Partida Rol por web

Habías pasado la noche con el resto de la tribu antes de volver a ponerte en marcha, esta vez solos. Lobo y tauren por el camino y un mundo que se abre ante sus pies. Mientras se van alejando del lago Toropiedra empiezan a ver lo que fue el habitat de los tauren por generaciones, una tierra seca, menos propicia para la vida pero no por eso muerta- A diferencia de Mulgore, la vida de esta tierra se encuentra en pequeños oasis o en poblados.

Nada más salir de la depresión de Mulgore ves un pequeño pueblito de cazadores, pero un sonido hace que tu lobo se alerte, cuando giras a ver lo que llamó la atención del lobo te quedas atónito. 3 elfas montadas en sables corren por el camino hacia el norte, ninguna de ellas parece verte pero el terreno es descampado y están yendo hacia tí, si no te mueves rápido te van a ver.

El camino que estábamos recorriendo era muy distinto a Mulgore, era más desértico, apenas poca vegetación, aunque era parte de nuestra madre, aquel aspecto y lugar no era muy bonito de ver. Pero aun así encontrabas a veces bellas formas de vida “Curioso” Pensaba cuando veía algún animal bello en tal descarnado ambiente.

Entonces mi hermano se alertó, no sabía porque pero al girarme lo entendí, elfos montados. Reaccione rápido, rápidamente me aparte del camino en busca de algún lugar donde poder ocultarme y dejar que pasaran, nos apartamos del camino para cubrirnos en unos arbustos espinosos que había a un lado. Si bien no había hecho nada contra ellos, no era estúpido, no me arriesgaría a ser degollado por esos orejas puntiagudas.

Si bien buscas algún lugar para esconderte, hay pocos árboles y no hay zonas verdes cerca. A último momento logras esconderte detrás de una piedra y quedarte quieto sin hacer ruido. De todas formas logras escuchar que las elfas hablan entre ellas en darnasiano. Luego vuelves a escuchar que se alejan, pero cuando te quieres levantar a observar ves una elfa montada sobre un sable lunar que te apunta con arco.

Arriba tauren, podemos salir ambos sanos y salvos de aquí pero no tengas dudas de que ante la menor amenaza me encargaré de tí.

El sable gruñe y sus afilados colmillos no le dan la imagen de alguien con quien valga la pena meterse, incluso parece una amenaza para tu lobo. La elfa te mira.

No pareces un espía de la horda y entendemos que hay un poblado tauren cerca, podría eliminarte pero con las criaturas que rondan el paso sería hasta más divertido dejarte solo, dudo que puedas sobrevivir aquí solo.

Camina de un lado para el otro y te vuelve a apuntar.

Ahora dime que estás haciendo aquí, si me gusta la respuesta puede que te deje para los lagartos de trueno, dicen que ellos cocinan a sus victimas con sus rayos.

“Maldita sea” Me dije al escuchar la voz de la mujer elfa y más cuando vi cómo me apuntaba con su arco. A su lado ese imponente animal, no podía evitar admirar tan elegante ejemplar, seguía siendo un hijo de nuestra madre. Pero ahora mismo la realidad era que ambos amenazaban mi existencia.

No soy ningún tipo de espía, señora. Simplemente soy un viajero que me dirigía por los Baldíos para ayudar a mis hermanos. No sé si es lo que deseáis oír o no, pero es la realidad. Dije con calma y siendo conciso a la par que sincero. No conocía mucho a esos seres de orejas puntiagudas, decían que podían ser sibilinos y gente de no fiar. Ahora solo quedaba ver la reacción de la misma.

La elfa te mira de pies a cabezas mientras hablas, mientras ella hace eso el sable lunar empieza a oler el aire y mira a la elfa. Ella te ignora por dos segundos concentrandose en su montura y te dedica una sonrisa.

Parece que mi amigo cree que dices la verdad, si no buscas problemas con nosotros no los encontrararás al parecer los tauren tienen más sentido común que el resto de la horda.

La elfa vuelve a montar sobre el sable y te dice.

Muchas gracias.

Luego mira hacia el horizonte y dice.

¡Ash Karath!

