Un "asoñizaje" no era algo que pudiera dejarse a la improvisación y desde que vistió a Leonora a primera hora de la mañana hasta que se acostó por la noche una parte importante de la mente de Shoshana estuvo volcada en la planificación del "viaje a Jamesland".
Es por eso que durante el día estuvo más distraída de lo normal. Su trabajo en la galería de arte era básicamente recibir a los clientes y llevarles café, limonada, té o pastas mientras su jefa les explicaba las obras. Manuela -así se llamaba la galerista- siempre insistía en su valor artístico pero, para su frustración, siempre acababa vendiéndolas por su valor como inversión.
Shoshana también llevaba los cafés a la administrativa y a quien pudiera estar en la galería o la oficina. Desde los que se encargaban de embalar y transportar las obras a los peritos, críticos y artistas que estuvieran en la oficina o en las salas de exposición. También hacía pequeños recados y jugaba con los niños cuando algún padre se aventuraba a llevarlos consigo a ver arte.
Ese día no acertó una. Le pasaron desapercibidos varios clientes, se equivocó con el azúcar y la sacarina y compró por error una botella de lavavajillas en lugar de limpiacristales.
En un descanso le contó a Manuela el encuentro con James del día anterior. Su jefa -que era vieja amiga de su madre- le animó a hacerse la encontradiza y medio en broma medio en serio metió en la conversación el tema del sexo recordándole a Shoshana que en caso de que eso ocurriera debía usar preservativos. Incluso aprovechó la ocasión para regalarle una caja que desde hace un tiempo había comprado para ella. Esas conversaciones aleccionadoras y "picantes" —con su madre también las tenía, demasiado a menudo– le causaban a Shoshana una mezcla de risa y estupor que le ponía las orejas rojas. Aceptó el regalo y se lo guardó en el bolso como quien se guarda una granada de mano.
Luego ya tuvo toda la tarde para planificar el viaje.
Lo primero era diseñar el cohete. No era su única forma de viajar a los sueños de otros pero sí una espectacular con la que seguro que causaría gran impresión. Nadie podía ser más misterioso que un astronauta venido de otro mundo.
El truco estaba en diseñar un sueño que tratara de buscar a James utilizando para ello elementos que pudieran estar en el sueño del músico callejero.
En ese sueño ella sería una astronauta ultrainteligente que con su androide -Leonor en su forma humana- viajaba en busca de James para darle un mensaje o salvarle de algo.
La nave estaría equipada con un "sintonizador" con el que otearía desde el espacio "interonírico" buscando imágenes que pudieran estar en el sueño de James. El ordenador de la nave calcularía la probabilidad de que un sueño en el que se hubieran detectado algunos de esos elementos fuera del músico callejero y en el caso de que fuera fuera "asoñaría" como un elemento más de ese sueño.
Muchas cosas podían salir mal. La más común, acabar en otro sueño con alguno de esos elementos. También podía fallar la nave o su ayudante. Una vez en el sueño había una inercia que ella debía respetar. De ahí la planificación.
En una hoja dibujó el cohete, con sus rotuladores de colores. Negro y rojo. En otras tantas hizo un esbozo de las imágenes con las que programar el sintonizador:
-Una estatua hecha con globos: los elementos estrafalarios eran muy golosos para los sueños y era muy probable que James soñara con algo así durante esas noches. Este elemento era muy importante.
-La canción que estaba tocando James en el metro. No era necesario que la recordara en la vigilia para que sonara en el sueño pero trató de tararearla y escribió unas notas fingiendo escritura musical en otro folio.
-La lluvia. Buscaría sueños en los que lloviera, dibujó una nube gris y gotas.
-Su mano. Dibujó una mano de la talla diez. Esa mano era como una huella dactilar. Serviría para distinguir a James en caso de que algún ser del sueño se quisiera hacer pasar por él.
Por la noche tenía todo preparado. Alrededor de su cama puso los folios con los dibujos del cohete, la nube lloviendo, la mano talla diez las notas de la canción y la estatua hecha con globos.
Se vistió con su pijama de felpa azul que podía parecer un mono de motorista o un traje espacial futurista y le puso a su muñeca otro igual.
