Partida Rol por web

Nor había logrado eludir a todos aquellos hombres armados y emprendió camino hacia campo abierto, si bien poseía una gran habilidad y velocidad para correr y moverse también necesitaba tener sus periodos de descanso y alimento ya que no podría dedicarse a correr todo el día. Durante el resto de la tarde la criatura logró eludir a sus captores sin dificultad. Sin embargo en una de sus paradas para refrescarse escucho el sonido de los corceles y los perros, que de seguro estarían buscándola. Aun no podía saber cuántos eran pero de seguro estaban esperando que ella diera alguna señal de su ubicación para poder comenzar a perseguirla.

La pelirroja estaba contenta de haber podido sacar a su mascota de aquel lugar, si bien eso no quería decir que aún estuviera segura. Había un largo camino desde aquellos dominios hasta los dominios de su Casa, y sin duda había tenido que parar más de una vez para descansar, ya que Nor no era una criatura que no necesitara de recuperar energías o de comer. Había debido de detenerse para cazar algo que saciara su hambre, así como beber agua para tener el "combustible" necesario para poder continuar su escapatoria. Aún así, no había dudado en dejar el menor rastro posible para que sus cazadores no tuvieran tanta suerte hallándola. La bastarda estaba realmente preocupada por sacar a la criatura de aquel aprieto, por lo que haría lo necesario para salvarle la vida, incluso si debía matar a alguien en el camino. Su "hermana" era más importante que los hombres que servían a una Casa que tenía a semejante maldita como heredera. No olvidaría lo que le había hecho a Rhialta, y se cobraría su venganza, si es que tenía la oportunidad de hacerlo. De momento, lo más importante era evitar que pudieran matar a su mascota, la cual era como una hermana para ella. Por esa razón, la joven no pudo evitar sorprenderse al escuchar los sonidos de los corceles y los perros, sabiendo muy bien que quienes la perseguían... estaban bastante cerca. Aún así, eso no quería decir que fuera a darse por vencida. La gatosombra era excepcional para esconderse en las sombras y la vegetación, como la digna cazadora que era, y aquella no era la primera vez que la bastarda ocupaba su cuerpo para disfrutar de la hermosa experiencia que era cazar en esa forma. Sin pensárselo demasiado, se agazapó contra el suelo, desplazándose como una cazadora natural lo haría, intentando moverse de manera sigilosa, de modo que quienes la perseguían no pudieran descubrirla, ni sus perros escucharla. Se movería entre la vegetación y las sombras para evadir a los hombres de los Vance, y no dudaría en pasar sobre alguna fuente de agua para eliminar su rastro de ser posible.

Los cazadores de la casa Vance habían trabajado en conjunto con los guardias para poder cumplir con la orden de Lord Karyl, no eran muchas las oportunidades que tenían de cazar a un gatosombra por lo tal vez eran un poco inexpertos en ese aspecto, sin embargo el grupo que había preparado Ser Shawney antes de volver al castillo a cuidar a las hijas de su señor era un grupo compuesto por habilidad y experiencia que compensaban sus desventajas. Los perros también eran criaturas muy buenas, los mejores del canil del señor habían sido dispuestos para esta cacería y también otros tantos equinos, ya que no querían que el animal se diera a la fuga con gran velocidad nuevamente.

 Sin embargo la criatura por su naturaleza sabia esconderse y pasar desapercibido además con la ayuda de Morguause podría optar por tomar decisiones más objetivas de cara a la situación en la que se encontraba el animal.

