Partida Rol por web

- No te decepciones – a pesar de su silencio en el camino de regreso, parece que ese no sea un sentimiento que experimente ahora – Hemos descubierto que nuestra presa está habituada a esos túneles. Ha dado muchas vueltas y revueltas para que perdiésemos su rastro. No sabemos que trampas puede haber preparado en un lugar como ese. Nadie más sabía donde estábamos, por lo que si hubiéramos caído, no habría servido de nada a nuestro pueblo. – le sonríe tratando de darle ánimos – Estoy segura de que volverá, pero la próxima vez estaremos preparados, Brandán. – hace una pausa - ¿Sabes tú como conseguir un plano de las alcantarillas? Sería bueno contar con uno en nuestra próxima expedición. Cualquier otra idea, será bienvenida. Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites – aún tratando de transmitirle ánimos con su sonrisa.

Luego, trata de hacer memoria de las últimas vueltas dadas, para hacer el camino de vuelta, por la superficie, hasta donde calcula que estaría la piscina en las alcantarillas. Mientras, continua hablando del tema de la Manada de Plata.

- Bueno, ya sabes que las funciones de una Manada de Plata son muy delicadas. Por ello es importante que los integrantes sean los más aptos para ese trabajo. Sin embargo, estoy preocupada. No he conocido aún a ningún bromista del todo adecuado para el quinto puesto. – se encoge de hombros – Quizás haya tratado poco con ellos. Por cierto, si tienes alguna duda sobre las obligaciones de una Manada de Plata, no tengas vergüenza de preguntarme – le comenta con una sonrisa, sin estar muy segura de cómo plantearlo sin hacer que Brandán se sienta incómodo por el ofrecimiento.

- Trataré de localizar alguno en los archivos municipales. Contamos con algunos planos en al biblioteca. No debería suponer un problema. Mi mayor preocupación es saber cual será su siguiente paso...- a la mente de Brandán acudieron sucesos nada halagüeños del pasado.- No obstante, en algo tienes razón. El nos conoce, pero puede que sepamos más de él de lo que inicialmente había pensado. Podemos adelantarnos a su actuación...

Anne, volvió a hablar de la Manada. Parece que era un tema que le apasionaba...no era para menos...una manada de plata con componentes de ambos túmulos. Brandán se obligó a traer de vuelta su mente para responder.

- Supongo que se me nota el carácter de cliath hasta en los huesos.-sonrío.- No te preocupes, nadie se debería avergonzar por poder seguir adquiriendo más experiencia ¿no? Lo cierto es que no conozco muchos ragabash...y no creo que quieras que te mencione a aquel tipo...mmm ¿Lynx verdad?-guiñó un ojo guasón.- No obstante, ten paciencia...somos pocos, pero no tan pocos como para no encontrar a uno a su debido tiempo. Mañana en el parque del Alamillo podríamos buscar a algun candidato...no creas que me he olvidado de la cita del tai-chi.

Entonces, pareció recordar algo, y se volvió a Anne.

- Por cierto, y hablando de cuestiones delicadas...Anne, ¿alguna vez te has preguntado por la historia de los que estuvieron antes aquí?, ¿los que combatieron en la colmena?

- Imagino que volverá a intentarlo, con más cuidado de no ser visto. Quizás pudieras poner una cámara ahí o algo así. Lo digo por si lo intenta cuando esté cerrada, aunque imagino que eso lo dejará como último recurso. Podrían pillarle y parece que quería evitar llamar la atención todo lo posible. Seguramente la próxima vez en lugar de capa y capucha traiga una sudadera con capucha o una bufanda o algo así. Parecía muy preocupado de ocultar su rostro. – comenta un tanto meditabunda, tratando de imaginar los pasos de aquella criatura. – Como a partir de ahora vendré más a menudo por aquí – dice sonriendo – podremos estudiar con tranquilidad el mapa… - conoces ya esa sonrisa pícara – a no ser que prefieras que lo estudiemos en tu casa… - comienza a reír ante tu cara – vale, vale, lo siento. Ya paro – poniendo cara de niña buena – No pude resistirme.

Durante la conversación de la manada, resopla al oír el nombre de Lynx, pero más divertida que enojada.

- No, por favor. Lynx no. ¿A quien se le ocurre hacer una broma, sin venir a cuento, sobre un defecto congénito de otro primo? No tiene ni idea de su naturaleza, por favor. Me crío, me educó uno de ellos. Sé de sobra como deben ser y Lynx, aún no lo es. Le falta sensatez. Y gracia – añade sonriendo divertida – Pero llevas razón. El tiempo traerá al adecuado. – sonríe – Por cierto, quizás te guste una frase que solía repetirme mucho Lu-Tse: no hay que avergonzarse de la ignorancia, sino de no tener deseo de remediarla. – mira a las estrellas, con nostalgia en sus ojos – Me pregunto que estará haciendo…

Terminando con el tercer tema.

