Escena solicitada por Tristan
Cierro la puerta a mi espalda. Nos hemos reunido en una sala solitaria donde poder hablar con calma. Con la mirada distraída, trato de dejar atrás la situación anterior y centrarme en la situación de los Cressey. Sonrío al subir la cara y mirar a mi prima.
-Gracias, Lady Alyse, por acceder a la entrevista. -Hago una breve pausa para permitirle saludar.
-Como padre, creo en tu versión y confiamos en ti. Pero me preocupa que haya algo más detrás de todo esto. ¿Son los Cressey víctimas de la circunstancia, o hay una trama más grande? Incluso me preocupa que esto pueda afectar a la boda de nuestro hermano.
Guardo silencio y espero a escuchar la opinión de mi prima.
Apartados en una estancia a solas con su primo la situación solía enrarecerse, pues Tristan seguía dirigiéndose a ella como Lady Alyse, trato que ella ya había más que asumido durante éste útlimo año de reencuentro.
- Señor Tristan, gracias a vos por la audiencia. - contestó asintiendo con la cabeza a su primo sin mirarle directamente.- Me alegra saber que tanto Lord Vigmar como vos me apoyan en este descabellado asunto. Se lo agradezco sinceramente. - Sus miradas se cruzaron y en la expresión seria de Lady Alyse se podía denotar ahora cierto grado de preocupación.
- Sin duda el asunto Cressey creo que está mellando mi tranquilidad. Ayer mismo el maestre Clemonth recibió este cilindro vía cuervo. - El maestre del castillo Kelmstiern compartía el nombre de pila con su difunto esposo, era muy parecido y al pronunciarlo a Alyse siempre le resultaba extraño. Buscó en un saquito de su cinto y extrajo un papel enrollado entregándoselo a su primo Tristan.
“Lady Alyse, tu cabeza en una pica. Firmado: Los Cressey”
- Creo que alguien ha engañado a los hijos de Clemont Cressey y han señalado injustamente mi nombre. Las siglas A.C., halladas escritas con la sangre junto al cadáver de Lord Clemont se vincularon sin dudar y sin juicio alguno a mi nombre de casada. No me cabe en la cabeza que mi difunto esposo quisiera generar ésta situación entre la casa Cressey y la casa Kelmsteirn. Sinceramente, prim...perdón, Señor Tristan- Alyse se disculpó bajando la cabeza- me preocupa igual que a vos que la inmediata boda de su hermano se vea afectada por el asunto. Ser Adam Cressey, ahora Lord, y sus hermanos sin duda querrán vengar la muerte de su padre.- Concluyó Lady Alyse, esperando que su primo "el inteligente" aportara algo de luz al pesado laberinto mental en el que vivía atormentaba.
Atiendo con seriedad a lo que dice mi prima, solo interrumpiendo para señalar que no tiene importancia, cuando ignora el tratamiento protocolario.
Más o menos lo que recordaba.
-Tenemos que destapar varias cuestiones. Que clase de persona o personas ejercen la autoridad en la familia Cressey ahora mismo, quién puede beneficiarse de culparte de la muerte de tu difunto esposo, y que influencia pueden tener los Cressey dado el caso de que no salgan de su error. -Levanto un dedo después de citar cada elemento a descubrir.
Tomando pluma y un legajo de papeles donde tomar nota, me dispongo a anotar la información más relevante y los nombres que recordar.
-¿Qué otras personas del entorno de tu difunto esposo comparten las iniciales AC?
Tras su respuesta, le pregunto por los miembros vivos de la familia Cressey y sus consejeros relevantes. Finalmente, le pregunto por su relación con ellos, a quien conocía bien y a quien no; y quien era cercano a ella y quien sentía animosidad hacia ella.
No sé si puedes darme tu toda la información, quizá algo deba decírnoslo la dj.
Siento si la charla es un poco desequilibrada. Igual no es divertido ser interrogada como un vulgar pnj. >.<
Podemos pasar a hacer las preguntas y respuestas de una forma no narrativa, e interpretar que hemos tenido una larga conversación en la que me transmites esa información. O podemos seguir el formato de diálogo, lo que prefieras.