Con esa orden el sable lunar sale corriendo en dirección al norte. A los pocos segundos la elfa les saca varios metros y la pueden ver en el horizonte, de todas formas notas que hay un papel tirado en el suelo, al levantarlo ves runas escritas con delicada caligrafía. Al parecer la elfa llevaba un mensaje pero no entiendes el idioma ni lo que dice.
 

No me agradaba la oreja puntiaguda, eran seres viles y traicioneros, por ello no estuve seguro si cumpliría su palabra aunque montara su montura. Al cabo de un tiempo de no verla me relaje un poco. Acaricie a mi hermano y me agache para tomar mi bastón, entonces vi aquella carta con una letra que no reconocía “Será de la elfa” Pensé, por ello la tome y la guarde con cuidado.

Después de eso me puse en camino de nuevo a mi destino, para ayudar a hermanos y hermanas. Aunque no podía evitar pensar en el tema de los elfos “¿Dónde se dirigirán?” Me preguntaba, eran peligrosos, seguramente a corromper alguna tierra en el norte. Al cabo de un rato los malos pensamientos me abandonaron y mi camino volvió a ser tranquilo, a la par que admiraba aquellos pocos detalles que sobresalían en tan árido lugar.

Vuelves a tu camino dirigiendote al este, no demoras en empezar a ver molinos de viento como los que ya habías visto en Mulgore, claramente ese era un terreno más ventoso que el hogar de los tauren, es se reflejaba en los molinos que excavaban los pozos subterraneos sacando agua para el campamento. A los pocos minutos de ver los primeros molinos ves un pequeño pueblito construido al estilo tauren.

Cuando más te acercas empiezas a notar las pieles de kodo curtidas por el sol que hacen de techos para las casas. Cuando llegas no te sorprende ver que hay muchos tauren además de miembros de otras razas de la horda (más que anda orcos y trols), lo que te sorprende es ver un javaspin encerrado en una jaula. Cuando te ve llegar la criatura te mira y te hace señas con la mano.

Hey tu, ven...

Mira para todos lados y te vuelve a mirar haciendo el mismo gesto.

Si, tu... Parece que tus compañeros no me creen pero no soy un cerdo malo, acercate y podremos ayudarnos mutuamente.

Notas que el cerdo tiene una gema color rojo en el bolsillo.

Al fin tras unas horas de camino apareció lo que parecía el primer pueblo de los míos. Cuando me acercaba podía ver los típicos molinos donde se molía los cereales y que alguno era también para sacar agua. Eso por algún motivo lleno de gozo mi ser, aunque apenas llevaba un par de días sin ver nada de mi cultura, el cruce con la elfa había hecho que añorara a mi gente.

Avance hacia el interior, observando las pieles de grandes kodos secándose, quienes eran sacrificados por el bien de los nuestros, pero aprovechábamos todo, piel, carne y huesos.

Buenos días. Salude a varias personas, entre ellos destacaban algunos orcos y trolls. Junto a ellos formábamos una alianza, aunque no me agradaban mucho eran seres normalmente belicosos. Pero eran acuerdos que nuestros grandes jefes habían tomado y debíamos respetar.

Tras andar por el pueblo me llamo la atención un javaspin encerrado. El cerdo me llamo, me hizo acercarme. Tranquilo hermano dudo que quiera hacernos algo. Dije a mi hermano lobo, a la vez que apoyándome en mi bastón avance hacia él. Escuche sus palabras, parecían interesantes.

¿Y cómo podemos ayudarnos mutuamente? Pregunte, a la vez que vi una gema roja en su bolsillo. No comente nada de ello en ese momento, esperaría para después.

El cerdo te sonríe y te muestra la gema.

¿Sabes lo que es esto? Esto es dinero, pero además tiene cualidades especiales uno puede frotarlos con su piel y conseguir mayor volcidad a la hora de correr y pelear, además de que mejora mucho la inteligencia y otro tipo de habilidades físcias.

Se rasca la cabeza y dice.

Los tauren están organizados en tribus ¿verdad?... Nosotros los Javaspines también, mi nombre es Quebrantadientes y soy el jefe de la tribu Crín de Acero y estamos en guerra con los asquerosos Erizapúas.

Se agarra de los barrotes y sonríe mirandote a los ojos.

