Partida Rol por web

El chico estaba justo delante de la puerta dispuesto a entrar en la casa cuando el ruido de los caballos tirando de un nuevo carruaje  hizo que se diera la vuelta curioso mientras reposaba la mano derecha encima del pomo de su espada.

¿Serían los hijos o quizás más hombres de confianza del duque? Ninguna de las dos opciones le parecían buenas noticias a Luca. Lo que creía que sería un viaje íntimo de negocios con los duques empezaba a convertirse en una gran campaña hacia algún sitio muy lejano, según un presentimiento que acababa de tener.

El conductor se baja y le abre la puerta del carruaje, le ofrece su mano para bajar y ella se apoya en él para hacerlo.

- Esperad aquí fuera, luego tendreis que llevarme a una posada y alli pasaremos la noche - le dice al hombre.

Recoge su libro y se encamina a la entrada donde ve a un hombre observandola. Al llegar a su altura, inclina la cabeza a modo de saludo.

- Buenas tardes, estoy buscando al Duque, tengo algo importante que darle. ¿Se encuentra aquí?

Fue sorprendente ver salir a una guapa mujer del carruaje en lugar de un enjambre de niños, algo que se reflejó claramente en la expresión del chico quien enarcó las cejas ligeramente.

Cuando habló después de darle unas ordenes a su chófer, Luca se percató que no había nadie más que él a su alrededor y se estaba refiriendo a él, y sin bacilar se aprisó a responderle sin apartar la mirada de sus ojos verdes.

- ...puede. ¿Qué cosa gano yo diciéndooslo?

El chico, juguetón esperó a ver la cara que ponía la mujer antes de soltarle una sonrisa encantadora

- En realtà ahora me iba a reunir con él, lo apropiado sería que pasarais a esperar dentro mientras io hago que lo avisen.

Luca apartó la mano de la empuñadura donde reposaba y se la tendió a la recién llegada mientras con la otra llamaba para abrir la puerta.

Mira al galán y cuando le dice eso, alza levemente una ceja y sonrie.

- Lo siento..  pero no es el momento.. es algo bastante importante..

Sonrie al hombre cuando le sonrie asi, la verdad.. es que es muy atractivo, pero su misión ahora mismo es hablar con el duque.

- Gracias.. sois muy amable.. - le ofrece su mano y le sigue.

Tras acompañar dentro a la chica, él se dirigió a alguno de los sirvientes de la casa

- La signorina...

El chico volvió a girarse divertido pero con cara de interrogación hacia la mujer:

- Non me habéis dicho il tuo nombre.

Dijo con un aire distraído aún sabiendo perfectamente que ella no lo había mencionado pero esperando que lo hiciera en aquel preciso instante.

- Adrianna.. Adrianna Piero, perdonad por mi falta de modales.. - dice discúlpandose  al hombre cuando le pregunta por su nombre, el tema que tenía que tratar la tenía algo nerviosa y más ahora que ya estaba alli, que no había marcha atrás.

Observa el interior de la casa con asombro, todo era digno del cargo que portaba el dueño. Mira a su acompañante.

- Y el suyo? - pregunta.

Haciendo como si no hubiera oído esa última pregunta pero con una sonrisa juguetona en los labios, el chico volvió a dirigirse al hombre del servicio

- La signorina Adrianna Piero pide audiencia con el duque, deberíais ir a avisarle de la sua llegada.

Aquello de dar ordenes resultaba más fácil de lo que pensaba, y además era divertido. El chico le puso mucho morro y esperó que se le hiciera caso.

- A propósito, ¿dónde si trova la duquesa en este momento? Credo que ya he eludido a mi deber per demasiado tiempo.

En realidad era consciente de que su seguridad estaba cubierta dentro de palacio, aún así la mansión y sus lujos habían encendido la llama de su lujuria.

Se queda perpleja cuando ignora su pregunta y el hombre atiende sus asuntos, puesto que parece que no quiere mantener ninguna conversación, la mujer se acerca a observar las obras de arte que el duque tiene en la entrada, esperando que la avisen de su reunión.

Los criados tenian por norma no molestar a su señores cuando estaban ocupados.

- Todavía estan cenando - respondió el sirviente - pero les avisaré en cuanto terminen.

El hombre se retiró.

- De acuerdo, muchas gracias - dijo al criado.

Tomó asiento en una de las sillas mientras seguía observando las obras de arte que allí tenían, y de vez en cuando miraba de reojo a aquel tipo que se hacía el misterioso.