Apagó la luz de la mesita y encendió otra lámpara led, una pequeña a la que se le podía variar el tono de color. La dejó en rojo oscuro para evocar la cabina de la nave.
Sólo quedaba una cosa:
—Leonora. Di la cuenta atrás.
—Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro tres, dos…
Edito: Solo para poner a Shoshana en lugar de Director
La monotonía del tenue zumbido de la maquinaria era rota por el ritmico pitidito del transmiograma*. Conectó la Radio en la banda CliMe para ir buscando en el dial música de RayRussell pero sonó algo que le pareció que no tenía nada que ver con la canción del cuento pero que resonaba mucho con la excitación del comienzo del viaje.
A través de los dos ventanucos ovalados de la cabina se veía el espacio interonírico oscuro como el café. A esa profundidad los sueños todavía no habían tomado forma aunque a veces podía cruzárselos como sombras lechosas, nubarrones de gases de colorines o soberbias mantarayas espectrales.
Shoshana llevaba puesto un mono azul como el cielo con una raya blanca, un traje tecnológico capaz de desplegar una capa inspirada en el vuelo de las ardillas o una escafandra oculta en el ribete metálico del cuello.
Pulsaba botones en teclados mecánicos y miraba las gráficas con actitud de experta. Las ondas sinusoidales del ritmo sigma en el electroencefalograma indicaban que estaban en plena Fase II del sueño NMOR. Se suponía que la fase onírica no comenzaba hasta que aparecieran las ondas con dientes de sierra en la Fase VI del "Sueño Paradójico" pero ella comenzaba a soñar mucho antes, cuando la atonía muscular no era todavía total. De ahí la importancia del transmiograma en esa fase, para evitar en lo posible el sonambulismo, tan temido por su madre. No sería la primera vez que se despertaba perdida por el vecindario, o subida a la taza del váter.
Necesitaba más ojos para los complejos controles de la nave y de ahí que el cohete fuera biplaza y tratara de llevar con ella siempre que podía a su querida Leonora. En esta fase del sueño su muñeca solía aparecer en su forma de androide aunque las condiciones "técnicas" no siempre lo hacían posible. A veces incluso todo salía mal y el ayudante artificial, como pasaba normalmente en las películas, no era del todo amigable.
Se acercó a la cámara de fantasmagorización y tecleó las matrices formativas de Leonora.
Antes de que se abriera la puerta y saliera su compañera solía decir una broma inteligente, más que nada por disipar la inquietud de ese punto del sueño, que era uno de esos críticos en los que podía transformarse en pesadilla.
—Leonora, despierta, Fase II y todavía queda hasta encontrar a James. Así que no me vengas con que te da vergüenza aparecértele en medio del Valle Inquietante que eso no es excusa para tu timidez.
(*) Quiero transmitir eso que ocurre en los sueños que parece que conoces teorías extrañas o que sabes hacer cosas que no sabes hacer en la vigilia. Utilizaré argot inventado mezclado con conceptos reales que ella va encontrando en sueños e integrándolos en su personaje. Para que los post sean más divertidos y menos opacos incluiré a veces el significado de algunas de esas palabras inventadas y de algún concepto real que me parezca un poco demasiado raro o fuera de lugar, que pondré en cursiva en el texto de la escena.
Transmiograma: aparato que mide desde el sueño la actividad muscular del cuerpo del que duerme.
CliMe: banda de la Radio que capta el espectro de la Memoria Colectiva.
Espacio Interonírico: espacio que hay entre los sueños.
Cámara de fantasmagorización: es una especie de impresora 3d capaz de materializar todo tipo de cosas y seres a los sueños.
Valle Inquietante: hipótesis según la cual la respuesta emocional humana a un androide se torna repulsiva cuando llega a un punto en que es "muy parecido al humano" pero todavía no puede pasar por "persona no humana".
Por supuesto, cualquier acción que narre está sujeta al escrutinio del máster, que puede recharzar cualquier cosa, imponer tiradas o hacer que aparezca lo que quiera, o que desaparezca todo, que es un sueño y puede cambiar sin más.
La cámara de fantasmagorizaición fantasmagoriceó con su inquietante ulular, mientras la figura de Leonora se materializaba, empezando por los pies, hasta que su corta melena rojiza se terminó de dibujar. Su copilota salió de la cámara vistiendo un mono azul como el cielo con una raya blanca, igualito al de Shoshana.
