Partida Rol por web

No pudo ver a quien había dado, pero no podía más que desear que hubiera sido al cabrón de la calavera. Por dos razones. En primera quería devolver el favor, y ya llevaba esquivándole dos tiros, y en segunda, si no lo había hecho estaba más que jodido. Otro cuerpo había caído en ese momento. -Vive cabrón, que si nos fusilan a ambos ninguno va a reclamar la cerveza del freezer - Murmuró en la radio para Duke mientras preparaba el arma. Carmelo iba a vengarlos tarde o temprano, de eso no se preocupaba, pero esperaba que al menos su compañero saliera entero de aquello. Como una respuesta un nuevo disparo estallo en su pierna antes de que pudiera apretar el gatillo. Se mordió el labio para contener una nueva ola de puteadas y se apretó contra la pared intentando despejar las sombras que se abalanzaban sobre su mirada. Sin poder hacer nada para evitarlo fue deslizándose hasta el suelo sintiendo la herida de su abdomen palpitar cada vez más lejana hasta que perdió el conocimiento completamente. 

Mientras terminas de caer en la inconsciencia, a lo lejos te parece escuchar la voz de Duke, llamándote. Tu nombre se repite en tu cabeza mientras la oscuridad te invade poco a poco. El frío de la noche parece calar cada vez más profundo en tus huesos hasta que te da la sensación de que se vuelve húmedo, líquido, mientras el sonido desaparece en la lluvia...

Al abrir los ojos, te encuentras bajo una ducha bastante familia. El agua se ha quedado fría y ya no recuerdas cuánto tiempo llevas bajo ella, pero todos tus dedos están arrugados. Al salir, te secas con tu toalla y vas como de costumbre a por tu ropa en la otra habitación, pero te paras en el pasillo. Al fondo, en la cocina, ves su figura, sirviendo los platos de la comida con la tranquilidad de siempre. Se detiene un momento al escuchar tus pasos y se gira, hasta que por fin puedes ver su rostro, ese que has echado de menos todas estas noches durante un año. Es él. Y sigue con vida.

Quería responderle a Duke, que se fuera, que él tenía demasiado sueño para hacer más nada. Y demasiado frío... Quizás lo hizo, tenía la sensación de que lo había hecho, aunque cada vez era menos consciente de su cuerpo hasta que no sintió más nada, y todo desapareció.

Parpadeó molesto por la sensación del agua. ¿Otra vez se había quedado dormido en la ducha? -Un día me voy a matar de un palo - Murmuró, cerrando la canilla y tomando la toalla. Tenía que dejar de quedarse jugando hasta tan tarde, le estaba pasando factura. "Me estoy haciendo viejo" Acabó de secarse y se envolvió la toalla en la cintura, mirándose en el espejo al pasar y sacandole la lengua a su reflejo con buen humor. Salió del baño camino a su pieza tarareando, pero una sombra en la cocina lo detuvo de golpe. El corazón le salto a la garganta y sintió todos sus músculos tensarse en alerta, hasta que reconoció ese cabello oscuro, que parecía tener su propia autonomía de lo revuelto que siempre estaba, y esa forma torpe de moverse que intentaba ser cuidadosa sin lograrlo. Entonces la sangre lo abandonó lo bastante rápido como para que tuviera que sujetarse de la pared. -Sean? - Lo llamó casi sin voz, inspirando e incorporándose, manteniendo el apoyo por si acaso. Caminó lentamente hacia la cocina, como si cualquier paso en falso amenazara con hacer desaparecer la visión. Y entonces su novio se volteó hacia él y los ojos se le llenaron de lagrimas, al contactar con los otros castaños de quien extrañaba más que a nada. -¡Sean! - Lo llamó corriendo hacia él, queriendo abrazarlo y confirmar que todo aquello no era un sueño. 

Sean se da la vuelta con una sonrisa, algo extrañado por tu reacción, pero finalmente abre los brazos para recibirte. Al lanzarle contra él, lo notas cálido... Tal vez sea solo porque acabas de salir de la ducha de agua fría, pero se te hace raro notarlo tan cálido y tan cerca de ti. Lo abrazas casi sin soltarle, pero el tacto es como amortiguado, como si algo en tu cabeza no estuviera del todo bien. Es posible que la ducha fría sí que te haya sentado algo mal.

- ¿Pero qué te pasa, Nico? - se ríe él, devolviéndote el abrazo y dándote un suave beso en la mejilla - No te habrás pasado la noche jugando al Silent Hill, ¿verdad? Como sigas así, vas a parecer un mapache con esas ojeras. - te sonríe alejándose un poco para mirarte con sus ojos juguetones. 

