Partida Rol por web

Bruce se encontraba todo el camino apesumbrado. Tenía bastante miedo de que la lluvia comenzara a caer y reventara toda la tapicería, con lo que decidió pasarse primero por el taller y dejar allí el coche para que pusieran un parabrisas nuevo.

Y no le importaba tener que volver luego todo el camino andando, bien hasta el taller o bien una larga caminata hasta los apartamentos en caso de que no tuvieran la reparación hecha en el día. Estaba plenamente convencido de que sus vidas no corrían peligro, porque tenían varios revólveres, una escopeta y una daga que quizás fuera forjada hace 500 años y con unos poderes mágicos de la hostia. Aunque será mas efectiva si está afilada, así que de paso compra piedra para afilar en la ferretería del pueblo (y si no hay pedirá prestada una en el taller donde deja el vehículo). Y en el cuadro se ve a un tipo echandola sangre por encima al forjarla. No te digo yo que no vaya a ser necesario echarla unos pocos sacerdotales glóbulos rojos para activarla, y mira por donde tenemos a Bellini como voluntario para la hemolibación, y además en la mano derecha, así se le pasarán las ganas de meter mano a la Wolff.

Una vez en la taberna, se dirige hacia el hombre ubicado tras la barra, afanándose el limpiar unos vasos.

Buenas tardes, señor. Sería usted tan amable de servirnos una ronda Veamos,.... que puede ser lo menos malo que tengan aquí....Muy temprano para un whisky seco, creo... y si lo pido "on the rocks" o con soda es posible que se rían de mí.

cerveza y ... y algo de información. ¿está en la taberna el señor Robertson? dice bajando la voz para que le oiga solo el tabernero.

16:48 pm
Bueno, el pueblo no resulta tan grande, pero una caminata desde el único taller abierto hasta la taberna Ye Olde Woman's Dance resulta un frío paseo, como dice Bruce, menos mal que no llueve ni nieva. El hombre del taller es un hombre mayor, de más de cincuenta, parece apesumbrado pero se toma el trabajo con cortesía, al igual que la piedra para afilar la daga, por cierto, quién la tenía ?

Bruce: Cuando te acercas a la barra y preguntas por Robertson, el tabernero te observa mientras escancia una cerveza.
- Se refiere a Will Robertson ? Él y su esposa estarán en casa, su hija ha desaparecido y no creo que lo encuentre por aquí esta tarde. Para qué lo están buscando ?

Verá, es un asunto confidencial, y no debería decirle nada, pero estoy seguro que usted sabrá guardar el secreto.

La desaparición de la joven Robertson es precisamente lo que nos ha traído hasta aquí. Estamos siguiendo la pista a un peligroso criminal, y creemos que puede haber huído hasta aquí desde Inverness. Se trata de un tipo desequilibrado que ya ha secuestrado a 5 mujeres a lo largo de toda la isla. Un inglés, un tipo acomplejado y con modales afeminados de Londres y que se hace pasar por policía, y atiende al nombre de Gallagher y persigue mujeres jóvenes allí por donde va. Es peligroso, y la vida de la joven Robertson puede estar en epeligro si no actuamos rápido.

Comprenda ahora que su discrección es tremendamente importante. Si los rumores de que estamos aquí llegan hasta Gallagher puede huir y todo el trabajo de varios meses se puede perder.

¿Dónde podemos encontrar el domicilio de los Robertson, por favor?

El tabernero se identifica como Roger Kilton e inmediatamente deja la jarra sobre la mesa de roble y se apresura a estrecharte la mano, entusiasmado por complacerte, pero serio.

- Oh bienvenidos sean !! Así que han venido para llevárselos ? - pregunta agachando un poco la cabeza y bajando el tono de voz - Espero que sepan a lo que se enfrentan. A la pequeña Lisa - dice algo triste - ya deben haberla matado, igual que a su joven novio. - Kilton parece meditar un poco - Y es extraño, pero últimamente he visto deambulando por aquí a un joven haciendo preguntas sobre el castillo Urquart, yo diría que parece demasiado interesado y resulta algo siniestro.

