Partida Rol por web

Una hermosa y soleada mañana os da la bienvenida al parque de Maria Luisa. Tras un breve y reconfortante paseo por el túmulo, os encontrais finalmente con Antonio, el cual os mira sin saber muy bien que haceis ambos aqui.

La situación pasada seguía presente en la mente de Brandán. No le gustaba darle más vueltas de las necesarias a las cosas porque sí, pero era inevitable que su orgullo dolido le atrajera una y otra vez sobre la escena del aullido.

Se dirigió en busca de Antonio, tal y como le ordenó Benito, para buscar la manera de limpiar su falta. No se sorprendió al ver allí a Anne, al fin y al cabo, por su culpa, ella, junto a Silvia, también habían sido amonestadas. Yaunque era algo que no compartía, era decisión de Benito, y debía ser acatada. No la saludo, ni intercambió ninguna palabra con ella, no soportaba pensar que podía estar pasando por su cabeza en ese momento, y menos confirmarlo dirigiéndose a ella: la apreciaba demasiado para confirmar sus temores. Sólo esperaba poder limpiar de alguna manera su nombre frente a ella y el resto de los presentes aquel día. Era lo único que le mantenía por encima del desánimo en esos momentos.

- Hola Antonio.-dijo escuetamente cuando se encontró a su altura.- Estoy aquí por órdenes de Benito, pero también por mi deseo de encontrar una manera de redimir mis faltas. Imagino que tú puedes guiarme en ello, de ahí que Benito me dijerade venir a verte...-su mirada había perdido el brillo habitual, y la mantenía baja y huidiza, clara señal de que aún se sentía avergonzado.

Un cigarrillo desaparece rapidamente entre las manos de Antonio, que mira con expresión de extrañeza en la cara a Brandan.

Vale hermano, no se de que me hablas. Si no me dejas las cosas un poco mas claras, o bien eres un espiritu, o bien no te sigo.

Anne saluda en silencio a Brandán, con una suave y dulce sonrisa, transmitiendo a la par paz interior, esperanza e ilusión. Camina junto a aquel, sin decir nada, respetando su aparente deseo de permanecer en silencio.

Al llegar frente a Antonio, lo saluda con una inclinación de cabeza, a modo de pequeña reverencia, y deja que sea Brandán el que hable.

Bueno...al menos no eres la comidilla del túmulo como esperabas. Las noticias no han corrido tan rápido.

Brandán respiró hondo. No le gustaba volver a recordar de sus labios lo sucedido, pero si era necesario para lavar su falta habría que hacerlo.

- Confiaba que Benito te hubiera contado algo, de ahí que me ordenase venir a verte...En fin, -alzó la mirada hacia Antonio. No lo adornaría con poesía, ni dejaría fluir a la musa. Contarlo directo y sencillo, eso era lo apropiado.- ayer, tras el debate que se estableció entre Mihail y Anne, en el que estuve presente, nuestro hermano, el colmillo plateado, sufrió...¿cómo decirlo?, un espontáneo ataque de pánico cuya causa aún ignoramos. Explotó, hablando como si algo o alguien lo persiguiera y se esfumó repentinamente. Silvia nos encargo buscarlo y traerlo de vuelta a su presencia, a Anne, a Kiasuke y a un servidor.-lanzó una mirada fugaz a la contemplaestrellas cuando la mencionó.- No hubo manera de encontrarle: en la umbra no había rastro de él, y ningún espíritu parecía haberle visto, tampoco pudimos captar su olor...No sabíamos que hacer, ni si realmente corría algún peligro...y entonces...-se detuvo unos segundos para tragar saliva a través de su garganta seca.- se me ocurrió la estupenda idea del mes:lanzar un aullido de ayuda con objeto de ver si respondía a la llamada, o, en su defecto, pedir ayuda a quien acudiera y que pudiera emplear dones de los que nosotros no dispusieramos. El caso es que salió demasiado bien, y alerté sin necesidad a espíritus y garous del túmulo por igual. Es algo que me llena de vergüenza.

Calló unos segundos para dejar reposar la memoria dolorosa de todo aquello, y continuó bajando ligeramente su mirada.

- Benito estaba allí, y acudió junto a otros a aquella alarma, y fue el que me dijo que viniera a tí hoy, supongo que para buscar una manera de redimirme de mi actuación. También quiere lo mismo para Anne y Silvia, que según él son igualmente culpables de lo sucedido. Acto su decisión en ese sentido, aunque en mi opinión, el peso de la culpa debería recaer sobre mis hombros, pues yo fui el único culpable y responsable de mis actos.