Cuando le hablaron de cena el estomago del chico pareció vaciarse de repente y le vinieron a la mente aquellos pobres huevos fritos de la mañana.

“Unos huevos y una cerveza en todo el día, ¡y además haciendo ejercicio! ...voy a morir de hambre en esta casa. Me voy a ver obligado a comer mi propio caballo, umm... parecía tierno, carne de potro asada.”

El chico luego se giró con desprecio hacia aquel sirviente, que aun que solo había cumplido con su trabajo no le había caído en gracia;

Así pues dio unos pasos hacía la mujer que permanecía allí sentada y se agacho reposando su antebrazo en su rodilla y se acercó hasta tener su cara a poco más de un palmo mientras miraba bien sus ojos. Tras unos segundos de tensión soltó:

- ¿Tenéis hambre?

Estaba pensando en sus cosas cuando de repente ve aquel hombre agachado frente a ella mirándola fijamente, cuando le descubrió no pudo evitar sobresaltarse, no lo esperaba, pero luego le miraba con curiosidad porque estaba muy callado acercándose más a ella.

- Si.. bastante.. - confesó y rió - yo esperaba cenar donde me alojara esta noche en cuanto terminara la reunión- dice al hombre si separarse de él y sosteniendole la mirada.

A la mujer no pareció intimidarle la corta distancia que los separaba, entonces Luca decidió acercarse un poco más hasta tener su cara al lado de la suya para susurrarle algo al oído.

- Tengo un plan. Nos colamos en la dispensa e damos un mordisco.

Su voz sonaba grave pero traviesa a la vez y tan cerca que la chica podía sentir como casi los cálidos labios de él rozaban su oreja

Le miraba de reojo, se estaba acercando demasiado a ella, ¿estaba buscando algo..? Mira al frente mientras le escucha.

- No creo que eso le haga mucha gracia al Duque.. que comamos su comida sin su permiso.. - dice susurrando.

Luca entonces se aparta despreocupado

- Van a estar un buon rato, hace nada que los dejé e non habían comenzado ancora la cena.- hace una pausa pensativo- Además, estaría dispuesto a aceptar toda la responsabilità por ello; ma si no queréis... tendré que ir solo.

El chico se la queda mirando esperando una mínima muestra de algo aunque fuera duda para arrancarla de la mano de aquella silla.

Le mira nuevamente a los ojos cuando le explica que estarán más tiempo del que ella creía, y la verdad es que la hace dudar. Sobretodo porque en ese instante de silencio, su tripa ruge, se lleva una mano al estómago y le mira con los ojos muy abiertos, espera que no lo haya escuchado.. aunque para ella parecía como si hubiera retumbado por toda la casa.

- Será coger.. e irnos..? Nada de quedarnos alli dentro..? - pregunta, la vergüenza que puede sufrir siendo pillada en tal situación es horrorosa.

Una sonrisa victoriosa se esbozó en sus labios cuando escuchó las palabras de la chica y de un rápido movimiento afirmativo con la cabeza cogió su mano y se dispuso a salir por la puerta más cercana de aquella habitación en busca de la cocina o la despensa.

El chico miraba a su alrededor, entreabriendo puertas para ver que había detrás. Si la búsqueda se le resistía tendría que preguntar a algún sirviente, pero por el momento el chico parecía divertirse con la situación.

- ¿Alhora, qué es questo tan urgente que debéis comunicarle al duque?

Dijo fingiendo no prestar mucha atención a su respuesta aunque realmente intrigado por ello

Sigue al hombre en su busca de la despensa.

- No será por alli?? Estará al lado del comedor..

Dice mientras le sigue, esperando que no descubrieran cuales eran sus intenciones.

- Es por algo que he encontrado que le pertenece.. o eso creo.. solo espero equivocarme y que no se haga realidad lo que dice. Creo que es esa puerta de ahí..- dice señalandola

Después de comprobar que aquella puerta conducía al lugar apropiado, la abrió para que su acompañante pasara primero y luego seguirla contento mientras con un ademán cogía una manzana del cesto y con esta en la mano le ofrecía un mordisco.

- ¿Entonces no me vais a contar qué cosa es questo que teméis que suceda?

Sus cuerpos volvían a estar muy cerca de repente después del ofrecimiento, de echo Luca la tenía medio acorralada contra una de las estanterías.