Ahora viene la parte divertida, los Erizapúas tienen un asentamiento al norte de Taurajo y estuvieron atacando a la horda, tus líderes no lo saben pero nosotros vivimos al sur, en el límite con Las Mil Agujas, ellos creen que soy el líder del clan Erizapúas. Mi único crimen contra la horda fue pasar cerca de Taurajo en el momento equivocado, mi guerra es contra los Erizapúas, no contra la horda pero tus compañeros no me creen.

Extiende la gema que brilla bajo el sol.

Necesito tu ayuda, como mis guerreros están esperando una orden mía y eso no va a ser posible, voy a necesitar que alguien vaya a asesinar al líder de los Erizapúas y traiga su cabeza como prueba mientras yo me quedo aquí sentadito. Si haces eso los tuyos van a conseguir la muerte del responsable de los ataques a la horda, y obviamente yo voy a demostrar que el culpable no fui yo.

Deja caer la gema que queda en el suelo árido de los Baldíos.

Si te interesa el trato tomalo, estoy a tu merced druida.

Mientras dice esto mueve los brazos con teatralidad.

Lo que exponía el javaspin era extraño, pero tenía su sentido, era una opción que el cayera atrapado por un descuido, por moverse por donde no debía. Estuve tentado por tomar la gema y dejar al javaspin a su suerte, pero no podía hacerlo, no me perdonaría ser partícipe de la muerte de un inocente.

Me agache tomando la gema y mirando al preso. Está bien. Hare lo que dices, pero por tu bien espero que no mientas. Además cuando lo logre y seas liberado, espero que los míos no sufran más molestias por los tuyos. Por qué si no será tu cabeza la que vaya a reclamar. Comente mirando fijamente al javaspin. Sabes que los míos podemos ser extremadamente sigilosos y no amenazamos en vano.

Ahora dime lo que sepas que pueda ayudarme en la tarea, una ubicación más exacta del objetivo y si hay algún camino alternativo para llegar a él. Le dije esperando poder obtener más información para llevar a cabo la tarea. Guarde la gema en uno de mis bolsillos.

Una vez acabara con el javaspin, me acercaría a la taberna del lugar para comprar algo de comida y agua para recuperar mi mana, luego me pondría en marcha.

El cerdo te mira con las manos extendidas hacia el cielo.

Como ya te dije, nosotros estamos en guerra con el Erizapúas, se que no nos llevamos  del todo bien con la Horda, pero ustedes no tienen nada que ver con nuestra guerra, solo tienen un pueblo en el medio y los cerdos del otro clan pensaron que era mejor atacarlos a ustedes primero.

Se lleva la mano al corazón y te mira serio.

No somos estúpidos, preferimos ir a la guerra contra un pequeño clan que vivie en una zona de los Baldíos a enfrentar la máquina de guerra de Cima del Trueno o de Orgrimmar en todo su explendor... Ahora, si los tuyos quieren venganza por los que atacaron su pueblito de cazadores, tienen al javaspín equivocado.

En ese momento se gira y con la mano te señala hacia el norte.

A ver, como te explico... Mulgore es una depresión rodeada de montañas ¿verdad? Si sigues hacia el norte cerca de las montañas que hacen de limite entre Mulgore y los Baldíos, verás una zona donde el camino se desvía y se llega a un pueblo de Javaspines, supongo que habrás visto Javaspines en Mulgore así que recordarás nuestra arquitectura, con nuestras casitas y nuestras espinas.

El javaspín señala el piso con decisión.

Ese es el lugar donde se esconde mi enemigo, él es un geomántico, seguramente sea fácil identificarlo con sus túnicás y bastones rituales.

Se agarra de las cañas y dice.

¿Tienes alguna otra duda amigo?

Escuche con interés las palabras del cerdo, todo lo que decía tenía sentido, pero la verdad que yo no era quien decidía esas cosas, pero sí que podría ayudarle dando caza al culpable y trayendo su cabeza.

El javaspin me dio una orientación de por dónde podría empezar mi búsqueda. Aunque sería algo complejo meterme en un poblado y dar con el geomántico. Pero eso no me detendría, estaba en juego muchas vidas de inocentes.

