Partida Rol por web

Amanecía, los primeros rayos de rol se colaban entre los pliegues de los cortinajes, cosa que acompañada de los cantos de los gallos de la aldea extramuros tendía a despertarte.

La noche había transcurrido tranquila, sin aparentes problemas con los bandidos de la zona.

Sigrir se levanta despacio, el frío ya se colaba en el interior de la estancia y apartar las mantas era difícil. Un rápido vistazo a través de las cortinas indicaba que el invierno ya estaba aquí, pero al menos los bandidos aún no habían llegado a las puertas del castillo.

Acto seguido, con un movimiento rápido, llama a una criada que la ayude a vestirse y asearse, además de encender el fuego. Podían estar virtualmente sitiados por bandidos, pero al menos ella seguía teniendo un nivel.

Al asomarte por la ventana viste como tus dos hermanos llegaban a caballo y entraban a la fortaleza, posiblemente estarían reunidos en el salón. 

Tu llevabas días algo enferma, Daemon tendría que estar llegando de un momento a otro para examinarte. 

Tras vestirse, Sigrir manda llamar al maestre... Si sus hermanos llegan juntos a caballo y van directos al salón tal vez pase algo importante. Mientras espera, baja la cabeza y cierra a los ojos, pidiendo a los antiguos dioses que no sea otra aldea asaltada.

Entra a la habitación tras llamar

- Lady Sirgir, ¿como se encuentra?

Porta un cuervo al hombro

- Pues... perfectamente - dice mientras se lleva las manos a las rodillas - ... ¿Y ese cuervo? ¿Ha llegado algo? - dice de la manera más casual posible, como si no le importase, mientras se levanta y se arregla la falda.

- Ha habido un movimiento de tropas en las tierras de un Lord cercano... - confirma

Hizo un gesto hacia la cama

- Tomad asiento por favor... 

Sigrir toma aire, por un momento su expresión se oscurece. Se sienta sin prisa en la cama de nuevo y hace un gesto al maestre para indicarle que puede sentarse en la silla de su tocador, intentando no parecer nerviosa. Una vez ambos sentados se queda mirándole a los ojos, esperando que comience a hablar.

- Pediré a vuestro hermano que venga a visitaros... reposad. 

Se retira. 

Encuentras al maestre de camino a la habitación de tu padre

- Lady Sigrir, ¿en que puedo ayudaros? 

- Decidme, maestre, ¿Qué condición aflige a mi padre?

Bastante serio

- Me temo Lady Sigrir, sin animo de alarmar, que vuestro padre no sobrevivirá mucho más. Sin duda ha caído victima de algún tipo de envenenamiento. 

Sigrir toma aire, su barbilla tiembla un momento - ¿Qué tipo de veneno? ¿No hay nada que podamos hacer?

Niega

- Ninguno de los remedios de que disponemos esta funcionando demasiado bien y conseguir otra cosa nos llevaría más de una semana aún con un jinete rápido. 

Tras un momento de silencio

- Si queréis mi recomendación, le daría algo de leche de amapola* para acabar con su sufrimiento... 

Sigrir enarca una ceja - Tendré que hablarlo con mi hermano. Volveré a vos, maestre, con la decisión. - Sigrir sale en búsqueda de su hermano

Asiente

- Estaré en la habitación con vuestro padre - te indica