- Sí me lo he preguntado, pero hace poco del acontecimiento, aún soy una extraña, una invitada en estas tierras. No consideré sensato preguntar aún, pero de verdad que me encantaría escuchar sus historias – dice mirándote a los ojos, amable, mostrando su verdadero deseo de oír sus historias en tus labios.

Brandán se quedó unos segundos mirando a Anne, sonriendo comprensivo.

- No paras de hablar de Lu Tse...Parece que te marcó profundamente.-se quedó unos segundos en silencio.- Cuando os volváis a encontrar...cosa que no dudo que pasará, dile que hubo una vez un galliard fianna que alabó su trabajo como mentor.-añadió guiñando un ojo. A continuación su tono se volvió algo más serio.- Respecto a aquella historia...bueno, lo cierto es que a mí también me gustaría contarla, pero el caso es que no hay ninguna historia, no hay nada. Nadie sobrevivió para relatar los acontecimientos.-calló unos segundos.- Eso no está bien, las historias son los recuerdos de nuestro pasado, y los recuerdos son la vida del pasado...la forma en la que nunca morirán los que no precedieron. -se volvió hacía Anne.- Ellos merecen una historia, y quiero tratar averiguar lo que sucedió para contarla. De ahí mi pregunta, como embajadora de sendos túmulos, esperaba que tal vez hubieras oído algo al respecto. O que, en su defecto, y si no fuera pedir demasiado, pudieras echarme un mano en la empresa...una más...-añadió volviendo a recuperar una media sonrisa.

 - Jajaja Llevas toda la razón. Hablo mucho de Lu-Tse, pero si le conocieras – sonríe ilusionada, con un tono de voz que bien se podría utilizar para hablar de los ídolos del rock o de tus héroes cuando eres niño – lo entenderías, sin lugar a dudas. Fui muy afortunada. Pocos de nosotros hemos tenido la suerte de ser instruidos por alguien de tal Renombre. – inclina la cabeza en señal de gratitud – Le transmitiré tus palabras. Sin duda le harán feliz. Por favor, acepta mi gratitud y la suya por ellas.

Comienza a liarse un cigarrillo, ofreciéndote la bolsita por si te quieres liar tú uno también.

- Llevas razón. – su tono ahora es más serio que el anterior desenfadado – Debemos recordarles. En los próximos días trataré de hablar con Benito y Paula, a ver si les saco algo, pero ya sabes lo ocupados que suelen estar… - dejándolo en el aire como un ligero lamento – Ya verás que canción crearemos. Lo mismo, hasta consigues que aprenda algo de cómo contar historias – termina añadiendo algo más desenfadada.

- Me alegra que comprendas la importancia del asunto. Y aún más de contar con tu ayuda al respecto.-se detuvo.- Creo que es hora de descansar. Necesito darle unas vueltas a lo sucedido esta noche, y prepararme para buscar información respecto a las alcantarillas y sus habitantes menos deseables...Además, mañana creo que tenemos una cita en el Alamillo para que me enseñes como manejar este cuerpo mortal.-señaló, ya de mejor humor, mientras abría los brazos exhibiéndose exageradamente.

Esperó por si Anne quería decir alguna cosa más, pensando en volver a casa, y dejando a un lado los pensamientos más preocupantes hasta el próximo día.

- Mañana nos veremos allí – sonriendo, para a continuación comentar azorada, ya en el portal de Brandán - ¿Crees que sería posible que me dejaras unas llaves de la Biblioteca o de tu casa para mañana por la noche? – parece tímida al preguntarlo, aunque le eche todo el morro – Es que verás, creo que van a realizar la fiesta de bienvenida en los dos parques… y dada mi situación no estoy invitada a ninguna de las dos… así que me tocará – en este punto se le nota un poco de fastidio al hablar del tema – dar paseos por la ciudad toda la noche… y bueno, pasear esta bien, pero aquí no hay ningún sitio donde poder pararse a contemplar a gusto las estrellas… y al cabo de dos o tres horas, la verdad es que cansa un poco seguir dando vueltas y vueltas… sobre todo si no te cruzas con nada interesante… y bueno, había pensado que si podía quedarme luego un rato en alguno de los dos sitios, pues podría leer otro rato al menos… pero tampoco te quiero poner en un compromiso… sé que es mucho… - parece muy avergonzada a punto de irse – Bueno, no he dicho nada, olvidalo, por favor – casi suplica – Te dejo, que estás cansado. A ver si me puedo duchar en algún lado… un par de veces al menos jejeje – ríe con pocas ganas, aún avergonzada – Mañana a la tarde te veo en el Alamillo – con intención de despedirse e irse, con las mejillas rosadas

Brandán asistió divertido primero, desconcertado después y a continuación saturado al intenso monólogo de Anne.

