Partida Rol por web

Tras hundir mi espada entre su coraza, la bestia me arroja con fuerza. Aferro firmemente mi espada y tras la caida, me pongo de pie para cargar directamente contra ella. No habia que permitir que llegara al caldero y solo quedaban en pie la maga e Itan.
-No daras un paso más!

Itán, sortea las patas del bicho y vuelve a clavar su espada en el abdomen del monstruo. Pero esta vez golpea un poco de lado y su espada no se hunde lo suficiente en el corpachón. El animal se revuelve mientras avanza. Artros, se dispone a lanzar un tajo contra el cangrejo pero éste le golpea sin miramiento con la pinza y lo lanza rodando por el suelo varios metros más allá. Artros aterriza de espaldas sobre las raíces y el agua poco profunda con un sonoro chapoteo. Por suerte, logra mantener su arma en la mano. 

Ahora sólo Lilith está entre el cangrejo y el caldero. Los ojillos del animal se mueven con deleite y chasquea las pinzas sobre su cabeza. 

Unas palabras de alegría demuestran que Kazurh por fin se ha liberado y se incorpora agarrando su hacha y maldiciendo en su idioma original.

Con un grito, Morrowir carga por el flanco sobre el atribulado animal que intenta girarse. El guerrero se lanza sobre el bicho y golpea su duro caparazón. Su espada sale rebotada hacia arriba dejando una muesca en la concha. No parece haber hecho daño al cangrejo pero sin embargo su ataque ha hecho retroceder al monstruo.

La magia fluye de los dedos de Lilith y de nuevo, relámpagos viajan desde la maga hacia el animal envolviéndolo en chispas y humo. Un cosquilleo recorre a Itán que está cerca del animal y siente el pelo erizado por la electricidad estática. De haber estado en el agua,  ahora estaría electrocutado. El animal, se resiente del ataque y empieza a retroceder de vuelta hacia el agua. Parece que desiste de la comida en vista de la tenaz resistencia.

¡¡¡¡¡Maldita sea!!!!
Intento salir del agua lo más rápido que puedo, y mientras preparo mi arco para apuntar a la herida que el crustáceo tiene hecha en el caparazón.

La mujer emite grandes bocanadas de aire. Está exhausta. Siente que el poder va abandonandola. Observa como va hacia el agua.

Kazurh, liberado ya, sale corriendo hacia el cangrejo, poco le importa que esté retrocediendo. Hoy se cenará marisco.

-Ah no, la cena no se escapa, ven aquí cangrejo de mierda!!

Dice mientras carga, metiéndose en el agua hasta donde haga falta, en su ciego frenesí.

La criatura a desistido al avance contra el caldero, gracias al esfuerzo combinado de todos los presentes. Jadeando hundo la espada en el suelo fangoso y me apoyo en el pomo mientras observo como Kazurh corre a descargar un ataque furibundo sobre la bestia. Espera no tener que ir a rescatarlo de las aguas traicioneras, pero por si las dudas me mantenia espectante.
No sabia ni cuando vendrian las criaturas que esperabamos, ni como eran, pero se trataba de nuestra ultima esperanza para salvar al pueblo y nuestros compañeros de aquella peste.

El enano se lanza hacia el cangrejo y clava su hacha con fuerza en el pesado corpachón. Salta la sangre y el cangrejo se resiente; pero gira una de sus pinzas y atrapa con fuerza el cuerpo del enano para luego sacudirlo. Kazurh se resiente con el cuerpo dolorido y ensangrentado. El cangrejo lo deja y retrocede para hundirse en parte en la laguna...

Kazurh se sacude, el golpe lo ha dejado unos momentos sin respiración y le han hecho valorar que a lo que se enfrenta no es moco de pavo. No obstante, ya ve al cangrejo bastante malherido, escabulléndose al agua. No sabe si hay mas bichos en los alrrededores, pero de haberlos, quizá pueda llamarlos, y es un riesgo que no quiere correr.

-Te he dicho que tu no escapas!-sentencia mientras carga.

Hemos vencido a la bestia, pero nuestro inefable enano ve un suculento festín antes que unas enormes pinzas quebrantahuesos, y se lanza en pos de él ante mi atónita mirada.

Cuando le zarandea por el aire con sus pinzas, creo que lo va a partir en dos, pero consigue salir vivo aunque maltrecho. Cuando vuelve a atacar, a pesar de mi estupor inicial, recojo mi arco y apunto a la bestia para tratar de distraerla mientras nuestro enajenado compañero continúa acosándola a pesar de sus heridas.

Está totalmente ido... Espero que no se deje matar.

Esperad no ataquéis ahsta que salga.

Una ve que sala, intentad que caiga. La cuerda, ¿quién la tiene?.

Cojámosla entre dos u tirémoslo al suelo.

Estaba seguro de que ya estaba dominado el cangrejo gigante, entre el enano e Itan no le dejarian huir sin abatirlo, por lo que regrese junto a Lilith para ver como se encontraba y dedicarnos a cuidar el caldero por si alguna otra cosa surgia.

- Tranquilo, Morrowir estoy bien, defendamos el caldero - respondo medio jadeando por el esfuerzo - tenemos poco tiempo o la aldea sucumbirá a la Rabia.
En compañía del guerrero me sentía mucho más tranquila. Parecía que el peligro había cesado pero...había que permanecer siempre alerta no nos podíamos tomar un respiro mientras que la salud de una aldea y nuestro compañero estaba amenazada por esa rabia de naturaleza extraña. Miró derredor esperando (y deseando) que los chasind de la espesura no estuvieran al acecho.

El enano, se lanza como un poseso hacia el cangrejo, el cual logra impactarle un fuerte golpe en mitad del pecho. Escupiendo sangre por la boca, el enano descarga el hacha entre los ojos de la bestia. Aquel impacto es fatal para el monstruo y se desploma muerto a un par de metros de la arena. Está medio sumergido. La ciénaga se tranquiliza y los insectos vuelven a las suyas.

Itán, relaja el arco y vuelve la flecha al carcaj ya que no ha sido necesaria.

Todos estáis sudorosos por el calor, el combate y la tensión...

Me relajo un poco al ver como el enano finalmente logra acabar con aquella criatura, aunque no por eso bajo la guardia, pues no sabiamos si aquella era la unica de su especie y por sobre todas las cosas habia que estar antentos para la llegada de los seres de fuego que nos darian lo que necesitaba la anciana para preprarar la medicina.

-Bien hecho Kazurh, sera el mejor almuerzo que hemos tenido en días...

Kazurh se apoyó sobre su propia arma, respirando hondo. Los golpes que había recibido y el esfuerzo del combate lo habían dejado sin resuello. Ante las palabras de Morrowir hizo un gesto con la mano como quien pide una pausa, y tras recobrar aliento dijo:

-No lo he hecho tanto por comer, que también, si no por que no pueda ir a avisar a más como él.

Tras una pausa:

-Cuanto antes acabemos con esto mejor, ¿falta mucho por ahí? -dijo mirando hacia el caldero, desde la orilla, un poco sumergido en el agua-.

ESCENA CERRADA