Lenguaraz se acomodó en los hombros del rhusiyano. Ahora que no podían ser detectados de modo alguno, Volk se sentía mucho más tranquilo en aquellos pasadizos. Incluso podía caminar entre los hombres de la marquesa y los extraños muchachos de las capas.
—Esos idiotas encapuchados… son tan ciegos que no ven lo que tienen delante. ¿Te lo puedes creer?
Volk le hizo unas señas y Kaleb asintió. Cuando les tocó la manos, tanto el caballero como el cronista notaron una tenue vibración a su alrededor. Al poco tiempo, estuvieron rodeados de larvas. El anciano también salió de entre las sombras. Le vieron maldecir antes de desaparecer de nuevo. Esta vez, percibieron perfectamente cómo su cuerpo perdía todo su color, como si se fundiese con aquella ponzoñosa miasma; su silueta, no obstante, todavía era visible.
—Ahora no podrán vernos —le explicó Volk—, ni oírnos. Estamos en un plano diferente, como si fuésemos espectros. ¿Mola, eh? Es todo gracias a este amiguito.
El ladrón se refería a la serpiente, que miró fijamente y con aire divertido al cronista.
—Encantado de conocerte, gnomo. Puedes llamarme Lenguaraz —le dijo la serpiente con una voz siseante—. Te advertí de que tuvieses cuidado con el anciano, pero mira que sois lentos. Me pregunto si será por esas piernas tan cortas que tenéis. Yo no tengo extremidades y me defiendo perfectamente.
Volk se rió. Parecía que ya estaba acostumbrado a la bífida y ácida lengua de la serpiente. Kaleb pensó que el nombre "Lenguaraz" le venía que ni pintado a aquella criatura. Le Maison se limitó a enarcar una ceja y a tratar de digerir toda la situación.
Esta escena estaba pensada para Volk antes de que su jugador desapareciese sin dejar rastro. Pensé que no volvería a utilizarla ¡xD!
Kaleb se miró las manos como si quisiera saber si también iban a desaparecer, pero seguían allí, opacas y llenas de suciedad.
-Conque fuiste tú- dijo el gnomo sonriendo levemente -Encantado de conocerte, Lenguaraz, y me alegro que estés con mi fiel compañero- y le hizo un gesto con el sombrero -Ciertamente no pensé que tendríamos tan poco tiempo para reaccionar, pero ahora estaré atento a las voces viperinas que escuche por aquí o por allá-
No podía creer que hubiese llegado tan a tiempo Volk y su nuevo amigo. Si hubiesen tardado un poco más, seguramente estarían muertos.
-¿Alguno tiene algo para atar al muñeco?- preguntó mirándolo de reojo -No hace falta que te ofrezcas, Lenguaraz- dijo guiñándole un ojo -No me gustaría que se despierte de pronto y posea a alguno de nosotros...-
Aún le había quedado una sensación extraña en la espalda... y en el alma. Había estado en un limbo mental, su propio limbo mental, y si no llegaba Volk por arte de magia gracias a Lenguaraz, seguiría estando allí.
-¿Cómo es que se encontraron?- preguntó el cronista mirando primero a Volk y luego a Lenguaraz.
Las delicias del PbtA ;) jajaj
—Bueno, nuestro primer encuentro fue en aquel cruce de caminos en el que nos encontramos con la comitiva de doña Avellaneda. Yo trataba de espiar el palanquín y me topé con Lenguaraz, aunque no llegó a dirigirme la palabra, por lo que apenas reparé en ella. Más tarde, ya en Montnoir, cuando me fui a buscar un lugar donde dormir y hacer preguntas con Babaccar y Arnault, me encontré con unos antiguos "compañeros de profesión". Allí fue donde me separé de nuevo. Katarina, que es uno de los brazos derechos de Corvo, me pidió que vigilase los pasos de la marquesa. Al parecer, iba a tener una reunión en las catacumbas.
Antes de continuar, se sacó un pequeño guijarro del bolsillo. Al igual que el que les había entregado la zarevna, estaba surcado con runas.
—Me lo entregó por si me metía en líos. Justo cuando estuvieron a punto de pillarme, dos encapuchados pasaron a través de mí. ¡Me dieron un susto de muerte! El corazón me latía como loco hasta que vi a Lenguaraz sobre mi hombro y me lo explicó todo. Lo cierto es que le debo la vida, aunque creo que se debe únicamente a que le caigo bien. ¿Y qué hacíais vosotros aquí abajo? ¿No estabais con Hugo?
Antes de que Le Maison pudiese intervenir en la conversación, volvieron a escuchar la voz del anciano.
—Hijo mío, ¿dónde estás? ¿Puedes oírme? —pregunta con la voz lastimera propia de un anciano desvalido.
Vieron cómo su silueta caminada de un lado para otro en la habitación en la que se encontraban. Sin embargo, de pronto, el brujo se giró en redondo hasta uno de los pasillos que les había señalado antes el ladrón: aquel en el que se había separado de Arnault y Babaccar.
