Tabarloa y sus Custodios habían convertido el corazón del Dominio en una fortaleza inexpugnable pero el volumen de tropas que los Torgon podían reunir desafiaba toda cuantificación. Todas las compañías custodias del sistema acudieron a la llamada de su señor e incluso se recibieron informes de que la flota del Decurión Tabarloa XVI (un clon del propio Tabarloa que había hecho carrera por su cuenta) encargada de la aniquilación de la Hermandad Estelar, había cruzado los límites del sistema respondiendo a la llamada de socorro.
Los Águilas Implacables informaron de una colosal flota Kllr aproximándose por el eje vertical galáctico desde el lado opuesto de los Torgon. Los dos grandes rivales por el control de la galaxia iban a chocar una vez más y el campo de batalla era el sistema Hefestos. Aunque los Águilas Implacables apoyados por la Orden de la Serpiente lograron frenar ligeramente el avance Kllr, su número era incontable.
El contacto con los Ángeles de la Guerra se había cortado hacía días. Era imposible saber si los refuerzos Totemkompf habían llegado a tiempo.
Y Hefestos ardió.
Y hasta aquí llegamos. Os he puesto a las dos compañías que habéis llevado a todos para que podáis tirar por ambas:
YO ESTUVE EN LA GUERRA DE HEFESTOS
Si tu compañía estuvo en Hefestos, di dónde luchó, qué estaba en juego y tira 2d6+tu mejor atributo. Con 7+, lograste tu objetivo. Con 10+, también y tu compañía sobrevivió a la guerra.
Tirad dos veces y narrad para ambas compañías (no hacen falta grandes historias, podéis ser meras notas a pie de página de las crónicas). Tranquilos, aunque todas sean destruidas aún tenéis alguna en Troiskant para el último movimiento...
Vakaipa fue a morir juntio a sus mandos y capellanes a Hefestus Prime. La realidad de la invasión se impuso y ya no era cuestión de cómo evitarla sino cómo asumirla, algo para lo que la Segunda compañía de la Orden TotemKömpf no tenía duda alguna - caerían enfrentándose hasta el último Caballero Espacial. Cada baja fue amarga e inevitable y sólo cuando el atamán Vakaipa fue capturado tras encontrársele con vida bajo los cascotes de un búnker, encadenado y llevado a una celda donde se reencontró con su añorado Muggen Raut que Vera Khan Tomó el mando y condujo a la capellanía en una carga suicida para someterse a la última voluntad de JERU-4.000... Y cumplirla.
La Jaguerin convocó a sus Jagdhunde y les hizo jurar la más terrible de las instrucciones: alcanzar la supervivencia de la humanidad bajo el yugo Torgon. Usaron a sus integrantes dentro del Gremio de Las Sombras para hacerse con todo material e información con el que negociar una capitulación una vez la derrota fuese inevitable y no quedase gobierno que les contradijese, se repartieron por los planetas con supervivientes para conspirar contra los líderes de la resistencia ciudadana o asesinarlos para perpetuar el servilismo humano... Y aguardaron profecía por parte de La Quimera antes de hacer uso de la clave de Acceso Negro-Omicron sobre su SALEM-4.000 escondida.
Motivo: YO ESTUVE EN LA GUERRA DE HEFESTOS
Tirada: 2d6
Resultado: 8(+3)=11 [2, 6]
Motivo: YO ESTUVE EN LA GUERRA DE HEFESTOS - Segunda tirada
Tirada: 2d6
Resultado: 8(+3)=11 [4, 4]
La Novena Compañía formó parte de las fuerzas Totemkompf que se desplegaron por Hefestos Prime a las órdenes del atamán Vakaipa. La realidad de que estaban luchando una batalla desesperada se impuso con rapidez en el ánimo de los caballeros, pero esto no impidió que lucharan hasta el último hombre. La mayoría cayeron protegiendo la Torre del Silencio, luchando codo con codo con los Custodios. Cuando las armas pesadas se acabaron, lucharon con tólkers, y cuando no les quedó munición, se enfrentaron cuerpo a cuerpo contra las hordas de torgon y kllr que trataban de llegar hasta el corazón mismo de la Humanidad.