El hecho de que tuvieran caballos, así como perros, era algo que había preocupado a la bastarda, a medida que controlaba a su gatosombra para evitar que fuera descubierta por los hombres que habían enviado tras ella. Sin embargo, la joven era bastante testaruda en esa clase de cosas, y no permitiría que le hicieran daño a quien era como una hermana para ella. Haría uso de su inteligencia y los movimientos sigilosos de su mascota para evitar que la encontraran. Por esa razón, a medida que se movía de manera silenciosa, la criatura evitaba dejar algún rastro de sus pisadas, eliminando con sus patas el posible rastro que pudiera dejar, mientras continuaba moviendo, o incluso dejando algunas huellas confusas que pudieran confundir a quienes le perseguían. No obstante, lo más importante era buscar una corriente de agua que le permitiera eliminar su rastro, principalmente para los perros. Por fortuna, sus intentos de sigilo, acompañados de la inteligencia de la joven, fueron de utilidad para alejarse lo suficiente de sus cazadores sin ser descubierta en el proceso. Ahora tan sólo debía alejarse lo suficiente como para que los hombres cesaran su búsqueda, adentrándose en el territorio de su familia donde podría estar más a salvo de la persecución. No le daría la satisfacción a esos bastardos. No a la heredera de los Vance, no al bastardo del escudero, ni tampoco a Lord Tully. Nadie tocaría a su gatosombra, y ella se aseguraría de vengar lo que le habían hecho a su querida Rhialta. Sin dudarlo, continuó su camino, asegurándose de perder a los hombres de la Casa Vance.

La habilidad del gatosombra era muy útil para esconderse y alejarse pero su naturaleza animal hacían que se confiara una vez perdiera el rastro de sus perseguidores. Por suerte para la bestia ahora estaba bajo control de alguien que era más consciente del peligro. El viaje entre los territorios de Lord Vance y Lord Kemlstierno no podían hacerse en una sola noche, el animal debía comer y descansar para reponer energías. Buscar un buen escondite era lo que le decía el instinto de Nor a Morgause, de otra forma el agotamiento le jugaría en contra si se encontraban de nuevo con los perseguidores.

El instinto de la criatura había comenzado a advertirle sobre la necesidad de descansar, no sólo porque necesitaría la energía para continuar aquel largo camino, sino también porque no sería bueno agotar sus energías en el caso de que volviera a encontrarse con quienes la perseguían. Por esa razón, tras haberse asegurado de que había marcado cierta distancia de los hombres de los Vance, la bastarda no dudó en satisfacer el deseo de su mascota, centrando su objetivo en el hecho de buscar un sitio donde poder descansar antes de continuar. La cuestión sería encontrar un lugar ideal. No podía ser una cueva cuya única salida fuera la entrada, ya que aquello podría empeorar su posibilidad de escape si quienes la perseguían la encontraban. Por esa razón, uno de los requisitos del lugar donde descansaría, sería el hecho de que tuviera una entrada y una salida aparte, o que al menos le permitiera detectar a los hombres acercarse antes de que estos la descubrieran primero y la tomaran por sorpresa durante su momento de descanso. Un animal se habría descuidado en esa cuestión, si bien la joven no caería en ese error, no cuando sabía muy bien que quienes la perseguían... no se darían por vencido tan fácilmente, incluso si no tendrían la tarea tan fácil, no cuando no sabían contra lo que se estaban enfrentando, ni hablar una vez que la noche cayera sobre ellos. Por otra parte, también tendría que buscar algo de alimento para saciar el apetito de su gatosombra, por lo que era una necesidad cazar algún animal mientras buscaba un buen sitio donde descansar. Con una pequeña presa bastaría para saciar el hambre y tener la energía suficiente.

La criatura había podido encontrar comida pero lamentablemente las presas que había capturado no eran de gran tamaño. El conejo que había atrapado primero le dio un descanso a su hambriento estomago y el aguilucho que capturo después con increíble habilidad sirvió para que distrajera el estomago durante la noche, a la mañana seguramente se levantaría ambienta.
 La búsqueda del refugio fue otra cosa, el gatosombra encontró un buen lugar para descansar debajo de las raíces de un enorme árbol que eran muy difíciles de percibir durante el día y mucho mas durante la noche.
 Nor sabía que ahí podría descansar y reponer energías, el escape llevaría un tiempo largo y con una partida de caza tras su cabeza la situación se pondría mucho más difícil.
Ya acomodada en su refugio temporal los pensamientos de Nor/Morgause volvieron al castillo, su suerte se decidiría mañana y no sabía si su familia estaba haciendo algo para ayudarla o no.