—Vaya, vaya vaya. Parece que tenemos visita en las catacumbas, pequeñas. ¡Adelante!
Y así, sin prisa pero de manera inexorable, comenzaron a avanzar hacia los supuestos "nuevos visitantes".
Como apunte, os recuerdo que os estáis dando la mano. En el momento en que os soltéis, o la serpiente se baje de los hombros de Volk, regresaréis a vuestro plano original y seréis visibles de nuevo.
Le Maison vio atónito el curso que seguían los acontecimientos. De estar a punto de morir a manos de unos seres infernales y su propio compañero, había aparecido de la nada Volk y además con una serpiente que hablaba y les permitía pasar a una especie de plano paralelo.
Le Maison no quiso ni hablar por si acaso no atrajeran la atención de ese titiritero infame y miró con cara de interrogación a sus compañeros para que le indicaran el próximo paso a dar.
Kaleb escuchó y atendió, ambas cosas a la vez, mientras se mantenía de la mano con Volk y Le Maison, como si de un colegial se tratara. Realmente, junto a ellos, parecía eso: un niño acompañado de sus dos padres. Los gnomos no tenían problemas con la homosexualidad.
-Sí, estábamos con Hugo, pero...- y su relato se vio interrumpido por la reaparición del viejo y sus larvas.
Miró rápidamente a Volk.
-¿Pueden estar ellos aún por ahí?- preguntó alarmado el Cronista, sabiendo que podía ser mortal para ellos si eran atacados por sorpresa por ese viejo y sus criaturas.
Además, ahora no estaba el muñeco con él... y podrían actuar más libremente. Al menos Kaleb...
-Aunque sería bueno atar a ese muñeco... por si despierta ante su "padre"- agregó mirando al muñeco.
—Solo puede tratarse de Babaccar y Arnault. La marquesa y su compañía están demasiado lejos, y no creo que se trate de un grupo de criminales. Tiene que ser alguien que le interese a la Inquisición o a esos malditos encapuchados.
El semblante de Volk se ensombreció. Sus ojos de depredador se entrecerraron, calculando las opciones que tenían para aproximarse y ayudar a sus compañeros.
—La última vez que los vi estaban en una posada. Me pregunto por qué habrán bajado, pero ahora no es momento de vacilar. Mientras nos mantengamos en este plano no podrán percibirnos ni hacernos daño, por eso debemos meditar esto bien y atacar en el momento justo.
—Mientras lo mantenga en este plano, lejos del alcance de ese viejo, no deberíais tener problema con el muñeco. Por cierto, gnomo, ¿has pensado en ese amuleto de plata tuyo? Quizá sirva para algo más que para mantenerte a raya.
Mañana os pondré un mapa de la zona para que podáis elaborar una estrategia de ataque, en el caso de que queráis ayudar a vuestros compañeros. Si queréis podéis acercaros sin ser vistos, por si deseáis ver qué es lo que pasa antes de lanzaros a la gresca.
Kaleb miró hacia un costado, como queriendo pensar más libremente, que con todos de la mano y con una serpiente parlanchina viajera de planos...
-Sigámoslo, y lo rodeemos para que tenga que desistir- dijo el gnomo -Él controla esos gusanos del demonio, así que seguramente podrá evitar que nos ataquen si lo tenemos con tres espadas y dos dientes de serpiente apuntando a su viejo cuerpo-
Y giró su cabeza para mirar a Lenguaraz.
-La verdad es que no sé bien de dónde salió este amuleto, así que si sirve para algo más que para controlar mi recién descubierta licantropez, entonces sería una grata noticia- dijo con cierto tono sarcástico, ya que no le hacía mucha gracia lo de su nueva "situación".
El mapa va a ser de mucha utilidad...
Mapa de la zona:
Pronto entramos en acción ;)
Le Maison susurró -Debemos esperar a que estén luchando con el resto del grupo y entonces tomarlos por sorpresa, preferiblemente atacando al viejo, ya que si lo matamos es posible que todas las criaturas pierdan sus poderes, o al menos la voluntad de combatir.
Muy bien. Si todos estáis de acuerdo con ese plan, tenemos que cambiar todos de escena (perdonad el mareo).
Nos movemos aquí [Capítulo 3: La Peste de Medianoche]. Allí pasaré el mapa y una descripción de la escena que os vais a encontrar. Nos leemos por allí ;)
--No podemos matarlo- dice con enojo a Le Maison -¿Sabes la información que perderíamos si lo hiciéramos? Ni se habla de eso, a menos que sea de última necesidad-
El tono del gnomo era tajante, pocas veces hablaba asi, y llamó la atención de sus compañeros.
Un último comentario antes de postear alla, que ahora no puedo y lo hago desde el celular de puro ansioso jajaj
Le Maison miró extrañado a Kaleb por esa fuerza en su tono. -Bueno, intentaré no matarlo, pero es un ser depravado y muy poderoso, no sé si podremos vencerlo, y además sin acabar con su miserable vida.