Partida Rol por web

La Espada de Sigvatr, blandida por Khaled, chirrió contra la armadura de metal enano, soltando chispas. El guarda rojo comprobó que había hecho mella en el pecho de la esfera, pero que su golpe no había sido tan efectivo como debería. 

La respuesta de la esfera no se hizo esperar. Rodó ligeramente hacia atrás, para coger carrerilla, y lanzó un golpe de súbito con la cuchilla que tenía armada en el brazo. El siseo del vapor se unió al grito de sorpresa y dolor de K'dan cuando la cuchilla dwemer penetró entre las junturas de su armadura. La esfera la liberó de un tirón, cubierta de sangre.

http://i.imgur.com/KCA7JnU.png

La Esfera Enana recibe sólo 16 daños de los 26 que le ha infligido Khaled.

La Esfera Enana le hace un ataque completo a K'dan y entran los dos golpes. Olvidé restarle 5 a la segunda tirada de ataque, pero aún así es un éxito. K'dan recibe 33 puntos de daño. Tú me dices, Kernel, cómo queda la cosa con resolución acerada, etc etc. De momento te anoto los 33.

Vuestro turno.

Iniciativas

26. Fjorda 50/54 (Escudo de la Fe)
18. Elynea 55/55
13. K'dan 33/77 (Destello de la Guardia de Hierro)
13. Khaled 57/58 (Escudo de la Fe)
1. Esfera enana 16 daños

Fjorda se acercó a la esfera, esperando que estuviese entretenida con sus compañeros, y tratando de colar sus espadas en las juntas de su metálico cuerpo.

Ya en cuerpo a cuerpo con la esfera, Khaled afianzó los pies en el suelo y levantó la espada sobre su cabeza, tensando cada músculo desu cuerpo. Había comprobado que el cuerpo del autómata era tan resistente que podía absorber los golpes de su arma sin inmutarse. Trazó un arco descendente, tan concentrado en buscar los puntos débiles en el blindaje, que el ingenio dwemer solo tuvo que deslizarse unos centímetros para evitar el espadazo. La punta de la espada destrozó las losas del suelo, provocando un inocuo estallido de mampostería.

Designo a la esfera para esquiva. CA 20 base +2 esquiva +3 escudo fe- 2 carga= 23.
Gastado Mountain Hammer. ¡Yay!

Pg: 57/58.
Pc: 19/19.

Otro golpe fallido. Desde que habían entrado en la marea temporal los golpes de K'Dan no estaban siendo especialmente certeros. Para más inri la esfera enana fue capaz de acertar con sus dos cuchillas. El khajita gritó más sorprendido que dolorido, al menos hasta que los dos filos del constructo dwemmer salieron salpicando todo de sangre. Entonces el dolor se extendió por su cuerpo, pero también en ese momento sus ojos brillaron. Él era un devoto de Azurah y había aprendido a sacar fuerzas en los momentos de flaqueza.

Reforzado, K'Dan esgrimió la lanza realizando una potentísima estocada contra el constructo dwemmer. Un golpe tan fuerte que cuando golpeó a la esfera parecía que lo había hecho con la cabeza de un martillo en lugar de con la punta de una lanza.

Acción de asalto estándar: Martillo de la montaña contra la esfera enana.

PG: 43/77 -> Al terminar el turno 33/77

Efectos activos: Resolución acelerada (10pgs de daño aplazado). Contra ataque feroz (+2 al ataque y al daño). Flanqueo (por la maniobra de Fjorda).

Comentario: ¡Hombre por fin un buen daño!

Comentario2: Después de que se me fuera la olla, el ataque es 26 y el daño es  17. Sigue siendo un buen daño :D

Elynea apretó los dientes al ver el supino tortazo que la esfera enana le había endosado a K'dan. Aquella condenada cosa pegaba como un mamut. Y parecía que aguantaba lo mismo también.

Corrió entonces detrás de él y puso una mano sobre su espalda mientras elevaba una plegaria Azura que provocó que la acostumbrada luz plateada se derramara sobre las heridas del kajiita, cerrándolas.