Shama y la mayoría de los oficiales murieron defendiendo la zona de acceso sur de la Torre del Silencio. Los últimos caballeros murieron en la explosión que llenó de escombros ese lugar. Solo un caballero espacial logró escapar con vida y ser evacuado del planeta. Con orgullo, antes de morir por sus tremendas heridas, pudo afirmar que ningún enemigo llegó a atravesar la posición de la Novena.
Motivo: Yo estuve en la Guerra de Hefestos
Tirada: 2d6
Dificultad: 7+
Resultado: 7(+2)=9 (Exito) [5, 2]
Algunos caballeros tardaron un cierto tiempo en comprender que la batalla de Hefestos Prime no podía ganarse. La Quimera no fue uno de esos caballeros; el Capitán de la Cuarta Compañía sabía que solo era cuestión de tiempo que la fuerza combinada de los torgon y los kllr aplastaran a los defensores del planeta.
Incluso así, acudió a la batalla. Pero no con la intención de morir de forma gloriosa e inútil, sino con el objetivo de infligir un golpe devastador a los enemigos de la Humanidad.
La Baba Yaga descendió en el corazón industrial del planeta. Los caballeros-magos, haciendo un uso extensivo de la Sustancia Púrpura, lograron profetizar el lugar en el que podrían resistir más tiempo al asedio alienígena. Los torgon estaban centrando sus esfuerzos en la destrucción de los tanques de clonación y las fábricas de armamento. Pero, sobre todo, en la conquista de la lejana Torre del Silencio. Los kllr, como siempre, atacaban de modos insospechados y en apariencia aleatorios, lo que los convertía en un peligro mayor para los planes de la Cuarta Compañía.
La nave de los Volshebniki se acopló, usando su nanotecnología, a una gran megafábrica. Utilizando su dispositivo de creación de fortalezas arcanas y desoyendo cualquier código de seguridad, la Baba Yaga comenzó a expandir sus tentáculos a lo largo de más y más fábricas cercanas, convirtiéndolas a todas en una colosal fábrica de nanotecnología que se extendía por varios kilómetros cuadrados de la superficie del planeta.
Es posible que fueran los torgon los primeros en darse cuenta de lo que estaba sucediendo, pero para cuando llegaron al lugar ya era demasiado tarde para detener el proceso. En el punto cero, donde había aterrizado la Baba Yaga, ya se erigía una pirámide de metal y carbono rebosante de nanotecnología. La extraña estructura crecía cada vez más, como un volcán que en lugar de escupir lava arrojaba más y más nanotecnología que mutaba en formas cada vez más extrañas.
Y, del mismo modo que un volcán, la Pirámide Negra explotó finalmente, reventando desde dentro y expulsando su carga de nanotecnología por toda la atmósfera de Hefestos Prime. La deflagración acabó con la vida de millones de personas: torgon, kllr y humanos, y no se detuvo allí. La nanotecnología infectó todo lo que encontró a su paso, reduciendo la carne y el metal a una sopa primordial de hidrógeno y materiales radiactivos, mutando una y otra vez en modos insospechados incluso para los más sabios entre los volshebniki.
La Baba Yaga escapó justo antes de la explosión. Se encontraba en lo alto de la Pirámide Negra que había crecido bajo ella, y se alejó del planeta abriéndose paso junto a las naves de todas las especies que trataban de escapar del infierno nanotecnológico en el que se estaba convirtiendo la superficie y el subsuelo de Hefestos Prime.
Los torgon y los kllr comprendieron al fin que su codiciada presa se había convertido en una trampa mortal. Sus tropas cayeron muertas a miles y las naves que pudieron trataron de escapar del planeta condenado. Los mayores ejércitos jamás reclutados por los alienígenas habían ido a encontrar la muerte al planeta de los humanos.
Desde el espacio, la Quimera entregó los códigos necesarios para activar a SALEM-4000 a la Jaguerin. Después, la nave de los volshebniki se dirigió a Zhongxin, en busca de más secretos que utilizar en la guerra eterna por la supervivencia de la Humanidad.
Motivo: Yo estuve en la Guerra de Hefestos
Tirada: 2d6
Dificultad: 7+
Resultado: 8(+3)=11 (Exito) [5, 3]
Los que se queden en la superficie del planeta lo van a pasar mal.
Igual la Cuarta se ha ganado algún puntito de Condenación xD.
