausoleo es donde se esconden los bandidos? 

La elfa Noldor estaba mirando hasta entonces al hombre, pero al poco, miró a la mediana, y se acercó, igual que Elanor, a por unas nueces, más por cortesía, ya que le sonaba que aquellos seres le daban una importancia grande a la comida. -Gracias, y, pregunto yo también, ¿De donde vienes, y cuál es tu familia? -queria ser cortes, atendiendo a la importancia de su genealogía. 

Vànima se preguntó la razón de aquel encuentro, y cuál era el motivo de que hubiera mortales en él, pero internamente se impuso la norma de no cuestionar los altos designios que regían la Tierra Media. 

TURNO 2 - PIPPI

- Vengo de Los Gamos, como todos mis abuelos. Y voy allí donde halla campos. Soy directora de un club de excursionistas. Mi pueblo, no es dado a los viajes. ¿Dama Vanima, servidores del Gran Ojo? ¿Existen en estas tierras? Nunca he visto un goblin, ni un trasgo, ni un orco. Suena peligrosa. Luchais como una gallina defendiendo a sus pollitos, no me cabe duda.

TURNO 3

Theod volvió a quedarse pensativo tras las palabras de las elfas. ¿Orcos? ¿Cómo es posible?, pensaba el explorador. Habían avistado saqueadores como todos los inviernos, pero no enemigos de la Sombra; al menos, a este lado de la Tierra Media. 

- ¿Ayudando a los bandidos? - se sorprendió Theod -. Sería algo inaudito. No hemos visto orcos y saqueadores en ningún momento codo con codo, sus intereses no van de la mano. No me preocuparía porque los orcos buscaran comida, como hacen los saqueadores.

Theod se ajustó la armadura y miró al carro.

- Hablemos por el camino, debemos de llegar a Minantir para sanar a los heridos, ya tendremos tiempo de aclarar la situación si es de vuestro interés.

El explorador subió de un salto al carro. Su compañero, se bajó pare ceder el sitio a Vánima, que tras la petición de Elanor de aceptar el sitio, subió finalmente, no sin antes demostrar el reflejo del orgullo en su rostro. Elanor los acompañó a pie, pues no había sufrido ninguna herida. Pippi, que viaja sentada al lado de la guerrera, conversaba con ella mientras la miraba con gran admiración. Se fijó en un su armadura y sus armas, preocupándose por la herida vendada. La maga, caminando a la par, disfrutaba de las deliciosas nueces que la mediana le había ofrecido, admiraba la bondad de la criatura de pelo rizado.

Los exploradores heridos comenzaron a incorporarse entre gemidos de dolor al ver su pueblo al fondo, pues sabían que podrían descansar y curar sus heridas y eso les llenó el corazón de esperanza.

Minartir (Gondor)
Ninui (Invierno), 5º día, año 2898 (Tercera Edad)

Las tierras de Minantir no seguían siendo muy extensas en comparación con cualquier aldea de la comarca oeste de Gondor. Su principal fuente de ingreso procedía de la ganadería y el comercio. Minantir se diferenciaba de las demás aldeas por su punto en el mapa, un punto de tránsito que permitía a viajeros y comerciantes descansar o ganarse algunas monedas.

Por esta razón, el gobierno de Gondor, hizo de Minantir un puesto de mando y de control, dotándolo de un pequeño cuartel y un equipo de exploradores. Con la llegada del invierno, el tránsito de comercio bajaba drásticamente y los asaltantes se hacían con los caminos más a menudo, mermando los almacenes y alacenas de humildes gondorianos que trabajaban de sol a sol.

TURNO 3 - ELANOR

Un poco ignorada debido a que no encuentro respuestas a mis preguntas por parte de los caballeros, asiento cuando debo caminar al lado del carro mientras disfruto de las nueces. Sólo la Hobbit es quien me habla y es agradable escucharla, así que le dedico una sonrisa. 

- Ya me contarás tus historias. - respondo. 

Es que debe contar con miles de ellas, así que inmersa en mis propios pensamientos me mantengo bastante abstraída del resto. Al menos ofreciendo un lugar a Vánima para que converse con ellos, seguro pueden entenderse mejor que conmigo ya que mis preguntas pasaron a tercer o cuarto plano. 

Lo bueno es que el viaje no se me hace arduo, no cuando estoy tan acostumbrada a caminar tanto. Las inmediaciones de aquel lugar me saben a naturaleza, a aromas tan profundos que me incitan a explorar. Pero contengo el instinto y sigo acompañando al resto.