Elynea se mueve a F5 y refresca la página al pisar la casilla lanza Curar Heridas Graves. K'dan recupera 29 PG.

PC: 43/50

Hicisteis llover los ataques, haciendo que saltar las chispas cuando vuestras armas golpeaban la esfera de metal enano. El autómata dwemer, por su parte, contraatacó lanzando una lluvia de cuchilladas. K'dan las detuvo con su escudo, pero el ingenio enano pegaba con tanta fuerza que casi se le salió el hombro de su sitio.

http://i.imgur.com/Ja1XDj2.png

Vuestro turno.

Iniciativas

26. Fjorda 50/54 (Escudo de la Fe)
18. Elynea 55/55
13. K'dan 49/77 (Destello de la Guardia de Hierro)
13. Khaled 57/58 (Escudo de la Fe)
1. Esfera enana 45 daños

El khajita gruñó cuando el ingenio dwemmer golpeó su escudo. El impacto había sido tan fuerte que sintió un agudo dolor en el hombre. Pero eso no importaba, cuando más daño le hiciera, más daño le devolvería. Y teniendo a Elynea sanando sus heridas y a sus compañeros, era la esfera la que al menos a priori tenía las de perder. El devoto de Azurah había aprendido a no dar por ganado o perdido un combate antes de lucharlo.

K'Dan alzó la lanza y descargó sobre el constrructo otro potente golpe. Tan fuerte, que una vez más la punta de su lanza parecía la cabeza de un martillo. Esta vez el golpe dio sobre la dorada cabeza de la esfera enana provocando un fuerte ruido metálico.

Acción de asalto estándar: Aplastahuesos contra la esfera enana.

PG: 49/77 -> Al terminar el turno 39/77

Efectos activos: Resolución acelerada (10pgs de daño aplazado). Contra ataque feroz (+2 al ataque y al daño). Flanqueo (lo de la isla de filos es una postura, ¿verdad?).

Comentario: Me he sumado el +1 del ataque y el daño del guantelete de fuerza, que se me había olvidado actualizarlo en la ficha (¡bien por mí!).

Convencido de que acabar con la esfera rápidamente era la mejor forma de defenderse, Khaled arrastró la punta del espadón por el suelo, elevando un chirrido que apagó el ruido de metal contra metal que señalaba el intercambio de golpes entre sus compañeros y el autómata dwemer. Dio un potente brinco, hurtando el cuerpo hasta ponerlo casi en paralelo al suelo, girando sobre sí mismo con el arma por detrás, trazando una circunferencia completa con su punta.

A. Estándar: Rabid Wolf Strike con Ataque Poderoso -5/+10 contra esfera.

Ataque: +12 base +2 flanqueo +4 RWS + 5 AP = +13

Designo a la esfera para esquiva. CA 20 base +2 esquiva +3 escudo fe -4 RWS= 21.
Gastadas Mountain Hammer, Rabid Wolf Strike.

Pg: 57/58.
Pc: 19/19.

Fjorda dio un paso más, para buscar mejor ángulo aunque era difícil porque aquellas cosas no tenían arterias ni tendones que atacar. Y descargó, como pudo, todos los golpes de los que era capaz.

La Esfera Dwemer se hizo pedazos ante los golpes combinados de Fjorda y K'dan.

Apenas tuvisteis unos segundos para recuperar el resuello cuando, por encima del chirrido de los engranajes y el siseo del vapor, escuchasteis el sonido de unos pasos que se corrían en vuestra dirección, a la vuelta de la esquina. Teníais unos instantes para decidir qué hacer.

El sonido de los pasos pertenecen a más de un individuo.

Tenéis 2 asaltos para hacer lo que queráis antes de que lleguen a vuestra posición.

Antes de que Khaled recuperara el equilibrio, la chispa de energía vital que animaba al autómata se apagó, y la esfera se derrumbó como una marioneta cuyos hilos hubieran sido cortados repentinamente. Con una rápida zancada hacia atrás, evitó que el ingenio dwemer se desplomara sobre sus pies.