Volvió a guardar silencio, esperando a Antonio. Tanto si quería preguntarle algo, como amonestarle o directamente establecer una sentencia. Recordó las lecciones de Anne sobre la respiración, y se centró en ellas cerrando los ojos, dejando que la calma llegase a través de cada acto de recibir y expulsar el aire.

Antonio miró a ambos, le dió una calada al cigarro y meditó durante un rato...

Anne continúa con su misma expresión entre paz interior, optimismo e ilusión. Respira tranquilamente, saboreando los olores que le trae cada nueva inspiración, sintiendo su alrededor, mientras espera pacientemente la respuesta de Antonio.

Bueno va, vale, creo que ya lo he pillado.

Antonio lanza el cigarro al suelo, lo aplasta con el zapato y se os queda mirando.

Las siguientes dos semanas, la limpieza, cuidado y orden en el parque os toca a vosotros. Ala, sed felices. Y con un gesto de la mano os despide felizmente.

Ahora necesito de toda su fuerza de voluntad para no reír, ni dejar que los músculos reflejaran su diversión. Ahora se volvía a sentir como en casa. Lu-Tse había tenido el mismo sistema de enseñanza y ella había aprendido a apreciar las lecciones e importancia de aquellas humildes tareas.

Se despide de Antonio con otra pequeña reverencia y espera a que Antonio se marchara (o ellos, no me queda claro quien se mueve tras su despedida) antes de girarse a Brandán, con esa sonrisa tranquila e ilusionada.

- Parece que tendré oportunidad de enseñarte los secretos ocultos de la limpieza antes de lo esperado. Vamos, cojamos un par de escobas y pongamos manos a la obra.

¿Pero qué cojo...?

No supo si reir, abrazar a Antonio o quedarse allí con cara de pasmado...Finalmente optó de forma natural por esa última opción, mientras Antonio se marchaba despidiéndose y Anne le sonreía como si hubiera sabido de antemano lo que les esperaba.

- Vale...-sacudió la cabeza como si ello fuera a traerle de vuelta a la realidad de lo que obviamente, no podía ser más que un mal sueño. Habló para sí mismo, una vez Antonio se hubo marchado.- Debo de haberme perdido algo entre ayer y hoy, porque esto es lo último que me esperaba. ¿Ya está?...no es que quiera autocompadecerme, pero...¿me he estado fustigando desde entonces por esto?

O tal vez tu acto de redención haya sido precisamente el fustigarte lumbreras...

Alzó una ceja mirando, ahora sí, directamente a Anne, la cual hacía grandes esfuerzos por no soltar una carcajada. Realmente sería lo propio...

- ¿Y tú, cacho cabrona?, ¿te imaginabas ya algo así?-dijo más afablemente, empezando a esbozar una incrédula sonrisa de alivio.- ¿De veras no estás molesta por haberte arrastrado a esto?

- Estoy tentada, muy tentada, de vacilarte y no contestar a sí lo sabía… - sonríe divertida – pero será más útil la verdad. No lo sabía, pero esperaba que no fuera algo muy duro. Cometiste una imprudencia, pero eres Cliath, se entiende que los Cliath aún sean impetuosos y algo irreflexivos; la Sabiduría viene con la experiencia. Además, ninguna criatura fue herida, así que no era tan grave. – se encoge un poco de hombros – Parte del camino de la Sabiduría es aprender a juzgar correctamente nuestras propios actos y sus consecuencias. El error y la reflexión, llevan a andar esa parte del camino.

Andando mientras hablaban, llegan hasta el cobertizo donde se guardan los útiles de mantenimiento del parque. Anne entra y sale con dos escobas, tendiéndote una.