Sentado a la barra del Ye Olde Woman's Dance y sin haberse quitado aun el abrigo (tras el paseo a cielo abierto el frío le ha calado hasta los huesos), Patrick escucha la verborrea de Bruce Douglas sin hacer caso de la cerveza que el tal Kilton ha puesto delante suya.

Pero los comentarios del tabernero le hacen intervenir en la conversación.

Cita:

¿A lo que nos enfrentamos? ¿Puede explicarse por favor?

¿Y el novio también? De esa desaparición no sabíamos nada...

Cita:

Ante esta afirmación, Patrick le proporciona una descripción de los rasgos de Kevin McDougall, para ver si se trata de la misma persona de la que Kilton está hablando.

Roger Kilton te mira suspicaz entrecerrando sus ojos en una mueca de respeto y cierto escepticismo ante tu reacción (o la de todos).

- Me refiero a los vampiros, por supuesto. Aunque nunca he oido que sus víctimas se convirtieran en malditos zombies, dichosa TV!

Tras la breve descripción Roger asiente diciendo que encaja perfectamente con el hombre que menciona. También os informa de la vivienda de los Robertson.

Patrick apunta meticulosamente en su abultada agenda la nueva información obtenida:
La dirección de los Robertson en el pueblo, la desaparición del novio de Lisa R., la aparición en el pueblo de Kevin McDougall y de que los habitantes de este lugar ya han aceptado sin miramientos la naturaleza paranormal de lo que está sucediendo.

El expoli da las gracias al tabernero sin demasiado entusiasmo, para después quedarse mirando en su agenda la última anotación que ha escrito:

Comprar un hacha para matar zombis.

Tras lo cual se va al lavabo a vomitar un rato.

Ya veo. Aquí todo el mundo descarta al violador de Abbotsford como culpable de la desaparición de Robertson. Interesante, sin duda. Lo primero que habría pensado es que la niña se fugó con el noviete. Lo que no me cuadra es la relación del violador de Abbotsford con el castillo. No es un tipo nada interesado en el arte o la historia.

Bien, cuéntenos ¿qué preguntó exactamente Gallagher sobre el Castillo Urquhart? Ese individuo es peligroso, ¿sabe? ¿Queda algún Urquhart viviendo en el pueblo? ¿o en los alrededores? porque imagino que el castillo será un tanto inhabitable, ¿no?

Bruce está disfrutando interpretando su nuevo rol como agente de la ley y el orden, y no le importa seguir mezclando conceptos e ideas, tergiversando sus propias historias para confundir a su interlocutor.

Y por último, ¿está el Padre Drummond en la taberna?

- Gallagher ? - Kilton enarca una ceja y te mira dubitativo - Quién es Gallagher, el violador del que hablan ? No tengo ni idea de quién es, pero le aseguro que aquí en Dumnadrochit hay algo más que eso, señor. - lo de señor suena más a cortesía que a simple burocracia gubernamental.

- El padre Drummond suele venir a diario, es un buen tipo, pero tienes problemas para ejercer el sacerdocio y mata el tiempo echando unos tragos de buen whisky escocés. Ahí mismo le tienen. - Roger el tebernero alza su brazo para señalas con el dedo una mesa apartada en una esquina, donde hay sentado un hombre leyendo un libro que no se percata de vuestra mirada.

El local os recuerdo que está más bien a oscuras, apenas hay un luz en la calle, y en el interior la luz es tenue.

- En cuanto al Castillo Urquart tendría mucho que contar ! - exclama sonriendo el tabernero - Tenga en cuenta que en época de turismo es de lo que más se suele hablar, aunque casi nadie lo cree, todo sea dicho.

Gallagher es un loco violador y pederasta de Londres. Se escapó sin haber concluido su tratamiento psiquiátrico. Se le conoce como el violador de Abbotsford y está de ruta tras sus "hazañas" de Londres, Birmingham, Edimburgo, Aberdeen, Inverness y ahora sospechamos que Drumnadrochit. Si le pillan y les apetece tomarse la justicia por su mano, seguramente hagamos la vista gorda. dice Bruce mientras da un trago a la refrescante cerveza. Mira el reloj y añade.

