Tus intenciones son dirigirte al parque, un área que a muchos elfos les recuerda a los bosques de Darnasus. Quizás sea por esto que es donde suelen juntarse los druidas cuando están en la ciudad, pero algo te perturba de tus pensamientos, un ruido invade la ciudad.
Al concentrarte en el ruido notas que son las campanas del castillo de Ventormenta. Sin dudarlo corres hacia allí.
Elfo y Draenei se cruzan corriendo por las pequeñas calles y canales de Ventormenta. El destino de ambos es el mismo, el castillo de Ventormenta donde se empezó a juntar una multitud de guerreros y curiosos que miran a la escalinata que da a la entrada del enorme edificio.
En la puerta pueden ver a un elfo medio muerto que le extiende una carta al regente Bolvar Fordragon.
Nethergarde...
Tras decir esta palabra el elfo colapsa y se desmalla en el lugar. Bolvar toma la carta mientras grita a los sanadores para que se encarguen del pobre elfo y tras leer la carta mira al público.
¡Ciudadanos de la Alianza! Este elfo gastó todas sus energías para darnos una nefasta noticia, la fortaleza de Nethergarde está bajo ataque de la Legión Ardiente. Esa fortaleza se creó para controlar al Portal Oscuro. Si bien sabemos que los orcos no son los que nos atacaron algo está reuniendo fuerzas en el cascarón muerto de Draenor y ahora amenaza con atacarnos a nosotros.
Saca su espada que brilla con la luz del sol.
¡Guerreros de la Alianza preparense para luchar porque debemos volver a Draenor a enfrentar nuevamente una amenaza! Mañana de mañana presentense en el puerto listos para partir.
A pesar de que dijo esto le hace un gesto a un grupo de caballos para que partan ahora mismo.
¡Si la Legión intenta invadir nuestros hogares les mostraremos una vez más por que somos tan difíciles de matar!
Veo la reunión que se ha dado y al herido elfo que porta las funestas noticias. Me abro paso entre la gente para prestarle mi apoyo pues un buen servidor de la Alianza merece todas las atenciones posibles.
Me arrodillo a su lado y clamo porque el poder de la naturaleza sane sus heridas y le mantengan con vida mientras llegan sanadores más expertos.
- "Resiste, hermano... Te pondrás bien."
Las palabras del humano son elocuentes y lo que dice es exactamente lo que todos los kaldorei sentimos en nuestros corazones. Hace muchos milenios que nos enfrentamos con la Legión Ardiente y desde entonces son nuestros enemigos jurados. La orden de los Druidas se creó para proteger la creación de aquellos que portan la destrucción y el caos. No hay mayor orgullo para un elfo nocturno que enfrentar cara a cara a los demonios y detenerlos en sus intentos de invadir y arrasar.
Me giro de camino al jardín para pasar mi última noche en Ventormenta pues, mañana de mañana, me alistaré para ir a luchar al Portal Oscuro.
Motivo: Curar Heridas Leves
Tirada: 1d8
Resultado: 2(+2)=4
Le improviso un Curar Heridas Leves al elfo: Le sano 4 Puntos de Golpe.
Después de salir de la tienda con una nueva coraza esperandome, veo un revuelo enorme y sigo la corriente de ciudadanos, que me lleva de vuelta al castillo. Allí se encuentra el Paladín Fordragon y un elfo de piel morada a sus pies. Veo pero no escucho la palabra emitida por el elfo antes de caer inconsciente. Observo como otro elfo de piel oscura acercarse al caído, acto que imito y me arrodillo junto al caído:-La luz de protegerá mientras llega la ayuda. Aguanta.-
Escucho el discurso de Fordragon y ahí esta la llamada de la batalla prometida por Fordragon: La Legión Ardiente vuelve a la carga. Fordragon y yo enlazamos nuestras miradas y asiento con la cabeza. Mientras la entrada del castillo estalla en un rugido por la batalla, vuelvo a mirar al segundo elfo:-Veo que tu tambien sientes odio por la Legión Ardiente, hermano de armas. Mi nombre es Nerghan, paladín de la Luz Sagrada. Cual es tu nombre?-le pregunto con respeto y extendiendo la mano para estrechar la suya.
Justo cuando encamino mis pasos hacia la zona de los druidas en Ventormenta, el hombre que también se acercó a ayudar al elfo me habla. Se presenta como Nerghan, un paladín de la Luz. Nunca había visto de cerca a un Draenei y al contemplarlo de cerca veo la verdad:
Su fisionomía es la misma que los demonios Eredar, por eso su visión brinda el temor que todos los que hemos contemplado a la Legión Ardiente sienten, pero al mirarle más de cerca, veo que sus rasgos y facciones son amables, sus ojos carecen de la maldad de los enemigos y hasta el color de su piel proyecta cierta luz que reconforta. Los Draenei se parecen a los demonios, pero la pureza de quienes rechazaron el poder de la oscuridad es mucho más grande que la de otras razas que nunca han visto el mal.
Le sonrío con amabilidad y le respondo:
- "Ishnu-ala Nerghan. Yo soy Aldarion Greenclaw, Druida de la Zarpa de los Kaldorei. Es un placer conocerte."
Le hago una pequeña reverencia y luego le pregunto:
- "Veo que estás interesado también en luchar contra la Legión Ardiente. Es un placer conocer a alguien decidido a enfrentar a las sombras para proteger Azeroth."
Parece que es un buen hombre, valiente y recto, como la orden de paladines forjan a sus miembros. Me da mucho gusto poder conocer a quien compartirá la lucha conmigo. Siento, ahora después de conocer a uno de ellos, que los Draenei son un gran aporte para la Alianza.