Se estiró y dobló las articulaciones, que sonaron como una verja oxidada al abrirse, hasta que la célula febricológica se puso al 9 y su calor corporal alcanzó la temperatura adecuada para que los líquidos lubrificantes engrasaron sus huesitos de titanio.
-¡Hola Shoooo!- dijo la androide -Qué ganas tenía de hacer este viajeeee ¡Estoy deseando conocer a James!-
Ocupó su puesto en la cabina, y observó los monitores. - ¡CAPITANA!- Gritó alarmada -Pesadilla a las 6, nos está dando caza ¿Es que no lo habías visto?-
Era cierto, el indicador antibadtrip parpadeaba enloquecido, y por la cámara de visión trasera se veía un engendro gelatinoso, con tentáculos violetas que se movían sin control, como gomas de riego a la deriva, intentando atrapar el cohete para engullirlo con su boca de dientes de cristal. Se había distraído al ver a Leonora calva, antes de que su pelo se fantasmagorizara. Le había parecido que a ella también le daba un aire sofisticado.
-¡Hay que hacer una maniobra evasiva!- le aconsejó- ¿Qué tal si nos acercamos a la órbita de ese astorinoide?-
Marcó en el navegador el punto que indicaba, y Shoshana observó el sueño por la ventana. Era un mundo arenoso, de color claro, blanquecino. Y por su textura sólida parecía estar compartido por más de un soñador.
Inventando palabrejas para darle un tono similar, aunque no se me da tan bién comoa tí :). Por cierto, es fanasmagorizaición o fantasmagorización?
Edito: un errorcillo
—¿Tienes ganas de conocer a James? Pues eso que no has visto sus manos...
Afirmaba con la cabeza —aprovechaba cualquier ocasión para recordar las manazas del chico- cuando el brillo del indicador antibadtrip le hizo consciente del peligro.
—¡Ostras! ¡El indicador antibadtrip! Leonora… ¡Si no he visto antes esa… cosa es… porque no estaba... ahí! — Si excusarse era una cosa que se le daba bien en general, improvisar una excusa en sueños era su especialidad—. Es un paramorfo, además, justo en plena fase de mimesis.
Se encogió de hombros.
—Tú lo debes haber fantasmagoreado. Claro… con tu ansia de aventura…
Suspiró teatralizando resignación.
—Ayayay... En fin…
Estaba claro que ese ser, ávido de una conciencia que le diera forma, las fagonizaría de un bocado si no encontraban pronto una alternativa en la que asoñizar. Le gustó la opción del astorinoide.
—Vale, pongámonos en órbita y apaguémoslo todo —esa estrategia era todo un clásico—, con un poco de suerte nos pasará de largo.
Se puso a pulsar botones desconectando los sistemas no vitales de la nave que no hubiera apagado ya su copilota, que era mucho más rápida que ella por sus reflejos mejorados. Estiró del ribete metálico del cuello como si fuera un collar que fuera a sacarse por la cabeza. El aro flexible dejaba a su paso una especie de burbuja de jabón que se cristalizaba al contacto con el aire. A cinco dedos por encima de la coronilla el anillo la soltó y encogió un poco hasta quedar en su tamaño natural. Debido al la transparencia del cristal de la burbuja parecía el típico halo flotante con el que se representan los ángeles.
Leonora, al ser una gionoide, no necesitaba contener su psiqué en un espacio de confort para mantener la "cordura". Pero a veces, sólo por sentirse humana, también hacía uso de su burbuja.
Cuando las luces se apagaron dejándolo todo a oscuras, Shoshana habló por la radio del traje. El halo brillaba sutilmente sobre su cabeza al ritmo de la voz.
—Vamos, pulpo-loco, pírate de nuestro camino, hombre.
Paramorfo: pesadilla borrosa que busca un soñador que le dé forma. Cuando encuentra a una mente soñando se adapta a ella en un proceso conocido como mimesis y la "fagocita" absorbiendo su energía en la fase de fagonización.
Gionoide: sueño antropomorfo de sexo femenino.