Aún vamos bien de tiempo. ¿Qué le parece si me cuenta esa historia sobre el castillo mientras me acabo la cerveza?

- Ohh JE JE JE JE - Roger Kilton suelta una sonora carcajada mientras recarga una jarra de cerveza y la planta en la barra con firmeza - A esta invita la casa.

" Bien, esta historia me la contó mi abuelo, cuando yo era un chaval. Por lo que parece, comenzó hace bastante tiempo, cuando los clanes de toda Escocia sostenían batallas, unos contra otros. Aquí, en el condado de Inverness se encontraba el clan Urquart, una de las familias más antiguas del país. El señor del clan se llamaba William Urquart, y era además sheriff de Cromarty. De este hombre se desconocen muchas cosas; una de ellas era por ejemplo que practicaba la magia, pero no se trataba de una magia... normal, sino que estaba totalmente relacionada con el diablo. De una forma u otra, William Urquart terminó por convertirse en un ser peculiar. Se cree que únicamente se le podía ver por la noche, incluso se decía que bebía sangre humana. Bueno, nosotros ahora lo llamamos vampiro, pero en aquella época se le tenía por el mismísimo Satanás. Como ya os he dicho antes, mientras unos clanes se unían a otros para obtener beneficio mutuo, otros se dedicaban a luchar entre sí. "

Kilton agarra su vaso y toma un largo trago de cerveza.

" William Urquart acostumbraba a menospreciar a sus enemigos, por lo que siempre procuraba divertirse al máximo, provocando a su contrincante la mayor de las furias. La última fechoría que se le ocurrió para provocar la ira de Robert Munro, fue la de secuestrar a su mujer, Malai, una joven muy hermosa cuya belleza parecía residir en su oscuro pelo y sus extraños ojos. Por supuesto, la respuesta de Robert Munro no se hizo esperar, pero en lugar de entablar una batalla cara a cara, recibió "un mensaje divino" mediante el cual se le proporcionó la manera de acabar con William Urquart para siempre, pues, aunque todavía no os lo he dicho, hay quien asegura que no existía forma alguna de herirle. "

Nuevo trago de cerveza y recarga de su vaso.

" Por lo que parece, debería forjar una cruz a la que daría forma de "espada", y en el momentode ser templada, la sangre divina de un Elegido de Dios tendría que mezclarse con el metal. Solo así sería efectiva. Robert Munro estaba desesperado, pues nadie de los que conocía parecía haber sido elegido por Dios, por lo que toda esperanza había desaparecido. "

Otro trago de cerveza, esta vez más ligero.

" Bueno, amigos, no conozco el final de la historia, aunque quizá pueda ayudaros el viejo Padre Drummond..."

El padre Drummond se encuentra bebiendo un último trago de whisky, y cuando llegáis y preguntáis se siente acosado por vosotros. Se trata de un buen tipo, como os han comentado, pero se encuentra un tanto borracho y se muestra terco y poco tratable.
Tras pagar una botella de buen whisky y llevársela, se muestra algo más cortés.
- Uhm, son religiosos ? Uhmpf Espero que sí...

Habláis largo y tendido, y lo que conseguís sacar es que ultimamente ha tenido unos sueños muy extraños que le preocupan. Sabe quien es Sarah Urquart aunque en sus sueños ve a alguien más, aunque no consigue identificarlo. En sus sueños siente una maldad extrema que no proviene de Sarah, si no del hombre que la acompaña. Sabe que Sarah es un ser malvado, aunque asegura que en ocasiones le ha proporcionado una sensación de paz, bienestar e incluso amor, aunque esta se convierte rápidamente en odio e ira, y no porque ella así lo quiera si no por el hombre que la acompaña. Aún así, os advierte sobre confiar en ella, no es tan malvada como parece, aunque sí lo suficiente como para acabar con Drumnadrochit. Ella no es la encarnación del diablo, pero él... quizá.