- Este castigo te da tiempo para meditar sobre los actos que te han llevado hasta allí. Da tiempo para pensar y aprender. Vamos – volviendo a andar hacia otra parte del parque – Es importante no cometer errores, pero más importante aún, es aprender de ellos. Un error es también una oportunidad para aprender y crecer. Puedes encararlo con esperanza, ilusión y un corazón soleado, o con pesadumbre, vergüenza y un corazón turbado por las nubes. – se para a liarse un cigarro, ofreciéndote de la bolsita – Un camino soleado es más fácil de ver, se aprecian mejor los detalles, y se recorre con el ánimo levantado. Un camino oscuro por las nubes es más lóbrego, inquietante, y se recorre con el ánimo decaído. – le da la primera calada al cigarro – Personalmente prefiero los caminos soleados. – terminando con una sonrisa

-"...y el lobo del Ulster escuchó a su maestra Scathach, y sus palabras fueron la semilla, el agua y el fermento de su camino del guerrero..."-se permitió recitar cuando Anne hubo acabado, tras recoger la escoba que le había tendido, y recorrer el parque con ella.- Por supuesto que prefiero los caminos soleados. Sólo que me parece que no estoy tan acostumbrado a la política de los Hijos de Gaia...aún. Ya sabes: esas historias sobre el deshonor y la caída en desgracia de guerreros, que no supieron o quisieron actuar como era debido en su momento. -se detuvo para liarse un cigarrillo de la bolsa de Anne.- Bueno, he crecido con ellas...y digo bien...puesto que son historias que me han acompañado siempre, incluso antes de convertirme en un tipo peludo y gruñón que le aúlla a la luna.-se quedóunos segundos pnsativo,apoyado en el palo de la escoba, mientras sonreía con aires nostálgicos.- Es un poco putada ¿sabes?, desear convertirte en materia de leyendas, con todo lo que ello conlleva, a la vez que asumes tu puesto como cliath y la ventaja que eso supone en cuanto a permisividad, pero que te aleja de una responsabilidad que anhelas.- sacudió la cabeza sonriendo, como para volver de su mundo de mitos y epopeyas a la realidad.- Bueno, el caso es que el parque no se va a barrer sólo, así que más vale asumir con orgullo el castigo.-alzó la escoba frente a sí como si esgrimiese una lanza con orgullo.- ¿Por dónde empezamos?

Se gira, mirando a Brandán, mientras se mordía el labio inferior en un gesto de “que riiiico”.

- ¿Sabes? Me encanta que siempre tengas una historia apropiada para cada momento – acabando por sonreír, la Letanía era la Letanía – No es malo querer ser una leyenda, pero quizás te sirva una lección de Lu-Tse. Si quieres ser una leyenda, mejor que seas una leyenda viva; seguro que no tiene tanta gracia ser una leyenda cuando estás muerto. – sonriendo con nostalgia, como casi siempre que se acordaba de su maestro – Todos hemos sido Cliath. Es bueno que desees avanzar. Estoy segura de que no pasará mucho tiempo antes de que consigas los honores para avanzar hasta la siguiente parada de nuestro largo camino. – mientras llegáis junto a la fuente central de la Plaza de España – Empecemos por aquí. Mira – cogiendo su escoba con ambas manos, realizando movimientos suaves y rítmicos – la armonía es la clave de todas las tareas. Siente que la escoba se convierte en una extensión de tus manos, mientras la paz fluye de ti hasta el suelo, llevándose la suciedad de este. – aunque parecen movimientos relativamente lentos, al fijarte en el trozo que ha barrido mientras hablaba, te da la impresión de que cubre más terreno del que imaginabas al principio – Venga, empecemos juntos, y luego nos separaremos, para poder meditar cada uno acerca de nuestros actos.

- Puede que yo tenga siempre una historia apropiada para momento, pero eso mismo se puede decir de los consejos de Lu Tse.- dijo con una sonrisa. Poco a poco empezaba a recuperar el buen humor que había quedado relegado desde ayer.- Y tiene gran razón, y sin embargo, también es cierto que es mejor ser una leyenda muerta que no serlo jamás en absoluto: en las historias siempre vivimos, y alcanzamos así la inmortalidad. Pero es cierto que me queda tiempo, y ninguna leyenda de las que de verdad merecen la pena empieza siendo más que alguien como todos los demás que encuentra su momento en la historia...Quién sabe, alguno puede que fuera un maestro de la mopa antes que de la espada...

Se quedó unos segundos observando barrer a Anne. ¿Sería posible que hasta en eso encontrase una vía para prácticar artes marciales?

- Vale, algún día me explicarás lo de dar cera y pulir cera...Sólo digo que si ya me enseñas algún movimiento así mientras limpias la taza del water, prometo hacerte protagonista de una digna epopeya...- comentó riendo, tras coger la escoba y empezar a barrer, mientras entonaba con silbidillos una tonadilla irlandesa; con menos soltura tal vez, pero con ánimos renovados.