Tus palabros genial, máster. Lo del "indicador antibadtrip" habría que inventarlo y astorinoide estoy por googlearlo porque tiene que existir :-). Ah, y es verdad, era fantasmagorización. Una errata. Sorry
Narrador: corregido
La maniobra dio resultado; al ponerse en órbita alrededor del astorinoide y desconectar los sistemas, el paramorfo pasó de largo buscando otra mente que fagocitar para mimesizarse*.
Mientras esperaban a que el bichejo desapareciera en las profundidades del espacio interonírico pudieron observar el paisaje que tenían bajo sus pies. Era bonito, una especie de playa de arena blanca, aunque sin mar, en la que decenas de soñadores bailaban al son de música electrónica alrededor de extrañas estructuras, híbridos a medio camino entre escultura y edificio, o se desplazaban de un lado a otro en bicicleta o a bordo de los vehículos más locos, mientras hermosas criaturas luminiscentes (como medusas, ballenas voladoras o serpientes con escamas de metal) flotaban sobre ellos.
-Ala, que chulo!- exclamó Leonora - si no tuviéramos tanta prisa por encontrar a James podríamos visitarlo… - dejó caer- ¡Seguro que hay un montón de chicos guapos ahí abajo... con manos de la talla 10!-
*podíamos haber hecho una tirada de Astucia + Sueño Lúcido, pero en este caso vamos a darlo por bueno
Miró a Leonora con complicidad. Luego otra vez a aquel sueño, que a priori parecía tan diver.
Se rascó la nariz e hizo un gesto con un dedo señalando al cielo, para remarcar que se le había ocurrido algo.
Habló mientras tecleaba.
—Si las prisas no son buenas en la vigilia, aquí son un sinsentido. Cada sueño tiene su propio tiempo, y en eso mismo puede haber un problema... Toda esa gente bailando…
Comprobó que el reloj circadiano de la nave estaba perfectamente sincronizado con el de su traje y el de Leonora.
—Con ese ritmo tan guay y tantos soñadores…. Podrían haber caído dentro de un bucle coreomaníaco. Esos seres que parecen edificios podrían estar drenando las mentes que los que acronizan aquí sin tomar medidas….
Terminó de aporrear las teclas con una sonrisa de satisfacción. Le señaló un cronómetro digital de letras rojas en el cuadro de mandos donde había empezado una cuenta atrás de dos horas.
En sus muñecas o en la pantalla que se proyectaba sobre el cristal de la burbuja de su casco si la consultaban se podía ver la misma cuenta atrás.
—He programado la nave para que baje a por nosotras dentro de dos horas. Mientras estemos sincronizadas con ella nuestro tiempo será el del reloj circadiano de nuestra nave y, de haberlo, podremos eludir el bucle.
Ahora sólo quedaba bajar hasta allí. Se levantó del asiento y desplegó la membrana-capa que unía los brazos a sus costados y las piernas entre sí.
—¿Qué te parece si bajamos de un salto? Sería una entrada espectacular ¿No crees?
Tirada oculta
Motivo: Magia de protección
Dificultad: 4
Tirada (3 dados): 10, 4, 5
Éxitos: 3
La tirada es para el hechizo de protección. La hago oculta porque creo que es más guay no saber si ha funcionado.
Los palabros de este post:
Reloj Circadiano. Es el reloj interno de un organismo. Aquí se aplica a la nave.
Bucle coreomaníaco. De coreomanía, según la Wikipedia coreomanía, danzamanía, enfermedad del baile, manía de bailar o, popularmente, baile de san Vito, fue un fenómeno social que se produjo principalmente en los países centroeuropeos entre los siglos XIV y XVII que trataba de grupos de personas bailando de manera irregular, a veces miles a la vez. Esta afectaba a hombres, mujeres y niños, que bailaban hasta que se derrumbaban de agotamiento.
Y el salto sería en este plan... Al menos esa es la intención :-)
Se lanzaron al vacío mientras la nave seguía su órbita. Según los cálculos que hizo Leonora, en dos horas podría dar 9 vueltas antes de encontrarse en el punto exacto para poder bajar a por ellas.
Al llegar a la psiquesfera una capa de nubes de un verde esmeralda ocultó su visión por completo, y descendieron a ciegas y a toda pastilla, pues a aquella altura el sueño aun no tenía la consistencia suficiente para que pudieran planear en plan tranqui...