La serenidad de Tristan hizo que Alyse se sintiese más cómoda ahora y se lo agradeció de nuevo. - Gracias Tristan.- Era de ayuda contar con alguien con las ideas claras y le pareció buena idea hacer un listado. Decidió ponerse enfrente del escritorio dónde su primo estaba listo para anotar y empezó a describirle una a una las personas que conoció y que podían estar implicadas en el asunto.
- Lord Clemont Cressey tuvo 4 hijos...- decidió empezar Alyse desde el rango más alto.
- El mayor y ahora Lord, Adam Cressey, de 27 años y su esposa Lady Mary Tremer. Adam es físicamente un portento, una copia de su padre. Heredó la fuerza pero no su sentido de justícia. Solían tener desaveniencias en decisiones diplomáticas. Tampoco le gustó que alguien como yo, tan joven, ocupara el puesto de madastra. Lady Mary Tremer era una damisela exageradamente fina, parecía que no fluía sangre por sus venas.- el recuerdo sobre Lady Mary Tremer provovó en Alyse una sarcástica sonrisa.- Adam nunca más aceptó enfrentarse a mi con la espada, después de que le abriera una brecha en su ceja izquierda en nuestro primer combate. Le salvó la voz de Lord Clemont, parando la justa y declarando el combate en tablas.- Alyse prosiguió.
- Ser Robert Cressey, 24 años y su esposa Lady Sansa Mightower. Robert era el favorito de Lord Clemont. Heredó los rasgos físicos agraciados de su madre y el lado sensato y justo de su padre. Me trató siempre con respeto. Su esposa solía lanzarme miradas de desconfianza, aunque jamás me acerqué de esa manera a él. Robert, amable, hizo más llevadero mi encaje en el día a día de mi nueva vida.- Guardaba un buen recuerdo sobre el bueno de Ser Robert, aunque estaba claro que ahora mismo ella estaba en el punto de mira de todos los hermanos Cressey.
- Archivald e Illyn Cressey, los mellizos de 21 años. El pobre de Archie "el manco" sigue soltero. Su hermano Adam le cortó la mano hará tres años por, según él, acosar a Lady Tremer. Nunca creí esa história. Archie es un chico algo dependiente, que nunca se despegaba de su hermano mellizo. En alguna ocasión Archivald fue el único que llegó a llamarme madre. Luego está su mellizo, Ser Illyn Cressey, prometido con Lady Corina. Aún siendo el último en salir del veintre de su madre Illyn destacaba por su fuerza y liderazgo al igual que Adam. Dada nuestra cercanía de edad compartimos las lecciones de Lord Clemont en varias ocasiones.
Una vez concluido el relato de su relación con los hijos de Clemont Cressey, era el turno de los aliados y banderizos:
- Ser Aliester Crown, 35 años. Castellano de confianza de Lord Cressey, atractivo y gran duelista con la lanza. Casado con la estirada Lady Mensa Seaghest. Ella nos sorprendió yaciendo entre el heno de las caballerizas. Fue la primera y última vez que compartimos “lecho”. - A Alyse se le escapa una traviesa sonrisa recordando el encuentro.
- Ser Arthur Cockenweit, 26 años. Soltero. Banderizo y campeón absoluto del torneo de Cressey. Un apuesto caballero, simpático y agradable. Practiqué varias veces con él, tanto en el campo de entrenamiento como en el lecho de sus aposentos. - Alyse recordando se mordió el labio inferior.- Cuando yo llevaba 2 años en el castillo fue enviado a participar a otro torneo para luchar en nombre de los Cressey. Quizás allí encontró el amor de su vida, se esfumó. Jamás volví a tener noticias suyas.- Realmente Alyse podría haber llegado a enamorarse de Ser Arthur, pero estaba claro de que ya había pasado página.