"Realmente esta aquí" Pensó aturdido, enterrando la cara en aquella calidez. Sin embargo alguna parte de él esta gritándole algo, siente el choque de realidades como una interferencia. Allí esta, y lo siente, alzó una mano a su rostro para comprobarlo, deslizando los dedos por su mejilla. La imagen de su novio desangrandose vuelve con la misma claridad que la primer noche. Y se abraza con más fuerza a este, antes de soltarlo, y mirarlo con pena. 

-Te he extrañado tanto - Murmuró acunando su mejilla, sintiendo el pecho pesado y opresivo. - Pero se que no estas aquí, aunque quizás soy yo el que no esta ya del otro lado - Las últimas palabras fueron un murmullo. ¿Había muerto? Descubrió de pronto que no la idea no le molestaba tanto como hubiese creído. Solo, no quería regresar aún a la realidad. Si no había muerto, iba a estarlo pronto, y seguro habría más dolor involucrado. Estaba harto de que las cosas dolieran. 

A pesar de lo que dices, Sean sigue sonriendo, como si todo aquello no pareciera importarle. Notas cómo te abraza otra vez y te suelta de nuevo, pero esta vez de forma algo más seca. 

- Pero qué niño que eres a veces... Y qué tonto. - se ríe de nuevo. Sigue sin parecerte triste - Confío en ti, Nico. Sé que lo harás bien. Siento haberte dejado solo tanto tiempo, pero creo que me tengo que volver a ir. Tú tienes cosas que hacer, muchas cosas que hacer... Y comer galletas... Pero no te preocupes, cuando seas mayor podrás venir conmigo. 

Te guiña el ojo, como cuando te suele gastar bromas, y empieza a ponerse los zapatos y coger las llaves, el abrigo, el móvil... Sabes que se va a ir y este va a ser el único momento en el que puedas despedirte.

La risa de Sean lo sacudió un poco y lo hizo estremecerse, no sabía si algo de aquello era real o solo un producto de su mente moribunda, pero como fuera lo necesitaba. -Hey mis dos neuronas perdieron a las dos tuyas, tampoco les pidas mucho - Bromeo sin dejar de mirar su rostro, queriendo re memorizar cada gesto y cada marca. El recuerdo de la frase que había dicho a Duke le hizo sonreír, ojala tuviese razón en eso - Lo entiendo, espero... espero que estés bien donde sea que estés - Murmuró sintiendo cada uno de sus movimientos para irse como un golpe en el estómago.

-Espera - Se acercó de una zancada hasta él y lo tomó del rostro, besandolo intensa y dulcemente, con lagrimas cayéndole por el rostro pero decidido a no separarse demasiado pronto. Al final se aparto y apoyó su frente contra la suya - Te amo... - Volvió a besarlo tiernamente y lo soltó, mirándolo con una sonrisa triste, pero al menos feliz de haberlo visto una vez más -Hasta luego

- En eso tienes razón, vas a terminar siendo contagioso. - responde Sean aún sonriendo. Al ver tu preocupación, te apoya la mano en el hombro y asiente - Tienes que aprender a preocuparte más por ti, Nico. Yo... Da igual como esté ahora, pero seguramente tú lo estés pasando peor que yo. 

Te da un pequeño apretón en el hombro, dándote fuerzas para seguir cuando se marcha hacia la puerta. Se detiene el escucharte y te devuelve el beso apasionadamente, acariciándote con cariño el pelo en un roce menos real de lo que te gustaría. Cuando te apartas, aún se queda un instante con la mano en tu mejilla, mirándote embelesado. 

- Y yo a ti, Nico... Hasta luego. - se despide, desapareciendo tras la puerta. 

La puerta se cierra con un golpe bastante más fuerte de lo que esperarías y empiezas a escuchar a alguien gritando tu nombre de nuevo. La casa se vuelve cada vez más oscura, desapareciendo las paredes y el suelo, hasta que no tienes ningún punto en el que apoyarte y notas cómo caes hacia la nada...

- Nic... ¡Nic! Venga hermano, no te vas a morir por esta mierda... ¡Nic! 

Cuando te despiertas, la oscuridad sigue allí pero hay varias linternas moviéndose a tu alrededor, una apuntando directamente a tu cara que se aparta en cuanto abres los ojos. A lo lejos oyes aún algunos disparos y reconoces varias caras de la banda de Carmelo. Uno de ellos está vendándote la pierna y Duke está arrodillado a tu lado, sujetándose un paño ahora totalmente rojo contra el costado. Te cuesta verle pero sonríe aliviado cuando te levantas poco a poco. 

- Menos mal que estás vivo, joder... Tranquilo, ya ha llegado la caballería. No parece haber muchos más de esos cabrones, pero el tipo de la calavera se ha escapado. - levanta la cabeza, echando un vistazo a las calles por si acaso decide aparecer otra vez.

Tras tanto tiempo en silencio, la megafonia vuelve a abrirse dejando percibir la alegre y divertida voz de una mujer.