– ¡Cuidado Shos! – gritó Leonora, pues nada más salir de las nube casi se dan de narices con una forma azul que se precipitaba hacia ellas, o más bien, eran las onironautas las que estuvieron a punto de estamparse contra aquello. Se pegaron un susto tremendo, pensando que se iban a estrellar contra el suelo, pero con una maniobra precisa consiguieron esquivarlo, y siguieron bajando… No era el suelo, sino una enorme ballena azul con anteojos que nadaba a su bola. Escucharon su canto mientras la veían alejarse en el horizonte – ¡Estáis locas o qué!, ¡a ver si miráis por donde voláis! – les pareció entender.
Después del susto consiguieron llegar al suelo sin más contratiempos. Las membranas se hincharon y empezaron a hacer su función, y pudieron bajar elegantemente trazando círculos. Para cuando llegaron se había reunido un grupo de gente para recibirlas, que al verlas aterrizar aplaudieron efusivamente.
Iban vestidos de una forma extraña, una mezcla de Mad Max y atuendo fiestero, algunos casi desnudos, o cubriendo su cuerpo con diseños en pintura fluorescente. Pero todos ellos llevaban gafas, pañuelos o algún tipo de máscara para protegerse ojos, nariz y boca, pues la superficie estaba surcada por remolinos de viento que levantaban el polvo blanco, y parecía ser de los más molesto.
– ¡Bienvenidas a Playa!*– dijo el presidente de la comitiva, un tipo con un casco que parecía ser un secador de pelo retro, de esos bajo los que se ponen las marujas para hacerse los rulos. Les tendió un par de vasos alargados con pajita y sombrilla, uno azul y el otro naranja.
A lo lejos podían ver un vehículo acercarse, era una tostadora con ruedas del tamaño de un autobús, pero los pasajeros no iban dentro, sino en las ranuras del techo, sentados en dos filas. Según abanzaba iban saltando, como cuando las tostadas están listas, pero haciendo la ola.
*Aunque habla en inglés dice Playa en español.
Para ambienarte un poco en el aspecto del sueño busca imágenes del Burning Man, es como eso pero más loco.
Y hazme una tirada de Per + Sueño Lúcido.
Psiquesfera: Parte de la atmósfera de un sueño en la que la(s) mente(s) soñante(s) empiezan a tomar control del paisaje onírico. Frontera entre el espacio interonírico y un sueño particular.
A Shoshana le encantaba la sensación de caer en el vacío. De pequeña le gustaba saltar desde sitios más o menos altos, para terror de sus padres. Sólo dejó de hacerlo en la vigilia cuando aprendió que en sueños solía ser menos peligroso.
Un leve gesto, estirando una mano y abriendo las piernas y giró sorteando a la ballena.
—Uy… ¡Lo sientoooooo!
Ya bajo el vientre del cetáceo se volvió a encontrar con su muñeca que habría hecho la misma maniobra pero en dirección contraria.
Y entonces, cuando ya era demasiado tarde para preguntarle nada, cayó en la cuenta de que quizá acababa de tener un encuentro la mar de trascendental con una "persona no humana".
Ella sabía de sobra que los sueños eran frecuentados por muchos tipos de seres. Algunos de ellos eran nativos de los propios sueños y otros de la vigilia o de mundos distintos a ésta, pero no oníricos. Y no había una forma sencilla de dilucidar el origen de un alguien que uno encontrara en un sueño. No había forma de saberlo seguro pero la cuestión es que existía la posibilidad de que pudiera haber tenido un encuentro con una ballena azul soñadora. Como los animales también sueñan era fácil toparse con alguno en un mundo de del ensueño y de hecho a veces había dormido con gatos, perros, una tortuga y un ratón con los que hacía amistad llevándoselos a la cama para soñar con ellos así que se imaginó a la ballena durmiendo en algún lugar de las profundidades del océano, agitando levemente las aletas, como con calambres, y balbuceando su canto de advertencia mientras soñaba que volaba por el cielo de un mundo sin mar.
Le pidió a Leonora que grabara en su memoria onitrónica la huella psíquica de la ballena con idea de buscarla otro día y tuvo que cortar su hilo de pensamientos para prestar la debida atención al asoñizaje.