Respecto a la leyenda... os cuenta una barbaridad entre tragos de whisky, entre lo que destacáis lo siguiente:
- William Urquart asesinó a su padre con 16 años, con su espada y partiéndole el corazón en dos. Su madre huyó poco después, víctima del horror que sentía al ver a su propio hijo.
- Dice que su madre fue salvajemente violada por un vampiro.William era una criatura infernal, un ser cuyo aliento pestilente era el hedor del mismo Satanás, el mismo que asola este pueblo. Una bestia salvaje cuyo único afán era la obtención de sangre humana.
- Menciona que en las proximidades se encuentra el condado Dingwall, asentamiento del clan Munro. Ahí vivvía John Munro, cuya esposa Elisabeth fue motivo suficiente para que William reuniera un ejercito con el que partió para Dingwall.
- William mató a John Munro frente a su esposa, desgarrándole el vientre. Así, William se hizo con Elisabeth.
- Los Munro buscaron venganza, aunque los rumores sobre William Urquart los hacía temblar con solo pronunciar su nombre. No sabían como vengarse, hasta que Adam Munro, hermano del primero, tuvo una revelación en forma de sueño.
- Le comentó que forjara la cruz (la que tenéis), la empapara en sangre divina y grabara unos símbolos. Pero cómo encontrar a alguien de sangre divina ?
- Más tarde, se le presentó un tal Kevin MacDhugaill, esbozado en vestiduras oscuras de monje. Ambos trabajaron e hicieron la cruz, haciéndose Kevin un profundo corte a lo largo del brazo derecho y dejando correr la sangre hasta el metal.
- Ambos partieron al castillo de Urquart para matarlo, aunque se separaron una vez encontraron a la bestia.
- William y Adam Muro lucharon salvajemente, uno con garras y otro con la cruz. Finalmente le clavo la cruz en el vientre a William, tras lo cual decapitó al monstruo.
- Le mostró la cabeza a Kevin, que luchó contra un ejercito de secuaces.
- Unos meses después, ya en paz, una niña nació del vientre de Elisabeth. Tenía el cabello muy oscuro y unos ojos verde esmeralda, como su madre, quien la bautizó como Sarah.
- Elisabeth observó a la niña, que parecía normal pese a saber que por su sangre corría la de William Urquart. Temió por su vida en el castillo Munro y huyó con ella a tierras lejanas y desconocidas.
- En cuanto a Kevin, desapareció tan rápido como vino. Dándosele por muerto, se le construyó una tumba junto a la de Adam Munro, en cuyas lápidas se grabaron mensajes de agradecimiento.

A todo esto, Ann Wolf, aburrida de tanta historia, sale al baño con la excusa de la cerveza. Es más, han pasado ya un par de horas y la noche se ha cerrado. En el interior de la taberna hay más gente, incluída Marion. El tabernero, sin embargo, ha cerrado las contraventanas, echado el cerrojo a la puerta y en el ambiente se respira cierta tensión.

Durante un momento, todo queda en silencio, los parroquianos se miran unos a otros y Roger Kilton se dispone a cambiar los cirios del dibujo por otroa nuevos. Se escucha un fuerte viento en el exterior, que azota las ventanas y hace vibrar los cristales. En algún lugar de la taberna, a alguien se le cae la jarra de cristal al suelo. Todo el mundo le mira un instante, para desviar acto seguido la mirada hasta la puerta, en la que suenan dos suaves golpes.
Nadie reacciona, las miradas se dirigen ahora al tabernero. De nuevo dos golpes vuelven a escucharse; Roger Kilton reacciona por fín, y con paso inseguro se dirige a la puerta. A todo esto, el padre Drummond parece haber recuperado la sobriedad de forma instantánea, y comenta que no es común que la gente salga a la calle a esas horas, NADIE SE ATREVE, asegura.
Tras dudar, Kilton abre la puerta. un fuerte viento invade la taberna y unos cuantos copos de nieve caen al suelo. Una figura embozada en un anorak negro irrumpe en el lugar. Lleva puesta a capota de tal forma que únicamente es posible ver dos cristales redondos y negros. la figra avanza hasta la barra y se quita los guantes de cuero. Tras eso, echa hacia atrás la capota.
La gente de la taberna dirige la mirada hacia el sujeto. El padre Drummond comenta que no se trata de ninguno de esos malditos vampiros. Además anda bien, por lo que no debe ser un zombi. De hecho, ni siquiera huele a podrido.
Observáis que de su oreja cuelga un extraño pendiente con un símbolo. Efectivamente, es kevin MacDougall, eñ extraño personaje del hotel de Edimburgo.