Hefestos Prime se expandió dramáticamente a medida que la nanotecnología engullía más y más materia sin importar su procedencia: enemigos y aliados se deshicieron en moléculas que se integraron en el torbellino de nanitos que crecía sin cesar. El propio JERU-4000 y la Torre del Silencio fueron cubiertos por una marea gris para desaparecer en cuestión de minutos (repentinamente, las comunicaciones por todo el sistema mejoraron considerablemente como si se hubiera reducido el tráfico de mensajes en un 60%). Sólo unas pocas compañías de caballeros espaciales lograron escapar de aquella vorágine.
El incremento exponencial de la masa de Hefestos Prime fue una amenaza lo bastante evidente para las flotas alienígenas que se retiraron no sin grandes pérdidas. El propio sistema estaba amenazado por su mundo principal ahora convertido en un planetoide nanotecnológico descontrolado.
Pero JERU-4000 tenía un plan. Siempre lo tenía.
-YO SOY EL ALFA Y EL OMEGA-fueron las primeras palabras del recién activado SALEM-4000.
SALEM-4000 pertenecía a una época anterior al Dominio en la que los supercomputadores planetarios eran algo común por la galaxia. Cuando JERU-4000 ascendió al poder, todo el mundo estaba convencido de que era el último de su especie, un ordenador de un poder tal que guiaría a la humanidad a través de la Oscuridad, un dios artificial llegado para salvarles. JERU-4000, en su bondad infinita, dejó a los hombres creer pues una mente sin fe es más propensa a ciertas dolencias y desviaciones psicológicas que, a nivel poblacional en situaciones de crisis galácticas permanentes, son extremadamente perjudiciales.
Ni siquiera el Alto Mariscal Tabarloa conocía todos sus secretos: SALEM-4000 era otro super-ordenador del mismo modelo que JERU-4000 instalado en tiempos pretéritos para la gestión de la industria de Incus. JERU-4000 optó por mantenerlo inactivo durante su ascenso al poder para mantener toda la atención en él y facilitar la unidad del Dominio. En su lugar, lo mantuvo como copia de seguridad de sus ingentes archivos de memoria que, cuando se reactivó, se trasladaron al enorme cuerpo que sus guerreros habían conseguido para él: la máquina de guerra Torgon conocida como Las Fauces, cargado ahora con toda la energía del sol de Hefestos
De esta forma, JERU-4000 renació como SALEM-4000, el Auténtico y Único Dios Guía de la Humanidad.
Ahora, por fin capaz de moverse, SALEM-4000 dictaminó que el Dominio requeriría una nueva capital y la encontrarían en el Sector Diamedes, en el sur galáctico, donde una docena de planetas habían sido colonizados en tiempos ascentrales y ahora estaban listos para albergar a toda la población de Hefestos. Los colonos de Diamedes habían logrado reestablecer el contacto con el Dominio ayudados por los dargoeshi, una raza alienígena en declive dispuesta a donar su legado a otros más capaces. SALEM-4000 lideró la Gran Diáspora hacia la Tierra Prometida al frente de una enorme flota de refugiados y caballeros espaciales.
La población de Incus, a poco de abandonar SALEM-4000 el planeta, fue exterminada por una misteriosa plaga que muchos atribuyeron a un castigo divino por dejar ir a su señor.
Las órdenes de caballeros espaciales, más necesarias que nunca, se expandieron y reorganizaron. Se fundaron muchas nuevas órdenes a partir de las antiguas en lo que se conoció como la Segunda Generación.
Los torgon y los kllr, después de sus pérdidas, se retiraron a sus territorios pero nunca dejaron de ser una amenaza.
En cuanto a los Totemkompf...
Gracias al constante flujo de reclutas de Troiscant, con la Segunda Generación los Totenkompf se reorganizaron en varias órdenes nuevas. Una de ellas mantuvo el nombre y los colores de la orden original y las demás adoptaron nuevos esquemas heráldicos.