Ya con los pies en el suelo, tras saludar agachándose en una especie de reverencia tomó el vaso aunque no quiso probar la bebida. Era una de las primeras cosas que tenían que aprender los onironautas: no bebas de lo primero que te den. Había documentados en todo tipo de cuentos un montón de casos de personas que habían quedado atrapados por las hadas después de probar sus manjares. Además, Manuela le había dicho mil millones de veces que no bebiera, fumara o esnifara cualquier cosa que le diera un extraño en una fiesta. Había que disimular rechazando la bebida amablemente.
Además, ella lo que quería era bailar. Así que le ofreció al que tuviera en frente el vaso pidiéndole que se lo sostuviera, conectó la radio del traje en la banda IntrMe y le indicó a Leonora que hiciera lo mismo que ella con su bebida proponiéndole, de paso, un baile de presentación que además sirviera como maniobra de distracción.
Esperó unos segundos a que llegara la música a un buen punto en el que zambullirse en ella y tras decir "Una, dos y tres" comenzó con su muñeca a bailar mal que bien una coreografía que quedaba a medio camino entre el "Soy una Taza" de los "Cantajuegos" y el "Waterloo" de "ABBA"*.
Tirada oculta
Motivo: Percepción + Sueño lúcido
Dificultad: 7
Tirada (8 dados): 6, 10, 3, 10, 10, 6, 9, 3
Éxitos: 4
La tirada la he hecho oculta para no saber si debería haberme dado cuenta de algo o no.
Memoria onitrónica: memoria computacional con la que cuenta su gionoide, que incluye memoria fotográfica y algún tipo de análisis "espectral" de las huellas psíquicas. :-)
IntrMe: banda de "radio introspectiva" con la que puede comunicarse con su memoria y las creaciones de su mente.
(*) Estos son los inspiradores bailecillos:
Al tomar el vaso de la mano del extraño con cabeza de secador, Shoshana se percató de que en su muñeca tenía una especie de tatuaje. Era de una tinta multicolor que cambiaba de tonalidad con el movimiento, y en él podían leerse tres letras; HoY. Leonora, que como buena copilota siempre estaba atenta a todo, también se fijó – Es cómo esos sellos que te ponen al salir de la Disco para que puedas volver a entrar* – le dijo a su capitana por el intercomunicador – y parece que todos lo llevan...
Era cierto, constató Shoshana al fijarse en el resto, algunos lo lucían en el dorso de la mano, otros como CabazaDeSecador en la muñeca, e incluso algún valiente lo llevaba en su frente o mejilla.
A todo esto, empezaron con su baile, su truco dio resultado y los sujeta-vasos se olvidaron de que la bebida era prestada y la hicieron suya, distraídos como estaban con aquel baile tan peculiar.
La tostadora móvil con los hombres-tostada saltarines paró al lado, y uno de los costados del vehículo se abrió como una persiana dejando ver al DJ que iba dentro, con sus cascos, su mesa de mezclas, sus platos y un mogollón de altavoces rodeándolo.
Al ver el baile de las Onironautas se flipó y pinchó un vinilo radiofónico que hizo girar mientras escuchaba por ls cascos, hasta dar con la frecuencia que regía los movimientos de las chicas. Cuando estuvo listo lo soló y la música que salía de los pequeños altavoces del traje de Shoshana** empezó a sonar a todo volumen. La peña que andaba por allí estalló en gritos de alegría y todos empezaron a imitar el baile de Leno y Shos, a medio camino entre el "Soy una Taza" de los "Cantajuegos" y el "Waterloo" de "ABBA" (algunos con más éxito que otros, ha de decirse).
El fiestón atrajo a otras personas, y las chicas pronto se vieron rodeadas por una animada multitud.
* no se si Shoshana ha ido alguna vez a un club en el mundo real, por eso se lo dice Leo
** he asumido que la música se oía fuera
Conocía ese tipo de cuños, de alguna fiesta a la que había ido con sus amigas del taller ocupacional y también había llevado una pulserita en uno de esos festivales masivos donde la gente acampaba y veía conciertos a su alrededor a la que fue con sus padres, que eran muy fans de "Queens of the Stone Age". Aunque ella prefería los sellos con los esbozos de distintos personajes de "los pitufos" que le ponían en una tarjeta de fidelización de su yogurtería favorita. Cuando tenías seis te invitaban a un "yogur de sabores sorpresa".
