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8º clase

Nada, no había manera. Esta vez ninguno de los dos conjuros había tenido éxito. Habría que intentarlo durante el resto de la semana...

Clase 8º

Una nueva semana había iniciado y nueva oportunidad de aprender más, o eso pensaba el joven Willstone, al llegar a clase el frio le sorprendió, pero no tanto como la nieve y las bolas de nieve, todo era felicidad hasta que el profesor hizo mención de los exámenes de fin de curso, se estremeció de solo pensarlo, temblando y no de frio.

Luego les explicaron para que eran las bolas de nieve, se concentro en la que tenia delante y dijo con firmeza -¡VIBURNUM!- y la pequeña bola de nieve voló hasta golpear a Murphy, a lo cual Will abrió los ojos de par en par, no creía que podía lograrlo y al hacerlo se sintió apenado -P… Perdón, n.. no era mi intención- se disculpó.

Aun bastante avergonzado intento luego el segundo hechizo -CISTEM APERIO- y ahí estaba el brillo blanco, pero a pesar de haberlo logrado, su cara denotaba asombro, acaso había cambiado algo y ahora estaba lleno de suerte, se preguntó a sí mismo.

Clase 8

            En su mesa pidieron ver las gemelas Fergusson unas bolas de nieve, aprendiendo a encantar las para que persigan y golpeen a otra persona.     Entonces las gemelas apunten a su bola entre ellas, pero entonces Daisy se da da cuenta del intento de Sherisse de jugar con ella y se gira hacia ella para dirigirle la bola de nieve con una sonrisa picara en la cara y dice:
         - ¡Viburnum! -    Teniendo en mente a la linda rubia a la que quiere que la bola golpe.
         Después las gemelas Fergusson  aprenden un hechizo para abrir un recipiente cerrado, debajo de su mesa pueden ver un pequeño baúl, apuntan sus varitas hacia él y dicen:
          - ¡Cistem aperio! -    Como no surte efecto dla varita de Daisy no emite ninguna luz, frustrando a la niña a la que nada le sale en esta clase

Octava semana. Lunes, primera tarde. Intentando Viburnum

Curiosamente, al no estar en la clase, al estar solo, Jonh se sintió más relajado. Más tranquilo. No dejaba de ser un conjuro sencillo. Y podía ser divertido. Musitó varias veces las palabras, concentrándose. Realizó varias veces los gestos con la varita. Y, finalmente, intentó el conjuro, que tuvo el éxito apetecido.

Y eso le tranquilizó. Era lo primero que le salía bien en varios días ya.

Octava semana. Lunes, primera tarde. Intentando Cistem Aperio

Veía lo que tenía que hacer pero... por ahora no lo consiguió. Pronto. Lo seguiría intentando.

Clase 9 y examen final

-Para la clase de hoy haremos el hechizo cálido y escalofrío. 

El primero de estos hechizos es el hechizo de calentamiento. Este hechizo proporciona una suave sensación de calor que va desde la punta de la varita hacia afuera en forma de cono. Debe concentrarse en el objeto que desea calentar mientras lanza, así como en la sensación del aire caliente. La distancia de ti al objeto determina el tamaño del cono. Más fuerza de voluntad significa temperaturas más cálidas, aunque este hechizo nunca se calentará lo suficiente como para causar daño.

Conjuro: Focillo (foh-SILL-oh) 

Movimiento de varita: Círculos lentos en el sentido de las agujas del reloj que continúan mientras te concentras. 

Fuerza de voluntad: Moderada Concentración: Moderada; la concentración debe mantenerse en el objetivo y el calor.
 

Como habrás adivinado, este hechizo hace lo contrario del hechizo cálido. Produce un escalofrío que irradia hacia afuera similar al Encantamiento cálido, que le da su nombre: Encantamiento escalofriante. Al igual que con el encantamiento cálido, debes concentrarte en el objeto que deseas enfriar y en la sensación del aire frío. Más fuerza de voluntad bajará la temperatura del hechizo.

Conjuro: Infrigido (in-FRIG-ee-doh) 

Movimiento de varita: Círculos lentos en sentido contrario a las agujas del reloj que continúan mientras te concentras. 

Fuerza de voluntad: Moderada Concentración: Moderada; la concentración debe mantenerse en el objetivo y frío.

Oh dios. Eran las últimas clase del curso y estaban llegando de prisa. ¡Exámenes incluidos!!! No me había dado cuenta que no había estado estudiando nada la semana previa. Y encima seguíamos aprendiendo hechizos nuevos!. El estrés era palpable a niveles generales. Todos los alumnos de todos los cursos estaban como locos.

Con mi cabeza en las preocupaciones de superar esa semana, acudí a Encantamientos deseando que fuese más fácil ésta vez. 

El hechizo de calentar -Nos podría haber ido bien en invierno!... - intento ambos encantamientos. Ninguno me salió. Y ahoar los escalofríos los tenía yo, pues ésta semana iba a ser la más dura de todas.

Nervioso, me dispongo a hacer el examen final de Encantamientos. -Que sea fácil... que sea fácil!...

Menos mal, la clase que acompañaba al examen final no era muy complicada. Tan solo tenían que tener la suerte de no liarla, como acostumbró a hacer en las clases de encantamientos durante todo el año. Aun no comprendía por qué daban clases a la vez que el examen, era injusto.

—Pensé que estos hechizos se llamaban diferentes —murmuró—. Será una actualización. Quién sabe.

Seguidamente se dedicó a intentar los encantamientos. El que era más calentito le salió muy bien.

—Mmmm. ¡Qué calorcito tan rico! Eso es porque ya soy experto en fuegos —guiñó, mientras no le salía el de escalofrío—. ¿Ves? Soy incompatible con el frío...

Entonces llegó la hora de la verdad... Se enfrentaría al examen teórico donde se decidiría todo...

CLASE 9 Y EXAMEN FINAL

       - Hola profesor Flitwick!    Lamento durante el curso no haber Sido tan buena estudiante como quisiera, pero si existe manera alguna de regularizarme con exámenes y encantamientos de su clase me encantaría! -.     Dice Daisy tras acercarse al profesor antes de la clase y tras escuchar su respuesta toma la misma y trata de concentrarse en el par de encantamientos infructuosamente antes de hacer el examen teórico final,logrando solamente el segundo de milagro, ero parece tener más éxito en el examen 

Y... allí estaban. Finalmente, allí estaban. Y la verdad es que Jonh estaba nervioso. A pesar de haberse esforzado, y no poco, lo cierto era que los exámenes le aterrorizaban. Sentía un sudor frío ante la sola perspectiva de enfrentarse a sus padres sin unas notas excepcionales. Sentía miedo de quedar en ridículo ante su clase, miedo que los acontecimientos de hacía unas cuantas semanas, con el idiota de Neville, solo habían acrecentado. Antes de ir a la clase fue a lavarse la cara y respiró varias veces, profundamente, como había visto que alguno de sus héroes hacía.

Pero no había, después de todo, tiempo que perder. Con el miedo en el cuerpo el joven hufflepuff, que estaba tan nervioso con su primer examen final que hasta se había dejado su libro, lanzó los dos nuevos conjuros, teniendo éxito en ambos*. Era verdad que su infrigidio casi, casi había fallado. Pero llevaba todo el curso leyendo todo lo que había caído en sus manos y, esta vez, con eso bastó, al poner el chaval hasta el último gramo de su voluntad para ello. Ahora, solo faltaba el examen final. 

Al tomarlo en las manos se le resbaló un instante pero pronto se repuso y, tras tomarlo del suelo, empezó con él de la mejor manera que sabía.