Observo a la gente en la calle. Frunciendo el ceño. ¡Que extraños eran todos! No tenia ni idea que debía hacer, pero lo principal era encontrar comida. Llevo la mano a mi abdomen al oírlo rugir de hambre. Jamas me había faltado el alimento antes. Me sentía como un lobo viejo, que ya no tenia dientes. Me preguntaba como hacían ellos para conseguir comida. Pero tenia que intentarlo. Busco algún lugar a donde se huela algo de comer. Seguramente estaría en el mismo sitio donde bebían alcohol ya que esas cosas iban juntas. Algo me decía que no me entenderían, tendría que mantenerme callada para conseguir algo. Si no lograba hacerlo, debería salir a cazar como en los viejos tiempos. Me sonrío triste al recordar las cacerías con el Amo. Notando como lo extrañaba, comienzo a olfatear para encontrar el sitio.
Busco algun bar o algo por el estilo. Ya veremos si puedo conseguir o me voy a comer un gato de la plaza XD Mierda, seguro que no me huelo ni yo misma xD
El hedor de este pueblo impide que te llegue nada que no sea la peste generada por los extraños carruajes. Ni aunque tuvieras un pollo asandose bajo tu nariz podrias olerlo. Vas a tener que pensar en otra cosa, y pronto.
Busco algún lugar de donde salga gente tomando alcohol. Seguramente ahí voy a encontrar algo de comida, o iba a tener que cazar…o tal vez peor. Robarla.
En las orillas del rio, por llamarlas de algun modo, ya que estan hechas de piedra trabajada, puedes ver varios de esos extraños carruajes de los que sale un ruido estridente. En torno a el, varios jovenes estan bebiendo y, por extraño que parezca, comiendo cosas raras que proceden de unas extrañas bolsas.
Los observo hambrienta. Por lo general nunca sentía algo incomodo al momento de hacerlo. Pero en este sitio tan grande donde nadie me comprendía ¿Como iba a lograrlo? Necesitaba hacerme entender ¿Pero como?. Con paso dudoso me acerco a ellos. Manteniendome en silencio y con la mirada fija en sus manos unos instantes antes de pasar a su rostro.
-Hvis klarede det ... ?-
Les pregunto en tono bajo, pero firme.
-¿Donde consiguieron eso...?-
Las mujeres te miran con asco, pero los hombres te miran con una mezcla de ¿miedo? y deseo. Una mujer desnuda excepto por un trapo no es algo común, y menos si se dirige a ellos. Te miran de arriba a abajo y te preguntan algo, que obviamente, no entiendes...
Al poco las miradas de las mujeres cambian, del asco al deseo, y la de los hombres del deseo al miedo mas abyecto. Tras de ti se alza un hombre salido de una saga antigua, un verdadero guerrero digno de ser seguido a las puertas del infierno si el te lo pidiera. Mas de dos metros de alto, fuerte como un roble e igual de ancho. Su pelo es negro y lleva barba de un par de dias. Te dice un par de frases y saca algo del bolsillo, como monedas, para luego indicarte con gestos mientras sigue hablando un sitio muy iluminado del que sale y entra gente continuamente. Tu no le entiendes, y el aun no te ha escuchado hablar, pero quizas sea una gran oportunidad.
Lo mas importante de todo, puedes sentir en el, la presencia de heroes del pasado fluyendo por sus venas.
Lo observo seria. Frunciendo el ceño. ¿Que se tramaba aquella persona? Era extraño sentir a alguien así entre tanta gente. Miro las monedas en su mano ¿Para que las quería? ¿Por que me las mostraba? No entendía nada de la situación. Pero me paro a su lado, lista para seguirlo. Tal vez tenia alguna oportunidad con el, de notar algo o de conseguir algo de información que me sirviera.
-SOM DE ER-
Le pregunto todavía con el ceño fruncido.