—Quizá ese signo sea un condicionante del sueño, para la vigilia, memorízalo en la bóveda de cuarentena paraconsciente de tu memoria onitrónica.
Y tras ese paréntesis de precaución se dejó de suspicacias para abandonarse a la música con su copilota.
Conforme el baile avanzó sus pasos se hicieron más osados: patadas hacia arriba, patadas con giro, cruce de brazos, cambiando también la música hasta convertirla en una versión "tecnocacharrera" del Charleston bailado al estilo de Al & Leon que había visto unos días antes en un video de YouTube de hace casi cien años que le había enseñado durante el almuerzo su jefa, Manuela, cosa que le había sorprendido un montón a Shoshana, porque no imaginaba que YouTube fuera algo tan antiguo.
La sensación de ingravidez que dan los movimientos acrobáticos en los sueños no tenía comparación en la vigilia. Se sentía como un cometa que volaba libre dejando una estela de felicidad.
Se estaba divirtiendo tanto que se puso a reír, cosa que ponía en peligro el viaje porque igual que un grito de tu cuerpo durmiente te puede sacar de un sueño de terror, o un orgasmo de un sueño erótico, una risotada podría despertarla y abortar la misión.
Bóbeda de cuarentena paraconsciente: espacio de la memoria en el que dejar símbolos e imágenes de forma que se pueda acceder a ellos desde la mente consciente sin que puedan inducir efectos en el subconsciente.
Editado: una falta de ortografía.
Narrador: Hago visible el post para el resto
Se estaba divirtiendo tanto que se puso a reír, cosa que ponía en peligro el viaje porque igual que un grito de tu cuerpo durmiente te puede sacar de un sueño de terror, o un orgasmo de un sueño erótico, una risotada podría despertarla y abortar la misión.
Pero no despertó, y así siguieron durante un rato, bailando, hasta que uno de los durmientes fiesteros les invitó a dar un paseo en un fantástico barco con velas de colores que flotaba unos tres metros sobre el suelo, y al que accedieron por una escalerilla que les tendió uno de los marineros, ¿o debía decirse desiertoneros?
La fiesta siguió en la cubierta, el musicote no paraba y navegaron de un lado a otro parándose junto a distintas estructuras, como esculturas de personas gigantes besándose, bosques de plantas/lámpara fluorescentes, o un rio pixelado.
Por todos sitios la gente bailaba, reía, se besaba, bebía o tomaba drogas. No había ni pizca de mal rollo y podrían haberse quedado allí más tiempo, pues se lo estaban pasando pipa, pero era el momento de continuar su viaje hacia Jamesland.
En esas dos horas hicieron muchos amigos, todos habían estado de fiesta en un club llamado House of Yes, o creían seguir estándolo, más bien, así que no sería difícil volver a visitarlos otra noche… Se despidieron entusiasmadas por el buen rato, y cuando la nave bajó a recogerlos siguieron su camino.
De vuelta en el onirespacio escanearon las frecuencias mentales hasta que dieron con algo, era la música de un cello, pero sonaba la misma melodía que Shoshana había escuchado tocar a James en el metro.
Cuando la bruma se despejó y al fin asoñizaron, lo hicieron en una especie de patio interior rodeado de altos edificios de ladrillo, con amplios ventanales y pasarelas aéreas que los conectaban.
Deambularon por el laberinto de pasillos, escaleras y estancias abandonadas siguiendo la señal de James hasta encontrarlo… “¿te apetece hacer el amor conmigo?” escucharon decir a una voz de mujer, y antes de establecer contacto espiaron desde una esquina. Lo que vieron les dejó heladas, literalmente. Pues James se encontraba tumbado sobre un suelo helado, y de hielo eran también las pareces. Sobre él había una chica desnuda, a horcajadas, era delgaducha, con pelo negro revuelto y rasgos asiáticos. Olía a tabaco y reía mientras se hacía cortes en el pecho y los antebrazos con una cuchilla de afeitar afilada. James la miraba con terror mientras la sangre lo salpicaba, aunque su mirada no estaba enfocada en ella sino en algo que había encima, en el techo.