Confiaba en que los thalmor hubieran desarmado las defensas del complejo durante sus incursiones. Si eran afortunados, la presencia del constructo solo sería un descuido de los elfos, quizás una compuerta que se había quedado atascada justo hasta ese momento, una maldita coincidencia. La alternativa, que hubieran reprogramado las defensas de Imrarlatz, convertiría la búsqueda en una experiencia más brutal de lo que ya esperaba.

El sonido de unos pasos apresurados, acercándose a su posición, se hizo evidente por encima de la música de los pistones y las máquinas de vapor. El estrépito del combate lo había ocultado hasta que prácticamente lo tenían encima. Apartó la mirada del amasijo de metal que había sido la esfera dwemer.

Nos han oído, dijo con calma, secándose el sudor de la frente con un pañuelo. Voto por hacerles frente aquí, sean quienes sean.

A Fjorda le gustaba descansar, su estilo de lucha era terriblemente agotador, requería estar en una enorme tensión, y era enórmemente difícil mantener la concentración si el combate se alargaba, cuando empezaba una pelea era capaz de hacer cosas que conforme pasaban los segundos ya no era capaz de repetir.

Odiaba cuando, tras acabar con  un enemigo, de inmediato aparecía otro. Eso la colocaba en franca desventaja porque su mente no conseguía despejarse.

Sin embargo, cuando no había tiempo para más, pues no había tiempo para más, por lo que en cuanto escuchó los pasos miró desesperada alrededor, buscando el modo de no ser vista y poder cazar a sus enemigos por sorpresa, su táctica favorita... especialmente cuando estaba fresca.

Casi con desesperación buscó alreddor algo que le permitiese ocultarse el tiempo suficiente para poder sorprender al primer thalmor que apareciese por el pasillo, quizás cupiese detrás de aquel tubo de vapor enano... 

La esfera acababa de caer y ya tenían otra amenaza acercándose. Esto parecía el cuento de nunca acabar, siempre un enemigo tras otro. Empezaba a ser agotador. El khajita, perezoso, dio unos pasos al frente adelantándose a Khaled y a Elynea.

—Quedaos detrás mía—dijo arrastrando las palabras.

Elynea suspiró al ver caer a la esfera enana, sin embargo, no pasó mucho hasta que empezaron a oirse pasos aproximarse así que dedicó unos instantes a acordarse de todos los ancestros de los thalmor. En dunmeri.

Por supuesto, era demasiado pedir un respiro.

—No creo que tengamos mucha más opción—respondió a Khaled—. Aunque confieso que no me molestaría que fuesen Osbjorn y los demás corriendo hacia nosotros con una pancarta de "Bienvenidos" para recibirnos con los brazos abiertos.

Se hizo un instante de silencio.

—¿Qué?—gruñó encogiéndose de hombros—. Soñar es gratis.

Lo cierto es que estaba preocupada por el gigante Skaal. Y por Ákadir. No sabía qué había sido de ellos desde que habían caído en aquel maldito reflujo temporal, no sabía dónde estaban y la sola idea de no volver a verlos la angustiaba más allá de lo que estaba dispuesta a admitir.

Ákadir había sido la única luz guía entre el caos que siguió a la explosión de la Montaña Roja, Osbjorn se había convertido en una isla de salvación para su estado de animo después de que llegara dando tumbos a Solstheim... y al pensar en aquel lugar y oir a K'dan de fondo recordó un detalle tan tonto como a la hija del alquimista de Roca del Cuervo. Siempre había tenido la sensación de que aquella muchachita se alimentaba de libros. Seguro que de estar allí habría saltado con algo del estilo "Se dice "encima de mi". No uses adverbios junto a posesivos, o estarás cayendo en la trampa de equiparar el complemento preposicional introducido por la preposición "de" con los complementos de posesión, de estructura formalmente idéntica pese a que son construcciones diferentes porque en una el núcleo del que depende el complemento preposicional es un adverbio, mientras que en la segunda es un sustantivo y... "

«¿Qué rayos haces pensando en eso ahora? ¡Céntrate!»

Emitió un borrascoso suspiro, plantó las manos en la espalda del Khajiita y volvió a curar sus heridas antes de colocarse en la retaguardia. Maldita fuera la nostalgia.