Gracias a la nueva tecnología adoptada por la Orden, los Totenkompf pudieron mantener su sistema en la frontera con los territorios Kllr y Torgon y seguir lanzando incursiones contra ellos. Con el tiempo, Troiscant prosperaría pero no lo suficiente como para convertirse en la capital del Subsector: el Gremio de las Sombras se aseguró de que el planeta permaneciera relativamente desconocido para mantener sus terribles secretos a salvo. Los Totenkompf se adhirieron estrictamente al Arma Decretum hasta el punto de que, con el tiempo, lo convirtieron en una obsesión negándose a las sucesivas actualizaciones que fueron dictaminándose. Esta obstinación les llevó a numerosos desacuerdos con otras órdenes de caballeros espaciales, especialmente con los Caballeros Custodios con los que desarrollarían una amarga rivalidad.
ALGUNAS ÓRDENES DESCENDIENTES DE LOS TOTENKOMPF
GUARDIANES DEL INFINITO
La expedición de la Cuarta Compañía Mágica a Zhongxin fue fructífera y logró desentrañar los secretos de la cirugía psíquica con la que dotar a ciertos individuos de capacidades extra-sensoriales. Ligeramente más fáciles de controlar que los nanitos, los psíquicos se convirtieron en la nueva arma de las compañías mágicas y fueron adoptados por muchas órdenes. Los Guardianes del Infinito llevaron esta práctica al extremo contando con seis compañías mágicas hasta su misteriosa desaparición en territorio kllr.
CABALLEROS CARMESÍES
Tras la Guerra de Hefestos, la legendaria nave insignia de los Totenkompf, la Ventisca, fue rebautizada como Llama Sagrada y se convirtió en la base móvil de la Orden de los Caballeros Carmesíes. Esta Orden no adoptó un mundo natal y mantuvo la antigua costumbre de vivir a bordo de su flota, una de las más poderosas del Dominio,con la que patrullaba incansablemente las fronteras Torgon.
SABUESOS DESTRUCTORES
A los miembros más conservadores de los Totemkompf originales (los más veteranos y toda la capellanía entre otros), todavía reacios al cambio que suponía el Arma Decretum, se les asignó el equipo ancestral de la Orden (algunas armas llevaban más de setecientos años en servicio) y fueron organizados como los Sabuesos Destructores. Fanáticos e intolerantes hasta el extremo, estos caballeros se ocuparon de llevar la luz de SALEM-4000 hasta el último rincón del Dominio y aplastar las numerosas rebeliones que siguieron a la Gran Diáspora.
Motivo: De aquí a la Eternidad
Tirada: 2d6
Dificultad: 7+
Resultado: 7(+2)=9 (Exito) [3, 4]
DE AQUÍ A LA ETERNIDAD
Cuando te aburras y no quieras continuar jugando, contesta las siguientes preguntas y tira 2d6+Respuestas Afirmativas:
- ¿Ha permanecido la Orden pura y leal? Leal sí, pura no tanto.
- ¿Habéis seguido el Código del Caballero? Con algún matiz aquí y allá, en general, sí.
- ¿Habéis protegido y expandido el Dominio? Sí, desde luego.
- ¿Es la Orden más poderosa que antes?
Con 13+, la Orden tiene un papel fundamental en la historia del Dominio salvándolo en muchos momentos desesperados. Su actuación ejemplar contra los enemigos de la humanidad la convierte en un modelo para todos. Todas las nuevas Órdenes de los Caballeros Espaciales se crean a vuestra imagen. Bienvenidos a la eternidad.
Con un 10-12, gracias a la Orden, el Dominio permanece seguro mucho tiempo. El nombre de la Orden da esperanza a la humanidad e inspira miedo en sus enemigos. Saldrá en los libros de historia y los planetas de una amplia zona del espacio tienen los nombres de sus héroes.
Con un 7-9, la Orden colabora con otras fuerzas humanas para mantener a salvo un pequeño sector del Dominio y participa en otros conflictos menores. Sus logros pasan desapercibidos más allá de tu territorio, pero se le considera un activo leal para el Dominio.
Con un 6-: la mala reputación de la Orden interfiere en su camino hacia la gloria. Nadie quiere luchar con guerreros tan corruptos. La Orden intenta redimirse buscando las misiones más peligrosas durante un tiempo, pero la falta de apoyo del Dominio pasa factura a sus guerreros. Finalmente, la Orden desaparece destruida, olvidada o ambas cosas.
Y hasta aquí. Si queréis añadir algo, os invito a crear otras órdenes de la Segunda Generación (no tienen por qué descender de los Totemkompf) y explicar brevemente de dónde salieron y sus logros.