Shoshana no tuvo tiempo de ver que era pues se le escapó un grito. - ¡JAMES! - salió de sus labios justo antes de poder taparse la boca con la mano. Y entonces despertó, aun temblando bajo las sábanas. Tonta… pensó, pues despertar a alguien así, aunque fuera de una pesadilla, podía ser peligroso. No sabía si James había despertado o no, ni en que estado, pero si recordaba que, justo antes de despertarse ella misma, James se había vuelto para mirarla.
Edito: había una errata
Lo primero que debe aprender un soñador lúcido es a ser disciplinado, sobre todo al despertar, que es cuando ha de tomar nota antes de que la vigilia esté totalmente asentada. Y anotar un sueño no es tan sencillo como copiar el argumento de una película.
Para un verdadero soñador el despertar no es más que otra fase del sueño. De hecho, si ella hubiera sabido expresar un ápice de lo que sabía por experiencia y por intuición, habría dejado escrito algo del tipo:
Un sueño no termina nunca con el despertar sino que sigue vivo, incluso años después de haberlo visitado por primera vez. Un sueño no es un objeto —ni cosa ni constructo— sino un locus, un cronotopo, por lo que un soñador lúcido no debe nunca reducir un sueño cosificándolo. Al soñarlo lo ha dotado de vida… Es un ser vivo… De sustancia mental y narrativa… pero vivo…
Y bla, bla, bla.
Por suerte para ella su mente no funcionaba con esas ínfulas. Sus diarios de sueños estaban hechos a base de tebeos. Sacó su libreta y comenzó a dibujar el correspondiente al sueño de esa noche. Una historieta rara, de esas que fuera de contexto podrían inducir a un psicólogo a pensar que habían sido dibujadas por una niña de ocho años que sufría abusos de su profesor de música. En una viñeta ella y su muñeca bailaban el charlestón en el Planeta Fiesta, en otra el musicote sobrevolaba alguna de esas estructuras fálico-poligonales, otra quería representar sin mucho éxito un rótulo con letras dispares y faltas de ortografía que decía "Te House of Yes", luego, a plena página, la estructura escheriana de Jamesland, y en la siguiente una viñeta con la frase "¿te apetece hacer el amor conmigo?" encerrada en un bocadillo que venía de detrás de un muro, en la siguiente la chica oriental desnuda sobre James, con una cuchilla de afeitar entre el índice y el pulgar, y luego, en otra James mirando al techo… ¿estaba desnudo?, bueno, ella lo dibujó desnudo, ruborizada con las orejas rojas, aunque sólo se le viera el pecho, manchado de sangre, además… En ese punto, confiada en sus habilidades, le vino la intuición de que si seguía podría retratar también aquello que fuera lo que estaba mirando James pero le dio miedo y terminó ahí. Añadió a la libreta, con un clip, los diseños de la nave y las otras imágenes que había dibujado para programar el sintonizador interonírico. Y también un título, al principio del todo: "1, Asoñizaje en Jamesland". Cerró la libreta y la guardó con las demás.
Se sentía rara, seguramente porque la carga erótica y el terror sólo casan bien para un público no demasiado involucrado. Tras un par de intentos fallidos de ordenar algo de la habitación tomó a su muñeca y se puso a vestirla.
—¿Crees que nos ha visto? Yo creo que sí. Menuda pillada nos ha pegado. Espero que no sea un sueño suyo, porque…
Y tras una respuesta de Leonora que solo podía oír ella dentro de su cabeza siguió hablando sola.
—¿Sadomasoquista? ¡Nooooo! Paaaaso. Además ¿No viste su cara? ¡Estaba definitivamente aterrorizado! ¡Menuda pesadilla tenía el pobre!
Y otra vez le vino a la mente la cosa esa que estuviera mirando. Se la imaginaba pegada al techo como una araña gorda o algo así, con cara de vieja. Luego trató de quitarse esa imagen parásita de su mente sacudiendo la cabeza o fregando algún plato. Sólo lo consiguió canturreando con un buen desayuno a base de muffins y mousse de chocolate sobre la mesa. Una música que le pareció dulce, protectora, y que no sabía dónde había oído.
*
Editado: solo alguna errata y cambiar la versión de la canción por otra que me gusta más.