No había obtenido demasiado alimento durante la cacería, algo que era ciertamente molesto, aunque no por ello grave. Con lo que había obtenido en carne, le serviría para pasar la noche sin problema, al menos hasta la mañana siguiente, donde el hambre volvería a afectarle. Aún así, aquello podría solucionarse al cazar de nuevo al otro día, algo que no debería de ser muy difícil con alguien como la gatosombra, la cual era bastante competente para esa clase de cosas. Por lo menos, había encontrado un buen sitio donde descansar, si bien la pelirroja no tenía pensado quedarse durante gran parte del día allí. Descansaría durante lo que le quedaba de tarde, y continuaría gran parte de la noche su camino, ya que sabía que los hombres de los Vance no la buscarían, mucho menos cuando era poco probable que imaginaran que seguiría su camino hacia los dominios de su Casa, ya que aquel no sería el comportamiento normal de una bestia. Lo más seguro era que pensarían que la gatosombra permanecería cazando en aquellas tierras, como lo habría hecho cualquier depredador que quedara en libertad. Aprovecharía la noche para continuar, ya que aquel era el momento ideal para la criatura, teniendo en cuenta que podía ver en la oscuridad, así como también era un animal que cazaba principalmente durante la noche. Ese momento del día sería el ideal para perder a sus cazadores y poder suspirar de alivio, más cuando debía de preocuparse por su propio destino. Por su parte, mientras dejaba que su mascota descansara hasta cierto momento de la noche, la bastarda consideró lo que haría respecto a la situación en la que se encontraba. En un juicio normal... era posible que tendría bastantes problemas y sería declarada culpable. La única opción que tendría, en el caso de que pidieran su ejecución... sería recurrir a un juicio por combate. No era normal pero tampoco deberían de rechazarle esa petición. Incluso si era una bastarda, no dejaba de tener la sangre de su padre. De momento, aquella noche, se preocuparía por asegurarse de que su compañera estuviera a salvo, huyendo durante la noche, algo que quienes la perseguían no esperarían de una mera criatura.

La criatura manejada por Morgause no solo logró borrar los rastros que había dejado sino que también había dejado rastros falsos para despistar a sus seguidores. Había dejado huellas visibles y retrocediendo sobre las mismas se fue en dirección contraria para que el rastro se alejara de su lugar, Había logrado dejar pelo y ramas rotas en lugares en los que no se escondería haciendo la búsqueda del animal algo realmente muy difícil incluso para cazadores expertos y perros entrenados.

Había sido complicado, y le había llevado algo de tiempo, si bien la bastarda se había encargado de dejar un rastro confuso para quienes la perseguían. Haciendo uso del conocimiento de Nor, para comprender todos los detalles que necesitaba saber, en base a lo que sabía la gatosombra sobre cómo rastrear a sus presas, a la vez que Morgause hacía uso de su propio intelecto para utilizar aquella información a su favor, no le fue difícil pensar en varios métodos para eliminar su rastro real, y dejar algunos falsos para los hombres de los Vance, así como sus perros. Tras eliminar su rastro en una fuente de agua cercana, luego de que fuera el momento ideal para continuar su  camino, la joven no dudó en retomar el viaje hacia las tierras de su Casa. Ahora podía tranquilizarse un poco, sabiendo que sería difícil que pudieran continuar siguiéndola, en especial cuando nadie en su sano juicio pensaría que un animal podría despistarles de esa forma tan especifica. Si hubiera podido reír en ese momento, lo habría hecho, principalmente porque era bastante gracioso imaginarse la expresión de los cazadores cuando descubrieran lo que había sucedido. Aún así, todavía quedaba un largo camino por delante y la pelirroja debía de preocuparse por apresurarse en dicha tarea. Una vez que estuviera lo suficientemente lejos, su mascota estaría a salvo, aún más ahora que había eliminado toda posibilidad de ser rastreada. A la mañana, debería de lidiar con el asunto de su propio juicio, si es que tenía uno, o si su padre buscaba alguna forma de solucionar aquel problema en cuestión.