Está bien, entiendo. No creo necesitar más. Partiré a la tarea. Dije separándome de la jaula. Luego me acerque a la posada del lugar, compre algunas cosas para el viaje como comida y algo de agua para recuperar mis fuerzas. Tras ello partí hacia mi destino. Por lo expuesto rumbo norte hasta encontrar el lugar que explico el cerdo enjaulado.

Caminas siguiendo las indicaciones del cerdo y descubres efectivamente que te dijo la verdad, mientras avanzas con las montañas a tu lado izquierdo empiezas a ver las espinas caracteristicas de la arquitectura javaspín, de todas formas por el momento no encuentras ningún Javaspin. Salvo algún lagarto del trueno o un kodo solitario no ves muchas formas de vida animal.

Unos minutos más adelante, encuentras que hay varios javaspines con lobos, los mismos parecen cazadores que vigilan el perimetro, más atrás encuentras la curva de la que te hablaba la criatura y una casa que parece más un templo al lado de las chozas que hay a su alrededor.

Después de tanto andar parecía que había llegado al lugar, las espinas eran las típicas que solían usar esos javaspines. Pero me quedo claro cuando algo más adelante un grupo de ellos junto a unos lobos, parecían hacer guardia. Maldije dado que tras ellos parecía estar el lugar donde aguardaba mi objetivo.

Debía pensar cómo actuar, un enfrentamiento no era viable, después de estar mirando un rato, decidí algo. Tome una piedra y use uno de mis hechizos, con el haría que la piedra brillara como una antorcha para luego arrojarla en una dirección que hiciera que si los guardias se moviesen pudiera pasar entre ellos.

Por más improbable que pareciera, la estrategia funciónó distrayendo a los guaridas, al parecer los Javaspines son muy supersticiosos y ver una piedra luminosa los sorprendió. Aprovechas la distracción para colarte trás las primeras casas, al estar todas bastante cerca logras empezar a moverte de a poco de casa en casa hasta llegar a la choza principal.

Efectivamente como el Javaspin de Taurajo te dijo, allí había un Javaspin que parecía ser una especie de sacerdote o lider religioso. Como druida no tenías muchos conocimientos de los geomantes, pero sabía que era un tipo de magia que se enfocaba en controlar la tierra, algo parecido a lo que hacen los chamanes pero enfocandolo solo en la tierra, por lo que en ese aspecto podían llegar a ser mas poderosos que muchos chamanes.

El javaspin está concentrado lanzando hechizos a una especie de muñeco vudu como los que usan los trolls por lo que no te ve venir.

Me tome un tiempo para examinar el lugar, movernos tanto mi hermano como yo por aquel lugar abarrotado de javaspines no fue fácil, pero al final logre llegar donde parecía estar el que había descrito el javaspin preso como líder. Estaba lanzando algunos hechizos a un muñeco.

Si bien no sabía mucho sobre la magia de esos javaspines, si conocía lo suficiente para ser cauteloso. Suspire antes que nada para mentalizarme, matar no era algo que estuviera entre mi forma de actuar. Después de ello y lanzar una plegaria a madre tierra. Me dispuse.

Sombra mi hermano lobo me flanqueaba, me movia con cuidado, tomando mi cayado, aunque recordé la piedra que me otorgo el javaspin enjaulado, así que  la tome metiéndola en una de mis muñequeras de cuero. Trate de acercarme lo suficiente para lanzar un ataque aprovechando la sorpresa.

El javaspin está tan concentrado que no se da cuenta ni de que entras ni de que tu lobo se le tira encima. Primero tu ataque falla por mucho el cuerpo del cerdo, pero no le da el tiempo de contraatacar antes de que tu lobo le muerda una de sus piernas y lo haga caerse de cara contra el suelo.

¡¿Pero que?!

El cerdo gira y agarra una espada larga y fina muy similar a las espadas orcas, te ataca pero al estar acostado a causa del ataque de tu lobo el golpe no llega a destino y solo hace un sonido agudo al cortar el aire.

Sombra mi lobo había hecho una buena labor, ahora el javaspin estaba malherido y en una posición de desventaja. No podía desaprovechar aquello, por lo que con mi lanza lance un fuerte golpe al gorrino.

Sombra por su parte seguía en su tarea de acabar con el rival, impulsado por su instinto de depredador, no había que olvidar que era un lobo salvaje y su instinto estaba muy desarrollado.