miro a Michael, nosotros nos habíamos encontrado con uno igual "comandante, el kaiju que ha atacado Sidney tienen un sistema igual, por suerte mi escuadrón consiguió evitar aquel ataque sin sufrir daño extra alguno" le reporto al comandante.
Eliza reprimió un suspiro, era evidente su ultimo error y de no ser por el excelente desempeño de sus compañeros, estaba segura de que habría acabado todo en problemas.
Aunque espero para ser la última en hablar.
-Señor, la evolución de los Kaiju con esas armas, sus ataques específicos. Estoy adivinando, pero creo que los Kaijus saben algo que los pilotos no.
Era de las pocas veces que mencionaba el nombre de esos monstruos, pero las coincidencias se acumulaban una y otra vez.
Así que los kaijuus han empezado a desarrollar contramedidas, eso sí que es interesante, voy a poner al equipo científico a revisar las filmaciones para ver que podemos hacer.
Y no lo olvide Torres, si quiere conservar su puesto como líder debe impresionarm en la simulación. Rompan filas. - sentencia Drake pensativo.
Aquella tarde el comandante se encontraba revisando unos informes en la sala de operaciones, pero al verlos llegar, dejó a un lado los informes para escuchar lo que tenían que decir.
Muy bien tenientes. ¿En que puedo ayudarlos? - pregunta el comandante con amabilidad.
Verá comandante, la teniente Tanaka y yo deseamos casarnos y solicitamos que nos autorice a realizar la ceremonia aqui en el Avalon. - respondo con total seriedad mientras realizo el salido militar.
Saludo al comandante con un saludo ya aprendido en este tiempo. Luego, ya más por costumbre que otra cosa, dejo que Michael hable primero. Luego tomo la palabra.
No sé si se pueda hacer, ni si puedan acudir invitados, pero queremos que todos nuestros amigos estén con nosotros. Esperaremos a después de la recepción a nuestras familias, por supuesto.
Su petición es en verdad peculiar, pero, al menos por mi parte, no hay inconveniente, pero los detalles deben tratarlos con el capitán Cifuentes, yo voy a firmar la autorización y luego corresponderá a ustedes el resto.
Estoy seguro que el capitán va a ser muy exigente, pues se toma su rol de capellán muy en serio, por mi parte, sólo tengo una pregunta. ¿Por qué tan jóvenes?
Me adelanto yo, mirándole. Ambis sentimos que algo había nacido y el tiempo y todas las experiencias solo ha hecho nuestro amor más y más fuerte.
Pero ambos hemos estado cerca de la muerte. Y, por eso, queremos hacerlo antes de que sea tarde.
Y, por último aunque no nenos importante, ambos sentimos que es lo que debemos hacer. Nos amamos, de corazón, y es lo justo.
Verá comandante, los últimos acontecimientos nos han dejado en claro que ninguno de nosotros tiene la vida comprada y Hiroko y yo deseamos pasar el resto de nuestros días juntos así sean pocos o muchos, es por ello que, con el mayor de los respetos le solicito a Usted que autorice nuestro matrimonio. - digo al tiempo que sostengo la mano de Hiroko.
Muy bien, los veo convencidos, hablaré con el capitán Cifuentes y haré los arreglos, será una boda militar con todo lo que ello implica.
Sólo tengan en cuenta que, una vez efectuada la ceremonia, el vínculo matrimonial será permanente y no hay marcha atrás, es probable que el capitán los visite en estos días para revisar los detalles. - dice el comandante con total seriedad.
No tenemos la más mínima duda de que eso es lo que queremos, señor. Así pues, incluso aunque su caracter fuera con posibilidad a revocación, nunca lo haríamos. Por eso, no hay problema en que sea permanente.
Gracias por hablar usted con el capitán. Pero tengo una duda: ¿podrán venir invitados? Debo reconocer que desconozco este punto en este tipo de bodas, y más estando donde estamos.
En todo el tiempo no suelto la mano de Michael, y mi mirada brillante e ilusionada se desvía a mirarle cada poco tiempo. Él me da la fuerza para hablar.