- Ser Adam Critchwel, 40 años. Banderizo. Un divertido, pero sudoroso caballero gordo y grasiento, experto en el combate con hoja larga, aprendí y me divertí mucho con el, aún no siendo agraciado. Era muy bueno con la lengua y le dejé claro que la cosa no pasaría de ahí. Le perdía el comer con exceso. Murió estúpidamente atragantado por un hueso en un festín en el decimonoveno día del nombre de los mellizos Archivald e Illyn Cressey. - chistó a modo de risa recordando el estúpido modo de morir de Ser Critchwel.
Ahora pasó a relatar su relación con el entorno y el servicio.
- Ser Ben Knoheight, 30 años. Capitán de la guardia de la fortaleza Cressey. Entrené varias veces con él en el patio de armas a petición de Lord Clemont. Nunca aceptaría por su cuenta entrenar a una mujer. Jamás me dedicó una sonrisa. Éste corte me lo propinó él. - Sacándose su guantelete, Alyse mostró a Tristan una larga cicatriz que cruzaba todo el dorso de su mano derecha.
- Septona Edith 58 años. La vieja Edith ante Lord Clemot se comportaba de un modo diplomático conmigo. Pero jamás le caí en gracia por no compartir con ellos la devoción por los Siete. Tuvimos algún que otro cruce de malas miradas. - Estúpida Edith, varias veces contuvo sus ganas de arrancarle los ojos a esa pérfida.
- Andor Piedra 19 años. El encargado de las perreras. Era un chico tímido, pero el único de mi edad y sin ser hijo de Lord Clemont, con el que poder experimentar, dimos rienda suelta a nuestros deseos con desconocimiento, siempre a escondidas de los demás. Solía ser yo quien provocaba esos encuentros llevando la iniciativa. Hasta que un día sin más, fue destinado a las perreras de las tierras de Ser Aliester Crown y no volví a saber más.
- Arna Ríos 25 años la cocinera, le gustaba yacer con mujeres. La sorprendí un día junto a la joven Meera la sirvienta. Llevaba un rato espiándolas hasta que me descubrieron, y mi curiosidad hizo decidirme por unirme a ellas. Arna sabía hacer vibrar a una mujer cómo ningún hombre podría hacerlo. Varias veces nos vimos a escondidas y nos regocijábamos las tres durante largas horas.- Alyse no escondía su afán libertino, y aunque sabía que éste dominaba su pasado, se estaba sincerando totalmente con Tristan. Cualquier elemento que recordara podía ser clave para la investigación.
- Espero que algo de lo que le he relatado aporte luz al oscuro laberinto en el que me encuentro. Sin duda Lord Adam, Robert, Illyn y hasta el pobre Archie son hombres que querrán vengar la muerte de su padre. Y por ahora, yo soy la única diana a apuntar. Tanto la septona Edith, cómo Ser Ben Knoheight asesores de Lord Clemont, no dudaron en señalarme con el dedo. Ser Aliester Crown también, pero motivado por Lady Mensa Seaghest- Terminó Alyse frunciendo el ceño y esperando una respuesta iluminada de su primo.
Espero que así vaya bien, dado que es mi historia he decidido explayarme personaje a personaje para no cargar el peso al director, pero si el master o Tristan queréis añadir algo lo podemos añadir, básicamente no he pensado en quíen puede ser realmente el culpable.
Nombres de inicial A.C
Lord Adam Cressey
Archie Cressey el mellizo manco.
Ser Aliester Crown (su mujer nos pilló una única vez)
Ser Arthur Cockenweit (desaparecido)
Ser Adam Critchwel (fallecido)
Andor Piedra y Arna Ríos (bastardos, no sabemos el apellido de sus padres)
Empiezo tomando nota, ajeno a lo que se me venía encima. Rompo la pluma al apretar demasiado cuando empieza a hablar con absoluta calma de sus numerosos escarceos amorosos. Rápidamente busco otra con la que seguir escribiendo e intento concentrarme en la tarea. Bien, practica la caligrafia y no pienses en el segundo Dorne.
-Continua, por favor-digo, con un nudo en la garganta. Tambien debería cuidar la reputación de Lady Alyse durante la investigación.
Anoto los nombres y marco con una H a los hijos de Clemont.
-Y, ¿Que hay del maestre? ¿Clemont, decias que se llamaba?