- Una douglas, porfavor.

Jejejejeje, una "Douglas".
Bruce mira fijamente al recién llegado, pero no mueve ni un puto dedo para advertirle de nuestra posición.

Drummond habla y cuenta una historia, que pensaría que es ridícula y un delirio de un borracho si no fuera porque todo es demasiado extraño.

Si Mac Dougall se conserva tan bien, quizás Sarah/Mórag se conserva también estupenda. Y debe tener una experiencia en la cama impresionante. Más de 800 años de sabiduría sexual encarnada en una morena.

¿Un acompañante? ¿el diablo toma el té con ella y de paso la contagia la maldad? ¿el anticristo vive en Drumnadrochit? dice Bruce mirando al borracho exsacerdote con los ojos como platos e ignorando al recién llegado. Ya habrá tiempo de que nos vea, y seguro que se acercará a nosotros dentro de un rato, cuando sea consciente de nuestrapresencia. O si no seguro que alguno de los chicos va a saludarle. O la meona de Ms. Wolf o el pesado de Bellini.

Las acciones se sucedían rápidamente. Primero el cura beodo nos contó una historia increíble sobre vampiros y gente que vive 800 años y luego aparece uno de esos octogenarios seres.

Me había decidido a ir a llamar la atención del recién llegado pero la decisión de Bruce de seguir la conversación e ignorar lo sucedido me dió que pensar.

Permanecí sentado en la silla con la mirada puesta en el recién llegado. Una brutal indecisión se debatía en mi cabeza. Por un lado estaba convencido de que tenía que ir a invitar al Sr. MacDougall a una conversación con nosotros. Por otro estaba Bruce, impasible.

Permanecí un buen rato más así, con la mirada clavada en el recién llegado incapaz de tomar una decisión.

El padre gruñe hacia Bruce una vez todos en la taberna parecen haberse relajado.

- Puede creerlo o no, joven. Mi intención no es convencerlo, tan solo les he contado la historia por su amabilidad. - dice agarrando la botella de whisky y rellenándose el vaso.

Cuando pensaba que lo que viviría en Drumnadrochit no podría sorprenderle más, la etílica historia del anciano sacerdote añade unas cuantas paladas de tierra a su ya medio sepultada razón.
La mención del condado de Dingwall no ayuda mucho, la verdad. ¿Casualidad? Ha empezado a creer que ya no existen casualidades.

Y entonces aparece Kevin MacDougall... o MacDhugaill...

Patrick le coge el lienzo plegado a Martín y se va derecho hasta el recién llegado. Cara a cara con él.

Hola Kevin. Le enseña el lienzo. ¿O debería decir padre Kevin?

Agarrándolo del hombro lo lleva hasta una esquina oscura del local.

Como ves, nos hemos enterado de mucho, Kevin. Le susurra. Pero todavía hay mucho que nos puedes decir... ¿Por qué habéis venido aquí tú y Gallagher? ¿Por qué ahora? ¿Estamos nosotros aquí por casualidad? ¿O no?

No, si no digo que no me lo crea. Es que me intriga aquello del acompañante de Urchudan, Ése que ha visto en sus sueños... ¿Le suena de algo? ¿Nos lo puede describir?

¿Qué mierda estoy haciendo aquí preguntando a un borracho por sus sueños etílicos? Y ¿Quién puede ser ese tipo que la acompaña? Gallagher no, imagino. Ha sido "vampirizado" hace tan poco tiempo...