Elynea lanza Curar Heridas Graves sobre K'dan y le recupera 23 PG. Se pone en la retaguardia.

Uthgerd reapareció pocos segundos más tarde, con el espadón manchado de oscuro aceite enano.

—Una araña se quería unir a la fiesta —explicó—, y yo no podía decepcionarla.

Echó un vistazo a la esfera.

—Buen trabajo con el grandote, por cierto. Esas cosas pegan duro.

El sonido de los pasos se acrecentó hasta que cuatro thalmor armados hasta los dientes doblaron la esquina. Había un mago entre ellos, dos guerreros de élite, y los encabezaba un altmer de elaborada coraza dorada y larga capa de terciopelo negro, armado con una estilizada espada élfica grabada con runas. En la mano izquierda sostenía un cubo dwemer, idéntico al que os había dado Valaste. El altmer se detuvo, sorprendido de que hubierais podido llegar hasta allí, y os miró durante unos instantes de hito en hito antes de largarle el cubo al mago y coger el filo élfico con ambas manos.

—¿De dónde habéis salido vosotros... y de cuándo? —os preguntó, hasta que vio la luz azulada del cubo de Elynea. Enarcó una ceja—. ¿Habéis matado a Valaste?

¿Valaste? Leí sobre ella en los libros de historia antes de entrar en estas ruinas.

Lo hubiese dicho en voz alta y no solo en sus pensamientos de no ser porque revelaría su precario escondite (que seguramente sería inútil de todos modos). La tentación de jugar con las percepciones de tiempo y causalidad era muy alta en ese momento.

Cuando el elfo preguntó por el cuando, a K'Dan se le ocurrió una idea. Si salía bien podía darles una buena ventaja, si salía mal... bueno igualmente iban a tener que pelar con ellos. Hacia tiempo que no hacia uso de su  lengua de khajita.

—Gracias a Azurah, un rostro amigo—dijo el devoto con una voz amistosa. De hecho para cualquier que llevara un tiempo viajando con K'Dan, no le parecería ni la misma persona—. Estamos ya cansados de confrontar estas infernales máquinas dwemmer. ¿Valaste? No sé quién es, pero no la hemos matado. Desde que estamos juntos no hemos matado nada que no sea mecánico. Estas ruinas son... bastante extrañas. ¿No sabréis por casualidad qué es lo que ocurre?

Tiro por mentir. Oculto la tirada para darle "emosión".

El altmer frunció el ceño y bajó la espada.

—Será mejor que nos acompañéis. Reilien decidirá qué hacer con vosotros. 

Hizo un gesto con la cabeza en dirección al pasillo por donde habían aparecido.

—Por ahí. 

Khaled no era amigo del subterfugio. Quizás era esa la razón por la que se sentía tan a gusto en aquella tierra, a pesar de que lo que los diferenciaba con los nórdicos estaba a la vista de todos. La razón por la que los nórdicos lo habían aceptado tan fácilmente entre ellos, y no habían pestañeado cuando se le había honrado con el título de thane. Todo lo que él era, en vicio y virtud, lo llevaba a flor de piel.

No era estúpido. Sabía que la mentira y el engaño eran tan parte de la cultura nórdica como de cualquier otra que hubieran desarrollado los hombres. La política era un intercambio de estratagemas arteras. El campo de batalla, donde no había espacio para los héroes, más de lo mismo. Por eso él procuraba mantenerlas a una distancia prudente mientras podía permitírselo.

Los khajiitas eran más honestos en su deshonestidad. Incluso los que se demostraban honorables. Khaled se mantuvo en silencio, incómodo, cuando K’Dan mintió con descaro. Comprendía la utilidad de la treta.

No, sentenció sin moverse del sitio, cambiando del peso de su cuerpo de una pierna a la otra. Seguir al thalmor era dar un salta hacia el abismo confiando en que el fondo estuviera inundado. Si Reilien era diligente, era factible que los reconociera de un vistazo. Incluso si creía el engaño, la historia de K'Dan no sobreviviría a un interrogatorio. No nos vamos a entregar a vosotros sin más. Cuéntanos qué sucede y decidiremos qué hacer.