Tras dejarla responder sobre el maestre, añado-. Háblame de la personalidad de tu difunto esposo, por favor.
Medito unos minutos y una conclusión apresurada llega a mi mente. El misterio de la desaparición de Sir Arthur no pinta bien. Un rastro de misterios suele ser una conspiración.
Una vez termina de hablar, tras preguntarle quién cree que lo hizo, le propongo ir a hablar con el maestre para preguntarle sobre la influencia de los Cressey y la influencia que tienen en las demás familias de poniente.
Esta genial <3. Igual lo suyo es que sea la DJ quien decida qué ocurrió realmente, si es que llega a ser necesario. En cualquier caso, no necesitamos atrapar al verdadero culpalbe. Solo a alguien que parezca más culpable que tu.
-Jeje, Tristan, creo que le he mareado con tanto nombre. Clemonth es el nombre de nuestro maestre. El que tenemos aquí en el castillo Kelmstiern.- Alyse pareció divertirse por un momento, pues tanto nombre había liado al própio Tristan. - Clemonth recibió ayer el mensaje de amenaza sobre mi cabeza vía cuervo.- y aclaró - El maestre que trabajaba para los Cressey era el viejo Hug, un anciano sabio y fiel, de él sólo puedo decir cosas buenas, como que era bondadoso y siempre curó mis heridas de un modo asombroso y eficaz. Sinceramente, no creo que esté implicado en la trama.
- En cuanto a la personalidad de Lord Clemont Cressey, era un hombre fuerte, honesto y justo. Siempre me trató con respeto, comprensivo por nuestra diferencia de edad. En la noche de nuestra boda, no hizo uso de su derecho a yacer conmigo. Pues tenía sus amantes, que iban y venían, entre ellas putas y sirvientas. Es más, al ver en mí cualidades como guerrera, me trató más cómo la hija que jamás tuvo antes que como esposa.- Alyse sonreía algo más relajada mientras recordaba las clases de Clemont,pero esa sonrisa pasó de repente a un gesto de desprecio cuando habló de su principal sospechoso. - Si tengo que sospechar de alguien, sin duda ése es Lord Adam Cressey, fuerte y violento, un hombre sin escrúpulos, ansioso de poder fácil. Capaz de cortarle la mano a uno de sus hermanos y con una esposa a la que trataba como un objeto. Cómo ya he dicho, nunca me aceptó como madrastra. Tenía un trato de desaveniencia contínua con su padre, que prefería que antes heredara Robert, más afín a su modo de gobernar. Pero no tengo pruebas para inculparle, salvo que compartimos iniciales.
Alyse no sabía qué más añadir, había revivido frente a su primo sus años en tierras de los Cressey y había vaciado completamente sus impresiones, cosa que le dió cierta sensación de alivio. Tristan, sin duda, sabía escuchar.
- Me parece bien, quizás el maestre pueda ayudarnos. De corazón, agradezco lo que hacéis por mí , primo. -y le dió un beso en la mejilla como cuando eran pequeños.
Genial, gracias Tristan. Me parece bien ir a ver a nuestro maestre y que la DJ elija el verdadero culpable si quiere.
-Ah, uh... Si, cierto. No sé en qué estoy pensando -respondo, visiblemente nervioso por mi despiste.
Tomo nota mental de la personalidad de Lord Clemont, y tras escuchar su sospecha sobre Lord Adam, añado sendas cruces a su nombre y al de Sir Arthur.
Me pongo rígido cuando me da el beso en la mejilla, y me levanto de la silla.- Voy a refrescarme un momento y vamos a buscar al maestre Clemonth antes de la práctica, ¿Si?
Salgo de la sala a paso acelerado y voy a buscar la palangana de agua de la sala de servicio próxima a mis aposentos, para lavarme la cara y refrescar las ideas.
Ah. Pensaba que Clemonth era su maestre. Es el nuestro el que se llama igual xD. Que tonto es Tristan.