- Hola Patrick - su actitud no es de sorpresa, pero desde luego no parecía esperar encontraros ahí - Por qué no nos sentamos en una de esas mesas ?

Cuando Patrick le muestra el lienzo se queda, más que mirando, observándolo con cierto aire melancólico; incluso hay un silencio en el que casi pueden verse sus pensamentos.
- Sí que habéis avanzado en esa investigación. Mencionas a Gallagher, recuerdo que era el detective vampirizado por Sarah, me hablaste de él en el hotel. Todas esas criaturas sienten una llamada, Gallagher no es más que una cobaya, un ratón de laboratorio cuyo único propósito en la vida es conocer su identidad, qué es y en qué se ha convertido. Por eso habrá venido a Drumnadrochit.

El mismo Gallagher os lo dijo en aquel oscuro callejón del Abbotsford, no sabía lo que era y sentía una llamada que procedía de Inverness, os lo comentó y se convirtió en la primera pista para llegar hasta Drumnadrochit, la otra era el apellido de Sarah, Urquart. Por eso estáis aquí.

- Casualidad ? - responde de nuevo Kevin - No creo en la suerte, todo ocurre por alguna razón. Como ya sabéis, llevo casi seis siglos vivo. En aquellos tiempos era un gran devoto de Dios, y un día me habló. Desde entonces peregriné buscando mi destino hasta que por fin lo encontré con Adam Munro. - dice dirigiendo una mirada de soslayo al lienzo - Tras matar a Williamn Urquart, me dediqué a buscar a su únca heredera, Sarah; por desgracia, ella me encontró primero, y me convirtió en lo que soy...

- ...Desde entonces, he recorrido el mundo huyendo de mí mismo, en una paradójica condición de ángel y demonio. He buscado la paz de un millón de formas distintas en un millón de lugares, pero es imposible esconderse de Dios, de Satán, de uno mismo. Entonces conocí a tu hermano, Patrick. Él encontró la cruz, y junto al padre de la chica del hotel, Ann Wolf, volví a confiar en mí mismo e intentamos encontrar y acabar con Sarah. Por desgracia, ella se enteró, los mató y volvió a dejarme solo, pero esta vez no, esta vez conseguiré enviarla al mundo del que nunca debió salir, la mandaré al infierno para siempre.

El padre Drummond escucha con interés a Kevin, aunque no puede evitar que se le achiquen los ojos por la cantidad de whisky ingerido. A decir verdad, da la impresión de haberse quedado dormido recostado sobre la silla.

De todas formas no, no puede describir la figura pues es tan solo una sombra maligna que aparece tras Sarah. Más maléfica que la propia Sarah...

Patrick había dado ese primer paso... y le seguí.

Nos sentamos en una mesa y MacDougall empezó a hablar. A estas alturas me podía creer cualquier cosa y las palabras del hombre no me sorprendieron.

Saqué mi libreta y anoté un par de apuntes más. La cerré y la volví a guardar en el bolsillo interior de mi chaqueta.

Tras las palabras del longevo hombre me quité las gafas y las limpie con el cuidado pañuelo que guardaba en la chaqueta. Miré a Patrick y me di cuenta de que la decisión iba a serle fácil. No había incertidumbre en nuestro próximo paso.

- ¡En fin, qué mejor inspiración para una historia que vivir la caza de un vampiro! - pensé.

Me estremecí pensando en lo que nos deparaba el destino. Todo había empezado como una simple investigación y ahora ..., ahora parecía que teníamos que cargarnos a un vampiro.

- Supongo que la "espada" del hermano de Patrick es el único arma que puede acabar con ... eso, ¿cierto? - dije.

Mis tono de voz y el ligero tartamudeo con el que hablé denotaba que todo esto me sobrepasaba, me asustaba en cierto modo. Estaba confundido, quizá no confundido si no sobrepasado por tal cantidad de respuestas.

Puse en orden mis ideas y definitivamente concluí.

- Bien, sea lo que tenga que ser... - dije componiendo mi rostro.