- Eh, eh eh...para, para, para...-dijo Brandán alzando las manos, e intentando detener el derroche de palabras de la contemplaestrellas. Inútilmente, pues parecía ya desbordada por sus propias palabras.- La culpa es mía, no estoy acostumbrado a compartir piso ni nada por el estilo. Pero debía haber supuesto que no tenías muchos lugares en los que quedarte.- a continuación sonrío afablemente para tranquilizar a Anne, que parecía muy azorada por la situación.- Mira, haremos una cosa, sube a mi piso y te habilitaré un espacio entre el caos que has visto allí. Así tendrás más fácil ayudarme con la limpieza.-añadió sacando la lengua.- ¿Qué te parece? ¿Te apetece compartir espacio con mis calcetines, libros y camisetas?

- Oh, no, no, no, no – ahora parecía incluso más avergonzada que antes – Que tonta soy. No, muchísimas gracias, Brandán, pero… - no sabía muy bien como rechazar tan generosa oferta sin mostrarse desagradecida – Verás, la mitad del mes de luna pequeña la paso en el Alamillo, y la mitad con la luna más alta de la Paloma… Es la mejor forma para seguir siendo imparcial y relacionarme con ambos parques para mi cometido. Además, - sigue trabándose un poco – he pasado toda mi vida en un parque. Siempre preparada para ayudar en lo que hiciera falta. No sé… - parece avergonzarse incluso un poco más – no sé vivir fuera de uno… en una ciudad… me sentiría… - no parece encontrar las palabras adecuadas – no me sentiría… ufff… lo siento… no sé como expresarlo… es complicado… No te preocupes. Muchas gracias. Imagino que pasaré parte de la noche con Zen. Hace mucho que no la veo y que no hablamos largo y tendido. Bueno, nos vemos todos los días, pero es verdad que… Bueno, - te mira roja como un tomate – muchas gracias, de verdad. Por favor, por favor, no me entiendas mal. Lo último que quisiera es ofenderte… - realmente parece en un atolladero

Brandán, eres todo un artista a la hora de hacer cambiar de color a la gente

- De acuerdo Anne.-trataba de mantener la sonrisa conciliadora, bastante mal rato estaba pasando ya Anne.- No te preocupes, no es ninguna ofensa. Mira, si lo prefieres podemos hacer lo que dices. Mañana te dejo las llaves de mi piso y pasas la noche aquí, ¿de acuerdo? Prefiero esto a la biblioteca. No quedaría muy bien a ojos de Rosa u otros empleados.- Brandán le tendió la mano, aún sonriente.- ¿Te parece mejor así? - a continuación añadió, arqueando un ceja.- Aunque bueno, si prefieres la opción de Zen, no hay ningún problema.

 - No, de verdad, no te preocupes. Tengo muy descuidada a Zen. Nos pondremos al día, nos echaremos unas carreras al otro lado, contemplaremos las estrellas si encontramos algún sitio decente al otro lado,… - parece seguir nerviosa pese a tus palabras tranquilizadoras – Además, si cruzase con tus llaves las perdería y sería toda una faena. Descansa y muchas gracias por todo. – despidiéndose con intención de marcharse.

Brandán se encogió de hombros.

- Como gustes Anne. No te preocupes.-apoyó su mano en el hombro de la contemplaestrellas, apretando con delicadeza para tranquilizarla, mientras seguía sonriendo.- Simplemente ten en cuenta que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿de acuerdo?

Se separó en el momento en el que Anne se dispuso a marcharse. Brandán alzó la mano a modo de despedida, diciendo:

- Hasta mañana entonces. Que la Luna guarde tus sueños esta noche Anne.

Después se quedó un rato observando a su compañera. Una manada de plata...gran sueño...o tal vez un proyecto, esa denominación le da más visos de ser cumplido. Y desde luego, a pesar de que no conocía tan bien al resto de componentes que ella tenía en mente, saber que Anne sería uno de ellos era algo que agradecía, sin duda sería una valiosa compañera junto a la que luchar.

Se volvió sonriente. Los sucesos de la noche habían sido complejos, pero había algo: la idea de la manada, las bromas de la noche,...algo que no sabía definir, que le impulsaba al bune humor, y no iba a desprenderse de él en lo que quedaba de noche.

Sonríe tímidamente ante las palabras de Brandán, con su mano en su hombro, sintiendo su calidez. Sus ojos la atraían, se podría perder en ellos, pero la vergüenza era mayor. Desvía la mirada tímida, asintiendo levemente.

- Gracias, Brandán. Que Selene vele tu descanso.

Tras la despedida, se aleja de allí, aturdida, confusa, avergonzada y ruborizada.

¿En qué estas pensado? Siempre igual. Céntrate. Piensa en Trigo. En él, sí, puedes pensar.

Pero sus ojos…

Nada de ojos. Ahora un par de duchas frías que te vendrán bien, no sólo por el olor.

De fondo, casi podía escuchar la risita socarrona de Zen. ¿Habría estado pendiente de la escena? Nunca lo tenía claro con ella…

Le esperaba un rato paseando hasta el Alamillo. El frío de la noche le vendría bien.