El joven Tristan se levantó como un resorte tras el beso de su prima, que pareció sorprendida - Disculpad si le he incomodado.- El hecho de contar con su ayuda le llevó a demostrar de un modo cariñoso su gratitud. Hábilmente cambió de tema retomando el hilo - Acudamos pues al maestre Clemonth.- Alyse salió de la estancia junto a Tristan, que parecía apresurarse como una bala hacia la sala de servicio de ese ala del castillo. - Le esperaré aquí fuera, en el pasillo.
No pasa nada, entre ambos lo hemos encajado en la escena perfectamente ;)
Cuando Lady Alyse y Tristan fueron a ver al anciano maestre este se encontraba sumergido en un viejo libro que hablaba sobre la geografía de las regiones pantanosas y la forma de cultivo que su usaba en otras regiones. El libro tenia unas ilustraciones de lo que parecian ser islas flotantes en el pantano.
El anciano levanto la mirada cuando noto la presencia de gente allí.
-Joven Tristan, Lady Alyse. ¿En que puedo serles útil?
Perdón perdí esta escena entre las que tenia
Lady Alyse entró tras Tristan en la estancia del Maestre, cerrando la puerta a sus espaldas. El olor que desprendía esa estancia y el anciano eran muy característicos, entre ágrio y dulzón. Era un olor que recordaba desde pequeña. Alguna vez haciendo travesuras y arrastrando a sus primos, le rellenó el tintero con jugo de moras silvestres, volviendo loco al pobre maestre que tenía que volver a escribir desde el principio sus notas. Alyse se llevó más de un capón por parte de su padre Ser Darren, que le obligaba a pedir disculpas ante el Maestre Clemonth, al que una vez adulta ya respetaba.
- Maestre Clemonth, disculpe la interrupción. Venimos a hablar sobre la nota que recibió ayer vía cuervo y que iba dirigida a mi persona. - Como había recomendado Tristan, acudieron para conseguir información sobre el actual estado de la casa Cressey y sus influencias.
Me tomo unos minutos en privado para sentarme y pensar, después de lavarme la cara y refrescarme. Miro una mancha de tinta de mi dedo, en la que no había reparado hasta ahora, y pienso en la situación de Lady Alyse mientras froto con un paño del servicio. La mancha no se iba del todo.
Tantos candidatos, tantas ramificaciones. ¿Merece la pena todo esto? Al fin y al cabo, solo necesito neutralizar cualquier daño que puedan causar.
Ya frente al maestre Clemonth, le hago partícipe de nuestras preocupaciones, a continuación de las palabras de Lady Alyse.
-Buenas tardes, Maestre. Maestre Clemonth, necesitamos un poco más de información de la familia Cressey. Podrían decidirse a causarle problemas a Lady Alyse, y hemos de saber qué alcance tienen. Quién estaría dispuesto a escucharles. ¿Cuales son sus aliados? ¿De cuanto prestigio gozan? ¿Tienen alguna rivalidad, o se sabe de alguien que tuviese malas relaciones con ellos?
El maestre escucho con atención las peticiones de Lady Alyse y de Tristan.
Tengo la nota por aquí. Dijo rebuscando entre sus papeles hasta que finalmente logro dar con la misiva enviada desde las tierras de la tormenta. LA releyó nuevamente y luego contesto a Tristan
-La casa Cressey no goza de un poder militar ni una influencia superior a la de esta casa.- Comenzó diciendo el maestre. Sin embargo su hogar de residencia no es otro que las tierras de la tormenta, las mismísimas tierras de nuestro Rey, lo que no es menor, podría decirse que tal vez ellos tengan más llegada al supremo soberano que nosotros pero dudo que siquiera puedan sacar su reclamo de los dominios de las tierras de las tormentas. Con quien tengan amistad hoy en día no es de mi conocimiento sin embargo antaño tuvieron una buena relación con la casa Mooton que es originaria de la tierra de los ríos.- Comento pensativo el Maestre.
Si su temor es saber que tanta influencia pueden ejercer sobre las otras casas para presionar a esta debo decir que es muy poca, para las grandes casas la riña que puede llegar a tener la casa Kelmstiern y la casa Cressey no es más que una disputa de pulgas.- Sus palabras tal vez desprestigiaban a la casa a la que servía pero sin embargo no carecían de verdad.