"Uo, uo, uo.... Parece que esto se pone intersante... Monstruos disfrazados de caballeros andantes. Acosadoras piradas. Sádicos que se creen médicos... ¿Pero habeis mirado bien al de al lado? ¿De verdad estais seguros que no os van a apuñalar por la espalda? ¿Os fiais de aquellos a quien habeis salvado su patética vida? Bien, bien, bien... Veremos quien rie el último pues.... "

Despertó agitado, jadeando y con el rostro empapado en lagrimas que se disimulaban por el sudor. La luz le dolió en los ojos haciendo que volviera a cerrarlos hasta que se acostumbraran. Como un montón de fichas cayendo en su cabeza, entendió de golpe la realidad. ¡Estaba vivo! ¿Como? No tenía idea, pero ¡estaba vivo!. Una sensación de júbilo lo recorrió y quiso levantar el brazo en triunfo pero todo le dolía. Poco a poco fue reconociendo las caras a su alrededor y cuando vió la de su compañero sonrió con los dientes apretados y los ojos entrecerrados.

-Duke, estamos vivos - Le contó a su compañero como si fuera una novedad riendo suavemente y acabando con un gemido de dolor por el agujero del abdomen. El dolor se le hizo gracioso y se rió de nuevo, solo para acabar quejándose de nuevo. Al menos si dolía significaba que seguía allí, y su amigo también. -¿Como estamos vivos? - Preguntó sin borrar la sonrisa que permanecía a pesar del cansancio enorme que llevaba. 

-Besame el culo - Respondió a la voz, volviendo a temblar en una risa silenciosa. "Hasta muerto eres más listo que yo" Dedicó el pensamiento a su novio y solo suspiro y se dejo hacer, a fin de que no se sentía con ganas de levantarse aún.

El tipo que estaba vendándote, termina y empieza a cubrir las heridas de Duke, obligándole a quitarse la camiseta y dejando ver sus músculos bien cuidados, ahora acompañados de un agujero de bala en el abdomen. Duke asiente, medio riéndose por la "novedad" de seguir con vida, aunque está claro que le duele reírse así que se limita a sonreír. 

- No jodas, Nico. Ya decía yo que el Cielo no dolería tanto. - responde, también dejándose vendar - Espera, ¿sigue dentro la bala? Me cago en la puta...

- Vamos a evitar que te desangres por el momento, pero tendremos que ir a otro sitio. No os preocupéis, os relevamos por aquí. Buen trabajo. - responde el tipo que os está vendando. Después se gira para responder tu pregunta - Aquí el amigo hizo de distracción hasta que llegamos. No hemos llegado a ver al tipo de la calavera que decís, pero sus compañeros están bien muertos. Consiguieron atacar un par de viviendas antes de que llegáramos... Pero el resto están bien. - dice, aunque se nota algo de tristeza en eso. Levanta la cabeza al oír el anuncio y niega con ella - Parece que algún grupo se ha hecho con el control de la megafonía esta noche. Llevamos oyendo varios anuncios en distintas zonas... Sean quienes sean, son buenos. Ni siquiera nosotros hemos conseguido hackearla. 

- Ya podrían poner algo de música de ambiente. - se queja Duke con media sonrisa. El tipo pone los ojos en blanco y se gira al escuchar pasos de vuestros compañeros que llegan y sacan el pulgar en señal de que todo está ok. Duke se gira hacia ti - Pues nada, de momento esto está tranquilo... Ya que nos hacen el relevo aquí, ¿tienes pensado algún sitio especial al que ir?

Todo estaba envuelto en una neblinosa sensación de júbilo. No sabía si era la felicidad de estar vivo, la perdida de sangre o el dolor pero como fuera nada tenía demasiada seriedad en ese momento. Rió suavemente a la broma de Duke y cerró los ojos dando un gran bostezo. -¿Escuchaste? Hicimos un buen trabajo, y tú que creíste que estaríamos comiendo galletas en el infierno - Dijo con voz pastosa y le sacó la lengua a Duke entredientes. Sin embargo la respuesta a su pregunta lo bajo de un hondazo de esa nube de endorfinas y abrió los ojos de nuevo. -Ese cabrón - Murmuró apretando los dientes, no solo casi los había pasado para el otro lado a Duke y a él, sus compañeros habían matado a otros y los habían hecho fallar en su deber de esa noche que era proteger a esa gente. ¡Y encima se había escapado! "Espero que alguien le meta un tiro antes del final de la noche" No era propio de él ser tan vengativo, pero no le importaba, estaba cabreado.

-No son una gran mejora a los otros - Comentó incorporándose un poco más contra la pared hasta quedar sentado -Ya podrían pasar la de Misión Imposible y hacer todo esto más entretenido - Agregó a la broma de Duke devolviéndole la sonrisa. -Podríamos ir a la Sinagoga de Eldridge Street, al hospital de emergencia - Propuso intentando ayudarse de la pared para pararse - Seríamos de ayuda mutua